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Channel: Novela de One Direction y tu
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Capítulo veintitrés: "Me & my girls".

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Nuevamente, blogger está gay y no me deja poner video. La canción es de Fifth Harmony. Odio esto de no ponerles video. ¡Quedan re feos los capítulos!

-Ya te vi. –Dije a la mitad de un solloso.
-Mierda. –Dijo en voz baja. Me limpié las lágrimas y respiré hondo, inhalando por la nariz, y exhalando por la boca, tratando de calmar mi temblor.
-No me quieras tanto. –Dije sarcásticamente, repitiendo una y otra vez el procedimiento anterior.
-No, no es eso. Bueno, en parte… -Vio mi cara de querer asesinarlo. –Mentira. –Sonrió en forma de disculpa, pero mi semblante se mantuvo firme. –No soy muy bueno consolando gente.
-En este momento tengo ganas de golpear a alguien, así que bien podés venir e intentar consolarme, o ser ese alguien a quien le pueda pegar… -El temblor había pasado un poco. Louis lo dudó un poco, pero luego caminó hacia donde estaba y se sentó a mi lado.
-Todo va a solucionarse… -Dijo en un susurro mientras me miraba como si fuera una especie de bicho raro.
-No es tan sencillo, Louis. Vos no lo entenderías. –Le dije frustrada mientras las lágrimas volvieron a salir con más frecuencia de mis ojos. –Harry y Liam son todo lo que tengo, ¿entendés?
-¿Y las chicas? –Preguntó confundido.
-Es diferente. Yo no sobrevivo un día sin Liam. Te lo digo en serio. Y sin Harry tampoco. Es como que los necesito para ser… yo. Suena raro, lo se. Pero hay cosas que simplemente no tienen explicación. Y no trato de buscarla ni mucho menos. –Me fregué los ojos violentamente, pero de nada sirvió. Escudé mi cara en mis rodillas, y al instante sentí como un brazo se posó sobre mis hombros y comenzó a acariciarme mi brazo derecho.
-Por favor no llores. –Suplicó en mi oído.
-Ojalá fuera tan fácil como simplemente parar de hacerlo. Eso solucionaría muchas cosas, ¿no? –Despegué mis ojos de mis rodillas, me limpié el rímel de debajo de los ojos y respiré hondo. Tal vez si era tan fácil como parar de hacerlo. Yo lo hacía muy seguido. Simplemente fingir que todo está bien. –Listo. Demasiado llanto por un día. –Le brindé una sonrisa falsa y me paré apoyándome en su hombro.
-¿Solo vas a sonreír y fingir que todo está bien? –Preguntó confundido mientras me imitaba. Yo asentí lentamente peinando mi largo cabello con las manos. –Eso no funciona, creeme. Nunca lo hace.
-Funciona para mí. –Respondí sacando todo el rímel restante bajo mis ojos. De todas maneras le pediría a Anna algo de maquillaje luego.
-¿Esconder tus sentimientos? –Volví a asentir mientras caminaba a la puerta de Anna. -¿Por qué lo hacés?
-Es complicado. –Respondí luego de una corta pausa. El me miró con una sonrisa.
-Una vez alguien me dijo que decir que “es complicado” es solo una variante de “no se” combinado con “me da miedo”. –Negué con la cabeza mientras entraba al cuarto de Anna recordando que eso se lo había dicho yo hace un tiempo. Pero da igual. Yo doy consejos, pero nunca sigo los consejos que doy.
-Necesito urgente a Lorenzo. –Dije al entrar al cuarto de Anna, donde Alison revisaba su ropa y tiraba un par de prendas sobre la cama.
-¿Charla dura? –Preguntó centrando su atención en mí.
-Más de lo que desearía. –Fingí una sonrisa. –Pero no importa. Vamos, así recogemos a las demás. Quiero olvidarme de esto al menos por hoy.
-Pero de noche es el fogón… -¡Mierda! ¡El fogón! Casi lo había olvidado… Me dá lastima no ir, porque le prometimos a Niall, pero por otro lado no quiero ir bajo ninguna sircunstancia. Suspiré.
-Con mucha suerte Liam y Harry mágicamente se olvidan de ir. –Justo Anna salió de la ducha envuelta en una toalla. –Espérenme acá. Ahora vuelvo.

Salí de la habitación con la intención de irme a la de Louis, pero justo lo vi comenzando a bajar las escaleras.

-Louis. –Llamé su atención. Se volteó y volvió a subir los escalones que ya había bajado.

Ahora estaba vestido, con un jean claro, y una remera de Marvel de manga corta, con unas vans. Caminé hacia donde estaba y rápidamente besé su mejilla, mientras depositaba mi celular sobre su mano.

-Gracias. –Dije con una sonrisa. Él también sonrió.
-¿Qué hago con esto? –Preguntó haciendo referencia a mi teléfono.
-Solo, guardalo. –Él asintió. Si me quedaba con el celular, era obvio que Liam iba a intentar llamar reiteradas veces, yo iba a terminar contestándole porque cuando se trata de mi hermano soy una persona muy débil, e iba a terminar peor de lo que estoy ahora. Así que preferí simplemente dejárselo a Louis. –Aunque sea hasta esta noche. Y por favor, prometeme que lo voy a encontrar de la misma manera que te lo dejé. –Louis rió levemente.
-No prometo nada. ¿No obtengo nada a cambio? ¿Un beso? –Preguntó subiendo una ceja y poniendo sus manos detrás de la espalda.
-Noup. –Respondí con una sonrisa mientras daba media vuelta y me volvía a meter en la habitación de Anna.

Ésta última estaba calzándose con pesadez mientras Alison le gritaba que se anime pareciendo todo un general gritándole a su soldado. Yo fui directo al baño, agarré los cosméticos de Anna, y me retoqué el rímel y el deliñador que se me habían corrido al llorar.

-¿Listas? –Pregunté con la sonrisa falsa más grande que pude poner en el momento.
-No. –Respondió Anna parándose de la cama.
-Excelente. –La tomé de la muñeca y la arrastré fuera de su habitación y escaleras abajo.
-Chau, Lou. –Dijo Anna mientras salíamos por la puerta. Apenas reparé en el chico sentado en el sillón mirando televisión.
-Chau Ann, Ali, puta. –Nos saludó una por una. Le di una sonrisa antes de responder.
-Gay.


-¡No saben lo que me pasó anoche! –Girtó Micaella una vez que estábamos todas sentadas en una mesa en el restaurante.
-¿Qué? –Preguntó Angie de mal humor, ya que la habíamos despertado, y le dolía horrible la cabeza.
-¿Se acuerdan de Dean? ¿El chico Starbucks? –Todas asentimos mientras nos traían las bebidas. –Me lo encontré ayer. –Gritó emocionada. –Miren, les cuento…

-Flashback.-

-Micaella, ¿cierto? –Preguntó el chico detrás de ella por sobre la música. Micki se volteó hasta quedar enfrentados.
-Micki. –Respondió con una sonrisa. El chico le devolvió la sonrisa.
-¿Te acordás de mí? Nos encontramos en…
-Starbucks. –Respondió ella asintiendo mientras le daba un sorbo a su bebida. No sabía qué era, ni de donde había salido, pero no se negó a una bebida gratis. Que se joda el que la dejó tirada. –Claro. Qué casualidad encontrarnos acá… -Dijo la rubia sonriendo y jugando con el trago.
-En realidad no tanto… -La chica lo miró confundida, pero a la vez divertida. –Averigüé que estabas acá, y me pareció venir a saludarte…
-¿Stalker? –Preguntó graciosa mientras le daba otro sorbo, a lo que ahora le encontraba un poco de gusto a ron. El chico rió.
-No… Solo que suelo saber lo que quiero. –Respondió poniendo sus manos en los bolsillos. De repente se encontraban jugando una guerra de sonrisas y miradas empalagosas. -¿Querés ir afuera? –Micki lo miró raro… -A hablar. Lo prometo. –Se excusó con una sonrisa. Aún así la chica desconfió, pero no iba a perder una oportunidad como esta. Estaba bastante borracha, y no consideraba consecuencias…

-Fin del flashback.-

-¿Y después? –Preguntó Alison re enganchada con la historia, mientras yo revolvía mi agua con el sorbito.
-Es obvio que estuvieron, pancha. –Respondió Anna tomando un sorbo de la suya.
-¡Cinco veces! –Gritó la rubia emocionada, lo que provocó que todas soltáramos una pequeña risa. -¿Y ustedes? ¿Algo emocionante para contar de anoche? –Las tres nos miramos, y acto seguido nos escudamos en nuestros refrescos.
-Yo no recuerdo nada. Literal. Ni lagunas mentales. Tengo el océano atlántico mental, boluda. –Comentó Angie frustrada y aún adolorida. –Solo recuerdo llegar al lugar. Y lo siguiente que recuerdo es ustedes tirándose arriba mío esta mañana. –Todas reímos. –No es gracioso. Les juro que no sé cómo llegué a mi casa. Me pudo haber violado un camionero bizarro, y yo ni enterada. –Nuevamente estallamos en carcajadas, y Angie se frustró porque encontrábamos su historia graciosa. –Putas… -Susurró en lo bajo mientras tomaba un sorbo de agua.
-Tenés que dejar de tomar tanto, Angie. –Dije yo aún con un deje de diversión en mi voz.
-Yo no tomaba tanto antes. Me empecé a juntar con ustedes y ahora me urge ir a Alcohólicos Anónimos. –Nuevamente nos reímos, y ella permaneció frustrada, porque no le encontraba la gracia al tema.
-¿Ahora es nuestra culpa? –Dijo Alison sin parar de reír.
-Sip. Toda suya. –Se recostó en su silla mientras nosotras parábamos de reír, y llegaba Lorenzo con nuestros pedidos.
-¿Y ustedes? –Nos preguntó Micki. -¿Qué hicieron anoche? –Nuevamente nos miramos.
-Nada. –Respondimos al unísono mientras nos metíamos un bocado en la boca.
-¿Nada interesate?
-No. –Nuevamente dijimos todas al mismo tiempo.
-Boo, que aburridas. –Las tres nos encogimos de hombros y continuamos comiendo en silencio.

-Fin de tu narración.-

-Narrador omnisciente.-

-Con los chicos.-

-Bo, están re muertos. –Comentó Zayn mientras se metía un arándano en la boca. Liam, quien tenía la cabeza sujeta por su mano y analizaba un arándano cautelosamente, levantó la mirada hasta el moreno.
-Muerta tu pi…
-¿Alguien quiere algo para tomar? –Interrumpió el rubio antes de que Liam completara su oración. Estaba de un increíble mal humor. Todo el mundo negó con la cabeza.
-¿Qué onda contigo? –Le preguntó Zayn ya algo molesto a Liam, mientras éste revisaba su celular por enésima vez. Le parecía ilógico, conociendo a su hermana, que a esta altura no lo hubiera llamado, aunque sea para putearlo.
-No me hagan caso. –Se disculpó mientras suspiraba y se recostaba en el sillón. –Me peleé con mi hermana. Eso es todo. –Se removió incómodo en su asiento chequeando nuevamente su celular. –Mejor la llamo con una tonta escusa para saber a qué hora van a venir… -Marcó el número y se llevó el teléfono a la oreja.

Una luz se encendió en el pantalón de Louis, seguido de una leve vibración y una música. El chico sacó el celular del bolsillo y contestó.

-¿Hola? –Preguntó respondiendo el celular.
-¿Qué chota hacés con el celular de mi hermana? –Le preguntó mientras cortaba el teléfono. Louis miro ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ teléfono. Louis mirñ´-Le aber a quelular.lo hubiera llamado, aunque sea para putearlo. cuencias...lagosas. -¿Quers asó el celular sorprendido. Estaba tan despistado que no había notado que no era su teléfono.
-Ella me lo dio. –Respondió mientras se lo volvía a guardar en el bolsillo.
-¿Por qué? –Preguntó aún irritado el castaño.
-Estuvo en casa hoy de mañana… Tres de la tarde… -Se calló y Liam lo miró duro para que continuara. –Se quedó mal después de que le llamaras, y me dio el teléfono para evitar toda forma de hablar contigo.
-Y no pudiste decir eso tres segundos atrs porque... undos atrtigo.
que no habás porque...
-¡No me di cuenta! ¡No me discrimines! ¡Soy un humano! –Grití exagerando el tema de broma.

Luego de unos diez minutos en la que la conversación variaba entre Zayn, Niall y Louis, se hizo hora de empezar a organizar la fogata.

-¿Quién va a buscar la leña? –Preguntó Louis, recostado cómodamente en el sillón con ninguna intención de moverse. Luego de un minuto de completo silencio, Niall habló.
-Yo voy, manga de marmotas. –Dijo parándose de mala gana.
-Al final de la cuadra hay un terreno baldío. Supongo que ahí vas a poder encontrar algo… -Dijo Louis señalando la puerta. Niall tomó su campera y salió de la casa.


Cinco minutos después unas risas se escucharon desde afuera de la puerta. Unas risas femeninas. El sonido de una llave se escuchó, y segundos después cinco chicas estaban entrando a la casa mientras reían. De todas maneras, la risa cesó por parte de tres de las cinco chicas al entrar a la casa. Las otras dos prosiguieron a saludar a los presentes.

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Maratón parte 2/3

capítulo veinticuatro: "Stay the night".

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Zedd - Stay the Night  (Ft. Hayley Williams of Paramore)


Cinco minutos después unas risas se escucharon desde afuera de la puerta. Unas risas femeninas. El sonido de una llave se escuchó, y segundos después cinco chicas estaban entrando a la casa mientras reían. De todas maneras, la risa cesó por parte de tres de las cinco chicas al entrar a la casa. Las otras dos prosiguieron a saludar a los presentes.

-¿Y mi hermano? –Preguntó Micki, luego de terminar la ronda de saludos. _______ miraba fijamente a su hermano, con expresión triste y decepcionada. Éste último se sintió enormemente culpable por lo que había dicho. Estaba enojado, y no pensó lo que decía.
-Fue a buscar leña al terreno baldío de final de cuadra. –Respondió el ojiazul, atrayendo a su hermana para que se sentara en sus piernas. Ésta no vaciló.
-Mejor voy a ayudarlo. –Dijo _______, separando la mirada de su hermano y dando media vuelta para salir de la casa sin esperar respuesta alguna.

Caminó hasta el final de la cuadra con las manos escudadas en las mangas de su buzo, mientras pisaba cuantas hojas secas hubiera en su camino. El crujido de las mismas la calmaba, en cierto sentido. Llegó al lugar y vio como Niall luchaba para recoger un tronco, mientras sostenía dos en sus brazos. Cuando escuchó un ruido, se volteó asustado dejando caer todos los troncos a su paso.

-Puta de mierda, me re cagué. –Dijo cuando comprobó que el sonido venía de su amiga.
-Lo lamento. –Dijo ella, tratando de no reírse por imaginarse en una situación en la que la persona que hizo el ruido no fuera ella, sino alguien que venía a hacerle daño. –Vine a ayudarte, pero si querés me voy… -Dijo graciosa. Niall recogió la madera y se la puso en los brazos a la chica con brusquedad. –Apa… Estamos enojados… -Niall no respondió, solo siguió caminando por el lugar lleno de basura, hojas secas, y tierra mojada en busca de más leña.

Luego de dos troncos más, solo se largó a hablar.

-¿Qué tan malo sería si me hubiera aprovechado de alguien? –Preguntó el rubio, sin dejar de caminar.
-Depende… -Respondió ella siguiéndolo.
-¿Depende de qué? –Preguntó indeciso volteando a verla.
-De la situación… -Respondió obvia, acomodando la leña que tenía en brazos.
-¿Sería aprovecharse si ella se me tirara a mí? –Preguntó volviendo a caminar a paso decidido hasta un pedazo de madera que había localizado a la distancia.
-¿Estaba muy borracha? –Preguntó la chica, pisándole los talones. El rubio asintió.
-Si. Demasiado. –Ella no respondió por un par de segundos.
-¿La conozco? –Preguntó la chica mientras Niall depositaba otro tronco sobre sus brazos. Ya no creía poder soportar otro tronco más. Niall no respondió. -¡La conozco! –Exclamó divertida mientras perseguía al rubio.
-Ya era. No importa. –Respondió él mientras encontraba otro tronco y lo cargaba él mismo.
-No voy a parar hasta saber quién es. ¡Contame! –Pidió divertida persiguiéndolo. Aún seguía triste por lo que su hermano le había dicho esta mañana, y por lo que su mejor amigo le había dicho la noche anterior, pero sabía disimularlo bien.
-No. –Respondió con un hilo de voz mientras recogía otro tronco.
-Estoy pensando diez maneras diferentes para golpearte con un tronco. –Él rió divertido sin mirarla. –Eventualmente lo voy a descubrir, lo sabés, ¿no? –Niall balbuceó un nombre en voz baja, pero no llegó a escucharlo. -¿Qué?
-Angie. –A la chica se le cayeron los troncos de los brazos de la sorpresa. Niall levantó dos y comenzó a caminar rumbo a la casa. _______ recogió los otros tres tan rápido como pudo y arrancó a correr hasta llegar a donde él estaba, que ya pisaba la acera.
-¡Estuviste con Angie! –Exclamó aún sorprendida. El chico no respondió. -¡Oh mi Dios! Esto vale oro. –Dijo para sí misma en voz alta.
-Vos le llegás a decir a alguien y yo te mato. –La amenazó a media cuadra de la casa de los Tomlinson.
-Al menos Angie merece saber… -Le dijo acomodando los troncos sobre sus brazos.
-No se acuerda, ¿cierto? –Dijo mientras llegábamos a la casa.
-No te lo tomes personal, no sabe ni como llegó a su casa… -El rubio emitió una pequeña risa.
-No, de hecho me alegra que así sea. Porque no le planeaba decir.
-¿Qué? Ella tiene que saber… -Le respondió la chica pisando los escalones de la entrada.
-Escuchá. Yo estaba borracho, y ella estaba a punto de caer en coma etílico, prácticamente, así que no sale de acá. Además después de la charla de ayer… Zayn me mata.
-¿Charla? ¿Qué charla? –Preguntó _______ más interesada que nunca. Pero en ese momento entraron a la casa y Niall se dirigió a paso apresurado hacia el fondo, sin siquiera mirar a Angie en el camino.

Tiro﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽resurado hacia el fondo, sin siquiera mirar a Angie en el camino.
igiientras pisaba cuantas hojas secas hubiera en suó los troncos en el centro de un círculo echo con rocas, que Louis y Zayn acababan de terminar de armar, y luego desapareció dentro de la casa.

_______ lo imitó, pero más suave, y luego se limpió las manos en su buzo, que ya estaba lo suficientemente sucio por cargar los troncos sobre él. Se quitó el buzo y entró a la casa, donde todos los demás estaban sentados en los sillones, en completo silencio.

-Annie, ¿me prestás un buzo?
-Si, vamos. –Dijo antes de que siguiera terminara de hablar, parándose del sillón y corriendo escaleras arriba.
-No seas tan obvia… -Dijo _______ sarcásticamente una vez que llegaron al cuarto de la más chica de los Tomlinson.
-Callate, boluda. ¿Vos sabés lo que era estar ahí abajo? –Dijo revolviendo su ropero. –Fue el momento más incómodo de mi vida. Y Micki no paraba de contar su experiencia de la noche. –Hizo un sonido demostrando lo exhausta que estaba, mientras me tiraba una campera color azul. Luego rió. –Hay ta. Vamos a quedarnos acá un rato. -_______ rió.
-Por mí… No es mucho menos incómodo para mí… -Se puso la campera, y notó que le quedaba algo grande… -¿Esta campera es tuya? –Preguntó mientras se tiraba en la cama boca abajo, abrazando un peluche.
-No. Es de mi hermano. –En un suspiro se tiró en la cama frente a ella. –Muero de hambre. ¿En cuánto decís que vayamos a comer?
-No se… Espero que pronto.

Estuvieron hablando por unos diez minutos hasta que decidieron bajar. Justo estaban yendo todos hacia fuera.

-Perras, me re abandonaron. –Dijo Alison mientras salían para ver como Zayn y Harry prendían el fuego. Ambas chicas se encogieron de hombros y se rieron. Estaban mucho más relajadas.

Se sentaron todos alrededor del fuego y cada uno agarró una vara de metal donde pinchaban un malvavisco y lo ponían al fuego.

Estuvieron en silencio por un momento. Ya era noche cerrada, y no se escuchaba más sonido que el del fuego chispear, y un grillo escondido en algún lugar del patio de los Tomlinson. De repente Zayn comenzó a contar su experiencia de la noche anterior, mientras _______ se enfrascó en una guerra de miradas con su mejor amigo, quien estaba del otro lado del fuego.

-Les juro. No se qué onda. Me llega un mensaje de Niall diciendo “tengo a tu hermana”. Terrible violador. Le faltaba el “dejá un millón de dólares en el baño de Nando’s si querés verla de vuelta”. –Luego Zayn estalló en una carcajada, seguida de Micki, su hermana, y Louis. Los demás no estaban de mucho humor para hablar.
-¿O sea que vos me llevaste a casa? –Le preguntó Angie a Niall. Este se puso algo nervioso y comenzó a voltear la vara que sostenía el malvavisco sobre el fuego.
-Si. –Asintió. –Te encontré moribunda tirada en un sillón y me diste algo de lástima.
-Gracias. –Respondió la morena, entregándole una leve sonrisa. Niall se sonrojó y le devolvió la sonrisa.
-De nada.

Cinco minutos después el silencio volvía a reinar el ambiente.

-¿Podés dejar de mirarme? –Dijo _______ a su mejor amigo, quien la miró desafiante.
-¿Por qué? ¿Te molesta? –Preguntó molesto.
-¡Sí! –Exclamó molesta. Ahora todos los ojos se posaban en ellos dos.
-Qué pena. –Respondió el rizado.
-Sos un pendejo, te juro. –Habló la chica, ya bastante frustrada.
-El burro hablando de orejas… -Respondió éste, emitiendo una pequeña risa.
-¿Me estás diciendo pendeja? –Harry se encogió de hombros con una sonrisa. –Pajero. –Dijo ella mientras se paraba y caminaba hasta la cocina. Harry se paró y la siguió.
-¿Había necesidad de armar esa escena? –Le preguntó él entrando a la cocina detrás de ella.
-¡Vos empezaste! –Gritó ella volteándose enfadada para quedar enfrentados.
-¡No! –Gritó furioso. -¡Vos empezaste cuando llamaste a Nate!
-¡No lo hubiera llamado si no hubieras sido un completo idiota con Anna! –Era una guerra de gritos completamente imparable.
-Lo que yo haga o deje de hacer con Anna no es de tu incumbencia…
-¡Es como si no me conocieras! –Exclamó furiosa. –Te metés con mis amigas, te metés conmigo. Hubiera hecho lo mismo por vos si fuera al revés…
-Vos sabías cuanto odio a Nate. ¿Justo a él tuviste que llamarlo?
-Bueno, puede ser que me haya pasado un poco. Pero estaba borracha, y enojada, y…
-¡Celosa! –Exclamó como si acabara de descubrir América. –Ahora entiendo. Estabas celosa de que Louis no te diera bola…
-¡¿Qué?! –Gritó sorprendida. -¿Vos me estás jodiendo? Mirá si voy a estar celosa… ¿Y todavía de Louis? –Emitió una gran carcajada.
-¡Estás hasta las manos, _______! –Giró gracioso mientras se burlaba de la chica. Ésta agarró una cuchara de madera que había sobre la mesada y le golpeó el brazo.
-¡Qué te calles! –Gritó enfadada. Harry se empezó a sobar el brazo de joda mientras miraba a su mejor amiga con una sonrisa. –No estaba celosa, ¿si? Ni en un millón de años estaría celosa de Louis. Solamente estaba enojada porque me ignoró. Y sabés lo mucho que me molesta que me ignoren.
-Si vos decís… -Dijo sarcásticamente Harry.
-No, en cerio. Mirame… -Dijo como si mirándola pudiera saber que no mentía. –Estamos hablando de Louis…
-Si, pero bien que te gusta comértelo… -Comentó gracioso. _______ le pegó reiteradas veces con la cuchara de madera. -¡Basta!
-No vuelvas a repetir eso en tu vida, ¿me escuchaste? –Éste rió y asintió con la cabeza. La chica suspiró y se arregló el cabello.
-Y pensar que fue todo gracias a la charla esa de mierda… -Pensó en voz alta.
-¿Charla? ¿Qué charla? –Preguntó la castaña igual que cuando Niall habló.
-Nada. Olvidate. –Comentó gracioso, agarrando de la heladera una lata de refresco.
-No. No me olvido. Contame. –Exigió alterada mientras cerraba la heladera antes de que agarrara lo que quería.
-No es nada, boluda.
-No te lo estoy pidiendo. Te lo estoy exigiendo. Contame ahora, Harry. –El más grande de los Styles suspiró.
-Liam nos dio esta charla de que estaba mal estar con las hermanas de los amigos, y que iba en contra de los códigos, y no se qu﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽quo esta charla de que estaba mal estar con las hermanas de los amigos, y que iba en contra de los cecas hubiera en sué chotadas más. –Dijo mirandola algo arrepentido.  de que estaba mal estar con las hermanas de los amigos, y que iba en contra de los cecas hubiera en suándola algo arrepentido.
-¡Yo sabía, pendejo del orto! –Gritó entre dientes con intenciones de salir corriendo a buscarlo, pero Harry fue más ágil, y logró detenerla antes de que saliera de la cocina. La sujetó desde el estómago y le levantó los pies del piso, mientras éstos se movían como locos. -¡Soltame! ¡Voy a matarlo!
-¡No! Porque eso demostraría que estás celosa. –Gritó él, forcejeando para que no se le escape. _______se tranquilizó un poco. No quería que Harry pensara eso. No quería que nadie piense eso. Porque no era verdad. Sopló para que un mechón de cabello se corriera de su cara, ya que no podía usar las manos porque las tenía aprisionadas bajo los brazos de su mejor amigo.
-¿Me podés bajar? –Preguntó calmada, aún luchando con el mechón de cabello sobre su cara.
-¿Prometés no salir corriendo a matar a tu hermano? -_______ no respondió. -_______, prometelo. –Exigió aún sosteniéndola.
-¡Okey! –Gritó furstrada. –¡Lo prometo! –Harry la bajó y ella se arregló la ropa y el cabello.
-¿Estás más tranquila? –Preguntó él también arreglándose el cabello.
-¡Claro que no!
-Pero no vas a salir corriendo, ¿verdad? –Preguntó preparado para saltar sobre ella si fuera necesario.
-No. –Contestó resignada. Harry se destensó.
-¿Me perdonás por hablarte mal anoche? –Preguntó el ojiverde algo tímido.
-Tal vez… -Respondió ella mirando al piso.
-Porfi… -Dijo con cara de perrito mojado. _______ rió y abrazó a su mejor amigo.
-Okey. –Dijo sin deshacer el abrazo.
-¿No me vas a pedir perdón a mí? –Dijo el chico aún abrazándola.
-Claro que no.
-¿Por qué?
-No me mates la vibra, bro. –Dijo graciosa mientras se separaban. Harry rió.
-¿Debería ir a disculparme con Annie? –Preguntó indeciso cruzando las manos.
-Claro que sí. –Respondió ella obvia.
-¿Ahora?
-Ya.

Harry desapareció por la puerta de la cocina que comunica con el patio de la casa donde los chicos estaban aún en la fogata.

-¿Y Anna? –Preguntó al llegar y ver que no estaba sentada donde antes.
-Se fue. –Respondió Louis sin sacar la vista del fuego.
-Mierda. –Dijo Harry corriendo a la entrada de la casa y saliendo disparado por la puerta.

Corrió por dos cuadras hacia la derecha, sin saber si era el sentido correcto, o si se había ido hacia el otro lado. Finalmente la vio doblar a la esquina.

-¡Anna! ¡Anna! –Gritó corriendo tras ella. Finalmente se volteó y vio al chico corriendo hacia ella.
-¿Harry? ¿Qué hacés acá? –Preguntó ella, algo sorprendida, pero aún así con una sonrisa.
-Hay algo que tengo que decirte. –Dijo él tratando de recuperar el aliento. Anna se cruzó de brazos y lo miró confundida.
-Te escucho. –Le respondió poniéndose un mechón de cabello detrás de la oreja.
-Lamento mucho como te traté la otra noche, no tuve que haberlo hecho. Solo que Liam dijo estas cosas sobre que… No importa. No voy a echarle la culpa a los demás. El tema es que creí que si seguía saliendo contigo como estuve haciendo durante todo este tiempo, Louis de verdad se iba a enojar conmigo, y no quería que eso pasara.
-Y, ¿en vez de hablarlo conmigo como una persona normal, decidiste ignorarme y chaparte a Serena? –Preguntó indignada, pero tratando de sonar relajada.
-Lo se, y lo lamento… -Se quedó unos segundos sin decir nada.- Tal vez hubiera otra razón por la que hubiera actuado así, además de no querer pelearme con tu hermano…
-Y esa razón era…
-Entré en pánico, ¿si? –Soltó luego de unos segundos en los que dudó entre hablar o no.
-¿En pánico? ¿Por qué? –Preguntó Anna riendo confundida.
-Porque… Porque solo había estado en dos relaciones en toda mi vida, si es que contamos las dos semanas que estuve con _______ una relación, considerando que nos cagamos mutuamente durante toda la relación. –Explicó mientras se ponía nervioso. Las palmas le empezaron a sudar, y no paraba de arreglarse el cabello que no paraba de moverse con el viento.
-Nosotros no estábamos en una relación, Harry. –Dijo la chica sonriendo, tanto para calmarse ella, como para calmar a su acompañante. –Solo salíamos un par de veces. Nunca hablamos de ser exclusivos. –Dijo lo último en un susurro mientras miraba para abajo.
-Shh, dejame terminar. –Respiró hondo y continuó. –Lo que decía es que solo tuve dos relaciones en mi vida, pero las pocas semanas que salí contigo se sintió más real que cualquiera de mis otras dos relaciones. Y se que no es mucho decir, considerando que mi otra relación fue Marcie… Probablemente debería de dejar de decir con quién estuve. Eso está empeorando las cosas. –Ella rió. Ahora no había nadie que le sacara la sonrisa que tenía en la cara. –El punto es que… Entré en pánico e hice algo estúpido. Pero al menos sirvió para darme cuenta de que aunque esté con millones de chicas, por alguna razón no paro de pensar en vos. Y estuve pensando que… Podríamos intentarlo. Podríamos intentar ser más que amigos. –Anna sonrió.
-Algo como… ¿novios? –Preguntó sin parar de sonreír. Harry asintió.
-Te tengo que advertir que no soy muy bueno en esto de las relaciones, pero de verdad estoy dispuesto a intentarlo por vos. –Se rascó la cabeza nervioso. –Entonces, ¿qué dices? –Anna vaciló. Por un lado quería decir que sí, pero por otro lado, ¿qué pasaba si Harry volvía a entrar en pánico y ella era la que terminaba lastimada? –Yo se que estoy bastante hecho mierda, pero tal vez, con tu ayuda, ¿podría cambiar?
-Okey. –Respondió ella con una sonrisa.
-¿Okey? –Preguntó Harry feliz.
-Si, okey.

Harry sonrió una última vez y la besó, suave y tiernamente.

-¿Puedo pedirte algo? –Dijo Harry al separarse.
-¿Que?﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽epararse.
uego de una sbesó, suave y tiernamente.
da, podría cambiar?ry volvía a entrar en pánico ntarlo por tra en sué? –Preguntó ella sin despegar las manos de su cuello.
-¿Podríamos mantenerlo en secreto? –La chica lo miró raro.
-Si es por Louis… -Comenzó a decir, pero luego la interrumpió.
-No es solo por Louis. En parte sí, pero, es para protegerte. En el colegio, la mayoría de chicas que odian a _______ en el colegio, es porque saben que ella puede, o más bien podía, estar conmigo todas las veces que quiera. En otras palabras, le tienen envidia. Y muchas de ellas son capaces de hacer cosas malas. Que de hecho les llegaron a hacer a _______, pero bueno. Vos la conocés. Se vengó el triple de fuerte entonces la dejaron de molestar. Pero, a lo que quiero llegar, -comenzó a divagar, notando que desde hoy no paraba de dar vueltas. –es que no quiero que te hagan nada.
-Awe. Odio que hagas que algo tan estúpido suene tierno. –Exclamó enternecida. Harry sonrió y ella lo besó. Suspiro﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ besHarry sonrimlgo tan estparaba de dar vueltas. -es  que quiero llegar, -comenz Que de hecho les llegaron a hacer a ó. –Okey. –Él volvió a sonreír y la besó.
-¿Volvemos? Está empezando a hacer frío… -Dijo él sin parar de sonreír.
-No… -Respondió y luego rió. –Harry, yo no me fui de mi casa porque no quería verte. –Dijo obvia, sin parar de reír.
-¿A no? ¿Y entonces por qué? –Preguntó confundido.
-Nos quedamos sin malvaviscos. –Respondió graciosa.
-Ahora me siento inútil por pensar que fue por mí. –La chica comenzó a reír. -¿Qué no estabas enojada, o algo?
-No, más bien estaba avergonzada por la estupidez que hice. No enojada, ni triste…
-Mmm, no. Sigo sintiéndome un pajero. –Ella lo besó. –Ahora un poco menos. –Lo volvió a besar. –Va disminuyendo. –Anna rió.
-Vamos. Acompañame a comprar más malvaviscos.

-De vuelta en la casa.-

-¿Nadie sabe qué está pasando? –Preguntó Zayn algo confundido. Todos negaron, aunque algunos si supieran lo que pasaba.
-¿Qué onda con _______? –Preguntó Angie jugando con su largo cabello castaño oscuro.
-No se. ¿Alguien quiere ir a ver qué le pasa? –Preguntó Micki recostada en su hermano.
-¿Es joda? ¿Vieron en humor que tenía? Va a odiar a cualquiera que vaya a hablar con ella. –Dijo Niall, jugando con el pelo de su hermana.
-Yo voy. –Dijo Louis parándose. –De todas maneras ya me odia.

El chico caminó hacia la cocina y abrió la puerta, para encontrar a _______ acostada boca arriba en la isla de la cocina, jugando con el celular.

-Quien quiera que seas, te odio. –Dijo la chica sin dejar de jugar con el teléfono.
-Si, lo se. –Respondió el ojiazul. La chica se sentó en la isla.
-¿Qué querés, Louis? –Dijo de mal humor.
-Querían saber si estabas bien. Y fui el elegido para averiguarlo. –Dijo recostándose en la mesada y mirándola.
-¿Y justo te eligieron a vos?
-Bueno, consideraron que no estabas con humor para hablar con nadie. Y considerando que a mi ya me odiás… Me mandaron a la hogera.
-No me hagas falsas ilusiones. –Dijo la chica arreglándose el cabello. Él rió.
-¿Todo en orden?
-¿Qué parte de “quien quieras que seas, te odio” no entendiste? –Preguntó la chica volviendo la atención a su celular.
-Lo lamento. Fue una pregunta estúpida. –Dijo sonriendo.
-Todo lo que decís es estúpido.
-¿Notaste que me estoy bancando todo lo malo que me decís, porque sé que estás de mal humor?
-Sip. Y de algún modo lo agradezco. Al no tirarte el celular por la cabeza, por ejemplo.
-Qué considerada. Gracias. –Dijo sarcásticamente, lo que ocasionó que se riera. De repente Liam entra a la cocina. _______ se tensó, y las manos le comenzaron a temblar. –Liam no te muevas. –Dijo Louis. Avanzó varios pasos hasta la chica, le sacó el celular de las manos, y volvió a donde estaba. –Listo, ahora sí.
-No. Ahora no. –Respondió ella, volteándose y dándole la espalda a su hermano.
-_______, ¿puedo hablar contigo? –Preguntó avergonzado, sin avanzar demasiado.
-No. –Respondió seca, pero con las lágrimas picando en los ojos. Liam avanzó silenciosamente y le tocó el hombro a su hermana, pero esta se zafó. –No me toques. –Respondió cuando las primeras lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.
-_______... –Dijo con un hilo de voz. Ella se bajó de la isla.
-Quiero estar sola. –Respondió caminando fuera de la cocina hasta el comedor.

El comedor estaba todo oscuro. La única luz que entraba era la de la luna por la ventana. _______ se sentó en el sillón. Estaba frío al tacto. Las lágrimas caían sin cesar de sus ojos. Trató de calmarlas. Y poco a poco lo logró.

Una vez que se calmó, volvió a la cocina, para encontrarse con una pila de platos y vasos sucios.

-Holu. –Dijo Anna de la manera más tierna que pudo, al entrar con unos platos sucios a la cocina.
-Hola. –Respondió _______ empezando a lavar las cosas.
-¿Todo bien? –Ella asintió, fingiendo una sonrisa. –No tenés que lavar…
-Me tranquiliza. En cerio. –Respondió con una sonrisa.
-Okey… Si vos decís.
-¿Puedo quedarme en tu casa hoy? –Preguntó la chica, fregando un plato.
-Si, obvio. Todo bien.
-¡Anna! ¡Se va la gente! –Gritó Louis desde la sala.
-¿Venís? –Negó.
-Andá. Yo me quedo lavando. –Asintió y caminó a la sala, donde todos estaban despidiéndose.
-¿Y mi hermana? –Preguntó Liam, completamente arrepentido.
-Se va a quedar a dormir a casa. Perdón. –Se disculpó como si fuera su culpa. Liam le dio una media sonrisa, diciendo de alguna manera que estaba bien, cuando en realidad no lo estaba.
-Puta, ¿no te venías a casa a explicarme matemática? –Preguntó Alison.
-¡Mierda! –Exclamó la castaña.
-No entiendo un choto, y tengo examen mañana. ¡Por favor! –Exigió la ojiverde.
-Okey. Pero me prestás ropa. No pienso ir arriba a buscar algo. –Alison asintió, mientras Anna agarraba su abrigo del perchero y se lo ponía, saliendo por la puerta.
-¿Cuánto tiempo decís que tarde _______ en saber que se queda en una casa sola contigo? –Preguntó Harry recostado en la puerta, mientras todos los demás se subían a diferentes autos.
-El tiempo que tardes en irte, y yo en caminar a la cocina… -Respondió con una sonrisa.
-Con cuidado… -Dijo Harry caminando de espaldas hasta el auto de Liam.

-No prometo nada… -Respondió el ojiazul cerrando la puerta tras de él, y quedando finalmente solo en una casa con _______.

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No me maten!!! Se que odian que las deje con la intriga!!! Pero yo amo dejarlas con la intriga. En fin, espero que les haya gustado el maratón, en especial a Micki, y que me digan lo de los hashtag y lo de la twitcam, y lo de la novela. Plis!!! Las adoro a todas. Mucho.

Laters, babies.

Juliii :)

Hola!!!

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Bueno, para empezar, espero que les haya gustado el maratón. Pronto seguiré escribiendo. Las que se tomaron la molestia de leer los anuncios sabrán que con Ana estamos haciendo una nueva novela. La idea es mía, y ella la escribe. En fin, ya subimos el prólogo, y estaríamos encantadas de que lo lean. Este es e link: http://beginagainnovela.blogspot.com/

Lo siguiente a tratar, que es otra de las razones por las que hago esta entrada, es ver bien qué hacer el 14. ¿Les parece bien una twitcam? Y el hashtag, ¿Cuál hacemos? #WeLoveYouJuli o #Julilovers? Esos fueron los "finalistas" de la otra vez cuando votamos hace un mes mas o menos. En fin, es importante que comenten. También, ¿A qué hora quieren que sea? Yo había pensado alrededor de las 4 en mi país, (Uruguay) ¿Qué les parece? Por favor, comenten. Les agradecería mucho. Las adoro, lindas.

Juuuuu :)

#Julilovers

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Buenas dias, tardes, noches!!!! Bueno, esta entrada es para aclarar un par de cosas. Primero, al final desistí de hacer la twitcam por varios problemas que incluyen el echo de que el internet en mi cuarto es una verga. Segundo, el hashtag. Quedó como Hashtag elegido #Julilovers y vamos a hacerlo a las 7 de la tarde Uruguay ya que sino muchas de ustedes estarían aún en la escuela si lo hago a las 4 de Uruguay. Entonces sería así:

Argentina: 6 pm
Colombia: 4 pm
Perú: 4 pm
Paraguay: 6 pm
Venezuela: 4:30 pm
España: 10 pm
Panamá: 4 pm
México: 3 pm
Bolivia: 5 pm

No se si me falta alguno. Es que me acabo de levantar y estoy recontra dormida. En fin, si falta su país, pónganlo en los comentarios que yo les respondo :) Lo mismo si hay alguien que la lea y vive en otro país. Ah, además, estaría bueno de que pongan el hashtag todo el día, no solo a las 7. Yo ya empecé a ponerlo en twitter, y estaría bueno que ustedes también, pero a la hora marcada todas se ponen las pilas. ¿No sería genial que fuera TT? Digo, es re loca la idea, pero bueno. Yo se que a algunas se les va a caer un huevo hacer esto, o lo que sea, pero significaría mucho para mí. De verdad. Así que gracias de antemano. Y bueno, ¿Qué hacen leyendo esto? VAYAN A TWITTEAR YA!!!!! Ahora! Vayan! Dejen de leer!!!!

Jajajaja, en fin. FELICES 2 AÑOS AL BLOG!!!!!!! FELICIDADES AL BLOG!!!!!! Probablemente esté escribiendo capítulo hoy mientras hagamos el hashtag, así que depende de ustedes. -Esto es terrible soborno- Si logramos que mi inicio quede lleno del hashtag #Julilovers subo capítulo hoy! Depende de ustedes no parar de twittearrr!!!! Acuerdense, hay que hacerlo todo el día, no solo a esa hora!!! Empiecen desde ya!!!!! Vamos!!!!!!!!!!


Las adoro a todas divinassssss!!!!

Respondo:
Génesis: Wow, tu comentario verdaderamente me sacó una sonrisa. Amo los comentarios largos!!! Qué mal lo de tu computadora, pero que bien que existen celulares para solucionar la falta de computadoras! No te preocupes, de seguro tu padre estaba jodiendo. Te va a re comprar una nueva. Y sino ahorrá vos y comprátela. Dale a tu prima un buen azote de mi parte :) Beso enorme, amorr!!!!
Bren: Que divina!!!! Te adoro linda!!!! Y si querés conocerme, tipo una foto o algo, pedímela por mensaje privado de twitter, y te paso mi instagram o algo :)
Alexandra: ¡Bienvenida!! Me encanta tu nombre!!! Nada, era para decirte eso. Jajaj te dicen Alex? Que divino!!
Nathy Piino: Mi twitter especial para la novela es @CurlyArmy :)
Laura: Bueno... Si. Estábamos hablando de eso el otro día. Las dos se llaman Serena por el simple hecho de que ambas odiamos a Serena de Gossip Girl. Pero ella no se había dado cuenta que la había puesto el mismo nombre que yo aajjajaa. En fin, la mía no va aparecer mucho igual. Todas quieren saber que pasa con Louis y rayita... Pero van a tener que esperarrrr :) No se cuando va a subir Ani, pero podés preguntarle :) Está su Ask. Claro que me paso por tu novela. Pero dejame el Link en el ask, así no me olvido :) Jajaja muchas gracias Lau!!! Te adoro, linda :)
Cross: Claro, a mi también me encantaría hablar más contigo. Podemos hablar por twitter o por facebook, o por mail :) Por donde quierassss :)

Bueno, ahora sí.

Laters, babies.

Super recontra emocionada por el día festivo que es hoy,

Juliii :)

Ahh, y me olvidaba. Tengo una página de facebook con Micki, la chica de la novela, y me gustaría que le den MG. Siempre ponemos fotos, y cosas así, y también voy a poner adelantos de los capítulos de mi novela conforme los escriba, y noticias acerca la novela. Gracias desde ya!!! Este es el link! :

------> Get a proper job, you dicks. <-------

Capítulo veinticinco: "I wanna sex you up".

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One...

Two...

Three?...



-¿Cuánto tiempo decís que tarde _______ en saber que se queda en una casa sola contigo? –Preguntó Harry recostado en la puerta, mientras todos los demás se subían a diferentes autos.
-El tiempo que tardes en irte, y yo en caminar a la cocina… -Respondió con una sonrisa.
-Con cuidado… -Dijo Harry caminando de espaldas hasta el auto de Liam.
-No prometo nada… -Respondió el ojiazul cerrando la puerta tras de él, y quedando finalmente solo en una casa con _______.

Dejó de perder el tiempo y caminó hacia la cocina, donde se topó con una _______ fregando un plato con mucha ferocidad, considerando que si lo seguía fregando iba a desaparecer.

Louis caminó en silencio y la abrazó por la espalda. Ella sabía que estaban solos. Había escuchado la conversación. Pero no iba a irse con Liam. De ninguna manera. Prefería quedarse con Louis. Además, de todas maneras, últimamente no se estaban llevando tan mal que digamos…

El ojiazul comenzó a besar el cuello de la chica, mientras ésta no paraba de lavar los platos.

-No, Louis. No estoy de ánimo. –Dijo la chica, tratando de ignorar los actos del mismo, pero se le dificultaba horrores.
-¿Por qué? –Preguntó aún en el oído de la chica. –Besar a alguien siempre te pone de buen humor.
-Excepto que ese alguien seas vos… -Respondió ella graciosa, mientras finalmente terminaba con el plato y empezaba con otro.
-Especialmente si ese alguien soy yo. -_______ rió a causa de ese comentario.

Ella sonrió. Tal vez todo lo que necesitaba es un poco de distracción. Tal vez todo lo que necesitaba era estar con él. Giró sobre sus talones para quedar enfrentada al castaño, y en un acto fugaz subió sus manos a su cuello y comenzó a besarlo. Claro que él no se opuso.

Ya no le importaba ni Liam, ni Harry, ni el hecho de que le estaba llenando el cabello con jabón para lavar platos. Solo importaba ella y él, congeniando de la única manera viable que conocían.

Ella estaba enojada, y descargaba su ira en él; mientras que él estaba demasiado lujurioso como para pensar en sus actos. Louis acorraló a _______ contra la pared y en un acto desenfrenado le quitó la campera. Ella agradeció mentalmente, conforme la situación iba subiendo de nivel, el calor en su cuerpo aumentaba. Esta es probablemente el beso más desenfrenado que ambos se habían dado hasta el momento.

El castaño la incentivó a enrollar sus piernas alrededor de su cintura, y ella no lo desaprovechó. Una vez que la tenía bajo control, arrancó a caminar con ella en brazos hasta las escaleras, mientras sus bocas seguían en un concurso de lucha libre. La chica comprendió lo que él quería. Por un lado quería parar, pero por otro había como una fuerza que le impedía separar los labios de los de él, dejándolo de esta manera que la conduzca escaleras arriba hasta su habitación.

Una vez ahí, se bajó de él sin interrumpir el beso. Louis había controlado toda la situación hasta el momento, y ella, feminista como era, decidió ser la controladora, en vez de la controlada.

Sin siquiera pensarlo, ya estaba quitándole la remera y guiándolo hasta la cama. Lo empujó hasta dejarlo tirado en la cama.

-Wow. –Logró emitir él, mientras desde la cama la miraba con admiración. Ella sonrió y se sentó sobre el, poniendo cada pierna de un lado de su cuerpo.

No pasaron tres segundos antes de que retomaran el beso, solo que esta vez, ella era la que controlaba. Louis se apresuró a quitarle la remera a ella, quedando en ropa interior, al menos de la cadera para arriba, y luego continuar besándola.

El calor entre ellos dos cada vez aumentaba más, hasta que en un acto de estupidez, Louis subió las manos hasta su bra para desabrocharlo. No pensaba lo que estaba haciendo. Simplemente se había dejado llevar, al igual que ella. Pero en ese momento algo le hizo entrar en razón a _______. No había manera de que perdiera su “V card” con alguien como Louis. No había chance.

-Suficiente. –Dijo ella separándose de su cara y sentándose sobre él, aún con cada pierna a un costado de su cuerpo.
-¿En cerio? ¿Ahora? –Preguntó riendo él. Por un lado estaba de acuerdo con ella, pero por otro quería continuar sin importar las consecuencias…
-¿Preferías que lo pare en la escalera? –Contestó _______, dándole un toque divertido a la situación.
-No. Si valió la pena esta parte… -Ella rió y atinó a salir de arriba de él, pero la sujetó de las piernas, impidiéndole tal acto. -¿No podemos simplemente besarnos sin llegar a más lejos?
-Estoy en ropa interior. –Dijo ella a modo de respuesta, demostrándole que “solo besarse” no estaba en las posibilidades.
-¿Y? –Insistió el castaño.
-Estabas a punto de sacarme la escasa ropa que me quedaba en la parte de arriba de mi cuerpo.
-Creo en la igualdad de género. Si yo no tenía nada de la parte de arriba de mi cuerpo, me pareció justo emparejar la situación.
-Te voy a emparejar la cara. –Respondió ella sonriendo, mientras finalmente se bajaba de la cama.

_______ agarró su remera del piso y se dispuso a salir de la habitación de Louis, pero nuevamente no pudo concretar la acción.

-¿A dónde vas? –Preguntó el ojiazul sentándose en la cama.
-¿A dormir? –Contestó obvia. –Mañana hay clases.
-¿Por qué no podrías dormir conmigo? –Dijo sonriendo tiernamente.
-Por la misma razón por la que mi remera está en mi mano, y no en mi cuerpo. –Le respondió con una sonrisa burlesca.
-Detalles… -Respondió él, riendo. –Por favor… -Insistió, pero ella se mantuvo firme a su decisión de dormir en el cuarto de su hermana. –Es que cuando duermo contigo no tengo pesadillas.
-Aww. –Dijo ella, fingiendo estar enternecida, mientras se acercaba a él y le acariciaba la mejilla. –Pedile a la Señora Robinson, Christian. Anastasia se va. Paz. –Dijo graciosa mientras daba media vuelta para irse, pero él la cinchó del brazo logrando que al voltear de vuelta a donde estaba, cayera sobre él.
-Okey, citar a Christian Grey tal vez no fue mi mejor estrategia. Pero por favor, me gusta dormir contigo. –Insistió a centímetros de su cara, con una voz increíblemente ronca, que se escuchaba demasiado sexy para el gusto de la chica.
-¿Te tengo que recordar que me caés mal?
-Si, si. Y yo no te banco. ¿Y qué? –La cara que puso Louis fue épica. El gato con botas definitivamente debería de recibir clases de él, porque ni él superaba la cara del más grande de los Tomlinson.
-Okey. –Dijo ella, poniendo los ojos en blanco.

No sabía por qué había dicho que si. Porque, en sí, a toda chica le gusta dormir junto a un chico, pero por otro lado, si ese chico es Louis, las reglas no se aplican mucho que digamos. Entonces, técnicamente, no quiere, pero a la vez si quiere. Pero una de sus reglas de vida incluye que si se está entre el sí y el no, siempre elije el sí.

-Fin de la narración.-

-Narras tu.-

Caminé al cuarto de Annie, y saqué un pijama de su ropero. Una vez que me había cambiado, volví al cuarto de Louis. En ese proceso me habré preguntado unas ciento veinticinco veces por qué chota acepté dormir con Louis. Tal vez, y lo más probable, es que con todo lo que pasó hoy, no soportaría estar sola ni un segundo. Preciso estar acompañada y parcialmente distraída para no pensar tanto en toda esta mierda, incluso si ese acompañamiento y distracción es Louis. A esta altura todo sirve.

-Por casualidad no tenés un cepillo de dientes extra por ahí, ¿no? –Pregunté entrando en la habitación, para encontrarlo tirado en la cama mirando televisión, usando únicamente un pantalón de pijama.
-Usá el mío. –Respondió sin despegar la vista de la televisión.
-¡Qué asco! –Exclamé tratando de llamar su atención.
-¿Por? Yo usé el tuyo mínimo tres veces solo la semana pasada.
-¿¡Qué!? –Grité espantada. –Me repugnas. –Dije caminando al baño.
-Eso me llegaría más si no estuvieras dispuesta a lavarte los dientes con mi cepillo. –Emití una pequeña risa y me comencé a lavar los dientes.

Al terminar, até mi cabello en una cola alta, y volví al cuarto.

-¿Tenés predilección por algún lado? –Preguntó observándome aún desde la cama.
-Normalmente duermo en el medio…
-Genial, yo también. –Me interrumpió con una sonrisa pervertida.
-Iba a decir que me da igual. –Respondí caminando al lado contrario de donde él estaba.
-Tuve que haber preguntado si preferías arriba o abajo… -Con una sonrisa en la cara le tiré un almohadón en la cara y me senté. –Eso no responde a mi pregunta…
-Me estoy por arrepentir… -Le respondí mientras me acostaba lo más separada de él posible.
-Pensé que ya estabas arrepentida desde el momento en que me dijiste que sí. –Ese comentario me hizo reír genuinamente. Luego me di media vuelta y me preparé para dormir. -¿Ya te vas a dormir?
-Supongo. –Le dije aún con los ojos cerrados. No se si darle la espalda era buena idea, pero seguramente era mejor que dormir enfrentados, con su cara a centímetros de la mía.
-¿Sin hablar ni nada?
-Okey. –Dije en un suspiro. -¿De qué querés hablar?
-De qué tan bien te verías en un traje de conejita playboy. –Respondió en una voz ronca.
-Averigüémoslo en Halloween. –Respondí aún sin voltear. Él había apagado la televisión y estábamos en oscuridad completa.
-¿En cerio? –Preguntó esperanzado.
-No. –Respondí riendo.
-Darme falsas expectativas es cruel. –Hubo un momento de silencio en el que me dediqué a mirar por la ventana como las ramas de un árbol se movían al vaivén del viento. -¿Puedo hacerte una pregunta? Pero una seria. –Dijo en un suspiro. ¿Pregunta seria? ¿De qué está hablando?
-Okey. –Respondí algo asustada e impaciente por lo que quería preguntar.
-Hoy más temprano, cuando sonreíste luego de haber estado mal… -Comenzó a decir.
-¿Qué hay con eso? –Pregunté recordando el momento y entristeciéndome de vuelta.
-¿Por qué? –Preguntó finalmente.
-¿Por qué que? –Dije aún sin mirarlo.
-¿Por qué lo hacés? –Insistió. Esperé unos segundos antes de contestar, meditando mi respuesta.
-Ya me habías preguntado eso.
-Y no me habías respondido. –Nuevamente me tardé unos segundos en responder, pero esta vez porque no sabía la respuesta con exactitud.
-No lo se. Supongo que si luzco feliz por fuera, finalmente pueda sentirme feliz por dentro. –Él emitió una pequeña risa, y finalmente me volteé a verlo. Lo tenía más cerca de lo que imaginé. La poca luz que se colaba por la ventana le hacía sombra en varias partes de la cara, y hacía resaltar sus hermosos ojos celestes. -¿Qué es tan gracioso? –Pretendía sonar molesta, pero la armonía de su cara me tranquilizó enormemente.
-Lo que dijiste. No va a funcionar. –Aseguró con una sonrisa decaída.
-¿Y vos que sabés? –Presentía que había algo por lo que me lo decía.
-¿No podés solamente confiar en mí y ya? –Preguntó de la misma manera. Negué levemente, mientras seguía con mis ojos clavados en los suyos. –Experiencia propia. –Respondió finalmente. Tenía la mirada perdida y algo apagada.
-Quiero saber. –Insistí. A veces era malo ser tan curiosa, pero no puede dejarme la historia por la mitad. Un minuto entero pasó antes de que se decidiera a hablar. Probablemente se debatía internamente si contarme o no.
-¿Nunca te preguntaste que pasó con mi padre? –Habló finalmente. Asentí levemente.
-Creí que tus padres se habían divorciado. –Respondí, ahora dándome cuenta que estaba claramente errónea.
-Mi padre murió hace tres años en un accidente de auto. –Dijo, conforme una lágrima caía de sus ojos. No se nada, pero ver a un hombre llorar debe de ser peor incluso que ver a tu madre llorar. Cuando los hombres lloran sabés que es por algo genuino, que de verdad les duele algo, o están tristes, y es lo peor que te pueda pasar en la vida verlo. –Al principio no hacía más que sonreír. Mostrarle a la gente que no deberían de preocuparse por mí. Creía que si sonreía, finalmente iba a terminar superándolo. Pero finalmente entendí que no lo iba a superar, ni quería hacerlo. Esconder mis emociones respecto al tema solo incrementa el dolor. Porque no lo compartiría con nadie, y tendría que lidiar con ellas por mí mismo. Sin embargo, si hablaba sobre eso, ya iba a haber otra persona que me ayudara a lidiar con esas emociones, y no recaería todo el peso sobre mí. Creeme, hace medio año ni siquiera consideraría la opción de contarte esto. Pero siempre que le hablo a alguien sobre esto, es como si me sacara un peso de en cima. Incluso si a esa persona no le importara. Hablar sobre ello me hacía sentir mejor. –No sabía que decir, o que hacer. Pasé el siguiente minuto mirándolo fijamente, tratando de averiguar como reaccionar. –Por favor no me mires así.
-¿Así como? –Pregunté sin dejar de mirarlo.
-Con lástima.
-No te miro con lástima. –Respondí segura. –Te miro con admiración. –Él sonrió.
-Apuesto que a esta altura hubieras preferido seguir con el tema de el disfraz de conejita playboy. –Emití una pequeña risa.
-Me siento una pajera llorando porque mi hermano me dijo que desearía tener otra hermana que no fuera yo, cuando hay problemas más importantes que una boludez como esa. –Dije con una pequeña risa apagada.
-Estoy seguro de que Liam solo se dejó llevar por la rabia. –Me encogí de hombros mientras las lágrimas amenazaban con formar parte de la conversación. –Ah, no. No te me pongas a llorar, por favor.
-Eso definitivamente va a impedir que llore… -Respondí sarcásticamente, emitiendo una pequeña risa que retenía mis lágrimas. -En cerio, sos el peor consolador del mundo. –Dije riendo.
-Depende de a que te refieras con la palabra “consolador”, porque si utilizás la versión pervertida de la palabra, mi consolador es un excelente consolador. –De repente ya estaba riendo a carcajadas.
-Me das asco, te juro. –Dije a la mitad de mi risa.
-Si, pero mis obscenidades te hacen reir﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽mis obsenidades te hacen re.
r es un excelente consolador. -De fr sacara un peso de en cima. Incluso si a esa personaír.

Me quedé observándolo. Sus ojos, que ahora gracias al momento emotivo, se veían más brillantes que lo usual, y con la luz de luna que se colaba por la ventana hacían que resalten en toda la habitación. Su pequeña nariz, su sonrisa triste, pero lo suficientemente animada como para no deprimirme a mí.

Traté de nublar mis pensamientos sobre lo lindo que era Louis, pero solo logré desviarlos hacia todo el problema con Liam. Al menos había solucionado el problema con Harry. Pero lo de él no fue tan malo. Me dice perra y puta prácticamente todos los días, y tenía sus razones. Pero con lo que me dijo Liam se pasó. Se que yo la cagué, pero decirme que odia tenerme de hermana, eso duele.

Comencé a sentir angustia en el pecho, y se me hizo un nudo en la garganta conforme recordaba las palabras que me había dicho esta mañana. Traté de no llorar, pero las lágrimas salieron sin preámbulos.

Louis me acercó a él y me abrazó, mientras yo me sentía una estúpida al no poder controlar mis lágrimas.

-Estoy seguro de que Liam no lo siente de verdad. –Simplemente me acurruqué en su pecho mientras sollozaba incontrolablemente. –Cualquiera desearía ser tu hermano. Cualquiera menos yo, claro. Porque si fuera tu hermano no podría hacer esto… -En seguida me dio un corto beso en los labios, e instantáneamente me hizo sonreír. –Mierda, verdaderamente voy a ir al infierno por esto. –Nuevamente reí.
-Al segundo círculo, si. –Respondí sin pensarlo, con los ojos cerrados, y descansando sobre su pecho.
-¿Qué? –Preguntó con un deje de diversión en su voz.
-En la Divina Comedia, Dante afirmaba que habían nueve círculos en el infierno. El segundo es el de los lujuriosos. –Respondí inconscientemente. Sabía que a él no le importaba, pero me distraía hablarle de Literatura. Es una escusa para no pensar en todo.
-Claro que sí. –Respondió acariciándome el cabello.
-Lo lamento, me distrae hablar de otra cosa.
-No hay problema.

Finalmente me quedé profundamente dormida, mientras Louis me acariciaba el cabello. ¿Cómo es posible que hayamos empezado la noche de una manera totalmente diferente a la que la terminamos?  



Unos pasos resonaron en el pasillo logrando despertarme. Parecían tacones. Una puerta se abre y se escucha alguien llamando a Anna. Era la voz de una mujer. Finalmente me doy cuenta que estoy abrazando a Louis por la cintura. Saco mi brazo y trato de moverlo para que esa sensación cosquilleante de cuando se te duerme alguna parte del cuerpo se duerme, desaparezca. Los pasos volvieron a escucharse.

-Louis, ¿dónde está tu hermana? –Se escuchó segundos antes de que alguien abriera la puerta. Rápidamente atiné a hacer lo primero que se me vino a la mente, tirarme al piso y esconderme debajo de la cama. Lo último que quiero es que la madre de Louis me encuentre durmiendo con él… -¿Louis? –Vi sus zapatos avanzar hasta la cama y despertar a Louis mediante la técnica de destaparlo. -¡Louis! –Exclamó una vez que el chico se había levantado. -¡Vas a llegar tarde a clases! ¿Dónde esta tu hermana? –Insistió, pero no recibió respuesta por parte del castaño, quien seguramente se estaba desperezando. -¿Durmió contigo?
-¿Qué? No. –Respondió en un bostezo.
-¿Y a quién buscas desesperadamente? –Respondió la señora J.
-No, a nadie. –Respondió con voz ronca.
-Llego tarde al trabajo. –Dijo caminando de vuelta a la puerta. –Levantate ahora. –Y luego desapareció cerrando la puerta a su paso.

Traté de levantarme, pero mi cerebro no funciona muy bien en las mañanas, así que terminé golpeándome la cabeza contra la madera de debajo de la cama, captando la atención de Louis, quien miró hacia abajo con una sonrisa en la cara.

-No te quiero escuchar decir una sola palabra. –Dije saliendo de debajo de la cama y sobándome la cabeza, donde me había golpeado.

Él trató de no reír, pero no lo logró. Me acosté de vuelta en la cama, y él se acostó a mi lado. Mi teléfono comenzó a sonar.

-Pasame mi celular. –Le pedí a Louis, ya que mi celular estaba en la mesa de noche de su lado de la cama. Hizo un intento de agarrarlo, pero con suerte estiró el brazo.
-No llego. –Respondió, volviendo a dormir.

Pasé sobre su cuerpo hasta llegar a mi celular y lo atendí antes de que la persona que llamaba cortara.

-¿Hola? –Respondí, tratando de volver a mi lugar, pero Louis me tenía atrapada con sus brazos, lo que me dejaba parcialmente sobre él.
-¿_______ Payne? –Preguntaron del otro lado de la línea. Me pareció algo raro que me hablaran así.
-Si, soy yo. –Respondí dudosa.
-Si, mirá, te llamo del colegio. El inspector Raynolds viene de improvisto hoy, y estamos llamando a todos los alumnos para avisarles de que tienen que usar el uniforme. –Respondió, ahora sabía, la secretaria del colegio.
-¿Hoy? –Pregunté. Aún seguía adormilada y me costaba unir las piezas dentro de mi cabeza.
-Si. Hoy. –Respondió seca, claramente queriendo que la conversación termine. –No se olvide de avisarle a su hermano. –Lo que me faltaba era recordar a Liam. Cerré los ojos con fuerza mientras aún seguía recostada en el pecho de Louis. Ya había renunciado a luchar para volver a mi posición anterior hace un rato largo.
-Claro. Yo le aviso. –Respondí en un suspiro. –Me estoy quedando en lo de Louis y Anna Tomlinson, así que les aviso a ellos también.
-Estupendo. Chau. –Se despidió. Se escuchaba estresada y apurada a la vez.
-Chau. –Respondí, pero ya había cortado el teléfono.

Me escudé en el pecho de Louis y me desahogué con un pequeño grito, dejando la frustración salir.

-¿Todo en órden? –Preguntó al notar mi mal humor.
-Es día del uniforme, y no tengo el uniforme, y tu mano está descaradamente sobre mi culo. Así que no, no está bien. –Exclamé frustrada. Él inmediatamente retiró ambas manos y me dejó volver a mi lado de la cama, en el cual no permanecí ni tres segundos.
-¿Día del uniforme? ¿Qué? –Preguntó mientras se sentaba en la cama y se desperezaba.
-Una vez al año, o como máximo dos, viene el Inspector al colegio. Y se supone que deberíamos usar uniforme todos los días, pero hace como cinco años que se viene haciendo esto, a petición de los alumnos, que dicta que solamente usamos uniforme cuando visita el Inspector, y fingimos que somos gente educada y formal, así se cree que en verdad lo usamos todos los días, como en verdad deberíamos. –Hablé rápido, calculando mentalmente cuánto tiempo me queda para conseguir un uniforme y prepararme para el colegio. Pero considerando que hoy entro a tercera, me tranquilicé.
-¿Y el pibe no pasa por en frente al colegio y se da cuenta que nadie usa uniforme? –Preguntó fregando sus ojos.
-Vive en Escocia. –Respondí mientras buscaba a Alison entre mis contactos. –Así que no, no pasa por en frente al colegio y los ve a todos sin uniforme. –Llamé a Alison mientras caminaba de un lado a otro de la habitación.

El día del uniforme es más estresante de lo que se imaginan. Se necesita un compromiso de todos los alumnos del colegio, y hay que estar impecablemente pulcros. El mínimo detalle sale mal, y el viejo se da cuenta de la farsa, y vamos a tener que verdaderamente usar el uniforme todos los días. Y nadie quiere eso. Entonces una vez al año la gente se comporta educadamente para causar al Inspector una buena impresión.

Alison respondió prácticamente antes de que empezara a sonar.

-Es día del uniforme. –Habló casi al instante. -¿Qué vamos a hacer?
-Okey, calmate. ¿Annie no tiene un uniforme? –Escuché como le preguntaba a Anna si tenía uniforme, y ésta le respondía que sí.
-Dice que está en su ropero. Pero da igual, no hay tiempo de ir a buscarlo. –Exclamó notablemente estresada.
-Que Annie use mi uniforme, y yo uso el de ella. Problema resuelto. –Respondí, finalmente dejando de caminar en círculos, como si el continuo movimiento me ayudara en algo.
-Yo pude haber pensado en eso. –Respondió algo consternada.
-Pero no lo hiciste. Vayan a arreglarse, nos vemos en el colegio. –Y corté.

-Anna tiene un uniforme, así que vos debes de tener uno tambien. asa arreglarse, nos vemos en el colegio. -Y Respondmente para causar al Inspector una buena impresiranqés de tener uno también. –Afirmé mirando a Louis, quien seguía sentado en la cama mirándome fijamente.
-Si, supongo. Creo que compramos uno, pero pensé que nunca lo íbamos a usar.
-¡Andá a prepararte! –Le grité antes de salir de la habitación rumbo a la de Annie.

Comencé alisando mi pelo, y luego tardé otros ocho minutos buscando el bendito uniforme de Anna, que estaba en el lugar más recóndito de su ropero de mierda. Me puse la pollera, que era a cuadros rojos y negros muy pequeños, casi invisibles, y tableada. Era como un microscópico estampado escocés, solo que en otros colores. Al Inspector nunca le importó el largo de la falda, mientras tapara lo necesario, así que la llevaba moderadamente corta. Y a continuación me puse la camisa, simple y blanca. Antes de abrochármela, decidí ir a ver como iba Louis con el tema del uniforme. De seguro se quedó echado mirando televisión.

-¿Cómo vas? –Pregunté al entrar en su cuarto, sin reparar que aún no abrochaba mi camisa.
-Ahora mucho mejor. –Respondió con una sonrisa impregnada en la cara, mientras me analizaba el cuerpo entero.

Él estaba desastroso. Los pantalones color beige con corte jean se le caían, dejando ver su ropa interior, la camisa mal abotonada, y por fuera del pantalón, y el pelo hecho un asco.

Desabroché su camisa blanca, como la mía, y la volví a abrochar correctamente, hasta el n. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ una buena impresiranq el iqueta para confirmar que era completamente nuevo.tableadaal Inspector una buena impresiranqúltimo botón.

-¿Me querés ahorcar o qué? –Preguntó, quejándose de que haya abotonado hasta arriba su camisa.
-Debo confesar que la idea se cruzó por mi mente un par de veces. –Respondí con el semblante serio. -Cinturón. –Exigí parándome frente a él, con la mirada fija.
-No uso cinturón. –Respondió con las manos en los bolsillos, haciendo una mueca con la cara.
-No te pregunté, te lo exigí. –Caminó arrastrando los pies hasta un cajón, y tras abrirlo sacó un cinturón marrón de cuero, prácticamente sin uso. Le faltaba la etiqueta para confirmar que era completamente nuevo.

Desabroché su pantalón y pasé el cinturón por las hendiduras del mismo, para luego meter su camisa dentro del pantalón, y finalmente abrocharlo.

-Parezco un estúpido. –Dijo mirándose al espejo.
-Aw, no, cariño. Sos un estúpido. –Sonreí mientras sacaba de la bolsa, donde calculo antes estaba el uniforme, la corbata color rojo oscuro. Odio esa cosa. Las mujeres también tienen que usarla. Es asquerosamente repulsiva.
-Ni en pedo uso corbata. –Dijo cruzándose de brazos, y negando reiteradas veces con la cabeza.
-O te la bancás todo un día, o nos sentenciás a todos a usarla durante el resto de nuestra existencia. –Hablé pasando la corbata por su cuello y acercándolo a mí.
-Te ves sexy obligándome a hacer cosas. –Dijo con una sonrisa mientras me agarraba de la cintura. –Es eso, o que puedo ver tu bra. –Emití una pequeña risa mientras pasaba la corbata correctamente por debajo del cuello de la camisa, y la ataba. Siempre fui buena haciendo el nudo de corbatas. Siempre se lo hago a mi padre, y a Liam… -¿Tiene que estar tan ajustada? ¿No puede estar un poco más suelta?
-¿Tenés que ser tan insoportable? ¿No podés dejar de protestar por todo? –Contesté en el mismo tono de voz.

Cuando finalmente terminé con su corbata, me escabullí de entre sus brazos y volví a la habitación de Anna para terminar de arreglarme yo. Me abotoné la camisa hasta arriba, y me puse la corbata, tal como había hecho con Louis. Me puse las medias largas rojo oscuro, el mismo de la corbata y la falda, un poco más debajo de las rodillas, y unos zapatos Oxford color negro.


Una vez lista, me puse una vincha (diadema, o como sea que le digan en su país) en la cabeza color negro, que encontré tirada en el fondo del buró de Anna. Hacía un gran contraste con mi pelo castaño claro. Quedaba linda.


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Chiquilinas, no saben el bloqueo mental que tenía. Tipo no me salía escribir. Y es estúpido, porque entre ayer y hoy me escribí todo el capítulo. Suerte que me desbloqueé. Discúlpenme, me dio un bloqueo pos final de clases, o algo así. Pero ahora ta está todo bien. Se que no está tan bueno el capítulo, acabo de salir de un bloqueo, era medio obvio, pero bueno. En fin, les diría "ojalá que les guste", pero es una chota. Creo que sigo algo bloqueada. Así que solo voy a decir "Ojalá que no me quieran matar" :) 

Las amo a todas, sépanlo.

Juuu :)

Capítulo veintiséis: "Let It Go".

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[Si no puedes estar feliz, por lo menos puedes estar borracho]



Una vez lista, me puse una vincha (diadema, o como sea que le digan en su país) en la cabeza color negro, que encontré tirada en el fondo del buró de Anna. Hacía un gran contraste con mi pelo castaño claro. Quedaba linda.


-Por favor, agradecería que me dejes de dirigir la palabra. Gracias. –Dije cambiando mi vista a la ventana del auto.
-¿Disculpá? Fuiste vos la que me hablaste primero… -Reprochó con la vista fija en el camino.
-Mi error. –Dijo sarcástica mientras ponía los ojos en blanco.
-Como siempre… -Susurró en un suspiro. Me giré rápidamente hacia él.
-¿Cómo? –Pregunté ya enfadada.
-Nada. Olvidate. –Dobló la esquina y se metió en el estacionamiento del colegio. ¿Qué mierda pensaba cuando quise quedarme con el﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽nsaba cuando quise quedarme con ias. -Dije él. Estoy segura de que Angie o Micki me hubieran aceptado en su casa de la misma manera, y no me lo tendría que estar bancando a él en este momento.
-No, no me olvido. Retractate. –Exigí mientras bajaba del auto. Él me siguió.
-¿Por qué? No dije nada malo. –Respondió llegando hasta donde estaba. Este uniforme era más incómodo de lo que recordaba.
-Imbécil. –Susurré llegando a la entrada.
-Me has dicho mil veces peor que eso. –Giré los ojos, y me encontré con que estaban todos en la entrada del lugar. ¿Qué hacían todos acá en vez de en nuestro lugar de siempre?

Mi mirada se cruzó accidentalmente con la de Liam. Me sostuvo la mirada, pero yo rápidamente me safé. Sabía que no iba a durar mucho sino. E iba a hacerlo. Iba a darle su espacio. Tal como solicitó. Estaba decidida a dejarlo hacer lo que quiera. Lo pensé mucho, y a esto llegué. Soy pésima hermana, y lamentablemente para él, no puedo dejar de serlo. Pero si puedo sarle espacio, y dejar de comportarme como una éstupida.

Acomodé la correa de mi bolso sobre mi hombro y miré al piso. ¿Recuerdan lo que dije? Solo soy tímida cuando Harry o Liam están enojados conmigo. Y al parecer cuando estoy borracha y arrepentida. Pero eso no lo sabía hasta hace poco.

-_______, ¿podemos hablar? –Dijo en su voz arrepentida. Subí la mirada. Todos miraban expectantes.
-Tengo clase. –Respondí en un hilo de voz y comencé a caminar dentro del establecimiento. –Chau chicos… y Marcel. –Dije graciosa, refiriéndome a Harry, y tratando de reprimir mi tristeza. Alison rió.

Le digo a Harry Marcel siempre los días de unoforme, porque peinado prolijamente, y vestido así, tiene cara de Marcel. Y él se molesta. Así que eso solo hace que disfrute más de hacerlo.

Caminé por el pasillo lleno de gente vestida exáctamente igual. Me parecía tan aburrido. La monoton. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽me aburrimonotona exacestida exacrtamente igual. repentida. Pero eso no lo sab y no me lo tendría siempre me aburrió. Fui directo a mi casillero y dejé mi bolso dentro. Era una mentira que tenía clase. Hoy entro a tercera. Así que me dirigí directo al único lugar donde puedo descargarme. La sala de baile.

Comencé a practicar la coreografía que originalmente estamos practicando en clase, pero nada salía bien. O me olivdaba de los pasos, o me tropezaba. Y eso me frustraba demasiado.

-¿Las cosas no salen como esperas? –Habló alguien desde la puerta. No tuve ni que girar para ver quien era; se reflejaba en el espejo.
-Ultimamente, nunca lo hacen. –Dije tomando un sorbo de agua. –Por cierto, ¿no deberías de estar en clase? –Pregunté volteando finalmente y viendo como se acercaba lentamente.
-Mi mejor amiga está triste y frustrada, ¿en cerio pensás que entraría a clase y te dejaría sola? –Tiró la mochila a un lado y se sentó en la banca que había a un lado de la pared.
-No hiciste la tarea, ¿cierto? –Pregunté con una sonrisa traviesa mientras me sentaba a su lado.
-Claro que no. –Respondió en un bufido, mientras pasaba el brazo por mis hombros. -¿Cómo estás? –Preguntó estirándose.
-Excelente, Harry. Las cosas no podrían ir mejor. –Dije sarcásticamente mientras lo miraba obvia.
-Es la corbata. Me ajusta demasiado y me impide pensar. –Se escusó. Apoyé mi cabeza en su hombro y empecé a jugar con la botella de plástico. -¿Sabes? Liam en cerio está arrepentido por lo que dijo…
-Basta. –Lo interrumpí. –No quiero hablar de Liam. ¿Podemos simplemente cambiar de tema? –Él suspiró. Algo me dice que fue Liam quien lo mandó a hablar conmigo.
-Bueno… ¿Cómo te fue anoche? –Me miró de reojo y sonrió.
-Bien. Perfecto. ¿Por qué? ¿Louis te dijo algo? –Hablé rápidamente mientras me separaba de su hombro.
-¿Debería decirme algo? –Preguntó de la misma manera.
-Claro que no. –Me miró confundido mientras reía.
-Soy tu mejor amigo. Deberías poder contarme cuando… ya sabes… -Se empezó a poner nervioso. Aw, Harry hablando de sexo es tan divino. Solté una gran carcajada.
-¿En cerio? ¿Yo con Louis? ¿Siquiera te escuchás cuando hablás? –Respondí riendo. –Estás loco.
-Vos estás loca. Y por eso te lo pregunto. Ya no se qué esperar de vos… -Dijo con una sonrisa. –Pero en el buen sentido.
-Bueno, “eso” no pasó. –Respondí riendo, y haciendo comillas en el aire. –Cuando pase serás el primero en saber. –Dije con una sonrisa mientras reía levemente.
-¿Con detalles sucios? –Preguntó subiendo las cejas.
-Claro. Con detalles sucios. –Le respondí para dejarlo feliz. Ni en sueños le cuento los detalles, y menos los sucios. 
-Al menos debería de saber a qué base llegaron.
-¡Que asqueroso! –Exclamé mientras reía. –Segunda base. –Respondí luego de unos segundos de silencio.
-¿En cerio? Creí que habían llegado al menos a tercera base.
-¿Qué? Claro que no. No seas asqueroso, por favor. Te lo repito, estamos hablando de Louis… -Respondí riendo. Debería de agradecer a Harry por mantener mi mente ocupada con estupideces.
-¿Y? La tercera es mi base favorita. Claro, a excepción de la cuarta. –Le golpeé el brazo de broma mientras reía levemente. –Vamos, te invito el desayuno.
-¿Vas a pagarme el desayuno? Aw, el pequeño Harry está madurando, y se está convirtiendo en todo un Marcel… -Me empujó mientras nos levantábamos de la banca, lo que logró que me callera al piso.
-Eso te pasa por criticar mi look.
-Marcel la diva. –Respondí mientras me paraba.

Corrí a los vestidores para que no me alcanzara y me golpeara y me cambié de vuelta al uniforme.

El resto del día me lo pasé yendo de clase en clase, escondiéndome de Liam, básticamente. Pero no había chance, porque teníamos música a última hora, y compartíamos esa clase.

-Vamos a hablar. –Sentenció mi hermano, sacándome del corredor del colegio hacia el patio.
-Tenemos clase de música. –Respondí soltándome de su agarre.
-Como si nunca te hubieras rateado de esa clase… -Giré los ojos y me crucé de brazos.
-Okey. Hablemos. –Cedí en un suspiro.
-De verdad lo lamento mucho. Lo que dije… De verdad no significó nada siquiera.
-Significó algo para mí. –Respondí acomodando la correa de mi bolso sobre mi hombre. Clara señal de timidez.
-Si, no lo quise decir de esa manera. A lo que me refería es que no pensaba cuando lo decía y que…
-Liam. –Lo interrumpí. –Tenías razón. –Miré inmediatamente al piso. Malditos zapatos. Ni valía la pena contemplarlos. No me distraían en lo absoluto.
-¿Qué? –Preguntó confundido.
-En lo que me dijiste. Tenías razón. Soy egoísta. Demasiado, la verdad. Y también soy pésima hermana. –Las lágrimas picaron en mis ojos. Utilicé la mano con la que no sostenía la correa de mi bolso para sacarme el pelo de la cara.
-No. Las cosas que dije no son ciertas. Estaba enojado, y fui un completo estúpido. De verdad.
-Luego de que me dijiste todas esas cosas, me puse a reflexionar. Y siempre que quería encontrar una razón para probar que te equivocabas, encontraba una razón por la que estabas en lo cierto.
-¿Qué es lo que intentás decir? Porque de alguna manera siento que estás rompiendo conmigo. Y es raro, porque somos hermanos…
-Lo que trato de decir es que… Tal vez sea mejor separarnos un poco. Vivimos en la misma casa, y nos juntamos con el mismo grupo de amigos, así que claramente nos vamos a ver diario. –Las lágrimas comenzaron a resbalarse por mis mejillas incontrolablemente. –Pero creo que es mejor para vos que te de tu propio espacio.
-¿Qué? No. Eso es ridículo… -Susurró.
-No es como si dejáramos de ser hermanos o algo… Solo, no tan unidos. –Me limpié las lágrimas y me comencé a alejar lentamente sin dejar de mirarlo. –Después de todo era lo que querías, ¿no?
-Eso no es lo que quiero. –Se apresiró a decir.
-Es lo que me diste a entender. Además, no quiero sentirme como una carga para vos.
-¿Quién dijo que sos una carga? –Preguntó, mientras se le quebraba la voz.
-Por Dios. Tuviste que lidiar conmigo desde los ocho años. Soy la hermana insoportable de la que obligatoriamente te tenés que hacer cargo porque no te queda de otra. Hasta yo me di cuenta de eso.
-_______...
-No, Li. Dejala por acá. Vamos a llegar tarde a clase. –Di media vuelta y me metí de vuelta al colegio, dirigiendome directo al baño. irigie. -Di  de otra. Hasta yo me di cuenta de eso.
soportable de la que obligatoriamente te tenéndome directo al baño.

….

-Llega tarde, Señorita Payne. –Habló la profesora de música, con un agradable tono claramente fingido.
-Agradecé que vine. –Dije sin dejar de caminar hacia un aciento libre. Tiré mi bolso a mi lado y me recosté en la silla justo para escuchar una risa fingida por parte de la profesora.
-Que graciosa… -Miré confunida hacia atrás y vi al Inspector Raynold junto al director mirándome fijamente.
-¿Ésta es la chica prodigio de la danza? –Alcancé a oír que el Inspector le decía al director.
-Simplemente está en un mal día. –Se escusó éste, con una risa nerviosa. A su vez sentí la mirada de todas las personas en la sala. Pero no me importaba nadie. De todas maneras, inconcientemente busqué su cara entre la gente. No estaba.
-Señorita Payne, ¿le importaría…? –Preguntó la profesora señalando un rincón del salón. Puse los ojos en blanco y me paré pesadamente de la silla hasta el rincón opuesto de la sala.
-¿Qué? –Escupí amargamente. No estaba de humor para nada en este momento.
-Entiendo que tenga un mal día, pero de verdad necesito que cante frente al Inspector. –Solté una carcajada seca. Esta mina quería impresionar al inspector, y pretendía usarme para ello. Además, como si no hubiera más gente en la case que cantara. Y me refiero a cantar de verdad, porque yo chillo.
-No soy una persona a la que se le pueda pedir un favor, y menos en este momento.
-Por favor. Hago lo que me pida. -¿Me estaba rogando? Dios mío.
-Incluso si quisiera, que no quiero, no canto bien, y no estoy de humor como para hacer el ridículo frente al Inspector.
-Usted va a ir a una universidad de Artes, ¿cierto? Soy muy reconocida en las uiversidades a lo largo de Gran Bretaña y Estados Unidos. Puedo escribir una muy buena recomendación para usted. Solo tiene que cantar una canción. Por favor. –Lo pensé por un momento. ¿Hago el ridículo una vez más y recibo una recomendación para la universidad? Pásenme el micrófono.
-Okey. Lo haré. –Dije en un suspiro. Me separé de ella. –Zayn, al tablero. Louis, al piano.

Ambos se miraron confundidos, pero no dudaron en pararse y caminar hacia mí. Sabia decisión. En este momento es mejor hacer lo que digo, o probablemente no terminen bien. Les hablé de la canción que iba a cantar, y Louis caminó hacia el piano, mientras que Zayn fue a la consola de música.



-No me dijiste que también cantaba, Byron. –Comentó el Inspector, aplaudiendo junto con el resto. Esta gente no tiene gusto en música, si le gusta como canto.
-Era una… Sorpresa. –Respondió el director, también tratando de impresionarlo.
-El chico… El del piano. Él también es bueno.
-Tomlinson. –Respondió el director. –El también tiene preferencia por su talento.

Luego de eso solo dejé de escuchar y me senté de vuelta en mi asiento. ¿Así decíamos que eramos? ¿Preferenciales por nuestro talento? ¿Habrá alguien más que sea preferencial por su talento, como Louis y yo?

El timbre de final de clases sonó. ¿Cuánto tiempo estuve en el baño?

Levanté el bolso del piso y salí de la clase. No tenía ganas de hablar con nadie.

-¡_______! ¿A dónde vás? –Preguntó Alison, corriendo detrás de mí para alcanzarme.
-A casa. –Respondí sin dejar de caminar.
-Tenemos práctica de las porristas. Marcie va a ponerse como loca si no vas. –Podía ver como todas las chicas corrían pechando gente para mantenerse a mi lado.
-A la mierda con Marcie. –Respondí sin parar de caminar. Micki me frenó de golpe. Tan linda y delicada como la ven, es solo una fachada. Es la agresiva del grupo.
-El viernes es el juego de apertura. No podés faltar a esta práctica. –Me dijo sin soltarme el brazo. Millones de adolescentes se apresuraban para salir del colegio mientras tanto.
-Exacto. Es la apertura. Van a haber millones de partidos durante la temporada a los cuales puedo ir.
-No si la entrenadora te echa del escuadrón… -Dijo Micki, mientras pasaba un mechón de cabello detrás de su oreja.
-Te va a despejar la mente. –Me dijo Ali. El pasillo ya estaba casi vacío.
-Claro. Ver la horrenda cara de Marcie definitivamente me va a despejar la mente. –Recibí una mirada reprobatoria de Micki. –Okey. Voy. –Dije en un susurro, rindióndome.

Durante toda la práctica de animadoras fui un zombie, con todas las letras. No estaba concentrada en lo absoluto, confundía o olvidaba los pasos, y no tenía ganas de hacer ninguna rutina. Liam decidió aparecer en la práctica de rugby. Seguramente no hubiera venido si no fuera por que el viernes es la apertura. Si puedo opinar, estaba incluso peor que yo. Creo que terminó con un hombro dislocado, o algo así. ¿Qué me debería de importar a mí, no?

….

El único intercambio de palabras que tuve con Liam fueron “¿me pasás la sal?” y “buen provecho” al terminar de comer. Me lamentaba haber peleado con Liam. Pero es lo mejor para él. No para mí. Dénme un mes sin Liam para morir. Pero él… El va a estar diez veces mejor sin tener que ocuparse de mí.

Siempre pensé que yo era el obstáculo que le impedía a Liam ser completamente feliz. Pero el egocentrismo me cegaba. Yo estaba feliz, y no me importaba, de alguna manera, como él se sintiera. Hacer esto va a beneficiarle. Como aquel capítulo de Drake & Josh, en el que Josh se peleaba con Drake, y lo empezaba a ignorar, logrando como resultado una mejora en su vida, tanto desde un punto físico, como de un punto mental, como de un punto social. Solo quiero lo mejor para Liam. Él hizo tanto por mí… Verdaderamente no lo merezco.

Se sentía raro. No me imaginaba la vida sin mi hermano. Hacemos todo juntos. Él forma parte de los mejores recuerdos que atesoro en mi memoria. Pero no creo formar parte de los suyos. Quiero que él esté bien. Y si para lograr eso, significa que tengo que darle su espacio, estoy dispuesta a correr el riesgo por él.

….

-¿Entonces? ¿Qué te parece, _______? –Escuché decir a Anna, logrando que volviera a prestar atención a la conversación.
-¿Qué? –Pregunté.
-Ali dice que la fiesta después del juego la hace Mark, y que no conviene ir a sus fiestas. –Cierto. –Así que pensé que podríamos ir a casa a dormir luego del juego. Creo que no hemos tenido una pijamada solo de chicas desde que llegamos.
-Yo… No se si pueda ir. –Respondí dándole un bocado a mi comida.
-_______, entendemos que estés deprimida por todo el tema de Liam, pero tampoco te vas a encerrar en una burbuja de por vida… -Dijo Angie. Mirándome con sus grandes ojos marrones llenos de ingenuidad hasta casi me daba lástima reírme de ese comentario. Dije Casi.
-Créanme, superé totalmente el tema de Liam. –Todas me miraron desconfiadas. –En cerio. Confíen en mí. Es más, si siguiera afectada por eso, haría hasta lo imposible para salir de mi casa y no tener que verlo. –Mentí. No quería que ellas terminaran preocupándose por mí. Claro que no había superado lo de Liam. Pasar de estar las veinticuatro horas del día con mi hermano, a raramente hablar, y hacer de un cruce de miradas incómodo… No es algo que supere de un día para el otro. Las cuatro se miraron entre sí.
-Entonces no veo razón por la cual no puedas venir. –Dijo Micki con una sonrisa. –Tengo clase. Nos vemos a la salida. –Se paró de la mesa, tiró los restos de su comida y desapareció por la puerta.
-Si, yo también. –Dijo Angie.
-Todas, de hecho. –Respondió Ali, respaldada por un asentimiento de cabeza por parte de Annie.
-Yo no. –Respondí recostándome contra la pared, aún en la banca del comedor.
-Tenemos práctica después de clases. Más te vale ir. –Puse los ojos en blanco y asentí con pesadéz mientras metía una hoja de lechuga en mi boca.

El sonido de la campana me salvó de más regaños, y con una última sonrisa voltearon rumbo a la puerta de salida de la cafetería. Continué comiendo mi ensalada en completo silencio, con la mente completamente en blanco, y la cabeza apollada en mi mano.

-Que no se te caiga la cabeza. –Dijo Harry llegando por atrás y moviendo mi brazo bruscamente de manera que como mi cabeza estaba apollada en él, calló.
-Imbécil. –Respondí acomodándome en el asiento. Mi mejor amigo se sentó frente a mí en la mesa.
-Yo también te amo. –Respondió sarcástico, dándole un mordizo a una papa frita con queso.
-¿Tanto como para hacer algo esta noche conmigo? –Pregunté con una sonrisa forzada.
-Aunque quisiera, no puedo. –Habló con la boca llena de hamburguesa.
-No me digas que vas a la fiesta de Mark… -Suspiré, y metí otro bocado a mi boca. Él negó mientras daba un sorbo a su agua.
-Tengo que terminar un reporte para la clase de Inglés. Y por terminar me refiero a empezarlo. –Dijo en un tono de no querer hacer ese bendito trabajo.
-¿Vos? ¿Haciendo un trabajo? –Reí. –No te creo. –Él giró los ojos.
-Lo tuve que haber entregado la semana pasada. Y si no lo entrego para el lunes, repruebo. –Me explicó sin parar de comer en ningún momento. ¿De donde sacan los chicos tanto apetito?
-¿Reprobar? ¿Acabamos de empezar el año y ya vas a reprobar? Tenés todo el año para reponer…
-Tratá de explicárselo al señor Clint. –Reí un poco. -¿Y por qué te urge hacer algo esta noche? –Negué lentamente.
-Nada. –Respondí dando un sorbo a mi agua.
-A mi no me mentís. –Suspiré.
-Las chicas quieren hacer una pijamada después del juego, y no tengo ganas. No es la gran cosa. –Continué comiendo, restándole importancia al asunto.
-¿Seguís afectada por lo de Liam? -¿Por qué todo el mundo deduce que ese es el problema? Negué nuevamente.
-No lo estoy, Harry. Ya lo superé. Te lo dije millones de veces. –Me molesté. Si bien era una mentira, hablar al respecto no mejoraba las cosas. –Como sea. –Dije parándome de la mesa y agarrando mi bandeja de comida. –Me voy. –Tiré los restos de comida a la basura y desaparecí por la puerta que da al patio del colegio.

Me dirigí directo a un banco medio escondido, en un lugar algo alejado del establecimiento, y comencé a leer para poner mi mente en otra cosa por un momento, al menos.

Si, puede ser que esté sobreactuando, ¿pero qué? ¿No puedo tener una mala semana y ya? No estoy en mis mejores momentos, y solo quiero descansar un poco de todo el drama. Pero, por otro lado, Anna tiene razón. No puedo seguir ahogándome en mi río de llanto para siempre. Tengo que superar lo de Liam, lo se, y no estoy haciendo nada al respecto. Hasta ahora.

….

A la hora del partido inagural, canalicé toda mi rabia en algo positivo: animar. Lo transformé en alegría, y logré sobrevivir al juego. Se sentía mejor que mi plan de exguinsarme el pie en el ensayo, y terminar el viernes en la noche tirada en mi cama mirando un maratón de Full House con el pie en alto. El medio tiempo se hizo presente, y me senté en las gradas a descansar.

-Hablando de cambios de ánimo… -Dijo Anna, sentándose a mi lado y pasándome una botella de agua. Le sonreí mientras la aceptaba.
-Les dije que estaba bien. –Respondí sin quitar la sonrisa de mi cara. Tomé un sorbo de agua.
-Ver para creer, zorra. –Hubo un momento en el que ambas nos quedamos sin decir nada, mirando al campo de fútbol, como los chicos descansaban, estiraban, y se rociaban agua por todo el cuerpo. –Esos chicos de Rosewood si que están buenos. –Escuché decir a mi amiga, sin mirarme.
-Sip. Demasiado. –Respondí dando otro sorbo de agua.
-Entonces, ¿venís esta noche? –Preguntó con una sonrisa, volteando hacia mí.
-¿Tu hermano va a estar? No tengo ganas de andar peleando hoy. –Volteé a verla y le brindé una sonrisa.
-Él y los demás van a la fiesta de Mark. Lo sabrías si le dirigieras la palabra a tu hermano…
-Lo hago. Solo que solo me responde lo que le pregunto, y viceversa. Y no le pregunté si iba a la fiesta de Mark. Por lo que no me lo dijo. –Me paré y me estiré un poco. El medio tiempo había terminado, y era tiempo de volver a animar. –Les dije que había superado lo de Liam. Me parece que las que lo tienen que superar son ustedes… -Le sonreí por última vez. Ella me devolvió la sonrisa y me alejé lentamente hasta llegar a donde estaban las demás.

Finalmente el partido terminó. La última anotación fue en manos de Louis, dejando el partido en veintisiete-treinta, logrando la victoria de nuestro equipo. Las gradas se pusieron eufóricas, y me vi obligada a seguir al resto de animadoras al pelotón donde todos los del equipo, incluyendo al entrenador y a los suplentes, saltaban y festejaban su triunfo. Ahora se unían las animadoras. Logré ver entre la gente como Marcie corría directo a los brazos de Louis. No pude evitar retorcerme de la risa, considerando que Louis se estuvo quejando de ella la semana entera.

-Reírse de la desgracia agena no está bien. –Mi risa cesó abruptamente.
-Buen juego. –Dije con una pequeña sonrisa. Dije que iba a superarlo, e iba a intentar lo que fuese necesario para hacerlo.
-Gracias. –Respondió Liam con la misma pequeña sonrisa que yo. –Buenas porras.
-Gracias. –Hubo un momento incómodo en el que ninguno habló, solo nos dedicamos a ver como todos festejaban, y los jugadores se dedicaban a aprovechar el momento para toquetear a las porristas. Típico. –Entonces… Anna dijo que iban a la fiesta de Mark… -Dije para romper la tensión.
-Si, si. –Respondió, rascándose la nuca. Conozco a mi hermano y se que cuando hace eso está nervioso, o incómodo. O ambos.
-Tengan cuidado. –Dije seria. Diga lo que diga, no puedo impedir que Liam se haga daño aunque yo no esté. Y las fiestas de Mark son cualquier cosa. Incluso para mí.
-Claro. –Antes de que pudiera terminar la palabra, siento que me cargan y me ponen en el hombro. No tuve que verle la cara para saber quien era.
-¡Harry, bajame ahora! –Grité mientras reía. Podía ver como eludía a la gente.
-¡Sandwich! –No comprendí a lo que se refería sino hasta que me dejó en el piso y me presionó contra el cuerpo de otra persona, dejándome a mí en el medio de ambos.

No hacía falta aclarar quien era el otro ser humano. Ambos empezaron a saltar, apretándome más, y despeinándome en el proceso. Yo no paraba de reír.

-¡Basta! –Exclamé sin parar de reír. –Están todos sudados y asquerosos. –Harry vio a su hermana y salió corriendo hacia ella. –Eso es, andá a atormentar a tu sangre. –Grité, mientras descansaba un poco. Tanta risa cansa. Pero hacía rato que no me reía tanto.
-¿No merezco un premio por anotar el tanto ganador? –Preguntó Louis, una vez que Harry ya estaba cargando a su hermana sobre sus hombros y girándola sin control.
-Claro. –Respondí aún algo agitada. –Marcie estaría encantada de dártelo. –Sonreí cínicamente.
-¿Celosa? –Preguntó enarcando una ceja.
-¿Luzco celosa? –Ya ni intenté enarcar una ceja. Nunca pude y nunca voy a poder. Pero si pudiera, este sería el momento ideal para hacerlo.
-Si. –Largué una carcajada. –Solo un beso. Un beso y no jodo más. –Insistió. La gente gritaba y estaba en lo suyo, y nadie nos prestaba atención. Bueno, casi todos. Marcie estaba atenta a cada movimiento. Y estaba verde de los celos.
-Que no. –Respondí aún riendo. Me sujetó firme de la cintura.
-Dale. Nadie está viendo. –Estaba erróneo. Pero Marcie no es necesariamente una persona.
-Soltame o grito. –Dije con una sonrisa pícara. Él me miró de la misma manera y me soltó, poniendo los brazos en alto donde pudiera verlos. –Inteligente elección. –Pero antes de que pudiera voltear e irme, me tomó por la cintura y comenzó a darme vueltas. –¡Basta! –Grité sin parar de reír. Finalmente me bajó.
-Me temo que me tengo que retirar, señorita. –Dijo con una sonrisa, mientras besaba mi mano.
-Me temo que a nadie le importa, señorito. –Le di una última sonrisa y dando media vuelta desaparecí entre la multitud.

Comencé a divagar entre la multitud hasta encontrar una cara conocida: Micki. Me quedé parada a un par de metros de ahí mientras terminaba de comerle la boca a Dean. Siento que Alison me abraza por los hombros mientras las dos nos quedamos viendo como aún seguían besándose.

-¿Vas a la fiesta de Mark? –Le preguntó Dean a Micki, quien no sacaba la sonrisa de la cara ni aunque le paguen.
-No, no voy. –Respondió esta.
-Okey, nos vemos mañana, entonces. –Le dio un último beso en los labios y se fue. Esa fue nuestra señal de poder acercarnos.
-¿Y eso? ¿Qué onda? –Pregunté yo con una sonrisa.
-¿Son novios? –Preguntó Ali de la misma manera que yo.
-No, no somos novios. –Respondió Micaella con una sonrisa. –Saben que no soy muy de atarme a alguien y eso…
-Dejate de joder, Micaella. Admití que te puede. –Yo y mi gran manera de expresarme vamos a conseguir un premio próximamente. Ella rió.
-Un poco, puede ser… -Respondió sonrojándose. Ambas nos reímos y proseguimos a encontrarnos con el resto de las chicas. Era hora de nuestra famosa primer pijamada solo de mujeres. ¡Yay!...

Luego de llegar a la casa de Anna, una por una nos bañamos y nos pusimos el pijama. No es una típica pijamada nuestra si no nos ponemos el pijama apenas estuviéramos todas. Forma parte de las prendas más adelante cuando se nos da por jugar a verdad o desafío, o algo por el estilo.

Nos tiramos todas en diferentes sillones de la sala de estar. La casa estaba vacía. La madre de Annie estaba en una conferencia fuera de la ciudad, y había llevado a su novio con ella. Y Louis estaba en la fiesta de Mark. O sea que teníamos la casa para nosotras solas. De mi bolso comencé a sacar una selección variada de bebidas sin alcohol que muy legalmente había comprado yo misma –ya que tengo dieciocho años- y las fui poniedo sobre la mesa de café en el medio.

Una botella de Jack Daniels, una de nuvo, dos botellas de José Cuervo, una botella de Absolut Vodka, veinte latas de Smirnoff ice y cinco de Heineken adornaban la mesa de café. Claro que no había traído todo yo sola. Yo había traído el Jack Daniels, la botella de nuvo y una de José Cuervo, el mejor tequila según yo. Micki había convencido a Niall de que comprara la otra botella de José Cuervo y la botella de Absolut. Y Annie encontró las latas de Smirnoff ice y las de Heineken en su casa, seguramente fueran de Louis.

-¿No les parece mucho? –Preguntó Angie.
-Nah. Está perfecto. –Respondí sentándome en el piso.
-Sabés que el alcohol no soluciona tus problemas, ¿no? –Entiendo que Angie esté preocupada porque las dos últimas veces terminó vomitando, pero no era tanto. Repartido entre cinco…
-Tampoco el agua, Ang.

Y con todas las bebidas preparadas, la sal y el limón para acompañar el tequila, varios shots y un vaso para cada una, la diversión comenzó.

Un shot de José Cuervo para cada una inició la ronda. Comenzamos a Jugar a verdad o desafío, lo cual nosotras llamamos “verdad o bebe”. Yo elegía en cada oportunidad que podía desafío. No soy muy de confesar cosas. Pero cada tanto respondía verdad, para no parecer reservada o algo así. Por ende, era la más borracha de las cinco cuando el reloj dio las tres de la madrugada.

Micki me seguía. Rehusándose a explicarnos su vida amorosa con Dean, ya que ni ella sabía lo que estaba pasando, había elegido mayoritariamente desafío. Y dentro de todas las demás estaban más o menos igualadas.

A eso de las doce habíamos pedido una pizza a domicilio. Y pobre la desgraciada que le eligió desafío cuando el repartidor llegó, ya que tuvo que abrirle en ropa interior. Claro que fui yo. Pero ya estaba lo suficientemente borracha en ese punto para hacer ese tipo de locuras. Bueno, verdaderamente haría eso sin una gota de alcohol en mi organismo. No soy la persona más cuerda del mundo, eso está claro.

Obviamente llegó un punto en el que nos aburrimos del juego, y simplemente comenzamos a beber y a hacer locuras con la música a todo volumen.

Llegó el momento en el que no estábamos concientes ni de lo que hacíamos, ni de lo que decíamos. El alcohol ya se había apoderado completamente de nuestro organismo. Yo bailaba sobre la mesa al ritmo de Treasure, de Bruno Mars, con un una botella llena hasta la mitad de José Cuervo, mientras daba un par de sorbos de vez en cuando. Micki y Annie estaban sentadas en el piso jugando un juego de manos, como los que jugábamos cuando éramos pequeñas con una pegajosa melodía, mientras se gritaban y retorcían en el piso de la risa. Alison saltaba en el sillón, y a Angie le habían venido ganas de hacer un licuado de frutas, el cual consistía de treinta porciento frutas y setenta porciento vodka.

La puerta de entrada se abrió dando paso a Louis. Yo estaba borracha, pero se que no son horas de regresar de una fiesta… Al cerrar la puerta sonrió. Apagó la música dejando solo las voces de Micki y Annie resonando de fondo.

…Anoche fui a un baile, y un chico me besó. Le di una cachetada, y todo se acabó. Mi hermana tuvo un hijo, y luego lo mató. Lo hizo picadillo y después se lo comió…

¿Qué clase de canciones mórbidas cantábamos de niños?

-¿Qué hacen? –Preguntó. Parecía cansado. Por su forma de caminar, y de hacer gestos. No los hacía con la gracia de siempre. No es como si yo me fijara en los detalles de Louis, claro…
-¡Boo! ¡Volvé a poner la música! –Exigió Alison, dándole un sorbo a uno de los vasos. Anda ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽orbo a uno de los vasos. Adn si yo me fijara en los detalles de Louis, claro...ta...s con la mse tipo de locuras. Buená a saber de cual de las cinco era ese vaso…
-Yo soy el que fui a una fiesta y estoy más sobrio que ustedes… -Comentó riendo. Esquivó a Micki y a Annie que seguían sentadas en el piso y caminó hacia mí. -_______ bajate de la mesa. –Me pidió riendo mientras estiraba los brazos para ayudarme. Negué con la cabeza y le di otro sorbo a la botella de tequila, mientras sentía como el ardor recorría mi garganta, y caía en mi estómago como una cascada de ácido. Aún así la sensación era extraordinaria. -_______ te vas a lastimar. –Esta vez no esperó a que yo cediera. Directamente me tomó en brazos y me bajó. Una vez que estaba en el piso me sacó la botella de la mano. –Me voy a llevar esto…
-¡Hey! ¡Eso es mío! –Arrastré las palabras. Hasta a mí me sorprendía estar en este estado. Yo soy de las que se controlan en pedo, pero se ve que había exedido mi límite de alcohol para estar coherente.
-¿Noche dura? –Escuché decir a Angie. Ella dentro de todo era la más sobria. Ojo, no digo que no esté borracha. Solo que no tanto como todas nosotras.
-Que alguien mate a Marcie, por favor. –Le contestó mientras se dirigía a las escaleras.
-Yo traté. Pero la perra es inmortal. –Nuevamente, a pesar de mi intento de no hacerlo, las palabras salieron de mi boca como una cascada de agua. Louis se rió, no se si por mi comentario o por la forma en la que hablé. Yo ya ni controlaba lo que decía.
-Traten de no vomitar en la alfombra, por favor. –Dijo antes de desaparecer por el pasillo en donde terminaban las escaleras, con mi botella en la mano.

-Fin de tu narración.-

-Narrador omnisciente.-

Louis subió hasta su habitación dándole sorbos a la botella que segundos atrás había robado de la mano de la morena. Se había vuelto antes de la fiesta porque la constante insistencia de Marcie le había sacado las ganas de festejar. Además de que la fiesta no estaba tan buena que digamos. Todo el mundo estaba extrmadamente borrachos y vomitando por todos lados, y los que no estaban fumando marihuana en algún rincón de la casa. Incluso cuando trató de entrar al baño para esconderse de Marcie, localizó a dos chicas inhalando cocaína. Por esto es que las fiestas de Mark tienen mala fama. Llegó un momento en el que decidió irse. No avisó a nadie, ni sabía si sus amigos seguían en la fiesta o se habían ido.

Se tiró en la cama sin hacer de su cuarto y prendió la televisión. Sin ganas de cambiar, decidió dejar la maratón de The Big Bang Theory mientras daba interminables sorbos de tequila.

Su celular comienza a sonar. En la pantalla se leía “Liam”.Atendió, no sin antes dar un sorbo de tequila.

-Hola. –Contestó luego de tragar.
-¿Seguís en la fiesta? –Preguntó el chico. No se escuchaba música de fondo, así que era claro que Liam se había ido de la fiesta.
-Noup. –Respondió dando otro sorbo de José Cuervo. –Estoy en mi habitación, con mi amigo José. –Dijo Louis, examinando la botella.
-Sabes que apoyo tu sexualidad, pero no quiero detalles. –Louis rió, contagiando a Louis a su paso.
-Andá a cagar, puto.
-¿Por qué te fuiste? –Preguntó en un suspiro.
-Era un embole. –No mentía completamente, solo omitió detalles. -¿Vos?
-Si, lo mismo. –Ambos mentían respecto a por qué se habían ido de la fiesta. Nada grave en ambos casos. –Como sea, muero de hambre. Se me antojó comida china, pero al parecer se les calló el sistema y no pueden entregar a delivery. ¿Sabés que es lo peor? Que me dijeron eso después de pedirme todos los datos. ¿No podían decírmelo antes de gastar saliva en ellos? Malditos chinos.
-Hey, no critiques a los chinos. Hacen buena comida. Excepto la parte en la que comen perros, y grillos… -Louis rió. El alcohol que ya de por sí había tomado en la fiesta, más el cuarto de tequila que llevaba de ahora habían empezado a surtir efecto.
-En fin… Te llamaba con la esperanza de que me incentivaras a ir por comida yo mismo.
-¿Me viste cara de porrista? –Preguntó el ojiazul, dándole otro sorbo a la bebida.
-No. Pero te verías sexy en el uniforme… -Respondió el castaño de broma.
-¿Quién es el gay ahora? –Ambos rieron. –Aunque ya lo sabía. Me veo sexy en todo.
-Puto. –Respondió Liam riendo.
-Dale, no seas culo roto y levantá el ojete. ¿No tenías ganas de comida china? Movete, flaco. Hacé algo por tu vida, pajero. Dale, andá a comprar comida.
-Okey, voy. Pero solo para que me dejes de insultar. –Louis colgó el teléfono.

….

El sonido del celular logró que Louis se despertara. Abrió los ojos un poco. La única luz de la habitación provenía del celular, pero era lo suficientemente brillante como para iluminar alrededor. El castaño siquiera recordaba dormirse. Aún seguía usando la misma ropa con la que fue a la fiesta de Mark, y la botella de José Cuervo estaba vacía al lado del teléfono, en la mesa de noche. Le tomó unos segundos acostumbrarse a la luz antes de agarrar el teléfono, el cual por cierto seguía sonando bastante fuerte. Además de eso, no se escuchaba ningún ruido en la casa, lo que confirmaba que probablemente las chicas ya estuvieran durmiendo. Antes de contestar miró la hora. Cinco menos cuarto de la madrugada. ¿Quién mierda me llama a esta hora?, pensó el ojiazul.

-¿Hola? –Contestó. Se sentó en la cama y se fregó los ojos.
-Hola, estoy llamando del hospital St. George. ¿Conoce a Liam Payne?
-Si. –Contestó rápidamente. Esa última oración logró despertarme por completo.
-Disculpe la molestia, pero el señor Payne tomó lugar en un accidente automovilístico. 

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Lindas, perdón por la tardanza. Acá el capítulo, que va super largo como regalo de navidad para todas. Espero que hayan pasado una navidad estupenda, y muchas gracias a todas las que me desearon una feliz navidad. Las adoro a todas. ¿Qué les regalaron en navidad? ¿Cómo pasaron? Cuéntenme en los comentarios. Las adoro, chicas!!!!

-Juu

PD: Louis tiene 22. "FUCK THAT!" -Louis William Tomlinson.

Break :)

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Chicass!!! Antes que nada, hola :) Bueno, lamento comunicarles esto, y se que muchas se van a enfadar. Como ya bastantes de ustedes saben, en un par de horas me voy de viaje. Y vuelvo, a finales de enero, pero ya el 1ro de febrero me estoy yendo de vuelta a otro viaje más. Conclusión, no voy a poder andar subiendo capítulo hasta mediados de febrero. Intenté escribir en este tiempo, pero arreglando todo para el viaje se me hizo imposible. Entonces, para que suene más fancy, se me ocurrió decir que voy a hacer un pequeño break. Alguien ve alguna serie de televisión? vieron cuando se toman un receso? Como Pretty Little Liars, que regresó ayer, o The Vampire Diaries, que también creo que regresó. Bueno, eso hago yo. Lamento dejarlas con tanta intriga, no era mi intención, pero se que las que se queden conmigo a pesar de lo mala persona que sin querer fui, van a estar ansiosas por mi regreso, y la intriga solo va a lograr que estén más emocionadas cuando vuelva. Se que la trato de arreglar de alguna manera, y no puedo... Lo lamento. Las adoro a todas!!!! Sepanlo. Tal vez si tengo algún segundito me conecto en ask y responfo preguntas durante el viaje. Ya vieron que ni ahora entro al ask porque estuve a full desde año nuevo. Pero bueno, espro que puedan comprender y que no me odien después de esto!

-Juuuu :)


Capítulo veintisiete: "Be Alright"

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El sonido del celular logró que Louis se despertara. Abrió los ojos un poco. La única luz de la habitación provenía del celular, pero era lo suficientemente brillante como para iluminar alrededor. El castaño siquiera recordaba dormirse. Aún seguía usando la misma ropa con la que fue a la fiesta de Mark, y la botella de José Cuervo estaba vacía al lado del teléfono, en la mesa de noche. Le tomó unos segundos acostumbrarse a la luz antes de agarrar el teléfono, el cual por cierto seguía sonando bastante fuerte. Además de eso, no se escuchaba ningún ruido en la casa, lo que confirmaba que probablemente las chicas ya estuvieran durmiendo. Antes de contestar miró la hora. Cinco menos cuarto de la madrugada. ¿Quién mierda me llama a esta hora?, pensó el ojiazul.

-¿Hola? –Contestó. Se sentó en la cama y se fregó los ojos.
-Hola, estoy llamando del hospital St. George. ¿Conoce a Liam Payne?
-Si. –Contestó rápidamente. Esa última oración logró despertarlo por completo.
-Disculpe la molestia, pero el señor Payne tomó lugar en un accidente automovilístico. –Esperen, ¿qué? ¡Mierda! Quiso preguntar si se encontraba bien, si le había pasado algo grave, pero la mujer siguió hablando. -¿De dónde lo conoce?
-Es mi mejor amigo. –No podía decir mucho más. Había entrado en shock.
-¿Conoce a algún familiar o tutor legal que pueda venir? –Preguntó la mujer.
-S-si. –Tartamudeó. –Estoy con su hermana. Ahora le digo que vaya.
-Bien. Gracias, y perdón por la molestia. –Y antes de que pudiera hacerle otra pregunta, cortó.

Se levantó de un salto de la cama, se calzó fugazmente y salió de su habitación. Corrió escaleras abajo. No había nadie. Volvió a subir saltando de dos en dos escalones hasta llegar al piso de arriba nuevamente. Fue hasta la habitación de su hermana. Estaban las cinco tiradas. Tres en la cama, y dos en el piso. Localizó a _______ al toque. Era una de las que estaba tirada en el piso. Con la cabeza apoyada en un bolso. Se arrodilló a su lado y comenzó a sacudirla.

-_______. _______. Despertate. –Comenzó a susurrar el chico sin dejar de sacudirla.
-¿Qué? –Respondió de mala gana la chica, sin abrir los ojos.
-Tengo que hablar contigo. –susurró el mas ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ hablar contigo. -susurros ojos.
.ba tirada en el piso. Con la cabeza apoyada en un bolso. a recordaba dormirse. A, y ás grande de los Tomlinson.
-Ahora no, Louis. –Respondió ella con voz adormilada, mientras se volteaba. Pero solo logró estrellar la cabeza contra el piso. Cosa que no ayudó en nada a su dolor de cabeza. Volvió a voltearse y finalmente abrió los ojos. –Tengo resaca y todavía siquiera amaneció. ¿No puede esperar hasta mañana? –Preguntó de mal humor. No le gustaba que la despertaran.
-No. No puede esperar hasta mañana. Es de verdad urgente. –La chica levantó su cuerpo levemente y miró alrededor. Todas las chicas seguían durmiendo.
-Bien. –Respondió parándose. –Más vale que sea importante. –Se puso las ugg’s y salió por la puerta de la habitación, seguida de Louis. -¿Qué es tan importante que no puede esperar hasta mañana? –Preguntó _______ girando los ojos, mientras se recostaba contra la pared. La cabeza aún le dolía, y los ojos le pesaban y le pedían a gritos cerrarse. Las lagañas no ayudaban en absoluto.
-Liam está en el hospital. –La chica abrió los ojos de golpe y se enderezó.
-¿¡Qué?! –Gritó en un susurro. -¿Cómo que esta en un hospital? Cy se enderezas no ayudaban en absoluto.
pared. La cabeza aza apoyada en un bolso. a recordaba dormirse. A, y á en el hospital? –Preguntó anonadada. Esa noticia había logrado despabilarla por completo.
-Si, tuvo un accidente de auto y está en el hospital. Me acaban de llamar. –El corazón se le frenó de golpe, y luego volvió a latir con una velocidad sobrehumana. El aire dejó de llegarle a los pulmones. Comenzó a sudar y el labio le empezó a temblar.
-¿Es en cerio? –Preguntó con un hilo de voz, viendo como las lágrimas se aproximaban. –Si es una joda, es de muy mal gusto, Louis.
-No te jodería con algo como eso. –Respondió él.

Sentía lo que ella sentía. Esa angustia e impotencia. Saber que no podés hacer nada al respecto, te pone más nervioso. Él había experimentado eso por su cuenta hace unos años, en una situación similar. Y los acontecimientos del momento no hacían más que recordarle ese sentimiento.

-¿Entonces qué hacemos acá? ¡Llevame al hospital! –Exigió la chica. Louis simplemente asintió y corrieron escaleras abajo. Se abrigaron con lo primero que encontraron en el perchero, y corrieron al auto de Louis.

El hospital quedaba algo lejos, y eso solo lograba que ambos chicos se alteraran. Durante el camino a _______ no se le ocurrió mejor idea que implantarse la culpa del acontecimiento sucedido con su hermano. No sabía por qué, ni tenía ideas válidas para argumentar su fundamento, pero aún así sentía que de alguna manera, eso había tenido que ver con ella. Se angustió el doble de lo que estaba antes. Un millón de preguntas se cruzaron por su cabeza, pero no pudo pronunciar palabra alguna. Estaba asustada. ¿Qué le había pasado a su hermano? ¿Estaba bien, o no? ¿Qué fue exactamente lo que pasó? ¿Qué hacía afuera a esa hora de la noche? Y así. No tenía tiempo de responderse la pregunta a ella misma, que su mente ya estaba formulando otra, dejándola más nerviosa que antes.

Había estado lloviendo más temprano en la noche, y el pavimento aún estaba mojado y brilloso. Las hojas que ya habían caído de sus árboles estaban pegadas en la acera o en la calle, sucias y mojadas, quitándoles de esta manera todo su atractivo. Las lágrimas se deslizaban a gran velocidad por su mejilla, y ya ni se preocupaba por secarlas. Sabía que era caso perdido. Iba a continuar llorando hasta tener a su hermano con ella.
No le encontraba sentido al llanto. ¿Para qué llora la gente? Para nada. Para romper las bolas. Llorar no sirve de nada. O eso era lo que ella creía. Pero de todas maneras estaba ahí. Recostada contra la ventana, hecha un ovillo sobre el asiento del acompañante, y derramando las suficientes lágrimas como para llenar todo el Támesis.

Por otro lado Louis no la estaba pasando mejor. Todo este problema le recordaba a su padre. Había aprendido a vivir sin él, pero eso no quiere decir que de vez en cuanto no tuviera sus derrumbes.

Manejaba lo más rápido que se le era permitido, teniendo su cuidado. Se había puesto en el lugar de _______ desde que se enteró de la noticia, y no podía hacer más que comprenderla. Habiendo pasado por lo mismo, se supone que tendría que poder aconsejarla o tranquilizarla. Pero simplemente no encontraba las palabras adecuadas.

A cada rato volteaba a verla, y la encontraba siempre en el mismo lugar. Finalmente comprendió que las palabras a veces no son suficientes. Lentamente posicionó su mano sobre la de ella y entrelazó sus dedos, logrando que ella se volteara a verlo.

Mirarla a la cara le partió el corazón en mil pedazos. Era como verse a él tres años atrás. La misma angustia, incertidumbre y miedo recorrían cada una de sus facciones.

Ella agradeció el contacto que la inmovilidad del auto les proporcionaba. De verdad necesitaba a alguien con ella en ese momento. Nunca hubiera podido lidiar con todo sola. Y por alguna razón, le alegraba que ese alguien fuera Louis. Tal vez por la experiencia que él ya había tenido, o tal vez fuera por otra cosa. Pero se alegraba de tenerlo ahí.

Finalmente llegaron al hospital St. George. Louis estacionó el auto de una manera que lo harían reprobar su examen de conducir si estuviera dando la prueba. _______ le soltó la mano a Louis recién cuando él retiró las llaves del auto, y ambos se bajaron casi al mismo tiempo. El castaño esperó a que la chica rodeara el auto para iniciar una caminata rápida hasta las puertas del mismo, la cual luego de un par de segundos se convirtió en una corrida bastante veloz.

Entraron y corrieron rumbo a la sala de emergencias, sin reparar en la gente que los miraba confundidos. Dos chicos en pijama a las cinco y pico de la mañana corriendo por los pasillos del hospital no es tan común como se cree.

Al cabo de un par de minutos encontraron la sala de emergencia, y se dirigieron inmediatamente hasta la recepción. Una mujer de mediana edad, con el cabello rojizo amarrado en un moño bajo, y algunas marcas de la edad, levantó los ojos de la pantalla de la computadora al segundo que escuchó las respiraciones agitadas de ambos chicos.

-¿Puedo ayudarlos en algo? –Preguntó la mujer, la cual recién reparaban que se llamaba Alice. _______ había logrado dejar de llorar mientras terminaba su maratón hasta la sala de emergencia, pero no sabía cuanto iba a tardar en romperse de nuevo.

-Mi hermano tuvo un accidente de auto. –Dijo ella, con el poco aire que le quedaba. Decirlo en voz alta era el triple de peor que escucharlo de otra persona.
-¿Cómo se llama su hermano? –Preguntó la mujer, con una calma excepcional.
-Payne. Liam Payne. –Respondió Louis, al ver que la chica se había quedado sin habla. La mujer tecleó unas letras en el teclado y al cabo de un minuto volvió a hablar.
-Si, está acá. -_______ tuvo ganas de clavarle un bisturí en el ojo por tal estupidez. Claro que estaba ahí, sino no hubieran venido. –Fue ingresado a las cuatro cuarenta y tres de la madrugada. –Louis vio las intenciones de estallar de su acompañante, así que le agarró la mano, dándole la señal de que lo dejara hablar.
-¿Puede decirnos cómo está? ¿O qué le pasó? –Preguntó el chico. La voz le temblaba levemente, pero trataba de controlarla.
-Lo lamento, pero no. Esa información es confidencial. –Dijo la secretaria, mirándolos por encima de sus pequeñas gafas cuadradas e insulsas.
-¡Pero soy su hermana! –Gritó la castaña, mientras lentamente perdía los estribos. Su hermano se podría estar muriendo, y ella no lo sabría. Claro que eso era pensar lo peor, pero la vida siempre le había enseñado a hacer justamente eso.
-Lo lamento, señorita Payne. Realmente, si pudiera se lo diría, pero no tengo esa información. Solo se que en este momento lo están revisando. No se cuanto va a tardar, pero mientras tanto pueden sentarse en la sala de espera.

Nuevamente la chica iba a explotar, pero Louis la contuvo y la alejó lentamente del escritorio de la secretaria y la guió hasta la sala de espera contigua. Ésta estaba vacía. Siquiera había la habitual música que ponen siempre en las salas de espera. Las revistas del año del pedo acomodadas en forma de abanico sobre la mesa de madera en el centro de la pequeña sala. Un pequeño dispensador de agua en la esquina opuesta a la puerta, y varias sillas azules decoraban la sala. Sin embargo, el más grande de los Tomlinson optó por sentarse en el piso, recostados contra una pared. Pensó, y estuvo acertado, que la chica iba a querer tener las rodillas a la altura de su cara para poder recostarla en ellas.

Segundos después, las lágrimas se disparaban de sus ojos velozmente. Él se sentó a su lado. Ese olor, el olor a hospital, a alcohol etílico y guantes de látex, le daba nauseas. Pero tenía que pretender estabilidad por ella. La abrazó y arrimó su cara a su cuello, mientras sobaba lentamente su espalda. No sabía que decir, ni cómo actuar. Pero estaba haciendo su mejor esfuerzo.

-Tranquila. –Logró susurrar cuando un sollozo de la chica lo preocupó.
-Tengo miedo, Louis. –Pronunció ella en un sollozo, aún escondiendo su cabeza en el pecho de él.
-Lo se. –Respondió él, mientras la apretaba más contra sí mismo.
-Decime que todo va a estar bien. –Levantó la cabeza para mirarlo. Los ojos estaban rojos e inchados, y sus mejillas llenas de lágrimas. Su nariz había alcanzado un color rosado, tirando a rojo, y sus pestañas estaban mojadas. Él quería decírselo. Quería decirle que todo iba a estar bien. Que se iba a solucionar. Que Liam iba a salir caminando por esa puerta, como si no hubiera pasado nada. Pero, ¿qué garantía tenía de eso? No quería darle falsas expectativas, pero a su vez lo último que quería era destrozar la poca esperanza que le quedaba. No quería hacerle promesas que luego no pudiera cumplir. –Por favor, Louis. –Insistió con la mirada perdida en sus ojos. –Necesito escucharlo de la boca de alguien. Incluso si no es verdad. Solo necesito que me lo digas. –Él se la quedó mirando. Su semblante triste, el camino de lágrimas recorriendo sus mejillas, sus largas pestañas empapadas de lágrimas… Tomó su cara con ambas manos y limpió el rastro de llanto de debajo de sus ojos.
-Todo va a estar bien. –dijo al fin. Y luego volvió a abrazarla. Haría lo que fuera que le pidiera con tan solo una mirada. No podía negarse a esa justo. Pero la pregunta está en, ¿se lo decía a ella o a él mismo?

Se quedaron un par de minutos en silencio, en los cuales lo único que se escuchaba en toda la sala eran los sollozos de ______. Louis no soportó más y comenzó a hablar, al menos para llenar el espacio.

-Todavía me acuerdo la última vez que estuve acá. –Suspiró recordando el escenario hace once o doce años atrás. -¿Vos te acordás? –La chica asintió con la cabeza levemente. –Recuerdo que estábamos jugando en ese parque después de comer. Habíamos ido a una tarde de picnic, ¿no? –No esperó a que ella contestara y siguió con el relato. –Había una gran colina, que terminaba en un bosque. Bueno, tal vez no era tan grande, pero lo parecía en ese entonces. Y a vos se te ocurrió la brillante idea de subir la colina, y luego rodar hasta abajo. –Hizo una pausa luego de reír levemente y se alegró que al menos su historia la había mantenido lo suficientemente entretenida como para que pare de sollozar. –Y yo tuve la brillante idea de secundarte. Nos odiábamos, pero para hacer ideas estúpidas, éramos los mejores amigos. –Vio como se limpió las lágrimas de la mejilla con el puño de la campera y levantaba la mirada para mirarlo. Había un indicio de sonrisa en su cara, y ya no lloraba con tanta frecuencia. Al menos la historia estaba ayudando. –Al final, todos terminamos estancados en un arbusto diferente, que nos impedían llegar al pie de la colina, los cuales, obviamente, eran venenosos. Con nuestra suerte no tuvimos que haber esperado mucho menos. –Finalmente logró que una pequeña risa se colara por sus labios. Sonrió al escucharla. –Recuerdo llegar al hospital, y pararnos frente a ese mismo escritorio. Mientras nuestros padres hablaban con la secretaria, todos llorábamos y nos quejábamos por el incesante ardor en todo nuestro cuerpo. Pero vos no. Vos estabas riéndote a pata suelta de lo gracioso que se veía Harry con la cara roja y llena de puntos más oscuros. –Nuevamente ella rió.
-Alguien tuvo que haber sacado una foto de Harry en ese momento. –Comentó mientras se acomodaba. Se sentó correctamente y apoyó la cabeza en mi hombro. –Parecía un petit morrón con rulos. –Esta vez el que rió fue Louis.
-Lo recuerdo. ¿Cómo olvidarlo? –Estuvieron un momento en silencio mirando a la pared de en frente a ellos.
-Gracias. –Dijo ______, mientras entrelazaba su mano con la de él. Era raro de ella comportarse así, pero no estaba en su mejor momento. Estaba con resaca, o probablemente aún no se le había pasado la borrachera, estaba triste, y necesitada. Eso explicaría más o menos por qué actúa así. 
-De nada. –Respondió, acompañado de un beso en la cabeza. No sabía como actuar. Se estaba por volver loco. Esperó unos segundos y agregó. –Se por lo que estás pasando. Y se que no es lindo. Y la verdad no se cómo hacer para ayudarte a sentir mejor. Y lo lamento.
-Si sirve de algo, no vas tan mal… -Soltó una risa en forma de bufido.
-Gracias.

Estuvieron otros interminables diez minutos en completo silencio, tratando de mantener las mentes alejadas de lo peor, aunque era difícil. Finalmente se escucha un ruido de una puerta abrirse. Giraron la vista hacia la de la sala de espera, pero seguía intacta. Sin embargo, unas voces se escucharon de detrás de la misma.

-Ahora a hacer reposo. –Se escuchó la voz de un hombre. –No fue una fractura para nada linda, Liam. –El mundo de la chica se llenó de luz de la nada. Se paró del piso casi por inercia y continuó escuchando la conversación. Se sentía aliviada. Su hermano podría tener todo el cuerpo fracturado, pero al menos estaba vivo. Y eso es lo que importa.
-Claro. –Esa era la voz de su hermano. Sintió que el corazón se le aceleraba.
-Mantén la pierna en alto. Y por lo menos por tres días tratá de hacer reposo absoluto.
-Por supuesto, doc. –Respondió Liam.
-Nos vemos en dos semanas para sacarte el yeso. Hasta entonces.

Pasaron alrededor de diez segundos desde esa despedida en las que no se movió la puerta, y _______ se comenzaba a impacientar. La puerta se abrió y entró Liam con unas muletas en la mano y un yeso en el pie izquierdo que le llegaba hasta poco debajo de la rodilla. Tenía un par de rasguños en la cara y en los brazos, y su camisa estaba sucia, rasgada, y tenía rastros de sangre por todos lados. Pero eso no importó en lo absoluto. Porque estaba bien. Y eso era todo lo que le bastaba a ella para sentirse completa otra vez.

-¡Liam! –Grito la chica antes de correr a abrazarlo.
-¡Auch! –Exclamó él cuando la castaña lo apretó.
-Callate conchudo del orto, te voy a abrazar y te vas a dejar abrazar aunque te duela el pelo, ¿entendiste? –Le habló aún abrazándolo.
-Ahí van mis falsas expectativas de un hola común y corriente. –Dijo antes de tirar las muletas al piso y devolverle el abrazo a su hermana, sin importarle cuanto le doliera el cuerpo entero. El alivio que sentía ella en ese momento era impresionante.
-Liam, ¿estás bien? ¿Qué pasó? –Se apresuró a preguntar Louis, llegando hacia donde los dos hermanos se abrazaban.
-Si, si. Estoy bien. Los médicos dicen, en otras palabras, que la saqué barata. Pudo haber sido mucho peor. Pero ahora estoy bien. –Respondió este, sin soltar a su hermana.
-Yo te juro, que dicen pelotudo y levantás la mano. –Dijo ésta, separándose del abrazo, pero aún teniéndolo agarrado. Sus muletas estaban en el piso, y no podía mantenerse en pie por si mismo.
-¿Y ahora que hice? Juro que esto no fue mi culpa. –Se quejó Liam, con un deje de diversión en la voz.
-¡Me hiciste sufrir como condenada! –Exclamó de la misma manera. –Estaba tan mal que hasta abracé a Louis. Juzgalo vos mismo.
-Y me agradeció. –Aportó el ojiazul, reprimiendo una risa.
-Y le agradecí. –Secundó _______. Liam solo rió.
-Deberías de haber estado delirando. –De repente todo el problema y la tensión que había entre ambos hermanos desapareció. O bueno, más bien _______ decidió no mencionarlo y simplemente olvidar el tema por un rato.
-Por tu culpa. –Liam volvió a reír. Extrañaba a su hermana, y no iba a preguntar porqué el cambio repentino de actitud. No iba a hacer nada para arruinar este momento.
-Vamos. Los llevo a casa. Ya son pasadas las seis. –Mencionó Louis, juntando las muletas y devolviéndoselas a Liam.

….

-Fin de la narración.-

-Narras tu.-

-¿Seguros que van a estar bien? –Preguntó una última vez Louis.

Estábamos en la puerta de entrada de mi casa luego de un realmente incómodo viaje en auto. Nadie mencionaba ni una palabra. Yo me sentía estúpida por haberme mostrado tan débil frente a Louis, y buscaba una manera de pedirle perdón a Liam por todo. Supongo que Louis tenía la mente ocupada con el tema de su padre, y Liam andá a saber en qué pensaba. Pero no intercambiamos palabras en todo el camino a casa.

-Si. Nosotros nos manejamos. Espero… -Respondí con una sonrisa mientras tenía a mi hermano apoyado en mi hombro.
-Siempre me puedo quedar y ayudar en lo que sea…
-No te preocupes, bro. –Respondió esta vez Liam. –Dentro de un par de horas llega Mary. Nos arreglamos.
-Cualquier cosa me llaman y vengo, eh. –Asentimos al mismo tiempo. Estaba cansada, y no olviden que todavía tenía una de las resacas más grandes de este año. –En cerio.
-Si, Louis. Andate. Ya bastante que me tuve que bancar tu cara fea toda la noche. –Respondí girando los ojos.
-Mi cara es hermosa. Y mirarla no es un obligación mala. Es un placer. Deberías de sentirte afortunada. –Respondió bajando los escalones de la entrada de espaldas.
-Claro, mi amor. –Dije sarcásticamente mientras cerraba la puerta.

Ayudé a Liam a subir las escaleras hasta llegar a su cuarto.

-Supongo que vas a querer bañarte… -Dije entrando a su cuarto antes que él, para prender las luces y eso.
-Creo que hubiera sido mejor no echar a Louis tan rápido… -Di una risa nerviosa y él me imitó. ¿Por qué tenía que ser todo tan incómodo?
-O puedo llamar a Alison. Estoy segura que no duda en ayudar… -Dije con una sonrisa, para romper la tensión del momento.
-¿Vos querés que te ponga la muleta de sombrero? –Preguntó gracioso.
-Admití que te encantaría que ella te bañara… -Comenté ya un poco más relajada, mientras lo ayudaba con la camisa.

Finalmente se metió en la ducha. No teníamos una bolsa de plástico para cubrir el yeso de mojarse, así que tuvo que dejar el pie con el yeso afuera mientras se bañaba. En el interín yo me dediqué a ordenar un poco su cuarto. ¿Yo? ¿Ordenando? ¿Dónde se vio?

Cuando salió lo ayudé a vestirse y a acostarse en su cama. Lo tapé y arreglé las almohadas. ¿Faltará algo más hacer que pueda ayudar?

-¿Precisás algo más? –Pregunté en un suspiro.
-No. –Respondió acomodándose en la cama.
-¿Tenés hambre? Puedo preparar algo de comida…
-Estoy bien. –Insistió. Me quedé parada inmóvil en el medio de la habitación.
-Está empezando a enfriar bastante. Tal vez podría traer un par de frazadas o…
-______, -Me interrumpió. –te dije que estoy bien.
-Okey. –Respondí con una timidez ajena a mí. –Cualquier cosa, pegame el grito. –Le dije dándome la media vuelta para ir a mi cuarto.
-_______, esperá un segundo. –Volví a voltearme esperanzada. -¿Podemos hablar?
-¿Ahora? –Pregunté jugando con los dedos de mis manos.
-Si. Ahora. –Respondió sin apartar la mirada de mis ojos, lo cual me intimidaba de sobremanera. Lo dudé unos minutos.
-Okey. –Acepté al fin, mientras me acercaba lentamente hasta su cama.
-Bueno, pero si vamos a hablar, que sea con sinceridad. –Lo miré sin comprender. –No me va esto de que sigas pretendiendo que no pasó nada. Porque pasó. Y el panorama no va a mejorar hasta que hablemos de ello.
-Tal vez lo haga. Personalmente, soy una fan de ignorar los problemas hasta que eventualmente desaparecen. –Respondí tratando de agregar un poco de humor a la conversación, o probablemente terminaría llorando antes de siquiera empezar.
-Yo no. Y quiero hablar de eso. No quiero pasar semanas, o incluso meses, esperando a que las cosas mejoren, y mientras tanto vos me hables como si fuera el abuelo enfermo de tu novio. –Bajé la vista a mis manos que jugaban nerviosamente con la sábana de la cama de Liam.
-Bien. –Respondí en un suspiro. –Hablemos del problema.
-Ahí está la cosa. No quiero hablar del problema. No me importa el “problema”. Me importa el hecho de que hayas creído las cosas que te dije. –Genial. Justo a donde no quería llegar… -¿Quién te metió en la cabeza que eso es cierto?
-¿Además de vos? –Dije a la defensiva volviendo la cabeza para mirarlo. Me sostuvo la mirada. Inmediatamente me arrepentí del comentario. –No es solo que me lo hayan dicho. Me conocés. No creo en lo que las personas dicen sobre mí. Es solo que… analizándolo… tanto Harry como vos tienen un punto.
-¿Qué punto?
-Ambos me dijeron lo mismo. Que era egoísta…
-Pero no lo sos. –Me interrumpió. –Tanto Harry como yo estábamos enojados cuando lo dijimos.
-¿Y si sí lo soy? –La pregunta vino acompañada de un nudo gigante en el pecho, aviso de que las lágrimas estaban por llegar. –Es decir… Hay que admitir que básicamente todas las cosas que hago son por interés propio. Por ejemplo… Unir a los profesores. Todo a mi beneficio. O el simple hecho de que siempre estoy obligándolos a hacer lo que yo quiera. Que los haya hecho hacer un tatuaje solo porque yo querja. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽acer lo que yo quiera. Que los haya hecho hacer un tatuaje solo porque yo quer arrepentas mejoren, y mientras tanto voía.
-Te nublaste la mente con todas las cosas malas, que ni siquiera pensaste en las cosas buenas que hacés a diario. –Lo miré confundida. –Ultimamente me estuve fijando en algunos detalles. Como que le hayas dicho a Micki que te mandara un mensaje cuando llegara a su casa. O defender a Niall cuando lo molestamos. O que cada vez que te subís al auto le recordás a Harry que se ponga el cinturón. O aquella vez que humillaste completamente a Jackson por engañar a Alison hace un año. Y, ¿te pensás que no noté que elegís siempre a Zayn de pareja en la clase de danza para que no se sienta mal por ser horrible bailando? Puede ser que no te des cuenta, pero estás todo el tiempo pendiente de los demás. Hay muchas maneras de demostrarle a los demás que te importan. Así que quiero que dejes de pensar esa estupidez, porque si tengo que organizar una intervención e invitar a todo el colegio para demostrarte lo contrario, te juro que lo hago. –A esta altura las primeras lágrimas ya se habían resbalado por mis mejillas.
-A veces tengo miedo, ¿sabías? –Comenté al cabo de un minuto. –Tengo miedo de que eventualmente, las personas terminen cansándose de mi actitud y se vayan. Es bobo, pero… -No pude completar la frase.
-Bueno, si eso pasa, tenés una garantía de que siempre me vas a tener a mí. Porque no importa lo mucho que me saques de quicio, lo molesta que podés llegar a ser, lo insoportable, o lo egoísta, al final del día, sos mi hermana. Y te amo más que a nadie en el mundo. –Luego de unos segundos volvió a hablar. –Eso sí, no puedo hacer mucho si vos te alejás de mí… -Emití una pequeña risa mientras me limpiaba las lágrimas.
-Eso no va a pasar. Sabés que te necesito más que a nadie. Porque me hacés reír más que cualquiera, y soy la mejor versión de mí cuando estoy contigo. Y sobre todo, porque cuando no estás, no se siente bien hasta que volvés. Sos literalmente lo único que tengo. No puedo perderte a vos también.
-Vení acá. –Estiró los brazos para que yo me acostara a su lado, y obedecí. –Vos también sos lo único que tengo. Pero por ahora, sos lo único que necesito. Y, la próxima vez que se te cruce por la cabeza que estoy mejor sin vos, recordá que casi muero en tu ausencia. Capaz que se te pasa la estupidez… -Reí y le golpeé suavemente el pecho, consciente de que aún seguía lastimado.
-Sos un desastre.
-¿Sabés que otra cosa soy? –Preguntó ahora mucho más animado.
-¿Qué?
-Batman.
-¿Batman?
-Batman. –Insistió. Me acompañó con su risa por un rato.
-¿Querés saber algo raro? –Pregunté luego de un par de minutos de completo silencio.
-Siempre. –Respondió con un tono de voz completamente diferente al de antes.
-Más temprano, me desperté exaltada después de una pesadilla. No la recuerdo muy bien, pero creo que me iban persiguiendo. Era una persecución. Habían armas, y disparos. Y yo iba en auto. Y justo cuando iba a chocar contra un tren, no me preguntes por qué un tren, me desperté. Vos sabés que siempre pensé que los sueños tenían una relación con la realidad. Pero simplemente lo ignoré porque estaba borracha, y además puede ser que haya sido por la historia que Louis me había contado de su padre hace un par de días. El tema es que traté de volverme a dormir, y a los veinte o treinta minutos Louis me despierta para decirme lo de tu accidente. Conociéndome, sabés que iba a pensar algo así, ¿no? –Hablé aún recostada en su pecho.
-¿Qué decís? ¿Que todas esas veces que jodimos con tener “poderes de mellizos” era posta?
-No. No existe tal pelotudez como “poderes de mellizos”, tarado. Solo que… Creo que de alguna manera sentí lo que vos sentías. Sentí que te había pasado algo. Capaz es coincidencia, pero bueno, sabés que no creo en las coincidencias… Ya se, estoy re loca.
-No… Puede ser lo que estás diciendo. El otro día, vos estabas extremadamente feliz por algo, y de la nada yo también estaba feliz. El día del comienzo del otoño, ¿te acordás? Y lo eh sentido antes. Es raro. No tengo sentimientos fijos, pero si como una alerta.
-Y… ¿por qué? –Pregunté, esperanzada de que él supiera la respuesta.
-No tengo ni la más pálida idea…
-Zac Efron. –Respondí seria sin mirarlo.
-¿Eh? –Preguntó confundido mi hermano.
-Zac Efron es la respuesta para todo.
-¿Y eso por qué?

-Porque está divino. Duh.

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Eh aquí capítulo. Mátenme si quieren, pero primero escuchen mi defensa. Estuve de viaje hasta hace una semana y media, más o menos, y cuando llegué me puse a escribir, pero este capítulo, como habrán visto, es heavy. Tenía que pensar bien que poner, y como expresarme, y aún así siento que no está bien escrito. Está lleno de emociones diferentes, y expresarlas no fue fácil. Es más, no pude hacerlo realmente. Pero me pareció mal que pasaran más tiempo sin capítulo, así que simplemente hice lo que pude, y esto es lo que salió. Perdón por la tardanza. Las adoro a todas!!!!

-Juuu :):):)

Capítulo veintiocho: "Na Na Na".

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-No… Puede ser lo que estás diciendo. El otro día, vos estabas extremadamente feliz por algo, y de la nada yo también estaba feliz. El día del comienzo del otoño, ¿te acordás? Y lo eh sentido antes. Es raro. No tengo sentimientos fijos, pero si como una alerta.
-Y… ¿por qué? –Pregunté, esperanzada de que él supiera la respuesta.
-No tengo ni la más pálida idea…
-Zac Efron. –Respondí seria sin mirarlo.
-¿Eh? –Preguntó confundido mi hermano.
-Zac Efron es la respuesta para todo.
-¿Y eso por qué?
-Porque está divino. Duh.

Pasaron los minutos y ninguno estipuló palabra alguna. Estábamos simplemente callados, mirando al techo. Yo, por mi parte, simplemente apreciaba el hecho de que finalmente me haya reconciliado con mi hermano. Añoraba tanto esto, y eso que solo fueron un par de semanas. Lo que va a ser de mi vida cuando Liam se case y se vaya a vivir con su esposa. Y me refiero solo a Liam porque está más que claro que yo no me voy a casar en un rato bastante largo. Planeo vivir lo que me queda de libertad, y probablemente casarme con Harry cuando cumpla los treinta y cinco. Se que tener a Harry de back up plan no era la mejor opción. Probablemente esté más destruido que yo, pero tiene una cara linda. Y las caras lindas ganan plata. Y eso es todo lo que yo necesito. Aunque obvio planeo hacer algo por mi vida yo… ¿Cómo es que pasé de hablar de mi reconciliación con Liam a la futura y desastrosa vida de Harry?

Tema con Liam solucionado. Ahora puedo oficialmente regresar a mi vida normal, que últimamente se basa alrededor de Louis. ¿Cómo llegué a eso? Que alguien me diga. Nos peleamos, nos arreglamos, nos besamos, nos peleamos de vuelta. Es un puto círculo vicioso. ¿Cuál es el objetivo de esto? No tiene, claramente. Somos dos pelotudos rompiendo las bolas por la vida.

Es gracioso, porque salir con el mejor amigo de tu hermano es como el sueño de la piba… En mi caso vendría a ser la pesadilla. Estar con Louis me está limitando mi diversión. Cuando antes estaba con cinco por noche, ahora es cruzarme a Louis en un boliche y mandármelo sin chistar. Yo entiendo que el pibe esté divino, que siempre sepa que decirme, que me pueda, y todas esas cosas. Te las banco. Pero no da armar mi vida alrededor de él. Por Dios, ¿acabo de decir que Louis me puede? Soy merecedora de un manicomio.

Esta es mi yo sobria hablando, de todas maneras. No tengo control sobre mi yo ebria. Y eso es lo que no cuadra en la ecuación.

Yo ebria + Louis ebrio = sesión interminable de besos apasionados.

No hay vuelta. Tengo que de alguna manera dejar de pensar en Louis. ¿Estar con otra persona tal vez?... Tengo fuertes creencias de que eso no va a funcionar. Al tener prohibido estar con el otro probablemente solo termine incrementando nuestras ganas de estar juntos. Además, lo que no quiero hacer justamente es atarme a una persona, y es la parte esencial del plan. Descartado.

Convencerme de que no me atrae Louis es bastante difícil. Y la última idea que se me ocurre es aplicar a la moral. Tengo que buscar una manera de que estar con Louis me haga sentir culpable… Como, por ejemplo, el echo de que Liam odiaría que esté con uno de sus amigos.

En sí, tiene sentido. Que tu hermanita se coma a tu mejor amigo es asqueroso, entre otras cosas. Además, solo lograría que Liam y Louis se terminen peleando. Si cada vez que yo estaba con Harry se ponía como puta barata, me imagino ahora. Por eso la mayoría de veces no le comentaba a Liam que había estado con Harry, o a esta altura éste último estaría pudriéndose en algún lugar recóndito del ático; y por más que me encante la idea de que Louis se pudra en un lugar recóndito del ático, no me parece lo más ético para hacer. Y, por sobre todo, Liam se enojaría conmigo, no solo porque esporádicamente me engullo a su mejor amigo, sino porque se lo estuve ocultando. Y lo último que quiero es que Liam se vuelva enojar conmigo. Ya quedó bastante claro que la vida sin él es un asco.

Buenísimo, no solo había encontrado una razón para finalmente abstenerme de Louis, sino que hasta me lo había creído. De hoy en más, no más juntadas clandestinas con Louis, y ya que estamos no más peleas tampoco. Me llegué a dar cuenta de que esas peleas estúpidas solo llevan a más sesiones de besos candentes. Es como si el echo de que lo desafíe y contradiga lo excite o algo. Y, tal vez, solo tal vez, la situación se de viceversa.

….

El choque del agua contra nuestras caras logró despabilarnos por completo. Me senté en la cama de golpe. La resaca empezaba a dar señales de vida. No era tan fuerte como esperaba. Seguramente mi pequeño viaje al hospital había ayudado en algo.

-¿¡Qué carajo!? –Preguntó mi hermano secándose la cara con las palmas de las manos. Yo lo imité mientras aclaraba la vista para ver de quien se trataba.
-El vocabulario, nene. –Respondió mi madre. Estaba vestida como normalmente iría al trabajo, o sea uno traje marrón y zapatos cómodos, pero no tan feos como se ven usualmente en los hospitales. Gracias a Dios mi madre no se vestía como el resto de enfermeras y doctoras que inundaban los pasillos. Esos trajes verdes que parecen de tela TNT, y para peor, con crocs. Siquiera puedo pensar algo positivo de las crocs, y menos combinados con un traje de enfermera. Diugh.
-¿Por qué me tiraste agua? –Preguntó nuevamente Liam. Yo aún estaba media adormilada como para contestar.
-¿Por qué condujiste el auto en estado de ebriedad a las cinco de la mañana? –Responder con una pregunta. Pocas veces había visto a mamá enojada. Y esta es una de ellas.
-¿Y yo? –Reclamé. –Yo no hice nada.
-Daños colaterales… -Respondió aún con el semblante severo. -¿Vos te das cuenta de la gravedad de tu situación? –Le habló a Liam. -¿Qué pasaba si te sucedía algo peor que esto? ¿Qué hago yo? –Ambos nos quedamos sin palabras. Mamá nunca se preocupaba por lo que hiciéramos o dejáramos de hacer. Esto es como ver una musulmana en bikini. Completamente inusual. –No puedo creer que de los dos, hayas sido vos el que termines en cama por irresponsabilidad…
-¿Qué estás tratando de decir? –Pregunté yo, ahora brevemente ofendida.
-Lo lamento, cariño, pero ambas sabemos que vos sos más capaz de cometer estupideces como esta. –No sabía si sentirme ofendida o qué… Puede que sea cierto, pero ella es mi madre. Se supone que me tiene que decir cosas lindas aunque sea un completo desastre, que lo soy. No tirarme la posta…
-Tampoco te la agarres con _______ que ella no tuvo nada que ver. –Me defendió Liam.
-Da igual. No estoy acá para hablar de _______. Les pedí por favor que se mantuvieran al margen. ¿Saben qué? Llego tarde al trabajo. Estás castigado. No salidas por una semana entera.
-Como si pudiera moverme, menos ir a bailar… -Respondió irónico mi hermano.
-Bueno, entonces… -Lo pensó unos segundos. –No computadora.
-Necesito la computadora para trabajos de la escuela.
-Entonces… -Pensó ya irritada. –No Harry.
-¡¿Cómo que no Harry?! –Entró el susodicho por la puerta, escuchando únicamente la última parte, y preocupándose.
-No Harry por una semana. Está dicho. –Insistió mirando hacia mi mejor amigo.
-¡No! ¡No nos hagas eso! No podemos vivir el uno sin el otro. –Harry siempre exagera las cosas. Siempre pensé que era para agregar humor, pero últimamente pienso que es parte de su personalidad.
-¡Es una semana! –Replicó mamá. –Y dejá de hablar así, Harold, que parecés homosexual. –Me tenté con ese comentario, pero me tragué la risa. Mi orgullo puede más, y no voy a reírme de un comentario de mi madre luego de cómo me trató.
-¡Lo soy! Y amo a Liam. No nos podés separar. Soy gay. –Afirmó finalmente. No era el momento, pero moría por reír.
-No vestido así. –Respondió mamá con una mirada gélida, antes de eludir a Harry y salir de la habitación. Internamente quería reírme, pero simplemente mi ánimo no ayudaba en mucho. Harry comenzó a inspeccionar su ropa.
-¿Qué tiene de malo la forma de vestirme? –Nos miró esperando una respuesta. Liam solo estalló de risa, y yo me quedé mirándolo inexpresiva. -¿No soy material gay? Perfectamente podría ser gay. Los gays están atraídos hacia mí. Si fuera gay, todos me querrían. Y no les importaría mi ropa… -Arrancó a divagar solo.
-¿En cerio? ¿Estoy empotrado en una cama con una pierna rota y lo único que vos pensás es en si tenés potencial para ser gay?
-Es un tema muy importante de discusión universal. –Respondió obvio.
-¿Tu homosexualidad es un tema importante de discusión universal? –Preguntó Liam riéndose.
-Ajá. -Respondió mi mejor amigo obviando la situación. De pronto me sentí encerrada. Como si me fuera a asfixiar. Tenía que salir. Despejarme un poco. Poner la mente en otro lado. O simplemente buscar un rincón en el cual llorar plácidamente. Cualquiera servía.

Sin decir más, me paré de la cama tratando con todas mis fuerzas que mis lágrimas se contuvieran lo máximo posible, o por lo menos hasta que esté sola. No quería que me vieran llorar y pensaran que me afectaba toda la situación, que aunque fuera cierto, prefería no demostrarlo.

Caminé a paso acelerado hasta la puerta, donde fui retenida por mi mejor amigo y su semblante preocupado.

-¿A dónde vas? –Preguntó mi hermano, mirándome desde la cama.
-A correr. –Planeaba dejarla por ahí y seguir con mi camino, pero eso solo levantaría sospechas. –Es una buena forma de sacar la resaca.
-¿Todo bien? –Preguntó esta vez Harry. Asentí con una leve sonrisa forzada en el rostro y continué camino hasta mi cuarto.

Me puse la primera ropa deportiva que encontré en mi ropero, sin mucho ánimo de combinar, y bajé directo hacia el comedor, donde mi mejor amigo esperaba contra la puerta.

-¿Lista? –Preguntó enderezándose. Lo miré confundida. –Ah, claro. Decidí salir a correr contigo. ¡Felicidades! –Comentó con una gran sonrisa.
-No tenés por qué. Puedo salir sola. –De verdad necesitaba ese tiempo para escuchar algo de música y correr hasta que las piernas no me den más.
-Como si tuviera algo mejor que hacer. Alison sigue en lo de Anna y estoy vetado de ver a Liam por una semana. Además, en el trayecto, podés contarme bien que es lo que te molesta. –Me dio una pequeña sonrisa traviesa y abrió la puerta, haciendo un ademán para que saliera.
-No hay nada que me moleste, Hazz. –Respondí en un tono dulce, tratando de que se olvidara del tema.
-¿_______ Payne siendo tierna? Necesitás intervención urgente. Andando. –Sabiendo que no se iba a rendir, tiré el IPod en el sillón, consciente de que ya no lo iba a necesitar, y salí por la puerta seguida por él.

Tal vez me vendría bien hablar un rato con Harry. Hacer que me despeje la mente y volver a la normalidad.

Comenzamos a trotar hasta llegar a un parque cercano al condominio, donde arrancamos a correr con más intensidad. Hice bien al permitir que Harry me acompañara. Al menos estando con él me prohibía a mí misma pensar en lo patética que soy.

Finalmente luego de media hora de correr alrededor del parque sin decir una palabra, decidí que era el momento de descansar un poco. Me tiré en el pasto mirando al cielo mientras sentía como mi caluroso cuerpo recibía el choque del frío de Londres. Entre respiraciones agitadas sentí como mi mejor amigo se acostaba a mi lado. Él no estaba tan cansado como yo, pero aún así tenía toda la cara roja y varias gotas de sudor resbalando de su cabello. Muchos chicos podrían lucir asquerosos de esa manera, pero Harry simplemente se las ingeniaba para parecer más sexy que lo normal. Finalmente me obligué a retirar la mirada de él y volví al cielo, mientras mi respiración se controlaba un poco, y retomaba mi ritmo cardíaco.

El cielo estaba despejado, solo con un par de nubes flotando aleatoriamente en él. Dentro de todo, era un lindo día de otoño.

-¿Ya me vas a contar que es lo que te atormenta? –Habló Harry, volteando la cabeza hacia mí. Su respiración aún estaba agitada, y sentí como tuvo que soltar algo de aire al terminar la oración.
-¿Sabías que el sudor es una respuesta de nuestro cuerpo para no morirnos acalorados? –Respondí, aún mirando al cielo. –El sudor, al ser frío, enfría nuestro cuerpo evitando que seamos un horno andante. Es bastante fascinante, en verdad.
-No me evadas con biología. –Exclamó, logrando que finalmente lo mirara. –Soy tu mejor amigo. Podés contar conmigo para lo que fuese. Pero si estás embarazada, prefiero que no me lo digas. –Le di una pequeña sonrisa y volví mi vista al cielo. –Hay Dios santo. –Susurró para si mismo mientras se tapaba los ojos con el brazo.
-¿Desde cuándo tan religioso? –Al menos bromear con él me despejaba un poco la mente.
-Por favor decime que me estás jodiendo… -Buscó mis ojos con desesperación, mientras yo solo sonreí para calmarlo.
-Obvio. –Soltó el aire que estaba reprimiendo y me golpeó despacio en el brazo.
-Puta. –Solté una pequeña risa. –Ahora en cerio. ¿Qué te pasa? Me doy cuenta cuando algo te molesta, y este es el caso.
-Harry, estoy irritada noventa y nueve por ciento de mi vida. Básicamente se puede decir que odio a todo el mundo menos a un par de personas. ¿Qué lo hace diferente a cualquier otro día normal?
-Que, lamentablemente, te conozco desde que naciste. Y se cuando algo te irrita más de lo usual… -Solté un suspiro y volví la vista al cielo. No quería recordarlo.
-No importa –Le respondí, nuevamente tratando de reprimir las lágrimas. Sin embargo no respondió, como esperaba que hiciera. Sin embargo, agarró mi mano y la apretó, pasándome un poco de confianza y confort. -¿Nunca te diste cuenta que de los mellizos o gemelos, siempre hay uno que no se planeó? Bueno, soy esa patética. –Dije finalmente, luego de unos minutos de silencio en el cual me debatía si hablar sobre el tema o no.
-_______, si te soy sincero, estoy bastante seguro de que ninguno de ustedes fue planeado, sin ofender. –Le siguió una pequeña risa para cortar el ambiente.
-Como sea. Vos me entendés. Es como si fuera la paleta de la familia. –Traté de buscar algún termino que se ajustara bien a la situación, pero nada parecía ser perfecto.
-¿Eh?
-Claro, boludo. Como cuando hay una pareja y está el amigo ahí re paleta.
-¿Sobrada, decís?
-Ponele. Es otra manera de decirlo… -Me sorprendía la naturalidad con la que estaba llevando la situación.
-¿Y se puede saber por qué te sentís así? –Preguntó sentándose para mirarme mejor.
-¿No es obvio? –Me senté para quedar a su altura. –A mi madre le encantaría que yo no existiera. -¿Vieron cuando dije que estaba controlando la situación bastante bien? Bueno, no. Las lágrimas que había tratado de contener todo el dia se hicieron presentes.  el d luando dije que estaba controlando la situacifue planeado, sin ofender. -Le  que no se planeía se hicieron presentes, cayendo una por una a una velocidad alta y rodando por mis mejillas hasta chocar en el pasto debajo mío. Hacía un gran esfuerzo para quitarlas rápidamente y restarle importancia.
-Eso no es cierto. –Dijo abrazándome. Aproveché la situación y apoyé mi cabeza en su hombro. –Tu madre te ama tanto como ama a Liam. –Reí secamente.
-Sabés bien que no. Pero, ¿cómo culparla? Liam es el hijo perfecto. Es inteligente, responsable, atento… Y después estoy yo. La insoportable carga que no sirve para nada.
-Hay, no. –Exclamó en un susurro. –Otra vez no. –Esperó un momento para continuar hablando. –Ya te lo dije antes, _______. Vos no sos una carga, no una molestia. Sos tan importante en la vida de tus padres como lo es Liam. Y vos sos inteligente… Y atenta. Tal vez no tanto responsable… Pero si tenés otras cualidades.
-No es como si estuviera celosa de Liam, ni nada. Pero a veces me gustaría que la poca atención que mamá nos presta no sea solo dirigida a Liam, sino que a ambos. –Esperé unos segundos para separarme de su pecho. –Como sea. Ya lo superé. –Me sequé las lágrimas y me paré.
-Típico tuyo. Fingir que no pasó nada. –Respondió imitándome.
-Es una buena táctica… Y se que a vos te agrada porque no sos la mejor persona para consolar.
-Aún así vamos a tener un día de Harry y _______ para subirte el ánimo. –Anunció con una gran sonrisa. Se que en parte estaba aliviado de que la conversación acabase. No lo había necesariamente superado, pero lo haría en el correr del día. No es como si fuera la primera vez que pasa…
-El burro por detrás. –Lo corregí, refiriéndose a que dijo su nombre antes que el mío, y eso es gramáticamente incorrecto.
-Ya se. Por eso vos estás a lo último. –Nuevamente le golpeé el brazo a tono de broma mientras arrancábamos a caminar sin rumbo alguno.
-¿A dónde vamos? –Pregunté luego de unos cinco minutos.
-¿De compras? Eso siempre te sube el ánimo… -¿¡Para qué quiero un novio si tengo a un Harry!? –Propongo que vayamos a darnos un baño y vamos para Oxford Street. ¿Te va? –Asentí con la cabeza levemente y arrancamos a trotar hasta nuestras casas.

Al cabo de diez minutos estaba entrando ya a mi casa. Traté de no pensar en nada negativo. Ya había tenido suficiente negatividad para una vida entera en tan solo un par de semanas. Prefería dejarla por ahí.

Subí a mi cuarto y fui directo a la ducha. Traté de no hacerla muy larga, porque, además de que me moría por un nuevo par de botas, si pasaba más tiempo del estrictamente necesario en la ducha iba a terminar filosofando sobre la vida, y por como va mi vida en este momento, no iba a terminar bien.

Rápidamente me lavé el pelo, y me saqué todo el sudor del cuerpo. Apenas salí de la ducha el timbre comenzó a sonar. Al principio de manera suave, pero al cabo de unos segundos de una manera insoportable y constante que me daban ganas de cortarme los tímpanos. Mierda que Harry era impaciente.

Me enrollé en una toalla y salí hasta la puerta de mi cuarto.

-¡Liam! ¿¡Podrías contestar por favor!? –Grité ya irritada con el sonido del timbre.
-¿¡Vos me estás jodiendo!? –Luego recordé. Liam está empotrado a una cama. Rodé los ojos y bajé las escaleras de mala gana, sosteniendo mi toalla con la mano derecha.
-¡Ya voy! –Gruñí mientras abría la puerta. Me sorprendí de sobremanera al descubrir que no era Harry quien se encontraba detrás del marco, sino que era Louis.

No pude ocultar mi perplejidad, y obviamente éste se dio cuenta, ya que se recostó en la puerta y pasó la vista desde mis pies a la punta de mi cabeza unas cinco veces aproximadamente. Tenía que recordar todo mi planteamiento de hoy a la madrugada. Puede que haya estado borracha, cansada, asustada, y un millón de cosas más, pero todo lo que pensé tenía sentido, aún estando sobria. Sentí la sangre subir a mis mejillas mientras me cruzaba de brazos, que aún sabiendo que no ocultaba nada, me sentía más protegida. El hecho de que él no dejara de fichar mi cuerpo únicamente cubierto por una toalla prácticamente diminuta no ayudaba en nada.

Me irritó la manera en la que me miraba, y eliminé con rapidez todo rastro de vergüenza de mi cara. Estaba a punto de insultarlo, pero luego recordé a lo que eso conlleva. Y considerando que solamente estoy usando una toalla, el resultado no era el mejor en ninguno de los casos imaginables. Luego de lo que parecieron horas, pero solo fueron simples segundos decidí intervenir. Sí dije que iba a dejar de insultarlo, pero no podía perder mi actitud, o él tendría una impresión errónea de mis intenciones.

-¿Terminaste? –Fue lo más coherente que se me ocurrió decir. No tan insultante, pero a su vez lo suficiente como para que notara que estaba molesta con su mirada sobre mi cuerpo.
-No todavía. –Respondió fijando la vista en mi pecho y dejándola ahí por unos cinco segundos, fácil. Rodé los ojos y me aparté de la puerta, rumbo a mi cuarto nuevamente, dejando que él pasara y cerrara la puerta detrás. –¡Todavía no terminé! –Exclamó cuando comencé a subir las escaleras. –Olvidalo. Seguí subiendo. Desde acá la vista es mejor. –Me quedé parada en el segundo escalón de las escaleras, repitiéndome a mí misma una y otra vez en mi mente que no tenía que insultarlo.

Lentamente volteé y bajé las escaleras y me posesioné a su lado.

-Después de ti. –Hice un ademán con la mano señalando la escalera, y le dí la sonrisa más falsa que pude haber compuesto a base de mi irritación. Él me devolvió la sonrisa y subió de dos en dos los escalones hasta que lo vi desaparecer en el cuarto de mi hermano.

Finalmente llegué a mi cuarto y comencé a peinarme. Llegué a ponerme la ropa interior y el jean cuando el timbre sonó nuevamente. Este sí debía de ser Harry. Me asomé a la puerta de mi habitación y le solicité a Louis de la manera más cordial posible que abriera la puerta por mí. Con “la manera más cordial posible” me refiero a mi propio lenguaje hacia Louis… Tomen sus propias conclusiones. Lo único que recibí en respuesta fue su negativa, y negándome a ocasionar una pelea entre ambos, decidí nuevamente bajar yo a abrir la puerta. Más vale que sea Harry, o estaría recibiendo a un completo extraño usando únicamente mi bra de la cintura para arriba.

Caminé por el pasillo y no me resistí a levantarle el dedo medio a Louis cuando pasaba frente a la habitación de Liam. Escuché su risa desde el interior, pero no me paré a discutirle, como estoy segura que esperaba que hiciera.

Abrí la puerta con un movimiento bruto dejando ver, finalmente, a mi mejor amigo. Vestía un jean negro ajustado, una remera blanca lisa, y una camisa de franela a cuadros en tonos de azul y gris. Llevaba los rulos mojados bajo su beanie, y en los pies unas converse blancas.

Abrió la boca unas tres veces, probablemente tratando de pensar con precaución lo que decir, hasta que finalmente habló.

-¿Sabes qué? Ni siquiera voy a preguntar. –Dijo mirndome ﷽﷽﷽﷽era voy a preguntar. -Dijo te tratando de pensar con precausila a cuadros en tonos de azul y gris. Llevaba los rulos mándome una última vez mientras entraba a la casa.
-Buena elección. -Respondí cerrando la puerta tras él.
-¿Te sentís mejor? –Preguntó. Asentí levemente con la cabeza brindándole una sonrisa para tranquilizarlo. -¿Y por qué aún te ves molesta?
-¡_______! –Escuché que gritaban desde arriba. -¿¡Me traés un vaso de agua!? –Lo miré con los ojos abiertos, induciéndole que esa era la razón por la cual estaba irritada.
-Mi molestia tiene nombre. –Sonreí sarcásticamente antes de girar mi cabeza hacia la escalera. -¡Vení vos a buscarla! –Le respondí a Louis girando los ojos. Sabía que no podía verme, pero ese se había convertido en mi hábito prácticamente cada vez que escuchaba una palabra salir de su boca. –Aguantá que termino de arreglarme y ya nos vamos. –Con una última sonrisa de Harry demostrando que me daba su aprobación, comencé a subir las escaleras.

Me crucé con Louis a la mitad, y siquiera volteó a mirarme. Solo siguió de largo a saludar a Harry. No puedo decir que no me sorprendió su actitud, pero aún así no lo discutí. Mejor de esta manera.

-Fin de tu narración.-

-Narra Louis.-

-¿Todo bien? –Le pregunté a Harry, llegando a su lado y porporcionándole un saludo.
-Si, ¿vos? –Me devolvió el saludo.
-Bien. –Caminamos juntos hasta la cocina. –Te enteraste que Liam está enyesado en su cuarto, ¿no? –Más vale asegurarse. Harry vive en la luna…
-Obvio, pancho. –Respondió. Le ofrecí un poco del agua que acababa de verter directo de la canilla en un vaso, la cual aceptó sin discutir.
-¿No vas a ir a verlo?
-No puedo. El castigo de su madre hacia él fue “no Harry por una semana”. –Me devolvió el vaso vacío, el cual llené de agua nuevamente.
-¿No Harry por una semana? ¡Qumo alguien por una semana? ¡Qudre hacia l acept no me sorprendié perra! ¿Cómo alguien puede aguantar una semana entera sin vos? Yo no podría.
-¡Lo sabía! Tu amor hacia mí ya no puede ocultarse más. ¡Sabía que era potencial gay! –Tomé un sorbo de agua y se lo escupí en la cara.
-No, Hazz. Vos sos gay, que es muy diferente. –Se limpió la cara mientras me decía un par de groserías. Aún así no pudo evitar reírse. –De todas maneras, ¿en cerio vas a hacerle caso a la madre de Liam? Mientras no esté podrías perfectamente estar con él.
-Lo se, pero cuando lo analicé, me dije a mí mismo que no podía hacerlo, y terminé llamándome gallina e iniciando una apuesta con mi persona. La cual voy a ganar.
-No sos más pajero porque no te dan las horas del día a vos, ¿no? –Solté con una carcajada.

Harry me proporcionó un golpe en el brazo, lo cual desencadenó una amistosa lucha libre en el medio de la cocina.

-Fin de su narración.-

-Narras tu.-

Una vez lista bajé las escaleras a toda velocidad. 

Vestía así: 



No me había dado cuenta de cuánto precisaba esta salida con mi mejor amigo. Dspejarme la mente, comprar, ser feliz…

Al bajar me encontré con Harry y Louis peleando en el piso de mi cocina. Al toque me di cuenta que era de joda, ya que ambos reían mientras rodaban por el piso.

-Consigan un cuarto. –Dije rodeándolos para llegar a un vaso de agua que había sobre la mesada. Tomé unos cuantos sorbos hasta bajarme el vaso entero. No había tomado agua desde que volví, y me estaba deshidratando. Lo llené de vuelta y volví a tomar de él.
-Contigo, cuando quieras. –Respondió el ojiazul. Simplemente giré los ojos y continué con mi actividad anterior.
-¡Hey! Esa es mi camisa. –Exclamó mi mejor amigo mirando mi vestimenta.
-Y esa es mi campera… -Notó Louis.
-Y estoy casi seguro de que la chaqueta es de Liam…
-¿Y qué? –Protesté dejando el vaso en la mesada. –Ni que fuera a cenar con Victoria Beckham. ¿Vamos? –Harry asintió mientras se volvía a poner el beanie y se despedía de Louis. –Adelantate. Le digo algo a Louis y te alcanzo. –Harry desapareció por la puerta de la cocina, dejándome a solas con Louis.
-¡Okey! –Gritó exasperado. –Pero vos pagás el motel. Bastante con que yo me encargue de los condones. –Miré hacia la mesada, donde el vaso seguía reposando en ella, y consideré los pros y los contras de partirle el vaso en la cabeza. No habían contras. Y la lista de pros llegaba hasta América. Lentamente vi como él agarraba el vaso y lo dejaba lejos de mi alcance. Di un gran suspiro y proseguí con mi punto, ignorando por completo su propuesta de sexo.
-¿Te podrías quedar con Liam en lo que estoy con Harry? –Pregunté lo más amablemente que pude. Pero no estaba de humor como para ser considerada. Solo pensaba en qué tan fuerte podría pegarle en las pelotas y salir corriendo.
-¿Y qué gano yo? –Preguntó poniendo cara de pensativo, con una mano al costado de su cara tamborileando pausadamente su cien. Luego disimuladamente vi como bajó ese mismo dedo y comenzó a tamborilear su labio. Terrible directa me manda, y ni se preocupa por ocultarlo. Giré los ojos. Ya me iba a quedar bizca de tanto hacerlo.
-La satisfacción de ayudar a una amiga necesitada.
-Ah. Hubieras empezado por ahí. Si tan necesitada estas gustoso te ayudo. –Pegué un pequeño grito de frustración.
-¿No podés actuar normal una puta vez en tu vida? En una bien te digo. Te estoy pidiendo un favor porque lo necesito, y me venís con esto. ¡Madurá! –Se que dije que iba a intentar no salirme de mis casillas cuando estuviera cerca, pero es prácticamente imposible. Él siempre busca la manera de hacerme enojar.
-Bueno, Grumpy, bajame los decibeles. Yo lo cuido.
-¡Gracias! –Exclamé aliviada y me dediqué a salir de la cocina, siendo interrumpida por una mano que se estampó en mi trasero.


¿Es que esto nunca va a cambiar? Porque no creo poder soportarlo… Tómenlo como quieran. 

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Mmmm... Qué pasará? Podrás soportar no pelear con Louis? Es obvio que no. Las cosas están en Cuánto aguantarán. Se abren las apuestas. Espero que a todas les guste este capítulo y que me perdonen por tardar. Como dije antes, estaba de viaje, y después el estudio, y después las notas, y después mi madre siendo una perra y obligándome a estudiar... No mentira. Eso último no pasó. Se lo está tomando bastante fleixible je. :)En fin, no prometo que sea así siempre. Capáz está de buen humor. Por suerte mañana es el día de la madre, y me tomé la molestia de comprarle un regalo propio para que se olvide por un momento de que soy un asco en la escuela :)

Las adoro a todas! Disfruten!

Juuuuuuuuu :)

PD: Gracias a todas las que me apoyan contra los haterssss :)

Capítulo veintinueve: "Boomerang".

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Yo se que muchas de ustedes nunca escuchan las canciones que yo pongo, pero hago énfasis en esta, porque de verdad representa el capítulo y toda la relación entre Louis y _______ así que por favor escúchenla, lean la letra, en español si quieren, pero de verdad vale la pena. Esta es de mis canciones favoritas, además es otra instancia de compartirla con ustedes :)


¿Es que esto nunca va a cambiar? Porque no creo poder soportarlo… Tómenlo como quieran.

Pasé toda la mañana paseando por Oxford Street con Harry, comprando ropa, hablando de cosas sin sentido, bueno en realidad prácticamente todo lo que hablo con Harry es sin sentido, pero se entiende.

-Propongo ir a comer algo. –Dijo mi mejor amigo, una vez que salimos de una tienda. No había notado el hambre que tenía hasta que Harry lo mencionó.

Verdaderamente no había comido nada desde el día anterior al mediodía. Y, para que quede claro, obviamente terminé vomitando en una de las plantas en la casa de Annie. Mejor que Micki que chivó todo por el balcón seguro que fue… En fin, también con el susto de anoche, y que hoy salí a correr, la comida siquiera había pasado por mi mente.

Asentí levemente y ambos fuimos cargando las bolsas hasta el primer lugar donde vendieran comida que localizamos. Era un pub irlandés. Por afuera era negro, con detalles en verde oscuro, y muy ostentoso. Al entrar el ambiente se tornó algo turbio. No habían muchas ventanas, y la luz era prácticamente nula. Muchas voces inundaron mis oídos de repente, sumado a la música de fondo, la cual no pude reconocer con claridad debido a todas las personas hablando entre sí.

Caminamos a paso decidido hacia el fondo, pasando por la barra donde reposaban al menos tres máquinas de cerveza. Bajamos un par de escaleras hasta la segunda parte del lugar, donde el ambiente se tornaba un poco más tranquilo. Ya fuera de la parte del bar, lo restante no estaba tan turbio. Aunque las ventanas aún eran escasas, y la luz no llegaba con plenitud. Pero al menos no se escuchaban tantos gritos o personas discutiendo por lo que parecían carreras de caballos.

Tomamos asiento en una de las mesas de madera oscura contra la pared, dejando las bolsas a nuestros costados sobre el piso. El lugar no estaba tan mal, dentro de todo.

El olor a comida que salía de la cocina me hizo darme cuenta lo hambrienta que en verdad estaba, así que cuando el mesero vino a pedir nuestras órdenes, pedí la única comida que pensé saldría con más rapidez: papas fritas. Harry se pidió lo mismo que yo, y para acompañar pedimos una cerveza a cada uno.

Cuando el mesero abandonó la mesa, aproveché para sacar mi celular y mandarle un mensaje a Louis, corroborando que todo estuviera bien. No había escuchado de ellos en toda la mañana, y no sabía si preocuparme, o agradecer el hecho de tener una mañana libre.



Luego de tantas veces que infructuosamente intenté cambiar su nombre en mi celular, terminé abandonando la lucha, viendo que cada vez terminaba con un nombre diferente, y la mayoría de veces vulgar. Preferí dejarla ahí. Por lo menos este no era tan malo.

Ni siquiera me gasté en abrir el mensaje, simplemente lo vi en la pantalla bloqueada y desvié la mirada a algo más placentero. Cualquier cosa. En este caso, Harry, a quien encontré sonriéndole a su celular.

-¿Por qué tantas sonrisas? –Pregunté divertida, en lo que el mesero traía unos vasos llenos hasta el borde de cerveza. Mierda, le dejaron la espuma. Putos.
-Nada. –Me respondió dando un sorbo a su vaso. –Un video que mandó Niall al grupo de Whatsapp.
-Quiero verlo. –Demandé divertida.
-No, no querés. –Me respondió de la misma manera, dejando su celular sobre la mesa.
-Puto. –Le di un sorbo a mi cerveza antes de volver a hablar. No entiendo como hay gente que no le gusta la cerveza. Para mí, es como tomar agua. Aunque a esta altura, hasta el vodka lo paso como agua. –¿Puedo saber de que se trata, al menos?
-De una chica. Y un caballo cachondo. Te la dejo por ahí… -Hice una mueca de asco imaginándome el video por mi cuenta.
-Que asco. –Él asintió levemente dándome la razón, y finalmente apareció el mesero con nuestra orden. La dejó en la mesa y se fue.

Comencé a ponerle sal a las papas, cada vez más. Yo siempre lo dije, cuando me muera, va a ser por hipertensión. Comence a comer tranquila, sin hablar muchoa, va a ser por hipertensiaso como agua. -Puedo rveza. Para mna otrados sobre el pisolo queé a comer tranquila, sin hablar, solo concentrándome en mis extremadamente saladas papas. Perfectas para mí.

-Entonces, ¿qué onda tu vida? –Preguntó mi mejor amigo, con un puñado de papas en su boca. Viviendo toda la vida con hombres, como lo son Harry y Liam, uno se acostumbra a esta clase de acciones no agradables para un ser humano normal.
-Como si no supieras cada detalle de mi vida ya. –Metí otra papa en mi boca, bañada en ketchup.
-Últimamente con suerte se si estás viva.
-Exagerado. –Respondí riendo. –Nada nuevo. –Dije, más que quedara satisfecho.
-Quiero un update en tu vida amorosa. –Con un nuevo puñado de papas en su boca, tomó un sorbo de cerveza. Eso ya sobrepasaba los límites de asquerosidad, pero si le reclamaba iba a terminar con la misma excusa de siempre: “¿Qundo tuve yo vida amorosa?ugar.".ismo lugar...ba a terminar con la misma escusa de siempre: "o son Harry y Liam, uno se acostumbré tiene? Si todo termina en el mismo lugar."
-¿Cuándo tuve yo vida amorosa? –Le respondí riendo. –Lo más cercano que tuve a una relación ni estuve consciente durante la mayor parte, y si no fueras vos, directamente negaría que eso algún día llegó a ocurrir.
-¿Y Louis?
-¿Louis? –Pregunté largando una auténtica carcajada. -¿Vos me estás descansando?
-Vos me entendés. Cuando digo “vida amorosa” me refiero a tus touch and go con diferentes adolescentes de la región, y eso incluye a Louis. –Normalmente me molestaría tocar el tema, pero en este momento, con mi cabeza clara sobre esa situación, no estoy incómoda para nada. Al contrario. Rodé los ojos.
-Nada pasa entre Louis y yo. Seamos honestos, ¿Louis y yo en una relación de tipo amorosa? –Logré que el mismo Harry soltara una carcajada. –Además, es bizarro. Lo conozco desde chiquita.
-Eso no te detuvo para estar conmigo trescientas-no-se-cuantas veces. –Respondió astuto, levantando una ceja.
-No me dejaste terminar. –Tomé un sorbo de la cerveza y retomé mi monólogo. –No solo el hecho de que lo conozca desde chiquito, que en verdad no tiene mucho que ver, sino mas con el tema de que nos odiamos. Rotundamente. No podemos estar más de tres segundos en una misma habitación sin sacar una motosierra. Y la verdad no le encuentro sentido alguno a estar en esta especie de juego, o lo que sea que fuera, si al final no me va a llevar a otra cosa más que a terminar separando el grupo, o lo que fuese. Además, estar con él de verdad me limita mis opciones. –Orgullosamente terminé de contarle mis razones a Harry. Todo lo que había pensado la noche anterior.

En sí, me gustaba tener a alguien con quien hablar. Tal vez preferiría a alguna de las chicas, probablemente me entendieran más, pero a su vez se podrían re molestas con el tema. Enfrentémoslo, todas las mujeres somos insoportables cuando se trata de hombres. Y me incluyo. Yo también terminaría emocionándome si me entero de que una de mis amigas tiene novio, tal vez no tanto. Pero sí me pondría feliz por ella, y hablar sobre él y qué tan largos son sus dedos. Y no precisaba que alguna de las chicas se pusiera así al enterarse de que una que otra vez me enrollé con Louis, algo completamente insignificativo e impulsivo. Porque eso era todo lo que era.

-Uh, miren quién maduró… -Se burló de mí. Tal vez si había madurado, ¿quién sabe? Simplemente me encogí de hombros y continué comiendo. –Ya vuelvo. Voy al baño. –Se paró de la mesa y lo vi caminar hasta que lo perdí en la multitud de la barra.

Apenas confirmé que no iba a volver, agarré su celular. Sí, llámenme rara, pero en serio quería ver ese video. Por disgustante que fuese. Así que desbloqueé su celular y en la pantalla aparecieron los mensajes. Estaba abierto en uno en especial, pero esa persona no estaba agendada.

Comencé a subir entre los mensajes. Sabía que no debía de hacerlo, no invadir la privacidad de Harry, pero éramos mejores amigos. Yo sabía todo sobre él y él todo sobre mí. Si estaba hablando con una chica cualquiera, al menos descubrir quien era. Harry no era muy de mensajearse con las personas… Pero algo en esta chica era diferente. Era casi como si estuvieran… Saliendo. ¿Harry salía con una chica? ¿Y no me había dicho nada? ¿La conozco? ¿Quién es? De repente un millón de preguntas se formularon en mi cabeza.

Rápidamente desbloqueé mi celular y comencé a marcar el número de esta chica en particular. Una vez que el último número estaba discado, un nombre apareció en mi pantalla. Era Anna.

Harry está saliendo con Anna.

¿Cómo no pudo decirme? Considerando que yo le conté sobre Louis, y hubiera preferido que no. Es decir, ¿no confía en mí? ¿O qué?

Aún en shock volví a bloquear su celular y lo dejé justo donde estaba. Los hombres no suelen tardar mucho en el baño, y yo no había decidido qué hacer con la situación aún, y eso probablemente no incluía que él me viera revisando sus cosas.

Unos segundos después lo vi hacerse presente detrás de la barra. Era demasiado pronto. No había procesado la información aún. Mi mejor amigo, y mi mejor amiga, juntos. Eso no era lo que me molestaba, sino el hecho de que lo hubiera ocultado. Él me hizo terrible escándalo porque yo me comí a Louis un par de veces, ¿pero él no me podía contar que estaba saliendo con Anna? Es ridículo. Si él tiene el derecho a enojarse por una estupidez, ¿dónde quedo yo?

Me sentía dejada de lado. Como si mi mejor amigo no confiara en mí. Yo me abrí hacia él, en múltiples ocasiones, incluyendo esta misma mañana, y ¿él no podía contarme esto?

Lo vi haciéndose paso entre su comida, por poco lamiendo el plato, hasta que por fin me miró, una vez que su plato quedó vacío.

-¿No comés más? –Me preguntó, observando mi plato.
-Se me fue el hambre. –Respondí casi en un susurro, todavía sin poder asimilar por completo toda la situación. Cambió nuestros platos y prosiguió con mis papas hasta que nuevamente hizo fondo blanco. -¿Todo bien? –Preguntó terminándose su cerveza.
-Creo que me voy a ir. –Respondí parándome de mi asiento.
-¿Eh? ¿Por qué? Todavía nos queda bastante para recorrer. Y creí que querías ir a la librería antes de volver. –Me miró confundido desde su asiento. Traté de enojarme. Pero no me salía. Mi cuerpo estaba inundado con decepción. Patético.
-Yo… Prefiero dejarte la tarde libre. Seguramente encuentres algo más importante para hacer. –Respondí, seleccionando mis palabras con cuidado mientras me abrigaba y comenzaba a juntar las cosas del piso. –Ya sabés, como estudiar, o ir a jugar al Play Station, o salir con mi mejor amiga y ocultármelo… Ese tipo de cosas. –Vi como sus ojos se abrían y por poco se le saltan de la cara. Rodé los ojos y simplemente comencé a caminar fuera del establecimiento, escuchando como me llamaba a mis espaldas, pero sabiendo bien que tenq que pagare minutos de adelanto, ya que tenando como me llamaba a mis espaldas, pero sabiendo bien que tene con las personas...ía un par de minutos de adelanto, ya que tenía que pagar la cuenta de nuestra comida.

Caminé a paso acelerado hasta la parada de ómnibus más cercana y me tomé el primero que vino. Sabía que tenía un par de minutos de adelanto, pero no podía fiárme de la situación.

Todo esto pasó tan rápido. No terminé de procesar lo de Liam, y ahora esto. ¿Y ahora qué hago? Podría volver a casa, aunque sería el primer lugar al que Harry me iría a buscar, y hasta no tener clara la situación, prefiero no hablar con él. Adems﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ no hablar con ner clara la situacira queás, sigo enojada. No puedo mantener una conversación con nadie estando en este estado.

Podría ir con las chicas… No. Eso no es una opción, probablemente sigan dormidas, y si no, me bombardearían con preguntas sobre lo de anoche, y no tengo ganas de responderlas. Y aparte, está Anna. Y si bien no debería de estar enojada con ella, porque yo también le oculté lo de Louis, sea lo que sea, aún así no me apetece hablar con ella en este momento.

¿Podría ir a la casa de alguno de los chicos? Ellos ni se darían cuenta de mi estado de ánimo -es decir, son hombres- y tal vez incluso encuentre alguna manera de entretenerme…

Me bajé del ómnibus. No sabía donde estaba. Caminé un par de cuadras hasta encontrar una parada de metro. Tal vez, fijándome en las planillas, encuentre alguna parada conocida…

Comencé a mirar los nombres de las paradas en un cartel donde arriba se leía Milend West Station. No estaba muy familiarizada con las paradas listadas, algunas las había escuchado de nombre, pero no sabía muy bien si podría llegar a ubicarme.

-En donde mierda me metí… -Susurré deslizando la vista nuevamente por las paradas.

De repente noté algo que me podía servir. Unas seis paradas mas adelante estaba la posibilidad de cambiarse a la línea central, y de esa me conocía prácticamente todas las paradas.

Me subí al siguiente metro que pasó, quedándome en la punta de la lengua la parada en la que me tenía que bajar, ya que por memoria no la sacaba. Nunca me gustaron los metros. Son confusos, y bastante insalubres. Y muy bizarros. Literalmente una vez vi a una chica vestida de fiesta sentada al lado de un indigente devorando una hamburguesa de McDonalds. Pero en sí, Londres en su generalidad es bizarro.

Mi celular comienza a sonar en mi bolsillo, y atendí sin siquiera mirar el remitente, lo cual fue una cosa muy estúpida de hacer. Podría llegar a ser Harry, y claramente aún no quería hablar con él.

-¡Hasta que contestás! –Hablaron al otro lado de la línea. –Te llamé alrededor de seis veces. –Louis parecía mas enojado que otra cosa, probablemente por… ¡¿Quién sabe por qué?! Este pibe es más extraño…
-Estoy viva. ¿Qué andabas precisando? –Pregunté con la voz más estable que pude reproducir.
-¿Estás bien? -¿Es joda? ¿Dónde quedan los hombres despistados cuando se los necesita?
-Si, ¿por? –Respondí sin darme a torcer.
-No, nada. –Descartó el tema, lo cual fue de mi agrado. -¿Sabés a qué hora estarías llegando? Liam quiere saber.
-Ni idea. –Justo al terminar de hablar, el metro comienza a frenar, y como no estaba agarrada, me estampé en el pecho de un señor. –Perdón. –Logré musitar extremadamente avergonzada. Volví mi celular a mi oído.
-¿Qué fue eso? –Preguntó Louis, confundido.
-Nada. –Traté de restarle importancia.
-_______, ¿dónde estás? –Y ahora mostraba señales de preocupación. ¿Habrán encontrado los chupetines con marihuana que escondo en mi cuarto? Por favor díganme que no, porque Liam me mata.
-En el metro. No importa.
-¿Qué carajo hacés en el metro? –Preguntó aún preocupado. Probablemente no estuviera con Liam, o ya le hubiera sacado el teléfono de la mano para interrogarme él mismo.
-Eso es irrelevante. –De repente escucho por el altoparlante como anunciaban la siguiente parada. ¡Me había olvidado completamente que me tenía que bajar! Rápidamente escaneé el cartel sobre la puerta que indicaba cada parada, y efectivamente me tuve que haber bajado en la anterior. –Mierda. –Musité, olvidando por completo que aún estaba al teléfono.
-¿Qué pasó? –Preguntó, sin dejar el tono de preocupación en su voz.
-Nada, me perdí la parada. –Cuando el metro frenó por completo, me bajé junto con el tumulto de gente hacia la plataforma.
-¿Querés que te vaya a buscar? ¿Dónde estás? –De repente ahí estaba. El bipolar Louis que me daban ganas de matarlo y abrazarlo a la vez. Si solo Louis fuera tierno todo el tiempo…
-No, no. Lo bueno de los metros es que si te pasaste de parada, siempre podés tomártelo de vuelta.
-¿Podrías dejar de hacerte la misteriosa y decirme a donde chota estás yendo? –Y ahí volvió.
-No se. Qué te importa a vos, de todas maneras… -De repente me sentí mal por él, algo completamente ajeno a mí. El recién se había ofrecido a irme a buscar… -A lo de Niall. –Dije el primer nombre que se me vino a la mente. De todas maneras tendría que terminar eligiendo entre él y Zayn, y tengo el presentimiento de que entre ellos dos, Niall iba a ser el que menos notara que estoy decaída…
-Okey.
-Te llamo cuando llegue. –Respondí, ya tomándome el siguiente metro hacia atrás. Solo era una parada. A ver si no me paso esta vez.
-O no. –Respondió con un deje aburrido en su voz. –Lo que menos tengo ganas es de seguir escuchando tu voz chillona. Si te violan felicítalo de mi parte. Adiós. –Solté una risa y lo entendí. Si Louis fuera tierno todo el tiempo sería monótonamente aburrido. Y a mi no me atrae lo aburrido.
-Adiós.

Corté antes de que mi mente comenzara a pensar cosas que no debería. Me bajé del metro, esta vez en la parada correcta, y comencé a seguir al pelotón de gente con la esperanza de llegar a la estación de la línea central.

Paré frente a un cartel, similar al anterior pero este con otras indicaciones. Arriba se leía Central Line North Station, y había una línea gigante señalando hacia la izquierda. Debajo se leía el recorrido del metro, tal como en la anterior. Esta vez estaba al tanto de las paradas, y haciendo cálculos, si no estaba equivocada, había una parada que quedaba exactamente a tres cuadras y media de la casa de los Horan.

No esperé más y me subí al tren, ahora más relajada que al menos sabía donde estaba.

Veinte minutos más tarde estaba tocando el timbre de la casa de Micki, en la que rezaba que ella no estuviera aún. O que al menos tuviera una resaca tan grande que ni notara mi cara.

Afortunadamente el más grande de los Horan fue quien abrió la puerta. Estaba vestido con un jogging gris y una musculosa negra.

-¿_______? –Preguntó confundido. Sacó la cabeza para afuera y miró a ambos lados. –Micaella no tuvo un coma etílico, ¿verdad? –Reí un poco a causa de su comentario. Era una risa falsa, pero a él le dio tranquilidad. Eso me confirmaba que Micki aún seguía en lo de Anna.
-No que yo sepa. –Respondí con una sonrisa. No era muy verdadera que digamos, pero agradezco que Niall sea más despistado que yo. Me hizo una seña para que pasara, y así obedecí, mientras él cerraba la puerta detrás de mí.
-¿Todo en orden? Creí que todas seguían en lo de Anna.
-Si, todas siguen ahí, creo. Yo me fui de mañana. Tenía que dar un par de vueltas. –Hice un ademán a las bolsas que cargaba y sonreí mientras las dejaba en el piso junto a la puerta.
-Y… En una bien… ¿Qué hacés acá?
-No se… Me tomé un ómnibus que creí que me servía, pero terminé en el medio de un barrio extraño; me tomé el metro, me perdí, y de repente me encontré a un par de cuadras de tu casa, estaba cansada, y tengo sed, así que vine. ¿Algún inconveniente? –Mentí en la mayor parte de la historia, pero no pretendía contarle la verdad, y esto no era completamente mentira…
-No, no. En absoluto. Solo que está por empezar un partido de fútbol…
-No me molesta. Si a vos no te molesta…
-No, obvio que no. ¿Cerveza? –Preguntó ya yendo hacia la cocina. Exclamé un escaso “sí” y me senté en el sillón.

Me saqué los zapatos y me acomodé, mientras Niall llegaba con una cerveza en cada mano. Me entregó una y se sentó al lado mío. El canal de deportes ya estaba sintonizado y en la pantalla se veían dos hombres de mediana edad discutiendo algo sobre el partido que estaba a punto de suceder.

Cinco minutos más tarde, la pelota estaba en juego y muchos tipitos con remeras ajustadas se disputaban por el balón.

Era increíble solo pensar todo lo que había pasado en un fin de semana. No terminaba de procesar una cosa que ya estaba pasando otra, y así sucesivamente. Y ahora, para rematar, estoy sentada en un sillón mirando fútbol. En mi vida nunca me interesó el fútbol. No se ni como se juega. Ni las reglas. Con suerte se el nombre de un equipo inglés, y porque eh escuchado a Liam mencionarlo una o dos veces. Pero bueno, ni que tuviera algo más interesante para hacer. Y como no tengo ganas de pensar en lo ocurrido, qué mejor manera de distraerme que poniendo mi mente en otra cosa…

-¿Qué significan las siglas PSG? –Pregunté, dando un sorbo a mi cerveza del pico. Me acomodé más en el sillón, poniendo mis piernas sobre su falda.
-París Saint-Germain.–Respondió imitando mi acto, pero sin despegar la mirada del televisor. – Y OM es Olympique de Marsella. Es lo que se llama “el clásico” de Francia. Cuando los dos equipos más importantes compiten entre sí…
-Esa parte la deduje sola. Gracias por el dato, igual… -No tuve que tratarlo de esa manera. Lo se. Pero sale involuntariamente.

Estoy enfadada con Harry por no contarme lo suyo con Anna. Enfadada conmigo misma por estar enfadada con Liam y que le haya ocurrido el accidente. Y enfadada con Louis. Simplemente por ser Louis. Aunque es del que menos debería de preocuparme en este momento. Y ahora trato mal a Niall, que nada tiene que ver en este revoltijo. Solo un fin de semana normal pido. Uno solo. Pero no, siempre termino metida en algún tipo de… ¡Uh! ¡David Beckham! Creo que si voy a poder meter mi cabeza en otra cosa, al menos por un par de horas…

(Nota del autor: finjamos que David Beckham sigue jugando al fútbol y que sigue en el PSG)

*****

-¿Cómo te sentís? –Le pregunté a mi hermano, entrando a su habitación con la bandeja de desayuno en las manos.
-Extremadamente adolorido. –Respondió mientras se sentaba en su cama con una mueca de dolor en la cara. –La medicación que me dio el doctor ya terminó su efecto. No pegué un ojo en toda la noche.
-Me hubieras avisado. Pude haber ido a comprar más o algo. –Dejé la bandeja sobre la cama a cada lado de sus piernas y le acomodé las almohadas para que estuviera más cómodo.
-Necesitabas más una noche de sueño de lo que yo unos analgésicos. –Me sonrió y le devolví la sonrisa. Es impresionante como aún siendo él quien está postrado en una cama, se preocupa por mí.
-Como sea, ahora en un rato voy a comprar todas las drogas que necesites para vivir. –Dije en un tono gracioso. Me acosté a su lado y prendí la televisión.
-¿No vas al colegio? –Preguntó ya a media tostada.
-Liam, dependemos el uno del otro. Si no me quedo a cuidarte, ¿quién lo hará?
-¿No tenías examen de mates hoy? –Inquirió con una ceja levantada antes de dar un sorbo a su jugo de naranja.
-Paramela, detective Payne. ¿Qué sos? ¿Mi padre? –Él rió, contagiándome a su paso.

Estaba yendo camino a la farmacia a comprar los medicamentos que Liam necesitaba. Luego ya solo me quedaba pasar por el supermercado y comprar un par de cosas para hacer la comida. ¿Por qué Mary se tuvo que tomar exactamente esta semana libre?

Ya estando en el ómnibus, mi teléfono empezó a vibrar. Lo dejé ir al buzón de voz. Sea quien sea, no tenía ganas de hablar con nadie. ¿Y qué si era Liam? Mirá si se cayó de la cama y yo no le atendí el teléfono… A los segundos el celular comienza a vibrar nuevamente. Esta vez lo saqué de mi bolso para revisar quién era. Un suspiro de cansancio se escapó de entre mis labios al ver que era Louis. No tenía ganas de hablar con nadie, repito, y mucho menos con Louis. Sigo firme a mi razonamiento del otro día. Y al final Liam tiene razón. Merezco un poco de descanso. Y eso incluye un descanso de Louis. Hasta que me muera, si es posible.

Desvié la llamada y volví a guardar el teléfono. Cinco segundos después el celular volvió a sonar. Y yo seguí desviando la llamada otras dos veces, hasta que se ve que finalmente dejó de insistir.

De repente el celular volvió a vibrar, indicando que era un mensaje. Traté de ignorarlo también, pero me di cuenta de que no iba a parar hasta que diera señales de vida, así que contesté con lo más basto que se me pudo ocurrir.



Okey. Eso fue rudo. Pero nuevamente, es Louis de quien hablamos. No voy a decir que me da curiosidad saber de lo que quiere hablar, pero tengo un leve presentimiento sobre qué podría ser. Estuve ignorando sus llamadas toda la tarde de ayer, y toda la mañana. Probablemente ya se dio cuenta que lo estoy ignorando. Pero me da igual, mejor así. Cortar las cosas de raíz. ¿No?

Luego de comprar todo lo que necesitaba me dirigí a casa. Fui directo a cocinar, debido a que eran ya pasada la una y Liam debía de estar muriendo de hambre. Unos cinco minutos después el timbre sonó.

-¿Louis? –Pregunté confundida. ¿Qué hacía acá? Tiene entrenamiento de rugby… -¿Qué hacés acá?
-Te dije que necesitábamos hablar.
-Y yo te dije que hablábamos después.
-Y yo me paso tus recomendaciones por el culo. –Entró a la casa, cerrando la puerta detrás de él.
-¿Podés calmarte un poco? –Se pasó las manos por el cabello, que conociéndolo era clara señal de frustración y enfado.
-Las cosas no van a funcionar así.
-¿Podés hablarme con un poco más de claridad? Venís a mi casa, me arrancás a gritar por Dios sabe qué… Para empezar me bajás un cambio. –Ahora la que se estaba enojando era yo.
-¿Ves? De esto hablo. Todo tiene que ser a tu manera. Me mandás como si fuera tu puto perro. Cuando se te da la gana estamos juntos, cuando no te pinta me mandás a la mierda, y después sos vos la que decidís cuando volvemos… Soy tu títere. Literalmente. Y no me va más. No me podés tirar y pretender que yo siempre vuelva como si fuera un maldito boomerang. Esta vez soy yo el que se cansó. Y si se me pasa por el forro de las pelotas volver, te lo hago saber.


Y dicho esto se fue de la casa dando un portazo. Okey. No me esperaba esto. ¿Qué mierda acaba de pasar?

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Chicas, no saben lo mucho que me sorprendí al entrar al blog luego de tanto tiempo y encontrarme con solo 2 comentarios de "odio". De verdad, yo juré que todos iban a ser insultándome, una vez más me prueban ser las mejores fans del mundo. Y bueno, pasemos a la razón por la que me ausenté. ¿Alguien recuerda que a principio de año mencioné que era un año muy activo para mi en lo que consta de viajes? Bueno, eso es lo que sucedió. Me fui a otro viaje por un mes con el colegio, y mala mía, me olvidé de avisarles. Juro que iba a hacerlo, pero se me re pasó. Pero, la buena noticia es que hasta setiembre no creo que vaya a hacer otro viaje. Y claro, están las clases, y tengo que mencionar que no están para nada fácil, así que estoy haciendo malabares para poder satisfacerlas, y a mi vida personal. Y no las estoy satisfaciendo de una manera que yo consideraría bien, así que lo lamento mucho por la espera. Y prometo que no va a volver a pasar.

Pasando a otro tema, espero que les guste el capítulo, va considerablemente largo, y ahora descubrí este programa para hacer los mensajes de texto reales, y decidí probarlo a ver que les parece. Dénme su opinión a ver si les gusta o no. Las adoro a todas, no se olviden de eso.

Ju :)

Capítulo treinta: "Weightless".

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-¿Podés hablarme con un poco más de claridad? Venís a mi casa, me arrancás a gritar por Dios sabe qué… Para empezar me bajás un cambio. –Ahora la que se estaba enojando era yo.
-¿Ves? De esto hablo. Todo tiene que ser a tu manera. Me mandás como si fuera tu puto perro. Cuando se te da la gana estamos juntos, cuando no te pinta me mandás a la mierda, y después sos vos la que decidís cuando volvemos… Soy tu títere. Literalmente. Y no me va más. No me podés tirar y pretender que yo siempre vuelva como si fuera un maldito boomerang. Esta vez soy yo el que se cansó. Y si se me pasa por el forro de las pelotas volver, te lo hago saber.

Y dicho esto se fue de la casa dando un portazo. Okey. No me esperaba esto. ¿Qué mierda acaba de pasar?

La única explicación potable es que Louis se volvió completamente loco. Yo no soy así, ¿verdad? No es como si toda esta relación girara en torno a mí. Eso no es cierto. Y, Dios mío, Louis es todo un Dramma Queen. Me plantó terrible escena sin argumento alguno y se fue. ¿Quién se cree que es? Él tuvo suerte de siquiera haber tenido la oportunidad de estar conmigo.

Pensándolo bien… ¿Para qué le sigo dando vueltas al asunto? Hay suficientes cosas dando vuelta en mi cabeza como para agregar otra innecesaria. ¿Terminar las cosas con Louis no era justo lo que quería? Conseguí mi propósito. Un problema más para tachar de la lista… Pero, ¿por qué siento que Louis no es un problema que me gustaría tachar?

Es por el bien de todos. Las cosas se pudieron haber puesto diez veces peor si esto hubiera continuado. ¿Verdad? Es decir, ¿qué iba a pasar cuando alguno de los dos comenzara a salir con alguien? O, sin llegar tan lejos, simplemente estar con otra persona.

¡¿Pero qué estoy diciendo?! ¡Basta! _______, contrólate. Estoy demasiado ocupada en este momento como para resolver este tema. En este momento, un descanso de Louis me vendría perfecto, aunque sean un par de días, o para siempre.

El timbre volvió a sonar. ¿Louis, de vuelta? Le habrá faltado insultarme un poco más, de seguro. Abrí la puerta, y para mi sorpresa eran todos menos la persona que de verdad esperaba ver. Aunque no quiera admitirlo, una parte de mí si deseaba que él estuviera tras la puerta…

-¡Hola! –Se escuchó varias voces descoordinadas. No es por querer echarlos, pero tal vez lo único que necesito en este momento es estar sola. 

Sin mencionar que mi objetivo de ignorar a Harry durante este tiempo estaba funcionando a la perfección hasta este momento. No puedo echarlo frente a todos sin luego revelar su situación. Y por más enojada que esté, no creo poder hacer algo así. Si no quieren contarlo, por algo debe de ser. Y no soy quien yo como para divulgar su secreto.

-¡Chicos! –Exclamé. Todos pasaron y Harry, quien iba al último, cerró la puerta tras de él.
-Gracias por avisarnos lo de Liam, por cierto. Perra. –Mencionó Micki tirando su abrigo sobre el sillón. Luego me sonrió, por lo que comprobé que solo bromeaba. Decidí no contestar y simplemente sonreírle de vuelta.
-Liam está arriba. De paso díganle que la comida está casi pronta. O que casi empiezo a preparar la comida. Lo que mas les plazca.

Todos asintieron y volví a la cocina. No se ni como puedo seguir parada teniendo en cuenta todo lo que pasó en los últimos cinco días.

Prendí la hornalla y puse el sartén en ella, con un poco de aceite para freír un poco de cebolla, o lo que sea que Liam me haya pedido. Voy a hacer lo más con lo menos, y que se arregle.

Estaba sacando un plato de la alacena cuando alguien entró a la cocina. Lo que me faltaba. ¿¡No pueden darme cinco putos minutos de tranquilidad!?

-Hola. –Dijo Harry, rascándose el cuello con nerviosismo. Aún no me sentía preparada para hablar con él. Ni siquiera había pensado qué iba a hacer con la situacin. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽este tiempo estaba fun ¡No pueden darme cinco putos minutos de tranquilidad!? secreto.y durante este tiempo estaba funón. Con todo lo que pasó… Y lo sigo repitiendo, porque parece increíble que en un puto fin de semana mi vida se haya convertido en un capítulo de Pretty Little Liars. -¿Tenés un momento?
-Tengo que terminar la comida. –Lo único que se me ocurría para hacer era retrasar la charla, hasta que pudiera sentarme tranquila a analizar la situación. Seguí cocinando como si él no estuviera ahí, pero su simple presencia me molestaba y me ponía nerviosa a la vez.
-Liam está entretenido con los demás. Además, no creo que por esperar cinco minutos se vaya a morir de hambre.
-No quiero correr el riesgo. –Dije en un susurro, aún sin voltear a verlo. Estaba tan concentrada en su presencia, que agarré el mango de el sartén sin protección en mi mano, logrando que se quemara al instante en el cual lo levanté tres centímetros de la hornalla. -¡Mierda! –Exclamé en un susurro.
-_______, ¿estás bien? –Preguntó Harry, llegando a mi lado. Yo me sostenía la mano, pero aún así ardía cada vez más. Él tomó mi mano y le puso una bolsa de frijoles que sacó del congelador. –Calmate un poco. Estás demasiado alterada.
-No necesito esto ahora, ¿si? Solo… Andate. –Exigí, sintiéndome aliviada por el frío haciendo contacto con mi mano quemada.
-¿Te das cuenta? No podés ni con tu propia vida. Creés que podés manejarlo todo, pero yo se que no.
-Puedo arreglármelas bien yo sola. –Escupí. Estaba frustrada. Eso era lo que sucedía. Desbordaba frustración. Y cuando me frustro, me viene una sensación de impotencia, porque no se como resolver ese problema que me está frustrando. Y entonces termino llorando. Tal vez Harry tenía razón. Tal vez no puedo manejarlo todo por mí misma. Pero eso no quiere decir que justamente lo precise a él para ayudarme, si no puedo ni hablarle en este momento.
-¿Podés solo superarlo y ya?
-¿Por qué todo el mundo insinúa que todo es mi culpa hoy? ¿Eh? Si tan mierda soy no se involucren conmigo, y ya.
-¿Quién insinuó que esto es tu culpa? Porque yo no fui. –Es cierto. Él en ningún momento dio a entender que esto era mi culpa. Ahora mezclé todo con el tema de hace rato…
-Solo… Necesito estar sola.
-¡No! Eso es justamente lo que no tenés que estar. _______, entendelo. Soy tu mejor amigo. Tu hermano acaba de tener un accidente de auto, y tu padre ni se apareció por la casa para ver como estaba. Tu madre le importó poco y nada y te dejó varada cuidando de él. Yo te oculté un secreto, el cual no tuve que haberte ocultado. Y sí, soy un idiota y un tarado…
-Y un hipócrita.
-Y un hipócrita. Y, sumándole a todo eso, está el tema de Louis, que quieras o no, forma parte de tus problemas actuales. Y probablemente un millón de cosas más pasen por tu cabeza en este momento. Y sería el peor mejor amigo del mundo si no estuviera para vos. Porque más que nadie sé por lo que estás pasando. Y podés estar enojada con migo todo lo que quieras, y no te culpo, pero admitámoslo, este no fue de tus mejores fines de semana, y que me necesitás. –Terminó con su discurso. Y si, ponele que tiene razón, pero aún así, está bajo mi control.
-Estás haciendo una avalancha de una bola de nieve. Puede que lo que digas sea cierto, pero le estás metiendo pila de color, y no es nada que yo no pueda manejar. Y no preciso de nadie para “cuidarme” o lo que sea. Y en este momento, estoy enojada contigo, por cualquiera que sea el motivo, y no estoy preparada para hablarlo todavía. –Me defendí.
-Okey. Cuando vos y tu estúpido orgullo estén listos para hablar las cosas, avísame. –Hizo un amague de irse, pero se volvió hacia mí. –Y una cosa más. Puede que yo esté siempre ahí cuando tengas ganas de hablar. Puede que cada vez que me empujes termine volviendo cuando vos lo desees. Pero no todos van a volver. Algunos se van a cansar, y cuando vos quieras volver, ya no van a estar esperándote. Es un consejo. Hacé lo que quieras con él. –Y dicho esto desaparecio por ﷽﷽﷽﷽ desapareci Hacnsar, y cuando vos quieras volver, ya no van a estar esper cuando vos lo desees. Pero no todos van a voó por la puerta de la cocina.

-Narrador omnisciente.-

-¿Estás loco? ¡Quedamos en que ibas a arreglar las cosas con ella! –Gritó en un susurro Anna, luego de escuchar toda la conversación.
-Lo tengo bajo control. Conozco a _______ más de lo que conozco a mi propia madre, y te aseguro que si para mañana no me perdonó, entonces te cedo el caso. –Respondió Harry, dándole una sonrisa tranquilizadora.
-¿Perdonarte? ¿Le tiraste toda la bosta que se te pasó por la cabeza y pretendés que te perdone?
-Anna, dejámelo a mí. Conozco a _______. Es la persona más insegura del mundo. Y la más despistada. Y a veces hay que hacerla entrar en razón por otros métodos. Confiá en mí. –La tomó por los hombros y fue a darle un beso, pero la castaña movió la cabeza. Aún así, Harry no se rindió y le dio un beso en la mejilla. –Todo se va a solucionar en no más de doce horas. Vas a ver.
-Ya se, es solo que… No soporto el hecho de que esté enojada conmigo, considerando que hace un mes nos reencontramos y eso…
-Si te hace sentir mejor, estoy bastante segura de que si tiene que elegir para tirar a uno de los dos desde un precipicio, me elegiría a mí. –Harry la abrazó, y ella le devolvió el abrazo, aunque no quisiera hacerlo.
-No. No lo hace. –Él le besó la cabeza y ambos subieron nuevamente a la habitación de Liam.

Los chicos decidieron quedarse más tiempo del planeado, y se terminaron yendo alrededor de las doce y media. Y con los ocho adolescentes fuera, ya solo quedaban dos. No se habían dado cuenta de la falta que el rudio hacía en la casa. Ahora que pasaban mucho tiempo ahí, se daban cuenta lo vacía que estaba. Por suerte ya el miércoles Liam iba a poder reintegrarse al colegio, aunque sea usando muletas, y ya no tendrían que pasar más tardes encerrados sin poder disfrutar de los últimos días de sol en Londres. Una vez que caiga el invierno, todo se volvía gris. Bueno, más gris de lo usual…

-Narras tu.-

-¿Día duro? –Me preguntó Liam, una vez que ambos estábamos acostados en la cama de él.
-Algo así… -Respondí, apoyando mi cabeza en el hombro de mi mellizo, y mirando un punto fijo en la pantalla de la televisión. Siquiera me había dado cuenta lo que estaban pasando, y no me importaba mucho averiguarlo.
-Yo se que es agotador cuidar de mí todo el tiempo, pero por otro lado, ya me siento mucho mejor. Y apuesto a que mañana ya voy a poder prepararme la comida y eso…
-No, no es eso, Li. Bueno, en parte… Es solo que pasaron muchas cosas en un lapso relativamente corto de tiempo, y ni tuve tiempo de sentarme a asimilar una, que ya estaba pasando la siguiente. No estoy tan agotada físicamente, sino más bien mentalmente… No se si me entendés. –Largué un suspiro. No quería ir al colegio mañana, pero ya vengo faltando mucho, y lo último que quiero es repetir el año por faltas. Liam es quien tiene justificativo por enfermedad. Yo tengo una lista de inasistencias bastante amplia.
-¿Se puede saber que son esas cosas? –Preguntó pasando su brazo por mis hombros. Los momentos a solas con Liam es definitivamente algo que voy a extrañar una vez que se case y se mude de la casa. Tal vez venga a visitarme a casa… Bueno, a la casa de mis padres.
-Nada de que preocuparte… Solo un par de peleas con Harry.
-¿Qué te dijo esta vez? –Eso me hizo pensar que las peleas con Harry se estaban volviendo más frecuentes de lo que pensaba, y no me agradó para nada la idea.
-Nada… Solo que… ¿Viste cuando alguien te dice la verdad, pero no querés escucharla? –Esperé a que contestara pero no hubo respuesta de su parte, solo sus grandes ojos café observándome fijamente e invitándome a continuar. –Dijo un par de cosas que simplemente no quería asumir aún… Que simplemente estaba bloqueando de mi mente hasta que las cosas mejoraran.
-¿Cosas como qué? –Preguntó. ¿Cómo es que siempre que duermo con Liam termino en una confesión y llorando. O sea, no estoy llorando, pero no dudo que así vaya a terminar… Solo confiemos porque sea una mala semana, y no un mal año.
-Cosas como el hecho de que papá no vino a verte… -Lo escuché suspirar. Así que él también lo había notado… Claro, como para no hacerlo.
-Si llamó. Una vez. –No había forma de excusarlo esta vez. Su hijo había tenido un accidente y no se había dignado a aparecer. –Dijo que las cosas estaban complicadas en Seattle, y que no iba a poder volver, debido al gran monto de trabajo que se le venía encima. Y luego cortó la llamada.
-Típico… Como sea, no estoy de ánimos para discutir sobre esto ahora. ¿Lo dejamos para mañana? Estoy cansada.

Y verdaderamente lo estaba. Estaba exhausta. Pero aún así, no parecía poder conciliar el sueño. Traté cambiar de posición, destaparme, taparme de nuevo, abrí la ventana, vi un poco de televisión… Nada parecía funcionar.  No podía sacarme de la cabeza todo el tema de mi padre.

¿Cómo es humanamente posible abandonar a tus hijos en un momento así? Y hablo por ambos padres en este caso, no solo por papá. Aunque al menos mamá se tomó la molestia de fingir regañarlo una vez… Papá prefiere su trabajo antes que a sus hijos. Y no es solo un momento así, es en todos los momentos importantes o decisivos de nuestras vidas. Se perdió mi primer gran recital de ballet a los nueve. Recuerdo lo emocionada que estaba por ese recital. Me habían dado el papel principal, y había practicado montones. Aún así, al ver entre el público, no lo encontré por ningún lado. A los once se perdió nuestra fiesta de cumpleaños. No asistió a ninguna reunión de padres desde que tengo ocho años. Se perdió mi graduación de la primaria, y no dudo que se pierda la de secundaria. Y quién dice, capaz que hasta se pierde mi boda porque justo ese día tenía extra papeleo para hacer.

Y por más que trate de reprimir esto lo más que puedo, a veces simplemente me supera. Hasta me hace considerar el hecho de tener hijos. Al menos estoy segura de que los voy a tener al borde de la menopausia, cosa de que ya esté a punto de retirarme de lo que sea que trabaje, y pueda dedicarme a ellos. Y no despreciarlos como hace él.

De repente me sentí sola, necesitada. Harry tenía razón. Hay más cosas ocurriendo de las que pensé que estaban pasando. Cosas que bloqueé, o que no ví, y que ahora caen arriba mío en forma de avalancha. No puedo soportarlo sola. Al menos sin la ayuda de mis amigos. Otra razón para ir a la escuela mañana, tal vez estar con ellos ayude a poner mi mente en otro lado que en mi vida desastrosa. Aún así había una última cosa que debía de hacer antes.

Sin siquiera vestirme, salí de la casa, inmediatamente arrepintiéndome de no haberme calzado, y corrí a la de los Styles, que por suerte quedaba a menos de cinco pasos de distancia. Suerte que tenía una llave extra en caso de emergencias, o no creo que nadie me vaya a abrir a esta hora…

-¿Estás despierto? –Le pregunté a mi mejor amigo, mientras lo sacudía levemente.
-¿Por qué debería? Son las tres y media de la mañana… -Respondió con voz ronca sin despertarse por completo.
-Perdón, es que precisaba hablar contigo. –Dije avergonzada. Como podrán notar a esta altura, era demasiado testaruda y orgullosa, y esos momentos me costaban horrores.
-Está bien. –Me aseguró sentándose levemente contra el respaldo de la cama.
-Lo que vine a decirte es que… Lo siento. No tuve que haberte tratado así antes. Y todo lo que dijiste era verdad. Y, no estoy diciendo que no pueda manejarlo sola, porque claramente puedo, pero sería mucho más fácil sabiendo que no estoy peleada contigo. Es muy probable que haya sobreactuado con el tema, y no tuve que haberlo hecho, y te pude haber perdonado mucho antes, de no ser porque estaba lidiando con un millón de cosas más y no había tenido tiempo de considerar cuantos días iba a ignorarte como castigo… Como sea, el punto es que lo siento. –Él se levantó levemente y me abrazó. Luego de varios segundos en la misma posición, lentamente caímos quedando acostados, pero sin romper el abrazo.
-No, yo lo lamento. Tuve que haberte contado todo el tema antes. –No proteste en contra de eso. Tenía toda la razón del mundo. Pero aún así, yo también había estado mal.

Nos quedamos un par de segundos en silencio hasta que yo volví a hablar.

-Tenías razón sobre él… -Dije con un hijo de voz. Ya sabía lo que se venía ahora, y nadie mejor que Harry para sostenerme en este momento.
-¿Sobre quien? –Al parecer el sueño lo había hecho más retrasado… O así era como Harry era normalmente.
-Mi padre. –Y apenas pronuncié eso, la primera lágrima se escapó de mi mejilla, dando paso a una cascada que estaba ansiosa por salir desde hace ya un par de días. –No se preocupó por Liam. Lo llamó una vez, pero fue a duras penas. Y no va a venir sino hasta dentro de una semana. Ni siquiera pudo dejar su maldito trabajo por la salud de su propio hijo. –Traté de respirar hondo para parar las lágrimas que salían sin cesar de mis ojos, pero se me hacía imposible. Tenía tanta adrenalina, tanta tristeza, tantas ganas de golpear a mi padre con una bola de boliche…
-Shh. –Me tranquilizó mientras me acariciaba el cabello. No servía de mucho considerando mi estado, pero apreciaba el gesto. –Al menos sabés que nos tenés a todos nosotros. Y si, nuestros padres son una mierda, pero creo que hay una razón por la cual terminamos todos juntos, y es esa. Para poder superar nuestras vidas, todos los altibajos que pasan diariamente. Hoy sos vos, mañana es Niall, pasado es Zayn, y traspasado es Anna. Pero nosotros sabemos que siempre nos vamos a tener el uno al otro para ayudarnos a pasar por este tipo de situaciones. Todos. Y en tu caso, inclusive Louis. Y se que harías lo mismo por él si se planteara la situación. Porque por más que se odien, somos todos familia. En algunos casos, la única que tenemos. Y, hablo por lo menos por mí, al decir que me vas a tener para toda la vida de clavo.

No sabía que decir. Simplemente me quedé abrazada a él, llorando como una nena de cuatro años, hasta que la cama se hundió nuevamente, y sentí como me abrazaban de otro lado también.

-Y a mí también. No se te va a hacer tan fácil deshacerte de mi. –Mencionó Alison.
-Gracias. Por todo. –Fue lo único que pude mencionar entre sollozos, y ellos dos solo me abrazaron más fuerte.

Tal vez Harry tenía razón. No me tocaron los mejores padres del mundo, pero tengo los mejores amigos que pude haber deseado jamás. Y eso recompensa la falta de padres. Y la verdad, lo prefiero así. Tengo nueve personas que se que nunca me van a fallar, y que están casi tan arruinadas como yo.

….

Finalmente las cosas comenzaban a de a poco volver a la normalidad. Liam hoy fue al colegio. Había arreglado las cosas con Harry, y con Anna, con la cual no estaba enojada, aunque ella pensó que sí. Como sea, todo arreglado, todo vuelve a la normalidad, todos felices.

Finalmente tenía un minuto de tranquilidad para tirarme en mi cama a hacer los deberes y escuchar algo de música. Creo que no había hecho deberes desde que empezó el año… Y eso no era lo mejor si quería al menos graduarme.

Y tal vez tenía razón. Este solo no es mi fin de semana. Pero te aseguro que va a ser mi año. Solo tengo que pensar positivamente. Y claro que van a pasar un millón de cosas malas, probablemente no solo a mí, sino que a todos, y solamente tenemos que vivir de los momentos buenos entre ellos, y dejar el negativismo. Bueno, me puse cursi de más…

-¿Se puede? –Escuché como lentamente abrían la puerta y Micki asomaba la cabeza por la misma.
-Obvio, pasá. –Cerré mi libro de álgebra y miré como la rubia cerraba la puerta y se sentaba en mi silla de escritorio. Suerte que vino, esto de la vida normal, y de hacer deberes, ya me estaba agobiando.
-Solo vine a ver como estabas, y eso… -Me dijo con una sonrisa. Quien nos mire de afuera nos podra ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽mire de afuera nos podreso...entaba en mi silla de escritorio. Suerte que vino, esto de la vida normal, y de hacer debá ver como que somos un completo desastre. Pero no es así.
-Mejor, cielo. –Respondí con una sonrisa plasmada en el rostro. No se ni siquiera por qué estaba tan feliz ese día en particular. Tal vez porque habían pasado dos días completos sin dramas en mi vida. Eso es espectacular.
-Uh, alguien está de buen humor… -Eso solo me hizo sonreír más.
-Y, ¿qué cuentas, rubia? –Pregunté, más feliz de lo usual…
-Bueno… -Y aquí la verdadera razón por la que vino… No importa. Como dije antes, ellos estuvieron para mí, y yo voy a estar para ellos. Estoy motivada a ser una buena amiga, y todo. –Es sobre Dean.
-¿Qué con Dean? Pensé que lo suyo iba bastante bien… -O eso es lo que me llegó. Micki no suele hablar mucho de ellos. Nunca le gusto compartir sus sentimientos, y esas cosas.
-Demasiado bien. Y ese es el problema. No me gusta donde las cosas están yendo… -Largó un suspiro de exasperación. –No se que mierda me pasa. Él es tierno, considerado, me respeta, y está increíblemente bueno. Pero simplemente… No me cierra.
-Aw, cariño. Nada malo te pasa. Solo estás siendo vos, en tu hábitat natural. Obviamente, y conociéndote, se qué no te gustan los compromisos, y simplemente como ves que las cosas se están volviendo serias, te asustás.
-Si. Puede ser… Pero, es que no se que hacer…
-Ojalá pudiera ayudarte… Pero soy la persona menos indicada para hablar de compromiso. Una vez estuve de novia con Harry, y me asusté tanto de esa relación que a los dos días lo cagué con otra persona. Lo cual me haría sentir culpable si él no hubiera hecho lo mismo. La peor semana. –Micki rió. –Pero, mi punto era que yo soy como vos. Me asustan las relaciones. Pero, nunca me tocó ningún Dean. Siempre me tocaron… ¿Cómo decirlo de la manera más decente? Guarros. Si, eso parece lógico. –Micaella volvió a reír. –Si me hubiera tocado un Dean, tal vez lo hubiera considerado. Mira, querés mi consejo, probá. No podés estar perdiendo mucho. Y cualquier cosa, siempre puedo meter un par de pastillas en su mochila y hacer que lo expulsen.
-Okey. –Aceptó al fin. –Lo voy a pensar. Y a recolectar más opiniones. Aunque si vos, la reina del touch and go me dice que debería sentar cabeza por un chico, creo que no necesito nada más.
-No te hagas ilusiones, solo quiero tener más para mí. –Esta vez las dos reímos en conjunto.

Seguimos boludeando por un rato más, hasta que terminamos llamando a las chicas para que vengan a acompañarnos. Había ganas de una pijamada. Había que celebrar. No se qué. Simplemente había que celebrar. Siempre es buen momento para celebrar.

Claro que la noticia de que los Payne hacían pijamada se divulgó de la manera errónea, y terminamos diez monos en una pijamada que suponía ser solo de chicas. Pero, ya qué… Ya me acostumbré a tener que bancarlos en todo momento. Y como estaba de un increíble buen humor, simplemente lo dejé pasar.

Tuvimos un muy buen tiempo juntos, incluso aunque Louis y yo no nos estuviéramos hablando últimamente. Siempre se nos dio bien actuar frente a los demás. Además nos peleamos todo el tiempo, así que no es tan difícil ocultarlo. Pedimos unas pizzas, miramos una película, y nos fuimos a acostar. Mañana teníamos que ir al colegio, e íbamos a jugar a ser responsables por un día…

….

Nuevamente estaba teniendo dificultades para dormir. No se por qué, pero últimamente se está volviendo un hábito. Tal vez todo no esté tan bien como me gusta alardear. Pero, está mejor. Miré a mi costado, donde Angie dormía plácidamente. Me senté en la cama. Todas dormían. ¿No les llega esa impotencia de tener que hacer algo o van a morir? ¿No? ¿Solo a mí? Puede tener que ver con el hecho de que soy extremadamente hiperactiva.

Tratando de no despertar a nadie, me bajé de la cama y caminé en puntitas de pie hasta la puerta, y una vez que abandoné la habitación, pude caminar con más tranquilidad. Tal vez podría ir abajo, mirar algo de tele, tomar un té, un vaso de agua, un… ¿Louis?

Okey… Raro… ¿Qué hace Louis despierto a esta hora? Terminé de bajar las escaleras y me quedé parada esperando a que él hablara. Cosa que no pasó. Y me asustó.

-¿Todo bien? –Pregunté aún al borde de la escalera.  Ahora, gracias a la luz de la luna, pude verlo un poco mejor. Estaba apoyado contra el piano, con un vaso con un líquido amarillo dentro, lo cual dudo mucho sea jugo de manzana. No me respondió. Solo levantó la mirada del whisky y me quedó mirando, intensamente. -¿Estás bien, Louis? –Insistí ahora un poco preocupada. No separó los ojos de los míos.

Siempre había notado que tenía unos ojos hermosos, pero nunca me había reparado tanto en ellos como ahora. Tal vez era la iluminación, o el hecho de que estuviera medio adormilada, pero noté algo que no había notado antes. Sus ojos eran profundos, llenos de sentimiento, de recuerdos, de memorias. Expresaban tanto con tan poco. Eran la clase de ojos tan profundos como para perderte en ellos profundamente. Y así lo hice.

Y luego me sonríe. Ese tipo de sonrisa que parece tan genuinamente tierna, y a la vez con el toque exacto de lujuria, y logra que un calor inesperado recorra todo mi cuerpo. Y de repente fue tan fácil imaginarme a mí misma estirando la mano para alcanzar su cabello. Y estaba todo ahí; como su piel se sentiría contra mis dedos y sus manos subiendo hacia mi cintura. Quería que me besara con cada nervio, cada fibra y cada molécula de mi cuerpo. Y así de repente, como si leyera mis pensamientos, en un tiempo de dos segundos, apoyó el vaso sobre el piano y llegó hasta donde estaba.

Sin dejarme pensar en las consecuencias, unió su boca con la mía. Sus manos, que estaban a ambos lados de mi cara, bajaron lentamente por mis brazos hasta llegar a mi cintura, y yo aproveché para subir mis manos a su cuello, y poder jugar con su cabello. No era un beso como los que nos habíamos dado antes. No era ni tan apasionado como todos los anteriores, ni tan tierno como el primero en el baile de máscaras. Era la mezcla exacta de ambos.

Sabía que lo que estaba haciendo no estaba bien. Pero no quería parar. No podía pensar en cualquier otra cosa en ese momento, y fue cuando me di cuenta que cualquiera fuera la consecuencia de esto, valía la pena.

Poco a poco dio paso a su lengua, y con cada beso, solo quedaba deseosa de más. Su boca sabía a whisky, tal y como sospeché, pero a su vez tenía ese calor y tranquilidad que solo él sabe lograr. Como si supiera lo estresante que me pone la situación, pero aún así se las arregla para calmarme.

Y sin darme cuenta, me dejé llevar por mis acciones, arrastrándolo hasta el sillón, y sin romper el beso me senté a horcajadas sobre él. Esto estaba mal. Tan mal. Pero cuanto más lo besaba, más me importaba una mierda.

Mis manos seguían jugando con el cabello de su nuca, a veces agarrándolo con más fuerza. En el momento en el que sus manos se deslizaron debajo de mi remera, una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Deseaba esto. No podía estar sin esto. Tratar de no hacerlo fue una estupidez, considerando que no duré más de cinco días.

Aproveché para deslizar mis manos bajo su remera, y él bajó una de sus manos desde mi espalda media recorriendo hasta abajo y pasando hacia mi muslo. Me ahogué un gemido mientras él hacía presión en esa parte. Sonrió contra mi boca al ver el efecto que estaba causando en mí, pero siendo lo competitiva que soy, no podía dejarme ganar así de fácil…

Terminé de sacar su remera, que gracias a mí ya estaba a la mitad de su abdomen, y la tiré al piso junto al sofá. En vez de volver a sus labios me concentré en su cuello, dejando todo un camino de besos hasta su oreja, y recorriendo su abdomen con las manos. Finalmente al llegar debajo de su oreja logré que soltara un gemido. Sonreí mientras mordía el lóbulo de su oreja. Había conseguido mi objetivo.

Él, siendo tan competitivo como yo, se apresuró a deshacerse de mi remera, la cual terminó junto a la de él en el piso del comedor. Cualquiera que bajara y nos viera en este estado probablemente muera de un shock. Claro, excepto que sea Harry, aunque aún así sería muy vergonzoso.

Me hizo recostar contra el sillón y comenzó a besarme de nuevo, esta vez con más intensidad, mientras recorría mi cuerpo con sus manos. Lentamente comenzó a bajar su boca por mi mentón, luego por mi cuello, siguiendo besando lentamente. Mi corazón se comenzó a acelerar con cada beso que dejaba, pasando por mis pechos y siguiendo de largo hasta mi abdomen. Sin darme cuenta, mis manos ya sujetando su cabeza mientras él seguía besando mi abdomen. Finalmente cedí al gemido, y esta vez no hubo solo una sonrisa de su parte, sino que vino acompañado de una pequeña carcajada.

Me senté y luego lo tiré a él a recostarse en el sillón, de modo que ahora yo quedaba arriba y estábamos acostados al lado contrario que recién. Dejando la competencia a un lado, volvimos a concentrarnos únicamente en la boca del otro.

Poco después volvimos a la posición inicial, o sea yo abajo y él arriba. A mi me gustaba mas, y a él parecía que también le quedaba más cómodo.

Cinco minutos después se escuchó un ruido desde arriba. Rápidamente corté el beso.

-¿Qué fue eso? –Le pregunté en un susurro, aún con la respiración agitada.
-Nada. –Fue su respuesta, y volvió a besarme. Por un momento me dejé llevar, pero luego volví a mis razones y volví a separarlo. –No fue nada, ______. –Por un momento lo creí, y permití que me volviera a besar hasta que otro ruido se escuchó de la planta de arriba, esta vez de pasos aproximándose a la escalera.

Rápidamente empujé a Louis de arriba mío logrando que cayera en seco al piso, boca arriba. Un segundo después vi como Harry bajaba la escalera, con sus rulos rebotando en cada escalón.

-Hola chicos. –Nos saludó sonriente, hasta que se dio cuenta de la situación y cambió esa sonrisa de alegría a una sonrisa de picardía. -¿Qué hacían? –Preguntó al terminar de bajar las escaleras.
-Am… -Comencé a balbucear. Miré a Louis, aún en el piso, sin intenciones de moverse. –Yoga. –Solté lo primero que se me vino a la mente.
-¿Yoga? –Preguntó Harry, cruzándose de brazos, pero sin perder la sonrisa.
-Yoga. –Repitió Louis desde el piso.
-¿Y Louis se excita de esta manera haciendo yoga? –Preguntó mi mejor amigo, refiriéndose al asunto que ocurría dentro del pantalón de Louis. Éste último no se molestó en ocultarlo, solo le sonrió al castaño.
-Te sorprendería. Hay un par de posiciones que excitan a cualquiera. –Y eso no sonó como esperaba que sonara.
-Eso no lo dudo. –Louis soltó una pequeña carcajada con el comentario de Harry. Yo solo rodeé los ojos y me paré del sillón.
-Yo me voy. Buenas noches. –Ninguno hizo comentario alguno, así que comencé mi caminata hacia la escalera.
-_______... –Me llamó Harry. Volteé a verlo. –Tu remera. –Mis mejillas se tornaron rojas al notar que efectivamente mi remera reposaba junto a la de Louis en el piso. A paso acelerado agarré la remera y volví a emprender mi camino hacia las escaleras. –Buenas Noches, _______. –Lo ignoré y continué subiendo las escaleras mientras me ponía la remera.
-¡___! Esa es mi remera. –Una vez que me había terminado de colocar la remera, noté que efectivamente me quedaba más grande de lo usual. Yo que se, ambas eran grises, y no tenía ganas de andar revisando, así que agarré la primera que vi.
-No voy a volver a bajar. –Mencioné siguiendo mi camino a la cima y dejándolos a ellos dos en la planta baja.

Al llegar arriba entré cuidadosamente al cuarto, tratando de no despertar a ninguna de las chicas, y me acosté en mi lugar en la cama como antes, donde Angie aún dormía profundamente.

-Narra Harry.-

Luego de bajar y ver tal escena, lo único que logré hacer fue reír. Louis me golpeó con almohadón en la cabeza mientras se sentaba a mi lado en el sofá.

-Te odio tanto. ¿Justo ahora tenías que bajar? –Me preguntó mi amigo, tratando de lucir enojado, pero sin resultado.
-Lo lamento, de verdad moría por unirme a la clase de yoga… -Volví a reir. ﷽﷽﷽﷽﷽﷽me a la clase de yoga...do, pero sin resultado.
na de las chicas, y me acostLouis en el piso junto al sof, mis manos ír, y esta vez él me acompaño. –Por favor, dejá el almohadón en tu falda, por mi bien. –El solo rió y siguió mis órdenes. –Pregunta. ¿Qué pasó con todo eso de “no voy a volver cuando vos quieras que vuelva” y el “no soy tu boomerang” y el “cuando quiera volver te aviso” que me contaste el otro día?
-Quise volver, y esta fue mi forma de informárselo. –Respondió él, con una sonrisa. Se veía bastante satisfecho con sí mismo…
-Duraste dos días, flaco. Das lástima… -Él rió junto conmigo.
-¡Ey! Vos sos de mi equipo. Deberías saber como va la mano. Es de _______ de quien hablamos…
-Cierto, cierto. –Debo concederle esta. -¿Sabés que me acordaba? –Dije luego de unos segundos de silencio.
-¿De qué? –Preguntó él, genuinamente intrigado.
-De cuando éramos chicos y decías que “amabas” a _______. ¿Te acordás?

-Si… -Respondió él, algo pensativo. -¿Qué pasa si te digo que nunca dejé de hacerlo?...

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Hola a todas!! Perdón por el atraso, ya les había contado que se me re complica con el tema del estudio, y no es que la novela no sea importante, pero en este momento mi prioridad es el colegio, así puedo tener el verano libre, y seguir con vida si eso tambien cuenta. Perrrroooo, en el lado bueno, es escribí un cap super largo, y tiene partes hot, o mas o menos, para las que querían. Quiero aclarar un par de cosas. Bueno, para empezar a esta altura se habrán dado cuenta de por qué Louis hace lo que hace, además de porque tiene terrible pedo en la cabeza, el tema es que ella lo vuelve loco, pero tambien lo vuelve loco. En ambos sentidos de la expresión. No se si lo entendieron. Entonces, teniendo un carácter tan fuerte como tiene, a veces le entra una rabia terrible y manda todo a la mierda, y tres segundos después está listo para volver al juego. 
Y respecto a _______, ella es un desastre. Todo el tiempo. 24/7. Se hace la fuerte, la que puede con todo, la que no necesita ayuda, pero es la mina más insegura del mundo. Actúa conforme a una actitud de superioridad, de que ella tiene todo controlado, pero cuando llega el momento, simplemente se queda en blanco, y hace cualquiera sin importarle nada, como fue el caso de la escena de recién. A veces la gente hace cosas y no sabe bien por qué es que las hace. Simplemente... Las hace. Por impulso, tal vez, pero para _______ es un defecto que ella no sabe controlar, y más si se trata de Louis. Ella tiene un plan, lo tiene todo claro, sabe que hacer y qué no hacer, pero al momento de actuar, al momento de tenerlo parado en frente y actuar de cierta manera, ella simplemente cede. Y eso la estresa, entonce vuelve a idear planes para separarse de él, y obviamente nunca funcionan. Pero el punto es que la _______ conciente y la _______ abombada por Louis son dos personas diferentes, y si piensan que ella está haciendo cualuquiera, es probable que sea cierto, pero es solo porque no tiene las cosas claras. No sabe lo que quiere, y eso la asusta, porque siente cosas que no debería de sentir, cosas que siempre estuvieron mal, entonces ni se las plantea, las entierra tan adentro que nadie las puede ver, ni ella. Ella ya se está enamorando de él, eso se los digo, pero de aquí a que lo admita... Uf, esperense una vida. Va a pasar mucho para que siquiera admita que lo que siente por él es más que simple atracción física. Para admitir que lo ama se le van a complicar las cosas.
En fin, esto aclarado, todo bien, si tienen algúna otra pregunta acerca de los personajes, algo que no entiendan, simplemente preguntenme :)

Y respecto a lo que todas pedían, la app de los mensajes, es una página web que ahora les dejo el link.

Ojalá les haya gustado el capítulo, tanto como a mí me gustó escribirlo. Los amo a todos!!!

Juliii :)

PD: Gracias a todos los que comentan. ya saben como lo aprecio, y cuanto más comentarios y más largos, más feliz me pongo, porque pienso por un momento que mi novela es especial, y eso se siente lindo :)

:)?

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Hola, a todas. Ya se lo que deben de pensar, que descaro tiene esta flaca al venir aca a publicar una entrada del orto despues de 6 meses de no mostrar señales de vida... Pero bueno, simplemente vengo a disculparme, y a dar una explicación, porque se que se la merecen.

Lo que sucedió fue lo siguiente. Odio esta novela. Lamento ser tan directa, pero simplemente no me gusta. Sentía que era estúpida, escrita por un nene de 5 años, sin sentido, confusa y un millón de cosas más. Y se que muchas van a contradecirme, pero es lo que yo siento. Por esto de repente me empecé a deprimir. Pensaba que era una buena escritora, pero luego me di cuenta que era horrible, y simplemente dejé de escribir. No fue lo mejor para hacer, y mucho menos sin avisar ni nada, pero a veces uno toma decisiones equivocadas en la vida de las cuales luego de que están hechas no se puede retractar.

No vengo acá a dar lástima, ni mucho menos. Al contrario, tengo la esperanza de que si alguna me quiere perdonar, bienvenida sea, pero simplemente vengo a ofrecer mis más sinceras disculpas. Luego de que pasó esto, tengo que confesar que nunca más entré en el blog. Me daba miedo, pero más que nada verguenza. Las había defraudado, y me sentía muy avergonzada por ello.

Entonces, hace un par de días se me ocurrió una idea. No va a enmendar mucho, pero siempre se empieza por algo, ¿no? Es cierto que no me gusta esta novela, pero aún así, espero que muchas concuerden conmigo, la idea en general de la novela estaba buena. Entonces se me ocurrió rehacerla, mejorada, más linda, "My Dilemma 2.0", como quieran llamarle. El tema es el siguiente, discutiendo con Micki me dijo que las fanficts ya pasaron, y que en su lugar debería de hacerlo con personajes inventados, no famosos, simplemente gente que yo invento con personalidades inventadas. Y así lo hice, estoy probando suerte. Aún así, el principal sigue siendo interpretado por Louis, aunque tenga un nombre diferente.

En fin, llendo al grano porque no las quiero aburrir, estoy escribiendo una novela, con la misma idea que esta, pero mejorada, como forma de agradecimiento a todas aquellas que siempre me apoyaron, y una forma de pedir disculpas. Aunque no sea de 1D, si a alguna le gusta mi forma de escribir o lo que sea, sea muy bienvenida a leerla. Y nuevamente, se que esto no arregla nada, pero es un comienzo, y estoy tratando de hacer lo mejor posible. Merezco millones de insultos que probablemente ya me dijeron, pero me da miedo leerlos en los comentarios. Soy una pajera, lo se. En fin, las que aún no me odien del todo, la novela está en wattpad, bajo el mismo nombre que esta (My Dilemma).

Mi usuario es angel182, y ya voy por el capítulo 8, si están interesados. Aún así les dejo el link abajo.

Espero de todo corazón que esto sirva de algo, porque lo hago con ustedes. Quería avanzar un poco antes de avisarles, para ver si por lo menos estaba satisfecha con ella. Y nada, lo lamento. Eso.

Aunque ustedes me odien, las sigo queriendo. Mucho. Y espero de verdad que les guste la nueva, porque es exclusivamente para ustedes.

Con amor, y tratando de ignorar el odio,

Juli :)?

Mi usuario en Wattpad
My Dilemma (Link directo a la novela en Wattpad)

Capítulo doce: "Lolita".

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Pero ella ya no se podía concentrar en el beso. Se sentía una tarada, una estúpida. Había caído en los juegos de Tomlinson. Y normalmente son los demás los que caen en sus juegos. No ella. Ahora sí. Louis estaba jugando con fuego. Si antes no le caía bien. Ahora le caía peor todavía. No se iba a dejar pasar por arriba por un estúpido como Louis Tomlinson.

Quince minutos después, el celular de _______ comienza a vibrar, así que se separó de Zayn.

-¿Todo en orden? -Preguntó el moreno, al ver que ella se separaba.
-Si, solo vibra mi celular. -El chico comenzó a preguntarse en dónde la chica guardaba su aparato, teniendo un vestido tan ajustado y no traer bolso, pero sus dudas fueron apaciguadas al ver como _______ sacaba su celular de lo que vendría a ser su bra, en el escote de su vestido. -Las ventajas de tener un celular chico. -Ella rió y abrió la tapa, tratando de no mirar a su lado, donde Louis seguía regurgitándose a Marcie. 

El mensaje decía lo siguiente: "Angie está muy en pedo, y yo sola no puedo con ella. Ayudame. Está tirada en la mesa de pool."El remitente decía que provenía de Micaella. _______ se asustó un poco por la salud de su amiga. Lo último que querían era a Angie con un coma etílico, pero luego pensó que si así fuera, ya estaría llamado desesperada, y se tranquilizó. No obstante, Zayn se preocupó por la mirada de la castaña.

-¿Pasó algo? -Preguntó mientras _______ volvía a guardar su celular en donde estaba antes.
-No, temas de chicas. -Le dio una sonrisa reconfortante. No valía la pena alarmar a Zayn sobre su hermana, si verdaderamente no era tan malo. 
-¿Te tienes que ir? -Preguntó prácticamente haciendo un puchero. _______ le dio una sonrisa, en forma de disculpa, en vez de contestar.
-Lo lamento. -Dijo a modo de respuesta. Y lo rodeó para irse. Pero luego recordó que, aunque estuviera viniendo a las fiestas de Jack por más de cinco años, no recordaba haber visto una mesa de pool ninguna de las veces que había concurrido a su casa. Así que se volteó nuevamente a Zayn. -Por cierto, ¿Por casualidad viste alguna mesa de pool en esta casa?
-Si, creo que vi una en la barbacoa. 

Ella no recordaba mucho sobre la barbacoa. Pocas veces había cruzado el pasillo que llevaba a la pequeña construcción del patio, y nunca había prestado tanta atención a los muebles. Sin decir nada más, volteó nuevamente y se introdujo en el estrecho pasillo que comunicaba la casa con la barbacoa. 

El pasillo estaba repleto de adolescentes besándose, lo que dificultaba más esquivarlos, pero finalmente logró llegar a su destino. Nuevamente la música se escuchaba igual de alto. Probablemente hubieran parlantes enchufados por toda la casa. Chicos bailaban al compás de la música. No iba a ser tan difícil buscar una mesa de pool, ¿O si? O sea, no era algo pequeño como para poder camuflarse.

Echó un rápido vistazo por la parte de abajo de la barbacoa, deseando que la mesa de pool estuviera ahí y no arriba. O tendrían la tarea de bajar con Angie a cuestas por las diminutas escaleras. Unos chicos bailaban arriba de lo que parecía una mesa. Esa debía de ser la mesa de pool. O eso esperaba. 

Avanzó entre la cantidad incontable de chicos bailando, esquivando que chorros de algún tipo de bebida cayeran en su ropa. No hizo un buen trabajo, ya que un chorro, de algo que parecía cerveza, aterrizó justo sobre su hombro derecho. Miró hacia la dirección de donde provenía, para ver a un par de chicos con una pistola de agua, probablemente llena de cerveza. En una situación normal, _______ iría a recriminarles lo sucedido, pero no tenía tiempo para eso. Debía de encontrar a Angie, así que se limpió la cerveza con la mano y siguió avanzando, hasta finalmente llegar a la dichosa mesa de pool. Ahí estaba Micki, hablando con Angie, quien estaba recostada sobre la mesa de pool, solo que ésta no le respondía. Sino que estaba con los ojos cerrados, negando con la cabeza a lo que sea que Micaella estuviera proponiendo.

_______ llegó junto a ella, y se colocó del otro lado de donde las piernas de Angie colgaban al borde de la mesa.

-Angie, ¿Estás bien? -Preguntó la castaña acercándose a su amiga. Ésta se limitó a asentir. -¿Cuánto tomó? -Preguntó esta vez a la rubia.
-No se. La acabo de encontrar. -Procedió a contestar Micaella. -Pero seguro que poco no fue.
-¿No querés salir? -Preguntó _______ a la morena, que ahora se había tapado los ojos con el brazo.
-Estoy bien, chiquilinas. -Afirmó la pequeña Malik. Ésta se levantó y bajó de la mesa, poniéndose a en medio de las dos, e instantáneamente se llevó la mano a la boca, y otra al estómago.
-¿Tenés ganas de vomitar? -Le preguntó Micki, a lo que ésta negó, y como si se estuviera tragando el vómito, sacó la mano y la apoyó en el hombro de _______ para mantenerse en equilibrio.
-Vamos afuera, Angie. -Sentenció _______ agarrándola de la cintura. Micaella la imitó, y juntas la guiaron por entre la gente, por el pasillo diminuto, atravesaron la casa, y lograron salir por la puerta principal, justo para el momento en el que Angie comenzó a vomitar en el patio delantero de la casa de Jack. 

Jack siempre contrataba a un hombre en la entrada, para que se encargara de que no hubieran problemas, y al ver el estado de Angie, un chico probablemente muy borracho, comenzó a gritar.

-¿¡A ella si la dejás entrar y a mí no!? ¡Ella está diez veces peor! -El hombre se mantuvo implacable, imponiendo respeto frente a la entrada. 

_______, como si fuera por inercia, le sujetó el cabello mientras la chica seguía vomitando en el patio.

-Supongo que no nos vas a dejar entrar. ¿No? -Preguntó Micki al gran hombre que hacía de guarda espaldas esa noche. Éste solo negó lentamente, y volvió a tratar de echar al chico de intentar colarse en un estado de ebriedad bastante grave. -¿Ahora a donde vamos? -Le preguntó a la castaña, mientras Angie seguía vomitando.
-Hay una estación de servicio a al final de la cuadra. -Sin decir más, Micki agarró a Angie de la cintura como antes, y la guiaron hasta la estación de servicio, la cual obviamente estaba desierta. Digo, ¿Quién estaría en una estación de servicio a las tres y media de la madrugada? 

Sentaron a Angie en un banco que había en la estación de servicio, y la morena nuevamente comenzó a vomitar. Esta vez Micaella fue la encargada de sostenerle el pelo, para que no se manchara. Angie no sabía ya de donde salía tanto contenido, si ni siquiera había comido de noche. Aunque claro esa fue la causante de su malestar. Tomar alcohol con el estómago vacío puede ser muy malo. Pero ella seguía largando líquidos varios, y todo le daba vueltas.

-Hay que conseguir llevarla al baño. -Dijo Micki, mirando a _______. Ésta se paró inmediatamente.
-Yo voy.

Iba a ser un arduo trabajo. No se les permite a los empleados dar las llaves del baño a gente borracha, porque ensuciarían el baño, pero _______ lo iba a conseguir. Ella siempre consigue lo que quiere.

Caminó a paso decidido hacia unos chicos, de mas o menos veinticinco años, los dos con el mismo uniforme ya bastante sucio, quienes hablaban animadamente entre sí. Por lo que pudo escuchar ________, de un partido de fútbol, o de unas carreras de auto. No le quedó muy claro. Al llegar donde ellos, se voltearon a mirarla. Claro, era una chica hermosa de dieciocho años con un vestido normalmente usado como remera. No hace falta aclarar que los dos se la quedaron mirando embobados. 

-Disculpen. Mi amiga se siente muy mal. ¿Será que pueden darme la llave del baño? -Preguntó con la mejor voz suplicante que le pudo salir en ese estado. 
-Lo lamentamos, pero no podemos darte la llave. -Dijo uno de ellos, el que tenía el cabello negro y todo grasiento. 
-Si, conozco las reglas. Pero el tema es que… De verdad se siente mal. ¿No podrían hacer una excepción? -Preguntó, más bien coqueteándoles. Ambos se miraron entre sí, algo nerviosos. -Además, -Agregó al ver que no podían tomar una decisión. -si no me la dan, va a vomitar en su estación de servicio. Y no creo que quieran andar limpiando vómito. ¿O si? -Jugó un poco con su largo cabello, mandándolo para atrás, dejando su escote al descubierto. <<No puedo creer que me esté carpeando a los de la estación de servicio por vos, Angie. Me vas a deber demasiado después de esta…>> Pensó _______.

El chico del cabello negro sacó una llave del bolsillo y se la entregó. Al tenerla en las manos, _______ pudo ver que de la llave oxidada, colgaba una cuerda gruesa y sucia, enganchada a un pedazo de madera que tenía tallado "BAÑO"en ella. La castaña les agradeció y fue donde Micki, que al ver que _______ ya había conseguido la llave, había logrado parar a la morena, y ya iban camino al insalubre baño de la estación de servicio. 

Al llegar, la pequeña Payne abrió con algo de dificultad la cerradura, e ingresaron. Era pequeño. Un baño de dos por dos, literalmente. Tenía un retrete, y un lavamanos. Como era de esperarse, no tenía ni papel higiénico, ni jabón. Pero al menos no tenía agua en el piso, como otros. Angie instantáneamente se desplomó en el piso, junto al retrete, y comenzó a vomitar nuevamente, mientras Micaella le sujetaba el cabello y le acariciaba la espalda con cara de asco. 

-Tiene que tomar agua. -Sentenció _______.
-Yo no tengo dinero. ¿Vos tenés? -Preguntó Micki mirándola desde el piso, junto a Angie. _______ negó lentamente.
-Otra vez a carpearme un empleado de la estación de servicio. -Dijo más para sí misma, que para otra cosa. Micki emitió una pequeña risa.
-Antes avisá a los chicos. 

_______ asintió y sacó su celular de su escote. Vio que tenía un mensaje de Zayn. "¿Todo bien?". La castaña aprovechó para responderle en el mensaje los detalles de la situación. Así que escribió: "No. Bueno, más o menos. Tu hermana tiene un pedo cósmico. Nos echaron de la fiesta. Estamos en la estación de servicio de la esquina, en el baño. Avisá a los demás y vengan." Envió el mensaje y salió del insalubre baño hacia la pequeña tienda que tenía la estación de servicio.

Zayn al recibir el mensaje se alarmó. Estaba en la barra improvisada de Jack, y corrió en busca de Louis, que era el que tenía más cerca. Aún seguía enganchado con Marcie.

-¡Louis! -Gritó el moreno, logrando que éste se separara de la castaña. -¡Nos tenemos que ir! 

Louis no protestó. Se alejó de Marcie y comenzó a caminar a la par de Zayn. Lo que le pareció algo raro al mayor de los Malik, pero no dijo nada. Iba a ser difícil encontrar a todos entre la multitud, así que le mandaron un mensaje a los demás para encontrarse en la puerta. Y agregaron el hecho de que era una emergencia, a ver si de esa manera se apuraban un poco más.

Salieron, y a los tres minutos, ya estaban todos reunidos en la entrada. Zayn comenzó a caminar, seguido por el resto, hacia la estación de servicio.
-¡Esperen! ¡Faltan _______, Micaella y Angie! -Gritó Niall, tratando de seguirle el paso a Zayn.
-Zayn, ¿Le pasó algo a mi hermana? -Preguntó preocupado Liam, llegando hasta donde el moreno avanzaba poco más que corriendo. Éste negó.
-A la pajera de la mía. -Todos siguieron caminando, tratando de seguirle el paso al chico, hasta llegar a la estación de servicio. 

Mientras tanto, _______ se dirigía a paso tambaleante hacia la entrada al local. Si no fuera suficiente que ella ya de por sí estuviera bastante borracha, agréguenle que tenía unos tacos de plataforma bastante altos. Pasó por al lado de los dos chicos, quienes seguían hablando, por más que se hayan volteado a mirarla, y entró al local. 

Caminó titubeante directo a las heladeras, de donde sacó una botella de agua y caminó hacia el mostrador. Para su mala suerte, el empleado que estaba detrás del mostrador era un hombre ya de edad avanzada. Era calvo, a excepción de algo de cabello en la nuca y al rededor de las orejas, gordo, y parecía bastante amargado. Tal vez fuera de esos que le gustan las chicas jóvenes, pero _______ dudaba, debido a su semblante de "no me banco a los adolescentes".

Apretó las teclas de la caja registradora con desagrade y desinterés.

-Dos libras con cincuenta. -Dijo extendiendo la mano para que la chica depositara el dinero en ella.
-Bien, verá. Lo que sucede es que… Mi amiga está mal. -Comenzó a divagar _______, coqueteando con el viejo. Pero éste la interrumpió.
-Me importa un reverendo huevo tu amiga. Hacela corta, piba. El dinero. -Exigió. Si que era amargado. Se ve que estaba peleado con el mundo.
-Es que ese es el tema. No tengo dinero. -Dijo avergonzada, intentando por segunda vez captar los intereses del viejo con sus encantos, logrando nada como resultado.
-No hay dinero, no hay agua. -Respondió quitando la botella de plástico de su alcance. 
-¡Por favor! De verdad la necesito.
-No, piba. No te voy a regalar un agua.

Entre tanto, los chicos habían llegado al baño. Zayn se tiró junto a su hermana, del lado que no estaba Micki ayudándola.

-Bo, pedazo de pelotuda. ¿Cuánto tomaste? -Le preguntó a su hermana, mientras le acariciaba la espalda. Ésta negó con la cabeza mientras seguía vomitando.
-No es eso. -Aclaró Micaella, al ver que su amiga no podía completar la oración. -Es que la nava no comió nada. ¿No sabe que no puede tomar con el estómago vacío? 
-¿Y mi hermana? -Preguntó Liam, al ver que su hermana no estaba.
-Yo que se. Carpeándose al cajero, supongo. -Respondió la hermana de Niall, y ante el ceño confundido de Liam, agregó: -No teníamos dinero para comprar un agua para Angie, así que probablemente esté tratando de conseguirla sin pagar… 
-Yo voy. -Sentenció Louis, antes de salir corriendo del baño hacia la tienda de la estación de servicio.

Cuando _______ vio a Louis cruzar la puerta de vidrio de la tienda, se sintió aliviada y enojada a la vez. Aliviada porque tal vez él tuviera dinero, y enojada porque no tenía ganas de verlo. Al ver que el cajero no hacía más que insultar a la castaña, él se acercó hasta donde estaban.

-¿Qué pasa acá? -Preguntó el ojiazul mirando tanto a _______ como al cajero. 
-No me quiere pagar. -Respondió molesto el viejo.
-¡Es que no tengo dinero! -Repitió por enésima vez la pequeña Payne. Louis sacó de su bolsillo trasero del jean su billetera.
-¿Cuánto es? -Preguntó al cajero.
-Dos libras con cincuenta. -Respondió más tranquilo.
-¿Es joda? -Preguntó el castaño. Normalmente un agua te sale noventa y nueve centavos, o sea una libra. -Esto es un afane. -Afirmó indignado.
-¿Querés el agua o no, amigo? -Preguntó volviéndose de mal humor nuevamente el cajero. Louis resopló y tiró sobre el mostrador tres libras. Esperó a que le diera el cambio, agarró el agua, y salió furioso del lugar, seguido de _______.

Caminaron sin decir palabra alguna hasta el baño. Al llegar, Louis se quedó en la puerta como el resto, y _______ entró al baño, donde ahora que estaba Zayn, ya no había espacio para mucha gente más. 

La hermana de Liam se acercó a Angie y le dio la botella. Ésta se recostó sobre la pared y comenzó a tomar, como si de eso dependiera su vida. Zayn se sentó a su lado y le acariciaba el cabello.

-Hazz, llamá a Luke. -Le pidió _______ mientras se paraba y salía del baño.
-Me va a mandar a la mierda. Ya lo hice irnos a buscar la última vez… -Dijo sacando su celular con cierta inseguridad. 
-Bueno, pero es una emergencia. Además Luke es incapaz de matar a nadie. -Él discó las teclas y se llevó el celular al oído. Luego se alejó del resto para poder hablar bien. 

Liam abrazó a su hermanita por la cintura, y ésta terminó el abrazo, pegándose a él mientras se sacaba los zapatos y cerraba un poco los ojos. Ella se sentía ya de por si bastante mareada. Aspiró con profundidad el perfume que su hermano traía. Pero algo le resultó extraño. No solo traía su perfume habitual, sino que también el de una mujer. Y no cualquier mujer. _______ reconoció el perfume al instante. Como para no hacerlo. Conocía ese perfume tanto como conocía a la persona que solía usarlo. Alison. Sonrió, aún acurrucada en el pecho de su hermano.

-¿Qué pasa? ¿Por qué sonreís? -Preguntó este, sonriendo también.
-No se. Decime vos… -Se separó de él un poco. -Por cierto, lindo perfume. -Dicho esto, se separó por completo de él, quien la miró confundido y asombrado al mismo tiempo. 
-Luke está viniendo. -Dijo Harry, llegando donde estaban los demás mientras guardaba su celular en el bolsillo delantero de su jean.
-Mejor vamos contra la vereda a esperarlo. -Dijo Niall, comenzando a caminar. _______, al igual que el resto de chicos, incluidos Zayn, Micki y Angie, comenzaron a caminar, solo que a ella la frenó algo. O mejor dicho, alguien. Al girar notó que era su hermano.
-¿No le vas a decir, no? -Preguntó inseguro, mientras la castaña lo miraba divertido.
-¿A quién? -Preguntó fingiendo desconcierto, aunque sabía de quien se trataba.
-A Harry. -Respondió obvio.
-¿Decirle qué? -Volvió a preguntar de la misma manera. Liam se comenzó a enojar, porque sabe a qué juegos juega su hermana.
-Que estuve con Alison… -Respondió obvio el castaño.
-Me encanta escuchar que lo digas. -Dijo su hermana, dando media vuelta y caminando hacia donde todos los demás ya estaban sentados sobre el cordón de la vereda.
-¡_______! -Gritó Liam, siguiéndola. -Prometémelo.
-Li, como si no me conocieras. No se lo voy a decir a menos que tenga que sobornarte con algo, o vengarme por alguna cosa… -Dijo obvia su hermana, abrazándolo por la cintura. El chico la golpeó levemente en la cabeza de broma.

Llegaron hasta donde los demás, y entre todos comenzaron a hablar. Pero _______ se mantenía abstraída de la situación. Seguía sintiéndose estúpida por haber caído en el juego de Louis. <<¿Cómo fui tan tonta?>> Se repetía una y otra vez la castaña en sus adentros. La agarró en un momento débil, es obvio. Eso quería creer. La agarró con la guardia baja. Pero eso no iba a volver a pasar. 

Pero claro que Louis no había elegido a Marcie porque sí. Y tampoco hubiera elegido ese preciso lugar para besarse con ella, de no ser que vio a _______ besarse con Zayn en ese mismo lugar. Pero no se dio cuenta que eso estuvo mal. Haber estado con Marcie no solo le va a traer problemas con _______, sino que también el mundo se le va a venir en cima. Esa chiquilina es muy obstinada, y no para hasta que tiene lo que quiere. Y ahora que Louis le dio un indicio de que tal vez le gustara, no va a parar hasta que sea su novio. Literalmente. No va a parar.

-Fin de la narración.-

-Narras tu.-

A los diez minutos llegó la camioneta de Luke, derrapando en el asfalto levemente mojado por un rocío que andá a saber cuando calló. Él se bajó de inmediato y fue hacia donde nosotros. 

Luke se veía bastante joven, para tener cuarenta años. Bueno, la madre de Ali y Harry tiene treinta y nueve. Los tuvo bastante joven. Como mi madre a nosotros. Pero al ver a Luke, yo le daba alrededor de treinta y cinco. Era rubio ceniza, o sea rubio oscuro. Tenía una barba algo dejada, pero siempre controlada y pulcra. Era alto, y tenía el cuerpo de alguien de veinticinco. Siempre llevaba remeras lisas, jeans y converse. Incluso vestía como alguien de veinticinco. Claro que algunas marcas de la edad lo delataban. Como las arrugas al lado de los ojos, en la frente, algunas marcas de expresión, y alguna que otra cana blanca. Aunque aún así se conservaba bastante bien. Tiene una librería, lo que me hace amarlo más de lo que estoy obligada. A cada tanto me trae algún libro que llega nuevo a la tienda. El último que me trajo fue "The Great Gatsby"; que ahora gracias a Harry, en la primera hoja dice "The Great Penis". Pero me ha traído otros como "To Kill A Mockingbird", "El Principito", y"Orgullo y prejuicio". Sabe que me encanta leer, y siempre me aparta una copia de los libros que piensa me van a gustar. 

Luke es el mejor amigo de la escuela de mi madre. Por lo tanto, es mi padrino. El padrino de Liam era un amigo de papá que se las tomó para Los Ángeles cuando teníamos como trece. No lo vemos desde entonces. Pero en fin, cuando Anne se divorció, Luke ya llevaba dos años de divorciado, y a mi madre se le ocurrió la brillante idea de juntarlos. Y desde entonces están juntos. 

-¿Todo en orden? -Preguntó. Ninguno de nosotros respondió. Solo nos limitamos a asentir para luego pararnos.

Luke fue hasta la parte de atrás de su cuatro por cuatro, y abrió la caja, para que pudiéramos subir todo atrás. Juro que este hombre piensa en todo. Hasta había traído mantas para cubrirnos. Claro, en Londres suele hacer frío, y ir a la intemperie en un auto en movimiento podía ser perjudicial, por más que fuera verano. Aunque el verano ya se estaba acabando… 

En fin, todos menos Harry nos subimos a la caja de la camioneta, y nos cubrimos de a dos con las mantas. Yo me cubrí con Anna, y íbamos apoyadas contra el vidrio de la camioneta que daba al conductor. Harry se subió de copiloto. 

Luke comenzó a conducir, mientras nosotros mirábamos como la casa de Luke aún escupía adolescentes y la música retumbaba en el aire.

-¿Cómo estuvo tu noche? -Le pregunté a Anna. Después de todo, la había perdido de vista luego de entrar…
-Nah, normal. Nada fuera de lo normal. Hice varias amigas, ya que me dejaste abandonada. -Reímos levemente. -¿Vos?
-Mismo. Me hice varias amigas también. Pero nada fuera de lo normal. -Mentí. Pero tampoco quiero que ellos se enteren de que estuve con Zayn… 

Después de eso dejamos de hablar. Ella apoyó su cabeza en mi hombro, y yo me quedé mirando Londres mientras la camioneta avanzaba. Justo estábamos pasando uno de los puentes que cruzan el Támesis, y el auto dejaba atrás una hermosa vista del Big Ben todo iluminado, en el cual claramente se podía leer que eran las cuatro de la mañana, además que se escuchó el típico "bong"cuatro veces. A la izquierda se veía una hermosa vista del Támesis, y a lo lejos otro puente más. Habían varios que cruzaban el río, con pocas cuadras de diferencia. Y si miraba a la derecha se podía ver el London Eye, con las luces de las cabinas prendidas, moviéndose tan lentamente que era casi invisible su movimiento para el ojo humano. Siempre me sorprendió que estuviera abierto las veinticuatro horas del día. 

Dejamos el Big Ben atrás, y continuamos derecho. Cuando Luke paró en un semáforo, se giró para hablarme.

-_______. -Llamó mi atención. Yo volteé a verlo por el pequeño vidrio abierto. -Tengo algo para vos. -Me dijo alegre. Por las calles no pasaba un alma. Todo estaba extremadamente tranquilo. Sacó de la guantera una bolsa, y me la entregó por la pequeña ventana. La mayoría ya estaba durmiendo, incluyendo Anna, quien descansaba en mi hombro. Agarré la bolsa con confianza. -Estoy segura que este te va a encantar. -Abrí la bolsa y saqué el libro que había dentro. -Te lo iba a dar mañana, pero ya que te veo ahora… -Dejó incompleta la frase, porque la idea principal ya la había dado. 
-¿"Lolita"? -Pregunté mirando la tapa del libro. Era un nombre bastante raro. El semáforo se puso verde y Luke puso en marcha su camioneta, sin embargo no dejó de hablarme.
-Si. ¿Nunca escuchaste a quienes se le dice "Lolita"? -Preguntó. Si lo sabía. Sabía a quienes se refería la gente. Había escuchado a mi abuela decirlo un par de veces cuando iba a visitarla de chica.
-Si. Se le dice así a las putas, ¿No?
-En otras palabras, si. El término "Lolita" es utilizado para referirse a las jóvenes que son extremadamente seductoras, sobre todo si son menores de edad. -Respondió mirando a la carretera. Con el sonido del viento, casi ni podía escucharlo.
-¿O sea que me estás dando un libro sobre una puta menor de edad? -Pregunté graciosa, volteando el libro para leer el prólogo.
-Si. Pero te va a gustar. Haceme caso.
-Nunca dije que no. Ahora que sé que es sobre una puta menor de edad, más quiero leerlo. -Comenté graciosa. Escuché su risa, y dejamos de hablar.

Luego de un par de minutos llegamos a la casa de Harry y Ali. Entre Niall, Louis y yo nos encargamos de despertar al resto, ya que éramos los únicos despiertos. Incluso Harry se había dormido. Bajamos todos de la camioneta, y entramos a la casa. Las chicas fuimos directo al cuarto de Ali, y los chicos directo al cuarto de Harry. Todas cayeron instantáneamente dormidas casi al segundo de acomodar un par de colchones. Yo dormía en la cama doble con Ali. Bueno, no "dormía" literal… De hecho, no podía conciliar el sueño. 

El libro que Luke me había entregado me tuvo bastante entretenida por un rato. ¿Habrá habido una razón en especial por la cual me dio ese libro en específico? ¿Querrá decir que yo soy algo así como una "lolita"? Si, bueno. No lo niego. Soy una joven extremadamente seductora. ¿Está bien que sea así? O sea, es mi personalidad. Así soy… Pero, ¿Y si mis amigos me ven como una puta? En ese caso no creo que les importe, después de todo son mis amigos, y me van a aceptar tal y como soy. Sin embargo no podía dejar de darle vueltas al problema.

Y cuando traté de cambiar mis pensamientos de rumbo, terminé pensando en Louis y Marcie. O sea, obviamente voy a estar enojada con él. Pudo haber estado con cualquiera y no me importaría. Ahora, que esté con Marcie… Eso ya es traición. Por más desprecio que nos tengamos, él no tuvo que haber hecho eso… Pero también, es su vida, y puede hacer lo que se le plazca la gana. ¿A mí me me importa lo que haga o deje e hacer Louis? Dios, ya estoy bastante mal. 

El clima había enfriado notoriamente. Nada que ver al sábado de tarde. Esto del "clima bipolar de Londres" me está aburriendo un poco. El tiempo pasaba, y yo veía como amanecía por la ventana del cuarto de Alison. Ya eran seis y media de la mañana, y por más que yo tratara, mi mente estaba empeñada en mantenerme despierta. 

Estaba harta de estar en la cama con Ali. Ya estaba toda sudada gracias al enorme acolchado. Por más que hiciera frío, ese acolchado hacía que me hierva la sangre. Así que me levanté, agarré algo de ropa mía del ropero de Ali, y entré al baño. 

Ya cuando estaba terminando, siento que la puerta del baño se abre, y luego se vuelve a cerrar. Alguna de las chicas, supongo. Se habrán dado cuenta de que yo no estaba, y que me estaba bañando, y quiso venir a averiguar que onda. Pregunté varias veces quien estaba ahí, pero no obtenía respuesta alguna. Aparté la cortina de baño para ver como justo él, estaba recostado contra la puerta ya cerrada del baño, con los brazos cruzados, y la mirada intensa. ¿Qué mierda hacía Louis en el baño?

-¿Se puede saber qué carajo estás haciendo? -No obtuve respuesta. Solo se quedó inmóvil en su lugar. -Va la segunda vez que te metés al baño cuando me estoy bañando. ¿Cuál es tu escusa ahora? 

Nuevamente no salieron palabras de su boca, aunque ésta si se curvó en una sonrisa. Ahora pude ver algo en sus ojos que antes no estaba ahí. Veía lujuria y deseo. Él estaba inmóvil, pero podía percibir que por dentro estaba desenfrenado. Me puse nerviosa, tengo que admitirlo. Fue entonces, cuando quise despegar mis ojos de los suyos, que noté que verdaderamente no estaba vestido con más que un par de bóxers. ¿Estaba así desde un principio? Ya ni me acuerdo. En ese momento agradecí no haberme sacado la ropa interior al entrar a la ducha. La verdad fue algo así como una incoherencia, pero agradezco a mi inconsciente por darme paja sacármela. Justo cuando iba a exigirle que se fuera, su espalda lentamente se despegó de la puerta de madera pintada de blanco, quedando completamente erguido, aún con los brazos cruzados. Volví mi mirada nuevamente a sus ojos. Estaban oscuros, intensos. 

Lentamente se fue acercando a la ducha. ¿Qué planeaba hacer? O mejor dicho, ¿Por qué no lo estaba deteniendo? Aceleró su paso, y en un movimiento que podría presumir fue casi fugáz, se metió a la ducha conmigo, acorralándome contra la pared, todo al mismo tiempo. Comencé a respirar con dificultad. Lo único que oía era el agua caer y chocar contra nuestros cuerpos, y mi respiración agitada. 

Esto no se parece en nada a la experiencia de ayer. La otra vez tenía una mirada más tierna, e indecisa. Ahora estaba como descontrolado. Ansioso y lúgubre. Mi mirada pasó de sus ojos, a sus labios, los cuales al instante se curvaron en una amplia sonrisa. Mi cuerpo me pedía a gritos que me besara. Es como si fuera mi diosa interna, quien tenía completo control sobre mi cuerpo y pensamientos en este momento. No esperó más, y acortó la poca distancia que había entre nosotros, colocando sus labios sobre los míos. 

Me estaba besando. Louis Tomlinson me estaba besando. Increíblemente le seguí el beso. Besaba excelentemente. Mejor que cualquier otra persona que hubiese besado jamás, incluyendo a Harry. Atacaba mi boca con tal fiereza que me costaba seguirle el ritmo. Enganché mis manos en su cabello mojado, intensificando el beso, mientras sus manos inquietas recorrían mi cuerpo entero, sin siquiera detenerse. 

De repente todo fue luz. 

Abrí los ojos lentamente gracias a la luz que se filtraba por la ventana del cuarto de Alison. ¿Había sido todo un sueño? ¿Cuándo me quedé dormida? Lo último que recuerdo es estar rodando en esta misma cama, quemándome la cabeza con el libro de Luke. ¿El beso realmente no había pasado? Un suspiro involuntario salió de mi interior. Miré el reloj de la mesa de luz de Alison, que marcaba las siete y media de la mañana. Me senté en la cama. Todas seguían dormidas. No saben el alivio que me causó saber que eso realmente no pasó. Aunque, sentía algo raro en mi interior. Como un vacío. ¿Decepción por que verdaderamente haya sido un sueño? No. Saqué esa idea rápidamente de mi mente y me paré a cerrar la cortina para que no les molestara a las demás. 

Esta vez si me bañé, solo que me aseguré de cerrar con seguro esta vez, por si las dudas. Lo se, estaba paranoica. Pero prefiero prevenir las cosas. Me di una ducha normal, sin lavarme el pelo. Fue una ducha fugaz. Quería estar lo menos posible en el baño. Ya estaba actuando como una perseguida. Dios, Louis no va a entrar por esa puerta. Fue un estúpido sueño, nada más. 

Como sea, me vestí:



Y no me iba a quedar esperando a que alguien se dignara a despertarse, porque conociéndolos, de seguro no se despertaban hasta las tres de la tarde. Así que tomé mi bolso, y en él metí el libro que Luke me regaló y bajé en silencio las escaleras, para luego salir por la puerta principal, sin hacer ruido alguno.

Llegué a la parada del ómnibus en menos de un minuto, y me dispuse a esperar alguno cualquiera. El primero que aparezca me lo tomo. Necesito salir de esa casa, despejarme de todo lo que inundara mi mente, y simplemente perderme en Londres, como tantas veces había hecho ya. 

A los cinco minutos, aproximadamente, llegó el número tres, hacia Oxford Circus. No era necesariamente mi idea de "perderme en Londres", pero no estaba dispuesta a seguir esperando. Tal vez podría encontrar algún lugar tranquilo para leer el Trafalgar Square, arriba de uno de los leones, tal vez. 

Como era de esperarse, el ómnibus estaba totalmente vacío. No es que a la gente se le ocurriera tomarse un bondi un domingo a las ocho de la mañana… Pero bueno, nada. Pasé la tarjeta por el sensor, y comencé a subir las escaleras, en lo que el ómnibus retomaba su rumbo. No había avanzado ni tres segundos que volvió a frenar, logrando que por un minuto perdiera el equilibrio a la mitad de la escalera, pero por suerte pude estabilizarme agarrándome de la baranda. Terminé de subir las escaleras y fui directo al asiento de adelante del todo, el cual obviamente estaba vacío. Saqué el libro que me había regalado Luke y comencé a leer el prólogo. 

El ómnibus volvió a acelerar una vez que el pasajero hubiera subido, esta vez sin escrúpulos. De repente una voz me sacó de mi libro. No solo una voz, una voz extremadamente familiar. ¿Esto era un sueño, o era la realidad?

-¿Qué hacés vos acá? -Me preguntó él, extremadamente confundido. Yo aparté la vista del libro y lo miré de la misma manera. ¿Me estaba siguiendo o qué?
-Lo mismo te pregunto a vos. -Dije igual de confundida. -¿Me estabas siguiendo?
-Mirá. -Dijo suspirando mientras se sentaba a mi lado. -Yo se que a veces jodo contigo y eso, pero no estoy tan demente como para seguirte. 
-Pero aún así somos los únicos dos adolescentes despiertos a las ocho de la mañana en un ómnibus. 
-Se ve que sí. -Dijo acomodándose. -¿Qué leías? -Preguntó refiriéndose al libro. ¿De verdad planeaba tener una conversación conmigo? Raro… Agarró el libro de entre mis manos y leyó el título. -¿"Lolita"? -Preguntó mirando divertido.
-Si. Se supone que es sobre un profesor europeo, que se manda para Estados Unidos, y alquila una habitación en la casa de una viuda, con una hija de doce años, que se llama Dolores. Entonces de cariño le empieza a decir "Lo" o "Lolita". Después el pedófilo se enamora de ella, pero se casa con la madre. La madre se entera, y luego no se como, muere, y él queda a cargo de la nena. Y nada, según entendí por el libro y por lo que me dijo Luke, la nena es tremenda puta. Y desde entonces les dicen "Lolita" a las jóvenes extremadamente seductoras. -Reutilicé las palabras exactas de Luke. Ya ni se por qué le estaba explicando esto. A lo lejos, por la ventana, estábamos cruzando nuevamente el puente que habíamos cruzado a la mañana, solo que de día se veía todo más claro. 
-Me hace acordar un poco a vos. -Me dijo devolviéndome el libro. ¿De verdad piensa así de mí? ¿Si el piensa que soy puta, los demás pensarán lo mismo? Me quedé mirando el libro unos segundos antes de volver la mirada hacia él, y descubrir que me estaba mirando.
-¿De verdad? -Pregunté confusa y nerviosa a la vez.
-¿Por? -Preguntó cambiando la vista de mí, al paisaje.
-No, nada. -Respondí, tratando de evadir el tema. Después de todo, Louis hace todo para molestarme. Y después de lo que soñé, no quiero intercambiar muchas palabras con él. Aunque no estaba segura del por qué. Después de todo, fue todo un sueño.
-Linda noche la de anoche… -Dijo mirándome con un deje de diversión en su mirada. Ah, no. ¿Ahora me refregaba que había estado con Marcie? ¿Qué tanto daño le haría si lo tiro contra el vidrio, y termina en la calle, arrollado por el ómnibus?
-Sip. -Dije asintiendo, mirando hacia el otro lado. sino iba a golpearlo seriamente con mi bolso como una anciana enojada.
-Por vos lo decía, igual. -¿Por mí? ¡Careta!
-Ah, porque vos te aburriste pila, ¿No? -Pregunté algo enfadada.
-¿Celosa? -A esto quería llegar el nene… Matate, Louis. Matate. Solté una risa que pareció más un bufido y volví mi vista a la ventada de mi izquierda. -Por cierto, ¿Qué hacés levantada?
-No te importa. -Respondí aún sin mirarlo.
-Qué ánimos… -Dijo más para sí mismo que para otra cosa, pero con el fin de que yo lo escuchara. Y si, con el bagre que se comió anoche… Como para no ponerme de mal humor. No le respondí, solo seguí mirando por la ventana. -¿A dónde ibas? -Preguntó luego de un par de minutos de silencio. ¿Planea seguir hablándome?… Lo miré con tremenda cara de orto, dejándolo deducir la respuesta. -Ya se. No me importa. -Suspiró y volvió a hablar. -Intento hacer una conversación normal contigo, y ni eso se puede.
-No estoy de humor para hablar. ¿Si? -Dije molesta, mientras en los altavoces se escuchaba "Siguiente parada: Picadilly Circus".
-Nunca estas de humor para hablar. -Dijo en un bufido. Ta, si me lo tengo que bancar a él rompiéndome las bolas, me bajo acá. Me paré y pasé por frente a él.
-Con vos, la verdad es que no. -Dije aproximándome a las escaleras. Sentí como se paraba y me seguía. No iba a discutir. Que haga lo que quiera con su vida, me da igual.

Me bajé del ómnibus, consiente de que él me seguía, y solo comencé a caminar alrededor de la plaza.

-¿Vas a seguir caminando sin rumbo por la plaza? -Me preguntó detrás de mí.
-Hasta que te canses y me dejes sola, si. -Respondí monótona, sin voltearme a verlo.
-Qué pena, porque no te voy a dejar. -Finalmente me volteé para mirarlo enfadada.
-¿Qué querés de mí, Louis? Me molestás todo el tiempo, me rompés las bolas, no me dejás en paz. Decime, ¿Que querés? -El al parecer se sorprendió ante mi confesión. Vaciló un poco antes de responder.
-Solo quería hacerte compañía. -Respondió algo arrepentido.
-Si, pero me irrita tu compañía. -Respondí yo, encarándolo.
-Te irrita que haya estado con Marcie. -Es increíble. De repente parece arrepentido, pero no. Sigue siendo Louis. -Era una broma. -Se apresuró a decir ante mi mirada fusiladora. -Vamos. Te invito un café. -Directamente omitió la parte en la que yo aceptaba o denegaba su proposición, y me arrastró hasta un Starbucks que había bajo un edificio viejo.

Cuando entramos, claramente estaba desierto. Había una chica de unos veinte años detrás del mostrador. Parecía muy interesada jugando con su celular como para darse cuenta de que habíamos entrado. No fue hasta que Louis carraspeó que notó nuestra presencia. Se acercó a tomar nuestro pedido.

-¿Qué van a ordenar? -Preguntó fingiendo una sonrisa.

Ahora que la miraba mejor, era rubia, de ojos marrones. No llevaba maquillaje alguno, y podía ver algunas marcas de cansancio, como las ojeras bajo los ojos. Llevaba el típico uniforme de Starbucks. Un jean azul oscuro, una polo color café, y un delantal verde en cima. Llevaba el cabello recogido en una cola alta, y como no era muy corto, no le llegaba más abajo de la nuca. También tenía un gorro con vicera verde, a conjunto con el delantal.

-Yo quiero un Mocha Frappuccino. -Dijo Louis a la chica, quien luego pasó su mirada hacia mí.
-Y yo quiero un Chocolate Cookie Crumble Frappuccino. -Le dije felizmente. Nos pasó dos tarjetas.
-Anoten sus nombres ahí. -Y luego se fue a preparar los cafés. El café me ponía de buen humor. 
-Anotá un nombre que no sea el tuyo. -Me susurró Louis. 

Amo cambiar mi nombre en un Starbucks. Pero desafortunadamente no se me ocurría otro que no sea mi segundo nombre. La chica ya estaba viniendo a recoger los papelitos, así que me apresuré a escribirlo. Le di el papelito, y Louis le dio el de él. Los anotó en los vasos y esperó a que el café se hiciera. Luego nos los entregó. Louis sacó la billetera, pero antes de sacar dinero de ésta, me miró.

-Ni siquiera amagues a pagar. -Dijo sarcásticamente.
-Vos me invitaste. ¿Te acordás? Además yo nunca pago nada. -Sonreí victoriosa mientras él negaba y le pagaba a la chica.  

Ésta nos entregó los cafés, y salimos por la puerta del local, para encontrarnos nuevamente en la plaza. Ya se había poblado un poco más de gente, sobre todo gente de mediana y avanzada edad, que no habían salido a bailar ayer.

Caminamos hasta la fuente, y nos sentamos en el borde. Ahora que me doy cuenta, estoy pasando una mañana de calidad con Louis Tomlinson. No se que es más raro, esto o el sueño. 

-De nada… -Dijo sarcástico al ver que no le agradecía el café.
-No planeaba agradecerte. Si vos te ofreciste. -Dije graciosa, tomando de mi vaso de cartón.
-¿Sabés? Cada vez que hablo contigo sos una persona diferente. Primero sos la sexy "metete conmigo y te meto un paraguas por el culo", después sos la asustada y carenciada de un abrazo, después sos la bailarina candente, después la tímida que lee libros… Sos la persona más rara con la que me junto. -Dijo gracioso, probablemente para sacar tema de conversación.
-¿Sabés que es lo peor? Que viniendo de vos me lo tomo como un cumplido. -Dije graciosa, mientras daba otro sorbo a mi café aún caliente. 
-Creí que podría descifrarte fácil, pero cada día me sorprendo más. -¿Eso era bueno o malo?…
-Habló Mr. Predecible. -Dije irónicamente. -Si vamos a hablar de cambios de emociones bipolares, vos sos el rey. -Logré que riera. Verdaderamente estaba pasando un buen momento con él, como en Grecia.
-Ni tanto. -Comentó gracioso, dándole un sorbo a su café. Pude notar que tenía escrito "Will" en él… 
-¿Qué no? Primero sos el idiota descarado, luego el protector, luego hasta pareciera que te preocuparas por mí. -Louis hizo una mueca de sufrimiento fingido. -Después te metés a bailar conmigo, después sos tierno, y ahora hasta estoy conversando contigo… 
-Me dicen Christian Grey. -Comentó gracioso. Por lo de "cincuenta sombras", o sea, varias capas. 
-Bueno, señor Grey, su vaso dice Will… -Comenté graciosa.
-Bueno, señorita… -Giró mi vaso para ver el nombre anotado. -Tessa. ¿Diminutivo de Theresa, no?  -Yo asentí. -Si no me equivoco, ese es su segundo nombre. -Volví a asentir, justo para el momento en el que me di cuenta de que el suyo también era el segundo nombre de él. Además, los nombres no podían coincidir más.
-Qué suerte que no tenés ni idea de la relación entre estos nombres, o ya estarías proponiendo que el destino quiere que tengamos sexo, o algo así. -Sus ojos brillaron de burla, mientras me miraba inquisitivo.
-No necesito al destino para proponer que tengamos sexo… -Dijo gracioso, tomando otro sorbo. 

Estuvimos un rato más hablando de tonterías, hasta que le pregunté aquella duda que me afligía. 

-¿Te puedo hacer una pregunta? -Dije cuando ya había terminado mi café, y jugaba con el vaso vacío.
-¿Tiene que ver con tener sexo juntos? -Preguntó enarcando una ceja. Yo negué divertida. No quería arruinar la oportunidad de preguntarle esto. Andá a saber si había otro momento en el que nos estuviéramos llevando parcialmente normal…
-¿Viste hace un rato, cuando te contaba del libro? -El asintió.- ¿De verdad creés que soy una puta? Sé sincero. -Pedí. Era algo bastante serio para hablar con Louis, pero no se por qué me iba a responder con la verdad, al igual que yo cuando estábamos en Grecia. Él bajó la mirada y se puso a jugar con su vaso vacío. Luego sonrió y volvió a mirarme, para luego negar animadamente.
-Claro que no. Lo decía de broma. No creo que seas puta. Creo que sos muy high como para ser una…
-¿A qué te referís? -Pregunté riéndome gracias a su expresión.
-A que una puta está con cualquiera. Y vos sos demasiado selectiva como para estar con cualquiera. A excepción de mí no creo que hayas encontrado a nadie que cumpla con tus estándares. 
-¿A excepción de vos? -Reí sonoramente.
-Obvio. Si sabés que te encanto. La escena del baño es una prueba.
-Estaba media dormida, y el beso no estuvo tan bien como para presumirlo… 
-¿Estamos en la misma sintonía, o tuvimos otra escena en el baño de la cual no me enteré? -¡Mierda! Hablé del sueño… ¿Saben lo que va a pasar si Louis se entera, no solo que soñé con él, sino que en el sueño nos besábamos? Dios, no me lo quiero ni imaginar… ¿Ahora qué le respondo?


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No está muy bueno, pero me pidieron que al menos subiera algo. Y esto es lo que tengo por ahora. Se que puede ser una cagada, porque admito que muy bueno no está, lo lamento. Cuando pueda subo otro cap. Y nuevamente, lamento la cagada de capítulo que acabo de subir. Las amo a todas!!!! 

Juliii :)

Capítulo trece: "Dumb Ways To Die".

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-¿Estamos en la misma sintonía, o tuvimos otra escena en el baño de la cual no me enteré? -¡Mierda! Hablé del sueño… ¿Saben lo que va a pasar si Louis se entera, no solo que soñé con él, sino que en el sueño nos besábamos? Dios, no me lo quiero ni imaginar… ¿Ahora qué le respondo?
-No… -Dije tratando de sonar confiada. -Te confundí con otro.
-¿Con cuantos chicos tuviste una escena en el baño? -Preguntó con el ceño fruncido, y la mirada divertida.
-¿Con cuántas tu tuviste una escena en el baño? -Traté de despistarlo con otro tema de conversación.
-Con dos, incluyéndote. -Respondió. Al ver funcionó mi plan de despistarlo. -Pero una era mi prima, así que no cuenta. 
-¿¡Te comiste a tu prima!? -Pregunté de broma. Era obvio que lo decía porque debió de haber entrado por accidente mientras se bañaba, o algo así.
-Sip. -Esperen. ¿Qué? ¿Se chapó a la prima? Ah, no. Este está demente.
-¿Me estás jodiendo? Eso es incesto. -Respondí riéndome.
-Técnicamente, incesto sería con un hermano. -Me corrigió acompañándome con su risa. -Y además, para ese momento no sabía que era mi prima. -Yo volví a reír. Este pibe no puede ser más estúpido porque no le dan las horas del día. -Fue así. -Comenzó a explicarme. -Después de haber estado con ella, yo tenía que ir a un partido de fútbol de mi primito. Entonces, en una de esas se lo comento, y me dice que ella también tiene un primo que jugaba en el mismo cuadro. Curiosamente, se llamaba igual que el mío. Bueno, era el mismo nene. O sea, es mi prima segunda. 
-O sea, the chapaste a tu prima. -concluí a punto de largarme a llorar de reír tanto. Él asintió mientras negaba divertido.
-No se ni para qué te cuento, si después lo vas a andar regándolo por la vida.
-¿No estarás hablando de vos? -Pregunté parando de reír un poco, y sonriendo cínicamente. En estos momentos quedaría perfecto enarcar una ceja… Damn it! 

Mi celular empieza a sonar desde adentro de mi bolso. No tenía que sacarlo para saber quien era. A cada una de las personas importantes en mi celular les agrego un tono diferente, y en este caso el de Liam era el tono de presentación del juego "Dumb Ways To Die", por razones que me limito a no contestar. Saqué mi celular del bolso y atendí.

-Li. -Dije animada a mi hermano del otro lado de la línea.
-¿Dónde estás? -Preguntó antes de siquiera empezar una conversación.
-Te equivocaste. Es "¿Cómo estás?" -Dije graciosa. Nada que ver al estado de mi hermano, que parecía más bien alterado.
-Da, no jodas. ¿Estás con Louis? -Estoy viva, que es lo que le debería de importar.
-Sip. 
-¿Qué hacés con Louis? -Preguntó confundido.
-Fuimos a un telo. -Dije seria, pero muriéndome de la risa por dentro. A diferencia de Louis, que reía por dentro, por fuera, y por todos lados. (Dato: "Telo" donde vivo es un bulo, o un motel, o un queco, como sea que le llamen a esos lugares donde la gente va a tener sexo.)
-Ajá. -suspiró sin creerme una sola palabra. -Justo. Me decís que estás con Harry y te creo más. -Largó una carcajada. -¿Por qué deberías estar con Louis ahí?
-Porque estoy cachonda. -Dije obvia. Louis largó una carcajada, e igual Liam. No podría soportar mucho más sin reírme yo también.
-_______, decime dónde estás. -Aún no paraba de reír.
-Picadilly Circus. -Respondí rindiéndome ante la risa. 
-Okey. -Dijo tranquilizándose. -Vamos para ahí.
-¡No! Louis aún no acaba. Estoy comenzando a pensar que no lo excito de la manera que creía… -Nuevamente la risa de Louis y la de mi hermano inundaron mis oídos, y próximamente me uní yo.
-Dame cinco minutos y te demuestro que sí. -Dijo sin parar de reír mi acompañante.
-¿Cinco minutos? Ahora resulta que es eyaculador precóz. -Dije riendo, escuchando como Liam ya no podía más con su risa. 
-Ahí vamos. -Dijo para luego cortar el teléfono. Yo tiré el mío para el fondo de mi bolso, y me volví a Louis, quien me miraba con esa mirada sexy y divertida, levantando una ceja, y sonriendo sin mostrar los dientes.

-¿Me vas a seguir mirando de esa manera, o tengo que tirarte a la fuente para que te enfríes? -Pregunté graciosa, mientras él seguía con la misma mirada. Esa mirada que puso en mi sueño, justo antes de besarme. Lo cual, obviamente, me ponía incómoda. 
-¿Enfriarme porque soy tan condenadamente caliente? -¡Bien! Al menos ahora si habla. -No me importaría, en tanto vos caigas conmigo. Muero por ver como te queda la ropa pegada al cuerpo. -Su sonrisa se ensanchó, mostrando su hermosa dentadura.
-Justo cuando pienso que podés ser un ser civilizado, pasa esto. -Dije más bien para mí que para otra cosa.
-¿En cerio? ¿Esto te parece malo? ¿Te tengo que recordar que me chapé a mi prima? -Comentó riendo. ¿Soy yo o ese era su objetivo? Hacerme reír, digo. 
-Oh, claro. Casi olvido eso. Nada supera al echo de que te comieras a tu prima. 

Seguimos hablando de estupideces. Él me hacía reír y enojar al mismo tiempo. Es la combinación más rara de emociones del mundo. En fin, a los veinte minutos ya estaban todos los chicos a nuestro alrededor con caras de zombies, literalmente. 

-Por favor no se coman mi cerebro. El de Louis es más sabroso. No tiene nada adentro, así que es más… Rico. -Comencé a divagar, burlándome de sus caras. 
-¿Qué tan honda es la fuente como para ahogarte en ella? -Preguntó Anna, poniendo los ojos en blanco. Yo emití una pequeña risa. Esa definitivamente sería una manera estúpida de morir. 

Continuamos hablando de estupideces. Yo me había parado, cediéndole mi lugar al borde de la fuente a Angie, luego de que rogara que si no se sentaba, se desmayaría en el instante. No quiero tener que carpearme a nadie más esta vez, así que mejor la dejo sentarse. 

Estaba entretenidamente hablando con Micki, Ali y Anna, cuando ésta última llamó mi atención en un tono más bajo para que solo yo escuchara.

-Boluda, el novio de Louis. -¿Novio de Louis? ¿Está hablando en clave, o qué? -Seguí su mirada disimuladamente hasta toparme con aquellos ojos azules que me habían deslumbrado desde la primera vez que lo vi. Y entonces caí en la cuenta. ¡El gay! -¿Qué hace acá? -Me preguntó de la misma manera.
-Em… -Me quedé pensando un momento, y bajé la mirada cuando él notó nuestra presencia. -Estaba de mochilero por Europa. -Vi de reojo como comenzaba a avanzar hacia nosotros. -Mierda, viene para acá. ¿Qué hacemos?
-Se supone que sos la novia de mi hermano, tarada. -Dijo algo exaltada y nerviosa. -Actuá como tal.
-¿Pero que hago? -Comencé a desesperarme. No suelo trabajar bien bajo presión.
-No se, _______. Vos sos la que se supone sabe de esto. Sentate arriba de él, no se. -No esperé más, y me senté arriba de Louis, justo cuando el rubio estaba a medio camino. Él se vio confundido, pero luego hizo una mueca desinteresada y aceptó el hecho de que yo me hubiera sentado en su falda. 
-Tu novio viene para acá, ganso. -Ví como abrió los ojos grandes mientras yo seguía susurrándole en el oído. -Ahora actuá como si yo fuera tu novia, y que me amás tanto que tu corazón vaya a explotar. ¿Entendido? -Dije rápidamente, ya que David estaba llegando a la fuente. Noté como sus ojos se apagaron levemente, mientras el miraba hacia abajo, pero al subir la cabeza, el brillo tan característico de sus ojos había vuelto, y venía acompañado de una sonrisa.
-Entendido, hermosa. -Y si. Este es Louis Tomlinson tomando provecho de la situación. Escuché como Anna reunía a la gente y susurrando les gritaba que improvisaran, justo para el momento en el que David llegó hasta nosotros. En ese momento, la mirada confundida de Liam, la cual estaba posada sobre Louis y yo, pasó hacia David, y comprendió la situación.
-Hola. -Dijo generalmente, pero con la mirada clavada en mí y en mi "novio". Las tres chicas quedaron completamente anonadadas con la belleza del chico. Inclusive Angie, que no estaba muy capacitada en esos momentos para deducir en dónde estaba.
-Hola. -Saludé yo. Para ojos ajenos podría deducirse que estaba "marcando territorio" con ese saludo tan hostil. Louis sonrió.
-Que coincidencia encontrarlos aquí. -Dijo él, alegremente. Yo escondí la cara en el cuello de Louis para parecer que le decía algo tierno al oído, pero en verdad no.
-No me lo banco más. No me banco verlo ahí, tan lindo, y saber que es gay. Me estresa. -Dije en el oído de mi supuesto novio falso. Él emitió una pequeña risa y cuando me separé de su cuello, librándome de su hermoso perfume, él me imitó para hablarme sin que nadie más escuchara.
-A mi me estresa tenerte acá así, y no poder comerte la boca. -Me dio un beso debajo de la oreja, logrando que en mi interior me recordara al sueño que tuve esta mañana, logrando que mi cuerpo entero se tensara. -Apa. ¿Cambiamos roles? -Dijo de la misma manera, sin sacar su cabeza de mi cuello. 

Su nariz rozaba el mismo, y su inicio de barba raspaba suavemente mi clavícula, lo cual increíblemente me excitaba de una manera monumental. Algo dentro de mí me gritaba "NO SEAS ESTÚPIDA. ¡ES LOUIS! ESTÁ JUGANDO CONTIGO". Mientras que otra parte gritaba: "NO SEAS ESTÚPIDA. ¡CHAPÁTELO Y CAIGAN A LA FUENTE! DE ESA MANERA LA GENTE VA A ESTAR MÁS CONCENTRADA EN SU CAÍDA QUE EN SU BESO". Sabias palabras. Pero de todas maneras, me rehusaba a seguir a la segunda voz, y preferí ir a lo seguro. Lo aparté lentamente, consiente de la mirada del gay sobre nosotros. Hablando de maneras estúpidas de morir, ser asesinada por los encantos de Louis encabeza la lista. 

-Acá no. -Dije riendo, captando la atención del resto, que mantenían una conversación con David. La gracia era que pensaran que Louis me había propuesto algo claramente indecente. Que en palabras de Louis, era básicamente lo que había hecho. Luego me acerqué a su oído nuevamente. -Yo comando, y vos te dejás comandar. Así funciona esto. -Susurré de una manera sexy en su oído, mientras suavemente mordía su barbilla, y depositaba un beso sobre la misma, raspándome al mismo tiempo. La gente no podía ver lo que hacíamos. Mi pelo tapaba toda la escena. En estos momentos en el los que agradezco tener el cabello largo. Noté como se tensaba bajo mi agarre, y pude percibir como trataba de enfocar su mente en cualquier otra cosa, o se repetiría la escena del auto. -¿Entendido? -Dije incitadoramente. Mejor terminar esto acá, antes de que se vuelva peor. Sentí como se relajaba, y me apartaba para hablarme al oído. Era como un jugo de tira y afloja. Como un círculo vicioso, tentándonos el uno al otro.
-No. -Respondió, y juro que sentí como sonreía en mi oído. 
-Entonces, ¿Pueden? -Escuché de decía el tal David, cuando traté de cambiar mi atención a otra cosa que no fuera Louis.
-¿Qué? -Pregunté confundida. Anna prácticamente estalló en risas silenciosas detrás de él.
-Que si pueden mostrarme algo de Londres. Mis amigos y yo nos vamos mañana, y tal vez pudieran darme un pequeño tour por los lugares que ustedes consideren que estén buenos… -¿Como rechazar amablemente? Bueno, que amabilidad si éste se viola con la mirada a MI novio… Qué raro se siente decir eso… Louis afirmó sus manos en mis caderas, mientras apoyaba su mentón en mi hombro.
-Bueno, es que… -Buscar una escusa rápido… -Mañana tenemos clase. Y no creo que podamos quedarnos mucho tiempo más. -Buenísimo. La peor excusa del universo entero.
-Entiendo. -Yo quiero que entiendas que nadie te quiere acá… Bueno, yo si. Pero si fueras hetero. Como no lo sos, deseo que te vayas. -Entonces, chau. -Si, chau, hermano, chau. ¡Andate, amigo! Okey… ¿Por qué tan desesperada? ¡Agh! Louis ya me alborotó las hormonas.
-Chau. -Repitieron todos en coro, viendo como el adonis rubio desaparecía de nuestras vistas, hacia donde estaban sus amigos.

Al instante en el que se cercioraron que el chico ya no los escuchaba, tanto Liam como Anna estallaron en risas, bajo la mirada confundida del resto de la gente. 

-¡Estaba divino! ¿De dónde lo conocen? -Preguntó Micki completamente sorprendida por la belleza del australiano.
-Es el novio de Louis. -Dijo Liam, en el medio de una carcajada.
-¿Qué quieres decir con "el novio de Louis"? -Preguntó Niall, algo contagiado de la risa de mi hermano y mi amiga.
-Quiere decir que es gay. -Pincharles la burbuja a Angie, Ali y Micki. Listo.
-¡Qué desperdicio! -Al parecer el rubio le había curado la resaca a Angie, porque ya estaba más que consiente. 
-¡Lo se! ¿Pueden creer que invitó a salir a Louis? -Todos estallaron en risa nuevamente, menos el castaño, quien se limitó a reír sarcásticamente.
-Si les promete que no va a comentar algo… -Dijo Louis a los demás, refiriéndose a mí. -No le crean.
-Lo lamento, "amor", la situación lo ameritaba. -Dije volviendo a reír.
-¿Y qué onda con ustedes dos, "amores"? -Dijo Alison confundida, imitando mi voz.
-_______ se hizo pasar por la novia de Louis para que él no lo molestara más. -Respondió Anna, calmándose un poco de su risa histérica. 
-Tenía un pedo psicológico. -Dije riendo. "Pedo psicológico" es cuando uno actúa como borracho, pero en verdad no tomó nada. Se podría decir incluso que yo vivo en un pedo psicológico constante… 
-Ajá. ¿Y seguís en la falda de Louis como por qué? -Dijo el celoso de mi mejor amigo. Okey… ¿Por qué sigo a upa de Louis? Pude sentir como el desgraciado sonreía en mi espalda.
-Porque David seguía mirando. -Dije obvia, sin retenerme a verificar si eso era verdad o no. Bueno, al menos mis excusas habían mejorado.

Continuamos entre risas y conversaciones tribales por como diez minutos, hasta que Micki finalmente sacó el tema de la noche, preguntando como nos había ido. Yo siempre me fijo en detalles, y por los que conozco, se que Harry se tensó al instante en el que Micki mencionó el acontecimiento. Nadie lo nota, pero lo conozco más que nadie. A él y a Liam son a las personas que más conozco en mi vida. 

-_______ y Zayn se divirtieron anoche. -Contestó Niall a la pregunta de su hermana. ¡Malnacido de mierda! ¿Nos vio? Ah, no. Lo mato. A todo esto, pude sentir como Louis se tensaba debajo de mí… 
-¿Qué? -Dijo mi hermano algo enojado y celoso a la vez, mirando a Zayn. 
-Niall, ¿Te mostré qué linda la tienda de allá? -Dije parándome del regazo de Louis, y cinchando a Niall de la muñeca, arrastrándolo hacia la tienda, la cual ni me preocupé en fijarme cual era. Era solo un pretexto para poder hablar con él a solas. 

-Fin de tu narración.-

-Narrador omnisciente.-

-¿Vos tenés comida en la cabeza? -Preguntó la pequeña Payne enojada.
-Noup. Pero eso sería asombroso. -Respondió el rubio, riendo inocentemente. 
-¿Cómo se te ocurre decir en frente a Liam que estuve con Zayn? Niall, ¿Te das cuenta de la gravedad de esto? -Okey, estaba exagerando las cosas, lo admito. Pero lo quería asustar.
-Ni que fuera para tanto… -Logré mi objetivo. Se había asustado. Luego solo me largué a reír.
-No. No lo es. -Dije graciosa, viendo como su semblante se relajaba.

-Mientras tanto con los demás.-

Había un silencio muy incómodo. Liam que miraba deseoso de ahogar a Zayn en la fuente, Los demás que reían disimuladamente, y el moreno bastante asustado, escondiéndose detrás de su hermana. Pero entonces la pequeña Styles decidió romper la tensión.

-Veo que te uniste al grupo. -Dijo la castaña a Zayn, quien miró confundido.
-¿Qué grupo? 
-El grupo de los hombres que no se resisten a _______. -Explicó la ojiverde. -Integrantes: Todos los hombres de la especie humana. Presidente: Harry Styles. -Una risa inundó el silencio incómodo, incluso Liam soltó una pequeña carcajada. Harry solo le limitó a sonreír, y a darle leves golpes en la espalda a Zayn, dándole a entender que comprendía por dónde había pasado.

Luego de terminar de reír, todos fueron hacia donde estaban Niall y _______, quienes luego de reírse, _______ había sido atraída por la música de unos bongoes, y ahora bailaba en la mitad de la plaza, junto con Niall, un hombre disfrazado de Mickey Mouse y otro disfrazado de Winnie The Pooh, quienes probablemente pretendieran ganar dinero de esa manera. Pronto se les unieron Harry, Alison, Anna y Louis. Los demás prefirieron quedarse del lado del público, y solo aplaudir y reír ante las bobadas que hacían sus amigos. 

-Fin de la narración.-

-Narras tu.-

Luego de reír por un buen rato más, decidimos volver a la casa. Como todos habían venido en ómnibus, así tuvimos que regresar. Yo me senté al lado de Anna, y utilicé esa oportunidad para hablar con ella… Tenía la vaga esperanza de que fuera ella la chica con la que Harry había estado la noche anterior. De otra manera no se tensaría así…

-Entonces, ¿Qué tal tu noche? -Preguntó a la castaña, consiente de que el resto no los escuchaban, ya que estaban en la suya.
-Ya me lo preguntaste ayer, nava. -comentó riendo.
-Si, pero me mentiste. Y como anoche no tenía ganas de discutir, la dejé pasar. Pero ahora exijo la verdad. -Noté como su cuerpo se puso rígido, y miró hacia la ventana, notablemente nerviosa.
-No mentí. -Dijo aún sin mirarme. -Además, vos estuviste con Zayn y no nos dijiste nada… 
-Sip. ¿Sabés lo que veo? Veo que me estás cambiando de tema, gorda puta. 
-¿Cómo es que siempre sabés todo? -Susurró volviendo su mirada desesperada hacia mí. Yo sonreí victoriosa.
-No lo se. Solo finjo que lo se para que la gente confiese. 
-Sos una malvada perra arribista. -Dijo admirada y enojada a la vez.
-Entonces, ¿Cómo estuvo? ¿No que Harry besa excelente? -Dije emocionada. ¡Yo sabía que iban a terminar estando! Soy re capa. Me parece que voy a jugar en la lotería en estos días. 
-¡Shh! -Me mandó a callar mirando hacia todos lados. -¿Vos querés que mi hermano se entere y que mate a todos? -Dijo en un susurro. Yo sonreí. -Por cierto, ¿Qué tanto hablaban ustedes dos cuando estaba David? -Dijo con la misma sonrisa traviesa que tenía yo. Solo que, a diferencia de ella, yo sí se disimular.
-Nada, solo nos decíamos qué tan mal nos caíamos, y fingíamos que éramos los mejores novios. Nada del otro mundo. ¿Verdad que se vio real? -Pregunté orgullosa de mi "no actuación" con Louis, además tratando de cambiar el tema. Ella asintió.

Luego de eso seguimos hablando hasta llegar a casa. Todos agarraron sus transportes de la casa de Harry y se fueron a sus casas, menos Micki y Niall, que como desgraciados aún ninguno podía conducir, y tuvieron que tomarse un bondi de regreso a su casa. Liam y yo estábamos al lado, así que no había necesidad. 

El resto del día me la pasé haciendo nada. Solamente mirando tele con Liam, como normalmente hacíamos los domingos. Luego me fui a dormir. A la mañana siguiente entraba más tarde, porque no tenía física. Así que me desperté un poco más tarde de lo habitual y me bañé. Me sequé el pelo levemente con la secadora y me vestí así:



Bajé a desayunar, pero me detuve en la sala, al ver algo fuera de lo normal. Louis estaba sentado en mi sofá. O sea, ¿Qué onda?…

-¿Cómodo? -Pregunté algo indignada. ¿No se supone que tenga clase ahora?
-Bastante. Estaría mejor si te tuviera a vos en bikini dándome de comer en la boca. Eso sería más gratificante. -Dijo sonriendo, sin dejar de mirar la televisión.
-Sos un cerdo asqueroso. -Dije caminando hacia la cocina. Sentí como se levantaba y me seguía. -¿No deberías estar en clase? -Pregunté llegando hasta la mesa que había en la cocina, donde había un plato con tostadas, huevo revuelto, jamón y algo de apio al costado. Todos los adolescentes odian el apio. A mi me gusta. Soy rara. Me senté en frente y comencé a comer.
-Si, pero soy un ser artístico, como vos. Así que me exonero de algunas materias. -Se sentó a mi lado y se limitó a comer una manzana que robó altaneramente del recipiente del centro de la mesa.
-¿No tenías matemática el lunes de mañana? -Pregunté dándole un mordisco a una tostada a la cual ya le había colocado el jamón y el huevo revuelto por en cima.
-Exacto. -Dijo recostándose en el respaldo de la silla, y comenzándose a hamacar en la misma, sobre dos patas. Se llega a caer para atrás y me voy a reír de una manera monumental.
-No exoneramos matemática, estúpido. Solo física, química y dibujo técnico. -Él me miró confundido mientras dejaba de balancearse sobre dos patas de su silla, y luego sonrió.
-Bueno, que pena. -En eso Mary entra a la cocina con una cesta llena de ropa limpia que había descolgado de la cuerda donde se había estado secando desde ayer.
-Mi niña, ¿Cómo está el desayu…? -Se frenó al ver que Louis estaba conmigo. -No sabía que tenías compañía… 

Mary tiene al rededor de cincuenta y cinco años. Es bastante rellena, tiene el cabello negro y siempre recogido en un moño. Sus ojos son color café, y tiene los dientes algo ennegrecidos, gracias a que fumó hasta los treinta. Ella es de Latinoamérica, lo que hace que tenga un acento muy divertido. Yo asocio su nacionalidad al hecho del cariño que me tiene, porque dicen que los latinos toman afecto más rápido que los europeos. Según escuché, es como si nosotros fuéramos más fríos en ese aspecto. En fin, como ya dije antes, Mary es mi verdadera madre. No literal, claro. A lo que me refiero es que ella está siempre que la necesito. Verdaderamente se llama María, pero a mí me costaba decirlo de chica, y le empecé a decir Mary, y le quedó. 

-Más que compañía es una molestia. -Dije terminando mi tostada y tomando un sorbo de jugo de naranja. Louis sonrió abiertamente.
-¡Dios mío! ¿Niño Louis? ¡No puedo creerlo! -Dejó el cesto con la ropa sobre la mesada y corrió a abrazar a Louis, quien claramente le correspondió el abrazo.
-Niño Louis. -Comencé a reír en voz baja. 
-Estás enorme. Sos todo un hombre. -Si sigo escuchando esto me voy a atragantar de la risa. Así que decidí prestarle más importancia a mi comida. Agarré uno de los apios y comencé a comerlo desinteresadamente. -La última vez que te vi aún eras un nene. Creciste demasiado. ¿No creció demasiado? -Me preguntó lo último a mí. 
-Su cabeza lo hizo. -Dije dándole un mordisco a mi apio. 
-¿Aún no se llevan bien, eh? -Afirmó Mary, regañándonos a los dos con la mirada divertida. Nosotros negamos con la cabeza. -Qué pena. Porque definitivamente es tu tipo, ¿No, _______? -Primer error de Mary… 
-¿Qué? ¡No! -Dije negando divertida, tratando de despistar la probable pregunta de Louis.
-¿Su tipo? -Comentó divertido, prestando atención a la conversación. -¿A qué te refieres con "su tipo"?
-Ya sabes. A _______ le gustan los chicos como tu. -¡Mary callate ahora mismo!
-¿Desde cuando me gustan los idiotas? -Pregunté tratando de sonar calmada, acto en el cual claramente fracasé.
-No digo eso. Solo digo que te gustan los chicos como él. Castaños, ojos celestes, linda sonrisa. Estoy segura que lo describiste así a tu chico ideal. -Eso solo logró que la sonrisa de Louis se ensanchara aún más. ¿Es que esta mujer no sabe cuando callarse?
-Eh, no. Dije rubio, de ojos marrones y sin dientes. -La verdad que la descripción de Mary fue correcta. Pero yo no describiría a Louis como mi "chico ideal". Sino más bien como "el chico de mis pesadillas"; literalmente.
-Dejá de fingir y admití que te muevo hasta la sombra. -Dijo Louis. Buenísimo. Ahora Mary le había subido el ego, y no hay quien se lo baje…
-Lo único que vas a mover va a ser tu culo hacia el auto, que llegamos tarde. -Tomé un último sorbo de jugo de naranja y me paré de la silla. Agarré mi bolso y comencé a caminar rumbo al auto. 
-Si querías ver mi culo, solo tenías que pedirlo. -Me limité a no contestar. Solo puse los ojos en blanco y seguí caminando. 

Me subí en su auto, del lado del copiloto, y él se subió del lado del piloto. El viaje fue como cualquier otro viaje con Louis. O sea, él diciendo obscenidades, y yo llamándolo de maneras ofensivas. De lo más normal, para mí. Nos bajamos del auto discutiendo, como siempre, y fuimos hasta donde estaban los chicos. Ya había sonado el timbre, y teníamos que esperar a que volviera a sonar, anunciando el regreso a clase luego del recreo.

-Solo digo que una lesbiana no te daría bola. -Comenté estresada, luego de que viniéramos desde hace quince minutos hablando sobre que las lesbianas eran mejores porque como son lesbianas, entre ellas se tratan con más respeto, y no se dañan las partes del cuerpo.
-¿Y vos que sabés? Podría tener una lesbiana acá -Dijo señalando su entrepierna. -cuando yo quiera. 
-Las lesbianas son lesbianas por una razón, Louis. Porque les gustan las mujeres… Oh. Entiendo. Había olvidado que eras una. -Comencé a reír mientras me sentaba en el piso de la galería, donde los chicos estaban hablando, y que ahora escuchaban nuestra conversación con atención.
-Okey… -Comenzó a decir Micki. -Ustedes tienen las conversaciones más raras que escuché en mi vida. 
-¿Por qué faltaste a matemática, bro? -Preguntó Harry a Louis.
-Creí que exoneraba. Pero no. Lamentablemente. -Dijo lo último para sí mismo, pero todos fueron capaces de escucharlo. 
-Que pedazo de pajero. -Comentó el mismo riendo.

El timbre sonó y tuvimos que entrar a clase. 

El resto del día pasó normal, a no ser por los múltiples acosos de Marcie hacia Louis, nada fuera de lo normal. Mañana tendríamos la primera clase de baile. Y eso me emocionaba demasiado. Al llegar a casa, como de costumbre, no había nadie. Nos quedamos con Liam boludeando por un par de horas hasta que llegó mamá. ¿Qué hace mamá acá? Últimamente está viniendo re seguido a casa… Esto de que sus amigos hayan vuelto la trae más seguido a casa. Aún trato de averiguar si eso es bueno o es malo. 

En fin, nos dijo que iríamos a comer afuera, junto con el resto de los chicos. Por mí, hagan lo que quieran. No se, nos mandó a arreglarnos. Así que me bañé, no me lavé el pelo porque me lo había lavado esta mañana, y me vestí:




Me arreglé y cuando bajé, mi padre y mi hermano ya estaban listo. Cinco minutos después, bajó mamá. En el auto de papá llegamos a lo que parecía un bar. En un letrero brillante en la parte de afuera se leía "Noche de micrófono abierto". Interesante...

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Chicas, el capítulo. Va medio corto, pero bueno. Y por lo de la entrada anterior, que yo dije que estaba feo, es porque me pareció que como no pasaba nada con Louis, no les iba a parecer entretenido. En ningún momento dije que mi novela era fea. Solo que ese capítulo era medio estúpido...  En fin, nada. A mi me gusta mi novela, eso nada más.  

Micki: Me re olvidé de responderte en el capítulo pasado. Jodeme que hiciste un curso de maquillaje??!!! ¿Tenemos telepatía o que? ¿Sabés qué? Debe de ser porque somos parabatai. En los orígenes, más de una vez Jem sentía que Will estaba en peligro. Es eso, boluda. Tenemos telepatía, y sabemos cosas sobre la otra. Jajajaja estamos hablando, Mica :)

Y a todas, nada, que las amo. Las adoro demasiado! Y de verdad espero que les guste este capítulo. Perdón por las partes que están algo desbocadas... Es que Ana me mandó el siguiente video para que me "inspire", y logró esas partes: http://www.youtube.com/watch?v=UZ4uFtd5sCI

Si no quieren quedarse sin ovarios, no lo miren. En fin, beso a todas!

Las adoro!

Juliii :)

Capítulo catorce: "Rip Off".

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ANTES DE EMPEZAR LEAN ESTO.
1) ¿SE ACUERDAN DE ANA? BUENO, ¿VIERON QUE CANCELÓ SU NOVELA? NADA, AHORA ESTÁ HACIENDO UNA NUEVA, Y PROMETIÓ NO CANCELARLA. SI LA CANCELA YO ME ENCARGO DE MATARLA POR USTEDES. ESTE ES EL LINK: backtousnovela.blogspot.com Y CHARLIE YA SUBIÓ CAPÍTULO EN LA DE QUEBRANDO CRISTALES!!! 

2) ESTUVE HABLANDO CON UNA DE MIS LECTORAS, Y LE PARECIO BUENA LA IDEA DE HACER UN HASHTAG PARA QUE USTEDES ME DEMUESTREN SU AMOR :) SUENA RARO DECIRLO ASÍ, JAJA. EN FIN, HAY QUE DECIDIR QUE PONER, ASÍ TODAS PONEMOS LO MISMO. LA IDEA NO ES LLEGAR A SER TT, AUNQUE SERÍA ESTUPENDO, SINO DEMOSTRARME SU AMORRR :):) ASÍ QUE PONGAN OPCIONES DE HASHTAGS EN LOS COMENTARIOS, Y EN CADA ENTRADA VAMOS A VOTAR HASTA QUEDARNOS CON UNO SOLO. EL DÍA PARA HACERLO SERÍA EL 14 DE NOVIEMBRE, YA QUE ES EL DÍA QUE SE CUMPLEN DOS AÑOS DESDE QUE EMPECÉ A ESCRIBIR. LA HORA LA FIJAMOS MÁS SOBRE LA FECHA. ASÍ QUE COMENTEN :) 
AHORA SÍ, DISFRUTEN DEL CAPÍTULO :)

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(Esta es una indirecta para vos, Ana. Por lo que pasa en el capítulo (; Ya verás...)


Me arreglé y cuando bajé, mi padre y mi hermano ya estaban listo. Cinco minutos después, bajó mamá. En el auto de papá llegamos a lo que parecía un bar. En un letrero brillante en la parte de afuera se leía "Noche de micrófono abierto". Interesante...

El bar se veía elegante, pero divertido a la vez. Desde afuera era una linda locación con las paredes pintadas de negro con detalles en plateado y blanco. Adentro las luces estaban apagadas, aunque se notaban destellos de colores que se filtraban por la ventana hacia el exterior. Y música. La música se escapaba cada vez que alguien abría la puerta de entrada. Buena música. Me parecía extraño que nuestros padres nos hayan traído a un lugar como éste.

Solo me quedé parada frente al local mirando atenta a todos los que entraban o salían. Confundida, pero alegre. Tal vez no era el lugar al que planeábamos ir. O tal vez si… 

Liam estaba a mi lado, y casi podía sentir su asombro. Una mano se deslizó confortablemente por mi brazo derecho, lo que me obligó a voltearme, y ver a mi madre que nos miraba, como buscando nuestra aprobación. Al lado de Liam estaba mi padre, quien recién había llegado luego de trancar el auto.

-¿Y? ¿Qué opinan? -Preguntó papá. ¿O sea, nos están preguntando qué opinamos sobre el lugar? Me suena a soborno…
-Am… Bueno… -Comencé a divagar. -Es diferente. 
-Si, bueno. Supusimos que estaban artos de los lugares elegantes llenos de viejos, y pensamos que un cambio haría bien… -Esto de que se hayan reunido con sus amigos me encanta. Mamá está más tiempo en casa, papá también, están más amables… Creo que vale la pena bancarme al idiota de Louis por algo así. 
-Si, bueno… Gracias. -Dijo Liam tan confundido como yo. 

Al introducirnos al local, pudimos ver que las mesas estaban distribuidas en mesas altas de bar, con butacas por todas partes, y contra las paredes habían mesas con asientos largos, donde entraban aproximadamente cinco personas de cada lado. Al centro había un escenario, con una pantalla blanca en el fondo, donde se proyectaba el proyector pasando videoclips de las canciones que la gente cantaba. Delante del escenario no habían mesas, sino que el lugar estaba vacío a excepción de gente parada disfrutando del show. Pasando la mirada por arriba una vez más, localicé un par de ojos mirándome fijamente a mi derecha. Marcie estaba parada, con Amber a su lado, y más gente a su alrededor. Por un momento juré que desvió la mirada de mí hacia mi padre, pero descarté la idea, porque definitivamente me veía a mí. 

Aparté mi mirada de la suya con suma rapidez, y la desvié al otro lado del salón, donde pude localizar a los chicos sentado hablando animadamente, y en la mesa de adelante, sus padres. Se ve que éramos los últimos…

al acercarnos me deslicé por el alargado asiento de cuero negro. La decoración adentro estaba igual que afuera. Mismos colores. Liam se sentó en la punta a mi izquierda. A la derecha tenía a Anna, y en frente a Niall.

-¿No se querían tardar un poco más? -Dijo sarcásticamente Niall. -Estaba por morir de hambre. 
-Decíselo a la reina de Inglaterra, que estuvo una hora y media arreglándose para venir. -Respondió mi hermano ironizando la situación mientras se sacaba el abrigo, igual que yo.
-Aunque la mona se vista de seda, mona queda… -Dijo Louis gracioso, diciéndome indirectamente que por más que me prepare, siempre voy a ser fea.
-Entonces te encantan las feas… -Dije sonriendo. -Aunque ya nos dimos cuenta de eso cuando estuviste con Marcie.
-¿¡Estuviste con Marcie!? -Dijo enfurecida Alison. -Tenés suerte de que estés de la otra punta, porque sino mi bebida ya estaría en tu cabeza.

continuamos hablando de idioteces hasta que vinieron a pedir nuestra orden. Pedimos tres pizzas, una con jamón y muzzarela, una margarita, y otra hawaiana. Entre bromas y conversaciones triviales terminamos de comer. Realmente nunca terminábamos de ponernos al día con nuestras vidas. Siempre salía un cuento nuevo, una nueva anécdota, o una nueva idiotez que se nos había filtrado la última vez. 

De repente la música se cortó abruptamente y un chico de unos 25 años subió al escenario y se plantó en el medio con un micrófono. Como por acto de inercia, todos los presentes voltearon hacia él. No era feo, a decir verdad. Era alto, flaco, pero fornido. Tenía una pequeá barba de un día, pero era de esas personas que las barbas le quedaban bien. De las pocas personas, debería decir… Como a Louis… Okey, eso fue raro. Borrado de mi memoria. 

-Buenas tardes, damas y caballeros. ¿Quién está de humor para un pequeño juego? -Toda la multitud gritó eufórica. -Para empezar, necesito dos grupos de ocho a diez personas cada uno que suban al escenario. -Alison y Micki levantaron la mano e incluso se pararon en el asiento para que el chico las notara. ¿Qué? No quiero subir ahí. O sea, yo soy la loca que suele hacer este tipo de cosas, pero no ahora… No cantar. -El grupo de la mesa, arriba. -Ni tuve tiempo para quejarme o protestar sobre esto, que ya tenía a Alison arrastrándome por la multitud de mi muñeca, la cual empezaba a doler gracias a su agarre. ¡Maldita perra! -¿Otro grupo? -Dijo una vez que los diez estábamos sobre el escenario. Marcie y Amber levantaron la mano. Okey, las cosas acaban de empeorar… -Bueno, suban. -Incitó el chico, a lo que ellas subieron, seguidos de un par de personas, más o menos ocho o nueve. Se pararon en frente nuestro. Yo no pienso cantar, gracias. Me miró enarcando una ceja. ¿Qué soy la única pajera que no sabe hacer eso? Dios, tengo que practicar. -Muy bien, tenemos a los dos grupos. El juego consiste en esto. En la pantalla blanca que hay detrás de mí, -Señaló la pantalla donde se proyecta el protector.- se va a proyectar una ruleta. Cada vez que yo active este botón con mi control -Señaló un control remoto que tenía en su mano derecha con un único botón en él. -la ruleta va a girar y va a parar en un tema. Los grupos van a tener que ir hacia el centro donde está el micrófono y comenzar a cantar canciones sobre el tema elegido a Capella. Solo un grupo pasa a la vez, y cuando al contrincante se le ocurra otra canción diferente sobre el tema, correrá hasta el micrófono para poder cantar. Y así hasta que uno de los grupos se quede sin ideas. Reglas del juego: no se puede pasar a otro compañero la canción. El que la sepa, la canta. Y si la canción es de a dos o más, pueden discutirlo, pero si a dos personas se les encuentra hablando, luego ambas tendrán que pasar, o quedan descalificados. ¿Vamos por una demostración? -Todos comenzaron a asentir. -Muy bien. Giro la ruleta y cae en… Canciones sobre drogas. ¡Ahora!

Zayn se apresuró a llegar al micrófono antes que una chica rubia del otro grupo y comenzó a cantar la canción "Young Wild and Free". Antes de que éste terminara, la rubia terminó su corrida hasta el micrófono, echó a Zayn, y comenzó a cantar "Your Love Is My Drug".

-¿Quedó la idea? -Todos volvimos a asentir. No pienso formar parte de esto. -Muy bien. Las canciones no se repiten. El juego consta de cinco rondas. Si un grupo llega a ganar tres rondas antes de terminar, será el ganador automáticamente. Y claro, el premio. Se le obsequia a cada integrante del grupo ganador una tarjeta de débito con cien libras para gastar en donde quieran. -¡¿En cerio?! ¡Si! No hago nada y gano cien libras… Es el dinero más fácil que gané en todos mi vida. -Muy bien… Comencemos. -Apretó el botón nuevamente. -Y la primera categoría es… ¡Canciones de los ochenta! 

Rápidamente un chico castaño de ojos azules, al cual tenía identificado como Noah Waldorf, comenzó a cantar la canción "Hit Me With Your Best Shot". No pasaron ni treinta segundos que saltó Micki a cantar "Like a Virgin". Le siguió Serena, una de las porristas de mi escuela, cantando "Summer of 69'". Serena seguía cantando, y ninguno de nuestro grupo corría al alcance del micrófono. ¿Tan rápido se quedaron sin opciones? ¡Mierda! La rubia terminó su canción y les concedieron el primero round al grupo de Marcie. 

La ruleta volvió a girar y cayó en canciones de rompimiento. Harry corrió hacia el micrófono cantando "When I Was Your Man". Un rubio que ni me reparé en identificar, comenzó a cantar "Not Just You". Liam corrió y le arrebató el micro y comenzó a cantar "Payphone". Amo la voz de Liam Me tranquiliza enormemente. Amber corrió a cantar "So Sick", no sin antes guiñarle un ojo a Liam, claro. Diugh… Canta horrendo. Anna corrió a cantar "Stay", y nada mal, en mi opinión. Una castaña que no tenía ganas de ver quien era, le arrebató el micrófono y comenzó a cantar "Come And Get It", yo ni sabía que esa canción trataba sobre rompimiento. Los chicos se quedaron inmóviles, como pensando. Pero nada venía a su mente. ¿En cerio? ¿De entre todas las canciones que hay de rompimiento no se les ocurre ninguna? Se me podrían ocurrir veinte en este momento. Pero se ve que a ellos no. ¡Piensen, retardados!… Nada. La castaña, que ahora identifiqué bien como Nelly, terminó la canción y se retiró no sin antes sonreírnos cínicamente. Nuevamente, les cedieron la ronda al grupo de Marcie. Una victoria más y estábamos perdidos. Mierda, de verdad quiero ese dinero. Además, no quiero ser humillada por Marcie. 

Siguiente ronda… Canciones sobre secretos. Comenzó Sarah cantando "Teardrops On My Giutar". Luego fue Ali cantando "Got A Secret". Nunca la había escuchado cantar, y la verdad lo hacía estupendo. Ella es como yo, de las que no nos gusta cantar. Pero con esa voz no se por qué se negaba. Yo, sin embargo, rompo todos los vidrios del establecimiento. La canción ya iba por la mitad, y, aplastando nuestras ilusiones de ganar esta ronda, Marcie se aproximó a cantar "Secrets". Nadie de mi grupo se movía. Si perdemos esta ronda, no solo perdemos dinero, sino también la dignidad. El tiempo pasaba, la canción terminaba y nosotros estábamos por perder. Okey, _______, vos podés hacer esto. Es por dignidad, y por un nuevo par de botas. Me encaminé al micrófono, un par de segundos antes de que Marcie terminara la canción. Ahora no hay vuelta atrás. Todo por un nuevo par de botas. Yo puedo. Cerré los ojos y comencé a cantar la canción "Hush Hush". Dios, me sorprende que los vidrios aún no se hayan roto… En el coro, las demás chicas me vinieron a ayudar. Finalmente terminé la canción, y me concedieron la ronda. ¡Sí! ¡Aún no perdemos!

-¿Dónde aprendiste a cantar así, puta? -Me preguntó Angie volviendo hacia los chicos.
-¿Así de mal? Pff… Años de práctica. -Dije sarcásticamente.
-¿Mal? ¿Me estás jodiendo? ¿Qué no viste la cara de Marcie? Boluda, cantás excelente. -Volteé para ver a Marcie, quien efectivamente me miraba fulminándome con la mirada. Bueno, había perdido mi miedo a cantar en público. Eso es un logro en el día… ¿No? Aunque sigo creyendo que canto como la cara de Marcie. O sea, horrible. 

Lan siguiente categoría fue asignada. Canciones sobre amigos. Interesante. Angie se lanzó al micrófono y comenzó a cantar "More Than Friends". Tampoco lo hacía mal… La verdad, todas cantaban bien… Menos yo, claro. Luego del otro grupo pasaron a cantar "Say You're Just A Friend". Entre Anna y Alison cantaron "Oath". Luego entre Marcie y Amber cantaron "I'll Be There For You". Le lancé una mirada a Ali. Con esa mirada, ella sabía a qué canción me redería, y estoy segura de que estaba pensando en la misma. Me mostró el dedo del medio, y se fue hasta el escenario a cantar la canción "Best Friend's Brother", de la cual debo decir no paré de reírme en todo lo que duró la canción. No cabe mencionar que Liam terminó rojo como un tomate. Fue excelente. Justo cuando creímos que ya habíamos ganado, pasaron a cantar "Friends Forever". Genial… Sarcásmo. ¡Tenemos que ganar! Louis a mi lado comenzó a hablarme.

-Decime que te conocés la canción "Lucky", de Bruno Mars. -Me dijo hablando sobre la canción.
-Si ¿Y? 
-Cantala conmigo. -Me pidió sonriendo. ¡Já! Justo…
-No. Esa canción es de a uno… Bruno Mars es solo una persona.
-¿Y? Pensé que podríamos hacer la versión de Glee…
-No way...
-Bueno, que pena. Porque ya nos vieron hablando, y si no pasás a cantar conmigo, me temo que vamos a ser descalificados. -El hijo de puta me tendió una trampa. ¡Conchudo del orto! Suspiré pesadamente y le tomé de la muñeca para avanzar hasta el micrófono. 

Debo de decir que la cara de Marcie fue bien merecida. ¡Claro, olvidé que Louis es la nueva conquista de Marcie! Esto cada vez se pone mejor. Cantamos la canción competa, bajo la mirada asesina de Marcie. Sip, definitivamente valió la pena. 

Buenísimo, vamos empatados. La ruleta comenzó a girar nuevamente de manera virtual y cayó en canciones sobre sexo. Que divertido… Niall se apresuró a cantar "Tonight". Luego pasó alguien del otro grupo cantando "Bitches Love Me". Luego pasó Zayn a cantar "Let's talk about sex". Sinceramente la voz de este pibe me enloquece. Es genial. No llegó a cantar mucho, ya que Noah pasó a destronarlo, cantando "Feels like the first time". Liam se me acercó.

-¡Vamos! -Dijo cinchándome hacia el micrófono. Pero lo frené antes de que llegáramos.
-¡No! ¡No quiero hacer el ridículo otra vez! -Le dije a la mitad de la canción de Noah. 
-¿Ridículo? Ridícula tu acusación. 
-¡Liam! -Protesté poniendo cara de perro.
-Es rap, ¿Okey? ¡Dale! -Finalmente le permití conducirme hasta el micrófono, pero ni sabía que canción íbamos a cantar. Por suerte, ante mi mirada de confusión, me dijo al oído "High School"

Comencé a cantar la parte de Nicky Minaj muy felizmente. Esa canción me encanta. Luego Liam siguió cantando. Increíblemente ninguno del otro grupo se movió. Y finalmente terminamos de cantar la canción. Luego de anunciar que ganamos, comenzamos a saltar y a festejar, bajo la mirada furiosa de Marcie. ¡Woho! Somos geniales. 

Muy astutamente, avisamos a nuestros padres que de inmediato nos queríamos ir del lugar. Sino de seguro Marcie nos iba a venir a cagar a puteadas, a mí sobre todo, y no tenía ganas.

Cada uno volvió a su casa. Yo, por mi parte, me fui a dormir a mi habitación. Pero no llegué ni a acostarme cuando la puerta de mi habitación se abrió de par en par. 

-¿No querías cantar pero tenías esa voz? ¿Es joda? -Dijo mi hermano tirándose a mi lado en la cama.
-¿Qué voz, pancho? Canto peor que Amber.
-No creo que nadie cante peor que Amber. -Ambos reímos. Wow, si que cantaba mal. -De todas maneras te equivocas. Cantás excelente, hermanita. 
-Si vos decís. -Dije volteándome para poder dormir, pero pronto lo tenía mirándome a la cara por sobre mi cuerpo.
-En cerio. Creeme. -Insistió. Yo solo quiero dormir. Son la una y media de la mañana y mañana tenemos clase…
-Liam, quiero dormir. Lo de esta noche no se va a volver a repetir. Te lo prometo. Ahora callate la boca y dormite. -Apagué la lámpara de la mesa de luz y cerré los ojos.
-¿Aún no me creés?
-¡Liam!
-¡Respondeme!
-No. No te creo. ¿Podés dormite ahora?
-No.
-Problema tuyo.

Siguió molestándome hasta que finalmente yo me quedé dormida. 

A la mañana siguiente me desperté gracias al despatarrado de mi hermano, que prácticamente estaba desparramado por toda la cama, dejándome un mínimo espacio a mí. Comencé a empujarlo y a tratar de correrlo, cuando se me ocurre mirar el reloj. ¿¡Ocho menos veinte de la mañana!? ¡Mierda! Entramos en veinte minutos y nosotros ni nos despertamos. 

Liam se despertó gracias a mi grito.

-¿Qué sucede? Maníaca… -Dijo rascándose la cabeza mientras bostezaba.
-Nada, que la maníaca se acaba de dar cuenta que son las ocho menos veinte de la mañana, y nosotros seguimos acostados. -Sus ojos se abrieron enormes y se sentó de golpe en mi cama.
-¡Mierda! -Se paró de mi cama y corrió hacia su cuarto. 

Lo primero que hice fue agarrar mi celular y mandarle un mensaje a Ali. "Running late. Catch up @ school. Ly. Xx :)" (Vamos tarde. Nos encontramos en el colegio. Te amo. Xx :)) Luego me vestí lo más rápido que pude, me peiné ahí por arriba, y me lavé los dientes. Quedé así:



Luego corrí escaleras abajo donde Liam ya me esperaba, y me gritaba desde el umbral de la puerta. Corrimos hasta el auto y para cuando nos subimos eran las ocho menos cinco. En cinco minutos no llegamos ni a palo a clase. No a tiempo, por lo menos. 

En el auto aproveché para maquillarme un poco, ya que ni de eso me había dado tiempo. Llegamos al colegio ocho y diez. Diez minutos tarde. Genial… Por suerte teníamos música, con el resto de los chicos, y aunque la profe me odia, no creo que me haga mucho drama por llegar tarde. 

Cruzamos la puerta de la sala de música. Era una sala normal, que en vez de bancos tenía sillas solas, y en el frente tenía un pequeño escenario. Me paré en la puerta para recuperar el aliento, igual que mi hermano. Habíamos corrido desde el estacionamiento. 

-Llegan tarde. -Dijo con mala cara la profesora. Sip, no le agrado mucho porque desde hace cuatro años que nos conocemos, y siempre me rehusé a cantar para ella. Paso la materia porque suelo hacerle los coros a Liam, o a Harry. Pero nada que involucre usar mi verdadera voz. Igual Ali.
-Me di cuenta. -Dije yo, aún exhausta. Liam golpeó mi brazo. -Bruto. -Dije en voz baja solo para que él me escuchara.
-Lo lamentamos, señorita. Es que la alarma no sonó… -La profesora suspiró antes de contestar.
-Última vez. Siéntense. -Fuimos a sentarnos en los únicos dos lugares vacíos. Estaban juntos. Uno en la punta, y el otro al lado de Anna.
-Gracias por guardarnos el espacio. -Dije en voz baja dejando mi bolso a un lado. -¿Por qué Anna está roja? -Pregunté al ver que la castaña derramaba sangre por las mejillas de lo sonrojada que estaba. Las demás chicas comenzaron a reír en voz baja. Solo se escuchó un "cállense" de parte de Anna, antes de que la profesora retomara su clase.
-Como les estaba diciendo antes de ser interrumpida, se van a poner en grupos, no más de seis, no menos de tres, y van a escribir una canción. Tiene que ser original. Puede ser de lo que ustedes deseen. Tienen hasta el jueves de la semana que viene para terminarla y mostrarla a la clase. 

Todo el resto de la hora estuvimos hablando de las presentaciones. Armando los grupos, y comenzando con el trabajo. Como era predecible, yo terminé con mis cuatro amigas. 

Luego de esa hora, tenía debate. Esa clase la compartía con Anna y con Harry. Dejé las cosas en mi casillero, luego acompañé a Anna al suyo, que no quedaba muy lejos, y luego fuimos al aula de debate. Aún quedaban no había mucha gente, pero inmediatamente sonó el timbre, y el salón comenzó a llenarse. 

-¿¡Ves de lo que te hablo!? -Dijo Anna, en voz baja, señalando con la cabeza a Harry, que tenía a Serena en su falda.
-Creía que hablábamos de la rebaja de Top Shop, Annie. -Dije riendo, mirando hacia donde ella lo hacía.
-¡Agh! Es que… Me enojo conmigo misma. ¿Entendés? -Yo negué lentamente con mi cabeza y sonreí. -Hoy de mañana me dio un beso en la mejilla, y casi me explotan los cachetes. ¡Un beso en la mejilla! Soy una pajera, boluda. ¿Desde cuándo me sonrojo por eso? Y después el pendejo se come a otra, y yo quedo como una estúpida. No, no quedo como una estúpida. Soy una estúpida. Me odio. -Dijo luego de esconder su cabeza entre sus brazos sobre la mesa. La profesora entró a clase tan desaliñada como de costumbre y comenzó a escribir en el pizarrón. 
-Ann, Harry es así. De verdad me gustaría darte algún consejo sobre que va a mejoras, pero no hay nada bueno que decir sobre él. Porque es Harry Styles. 
-Lo decís como si fuera Chuck Bass. -Dijo graciosa levantando el rostro y abriendo su cuaderno para empezar a copiar lo que la profesora estaba escribiendo.
-No le vendría mal ser como Chuck. La personalidad la tiene. Ahora solo le falta enamorarse perdidamente de alguien. Y cuando eso pase hago una fiesta en honor a la chica.
-Yo contribuyo. -Dijo riendo levemente. 
-Solo caíste en el hechizo de toda aquella que no conozca a Harry. Pensá que es como Chuck. Simplemente, no te ilusiones. No lo vale. -Dije mirando hacia el frente y copiando el pizarrón.
-Creía que era tu mejor amigo. -Me dijo de la misma manera.
-Lo es. Y por eso te lo digo. 

El resto de la mañana pasó bastante normal. En la tarde solo teníamos una hora de baile, y dos de historia. Bueno, yo tenía. No se los demás. Se que baile tenemos todos juntos. Pero después no sé.

Antes de que termine el almuerzo, pude alcanzar a hablar con Harry. Por más que Annie medio que prometió abstenerse a Harry, éste puede ser muy manipulador. Así que prefiero aclararlo con él…

-Hazz, ¿podemos hablar? -Pregunté más que nada mirando a Serena, quien me miraba con cara enfadada. Lo bueno que tiene Harry es que conmigo al menos es leal. Me prefiere a mí que a cualquiera de sus citas. O sea, en el sentido de la amistad. Puede estar en la casa de una chica extremadamente linda a punto de tener sexo con ella, pero si yo lo llamo que tengo una emergencia, deja todo para ayudarme. El asintió y Serena se fue resignada.
-¿Todo en orden? 
-Si… -Dije acomodándome la correa de mi bolso.
-Bueno, no parece. Te vestiste como una moribunda esta mañana. -Emití una pequeña risa y lo golpeé en el hombro. Simplemente había agarrado lo primero que había en mi ropero, ni tuve tiempo de preparar bien todo.
-Imbécil.
-Okey, ¿Qué pasó? -Preguntó parando de reír.
-Es Anna… -Dije en un suspiro.
-¿Anna? ¿Qué con ella? -Preguntó confundido, mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba contra los lockers.
-Se que estuvieron el sábado. -El pestañeó dos veces seguidas, indicándome que continuara. -Con ella no, Hazza. -Dije finalmente.
-¿Por? -Preguntó a punto de hacer un berrinche en el medio del pasillo.
-Para empezar, si Louis se entera de esto, te mata. Y además, ella no te conoce. Y no es como las demás chicas con las que estás… Si seguís jugando con ella, la vas a terminar lastimando. Y no podemos arriesgarnos a eso. Porque si ustedes se llevan mal, el grupo entero se deshace. -Comencé a jugar con las mangas de mi buzo.
-Vos te llevás para el culo con Louis y aún así el grupo sigue unido. -¿Tanto así quería estar con Anna? ¿Por qué tanto empeño, Styles…?
-Si, pero es diferente. -¿Cómo es que en una pequeña conversación ya nombramos a Louis dos veces? -Louis y yo nos odiamos desde antes de nacer, y estamos acostumbrados a eso. -Háganlo tres. -¿Te imaginás lo incómodo que sería vos y Annie? 
-Yo soy así, Hazel. No voy a cambiar por eso. -Me dijo tiernamente. Aw, amo cuando me dice Hazel. No me resisto a sus ojos cuando lo hace. 
-No te pido que cambies, Hazz. Solo que no seas Harry Styles con Anna.
-Bueno, desde ahora en adelante soy Víctor Hugo con Anna. -Dijo gracioso mientras pasaba un brazo sobre mis hombros.
-Que pedazo de pajero que sos. -Ambos reímos y partimos al aula de Baile.
-No teníamos una charla seria desde la de los cinturones, el primer día de clase. -Dijo sin dejar de caminar.
-Esa no fue una charla seria, Harry.
-Pero debería de serlo. Aprender a sacar con rapidez un cinturón es de suma importancia en la vida. -Habló serio, como si fuera un candidato a presidente dando su discurso.
-Basta. -Dije riendo y sacando su brazo de mis hombros. -No voy a tener esta conversación de nuevo contigo.

Caminamos hasta la sala de baile. El timbre aún no había sonado, así que cuando entramos estaba solo la profesora. Corrí a abrazarla. Era mi profesora favorita. Me conoce desde que tenía nueve años. Antes era profesora de la parte de la escuela, pero justo en el año que yo pasé al liceo, a ella la promovieron para enseñar a los de preparatoria. Así que me conoce mejor que cualquier profesor de este colegio. Obviamente me devolvió el abrazo.

-_______, ¿Cómo estás? Te extrañé durante el verano, ¿Sabes? -Dijo con su adorable acento australiano. 

La profesora Steele era rubia. Pero ese rubio que parece de playa, solo que lo tiene durante todo el año. Sus ojos son grandes y azules. Físicamente es muy hermosa. La mayoría de chicos se siente atraída por ella, puesto a que tiene solo veinticinco años. Pero hace un año se comprometió, así que quedó completamente fuera de límite para los chicos. Aunque no creo que le hubiera dado cabida a ninguno. Aunque corrió un rumor hace dos años de que Noah Waldorf había conseguido una oportunidad… Pero nunca me atreví a preguntar si era cierto. 

-Aw, lo se. Soy un ser extrañable. 
-Y un ser egocéntrico, también. -Respondió Harry detrás de mí, babeando por la señorita Steele como de costumbre. 
-Harold, ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? -Noté como Harry se molestaba levemente por el hecho de que la profesora lo hubiera llamado "Harold", pero al ver como su sonrisa se ensanchaba, solo se relajó.
-Muy bien, señorita Steele. ¿Y las suyas? -Preguntó educadamente mi mejor amigo.
-Excelentes, gracias por preguntar. 

El timbre que anunciaba el fin del almuerzo sonó, y pocos minutos después la sala se llenó con aproximadamente veinte adolescentes. Ali corrió a abrazar a la profesora, quien también le devolvió el abrazo.

-Bueno, veo caras nuevas este año. Bastantes, a decir verdad. -Les dio una reconfortante sonrisa a todos, mientras Alison volvía a su lugar. -Mi nombre es Eleanor Steele, pero pueden llamarme Eleanor, o Elle. O, si quieren seguir el ejemplo del señor Styles, pueden llamarme señorita Steele. Solo traten de que no suene tan vulgar como lo hace cuando sale de su boca. -Toda la clase comenzó a reír. Me agradaba Eleanor porque era joven, y graciosa. Y sí que sabía conectarse con sus alumnos. Era alguien que irradiaba confianza. Y eso me agradaba. Harry solo asintió mientras sonreía ampliamente. -Para empezar me parece bien explicarles más o menos mis métodos de enseñanza. Para empezar, bailar no es simplemente una materia, es una manera de hablar, de comunicarse, de expresarse sin usar palabras. Hay que bailar con el corazón. Suelo elegir un tipo de música diferente cada clase, y si es necesario utilizar más de una clase para una coreografía, se usa. Para bailar siempre les voy a pedir que se vistan acorde con el estilo de música que bailamos. Es simplemente una manera de meterse en el personaje. En esos dos vestidores, -Señaló las dos puertas contiguas que habían en un lado de la clase. -Y ven ese amoroso cartel que hay en el medio, cortesía de la feminista señorita Payne, -Sonreí alegremente. El cartel decía "Men go left, because women always are right" (Los hombres van a la derecha, porque las mujeres siempre están a la izquierda. Lo que pasa con esto es que en inglés "right"significa derecha y correcto. Entonces de alguna manera dice que las mujeres siempre están correctas.) -indica que a la derecha van los hombres y a la izquierda las mujeres. Al parecer los chicos se pasaban confundiendo de vestuario y terminaban en el de chicas. -Dijo sarcástica, ya que era obvio que lo hacían por gusto. Nuevamente se escuchó una carcajada proveniente de la clase. -Muy bien, ahora todos a los vestuarios. En las perchas van a ver conjuntos de ropa que quiero que se pongan. ¡Vamos! -Todos entraron a los vestuarios riendo.

Estuvimos bobeando lo que quedaba de la hora. Nos habíamos puesto conjuntos para bailar flamenco, pero eso fue lo que menos hicimos. Ni la profesora tenía ganas de bailar. Terminamos en una ronda, con esos escandalosos vestuarios, hablando sobre nuestro verano. Pero nos hizo prometer que la siguiente clase íbamos a trabajar sí o sí. Al terminar la hora, todos nos volvimos a poner nuestra ropa, y salimos al pasillo.

-¿Vamos, Louis? -Dije en un bostezo. Ambos teníamos historia. Estaba lista para llegar a mi casa y dormir la siesta de mi vida. 
-¿A un telo? -Preguntó enarcando una ceja.
-Si, Louis. A un telo. -Dije sarcásticamente, cinchando su brazo. Lo menos que quería era llegar tarde, y hacer enojar a la señora Wright. 

Al llegar casi todos los asientos estaban ocupados. Fui a uno en la fila del medio, pero contra la ventana. Y como era de esperarse, Louis se sentó a mi lado. 

-¿Qué es eso de lo que todo el mundo habla? El Lock In, o algo así. -Preguntó sacando un cuaderno y una lapicera. 
-Es algo que se hace todos los años, para los de bachillerato. O sea, nuestra generación, y una menos. El año pasado fuimos solo Liam, Harry y yo, porque Alison aún no podía ir. Solo te encierran en el liceo, y prácticamente te dicen que te manejes como puedas, y sobrevivas a una noche en el colegio. Si me agradaras te recomendaría que no te durmieras cerca de Charlie Pitterson. -La señora Wright entró en el aula, vestida con uno de sus escalofriantes trajes grises. Debe de tener una colección completa de ellos con una etiqueta para marcar cuál es para cada día… 
-Gracias por la data. La voy a tener en cuenta.

-No, no la tengas. -Sentí como sonrió a mi lado, mientras la clase quedaba en completo silencio. 

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Prometido, y cumplido mis amoressss. Las amo a todas!!! 

Juliii :)

Capítulo quince: "Juliet".

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-¿Qué es eso de lo que todo el mundo habla? El Lock In, o algo así. -Preguntó sacando un cuaderno y una lapicera. 
-Es algo que se hace todos los años, para los de bachillerato. O sea, nuestra generación, y una menos. El año pasado fuimos solo Liam, Harry y yo, porque Alison aún no podía ir. Solo te encierran en el liceo, y prácticamente te dicen que te manejes como puedas, y sobrevivas a una noche en el colegio. Si me agradaras te recomendaría que no te durmieras cerca de Charlie Pitterson. -La señora Wright entró en el aula, vestida con uno de sus escalofriantes trajes grises. Debe de tener una colección completa de ellos con una etiqueta para marcar cuál es para cada día… 
-Gracias por la data. La voy a tener en cuenta.
-No, no la tengas. -Sentí como sonrió a mi lado, mientras la clase quedaba en completo silencio. 


El resto de la semana pasó bastante rápido. La gente no paraba de hablar del Lock In. La verdad es que a mi no es que me emocionara así de tanto. Debe de ser porque la otra vez quedé más sola que Ruth, la tía de Ali y Harry que nunca se casó. Pero supongo que ahora que Alison puede ir, y que además están las demás chicas, va a ser más divertido. Bueno, o eso espero. 

Antes de ir, fuimos Anna, Ali y yo hasta un lugar de comida rápida a buscar provisiones para la noche. Mientras nos traían el pedido, que por cierto era ENORME, me propuse hablar para matar al tiempo.

-Ali, ¿Mañana no tienen que ir al country? -Pregunté sentándome en las butacas rojas de cuero de la barra.
-No, es el sábado que viene.
-¿El country? -Preguntó Annie, imitándome a mi lado.
-Si, es un club de gente cheta al que van Harry y Ali. -Dije restándole importancia, y girándome hacia donde estaba Ali, o sea parada justo frente a Annie y a mí.
-Se hace un sábado por mes. -Continuó explicando Ali, ignorando mi comentario sobre la gente "cheta". -Desde las diez de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde. Harry juega polo, y esas cosas… 
-Suena un poco aburrido… -Dijo Annie mirándome, para comprobarlo. Pero yo nunca había ido, así que no sé si lo es o no. Aunque supuestamente esa es una de las tantas razones por la que Harry y Ali nos recomiendan -prohiben- ir.
-Bastante. Tenemos que fingir que somos decentes. -Me reí por el último comentario de Ali. Siempre me imaginaba a Harry en una de esas reuniones. Siendo el chico bueno, agradable, y educado que nunca fue en su vida entera. -Pero ya estoy acostumbrada. Vamos desde antes de nacer… 
-¿Y no se pueden librar de eso? O sea, dejar de ir. -Poreguntó Anna. Alison negó con la cabeza.
-No. Mi abuela es una de ellos, y cuando mi madre se casó con mi padre, quedaron ligados a ir, y cuando nacimos nosotros… Bueno. Se entendió el punto. -Explicó Alison.
-Creí que tu abuela estaba loca. -Dijo Annie, riendo.
-Si, esa es la madre de mi madre. La madre de mi padre cree andar en los treinta. -Volvimos a reír.
-Pará. -Dije frenando abruptamente nuestra cadena de carcajadas. -El viernes que viene es el baile de comienzo de clase. No te podés perder ese baile, Ali. -Dije haciendo un puchero. Ella suspiró.
-Otro sábado más de ir prácticamente sin dormir… -Se rindió.
-Esperen, ¿Baile de comienzo de clase? -Preguntó Annie sintiéndose fuera de la conversación. 
-Es de nuestro bailes favoritos. -Comenzó a explicar Alison. -Es de máscaras. 
-¿Máscaras? Me gusta… -Dijo sonriendo. ¿Qué estará pensando esta turra?…

Nos entregaron nuestra comida en un total de seis bolsas gigantes, llenas de hamburguesas y papas fritas. Otros se iban a encargar de cualquier tipo de comida extra, como galletas o sándwiches, y de las bebidas. Fue raro pasar de comprar para cuatro, a comprar para diez. Pero me gusta. Mucho.


Todos ya estábamos dentro del colegio, y las puertas estaban por cerrarse. Cuando eso pase, nadie iba a poder entrar o salir del liceo hasta las diez de la mañana del día siguiente. 

Tengo que admitir, que fue diez veces mejor que el año pasado, en el que pasé toda la noche jugando con mi celular. Y que suerte que es así, porque ahora mi celular con suerte manda mensajes. Dios, necesito un nuevo celular urgente. 

-Espérenme. Ya vuelvo. -Le dije a las chicas, y me encaminé hacia el baño de chicas, sin siquiera esperar una respuesta. 

-Fin de su narración.-

-Narración omnisciente.-

Lo cierto es que ninguna de las cuatro chicas se había percatado de su desaparecida amiga, y siguieron caminando. Cuando _______ salió del baño, se encontró sola en un pasillo llena de gente. Irónico, ¿No?

Comenzó a caminar sin rumbo alguno, para ver si podía localizar a sus amigas. Intentó llamarlas, pero su celular se había quedado sin batería. Un minuto después reconoció a cinco chicos juntos contra los lockers en un pasillo bastante desolado, comparado con el resto. La chica caminó decidida hacia ella, logrando que el sonido de sus pisadas contra el piso alertara a los cinco amigos de su presencia. 

-Perdí a las chicas, ¿puedo juntarme con ustedes? -Preguntó la castaña a sus amigos que la miraban desde el suelo.
-¿Por qué no las llamás? -Preguntó Liam.
-Mi celular se quedó sin batería.
-Qué oportuno… -Susurró el más grande de los Tomlinson, pero _______ decidió evadir tanto su comentario, como su cara de asco.
-¿A sí? ¿No que a esos ladrillos les dura como un mes la batería? -Comentó Niall, claramente burlándose de su amiga.
-Si, pero hace como cuatro días que no lo cargo. -Dijo en un suspiro. -¿Puedo? -Insistió pestañeando reiteradas veces para tratar de convencerlos.
-Es que… Estábamos teniendo una conversación algo… ¿Privada? -Respondió temeroso Zayn. Temía a que _______ reaccionara de la manera equívoca. 
-No hay problema. -Respondió ésta, sacando su IPod del bolso. -Puedo escuchar música. -Los cinco intercambiaron miradas nerviosas, y _______ no pudo evitar pensar qué era esa cosa tan "privada" que no querían que escuchara. -Solo no quiero tirarme en un rincón sola. Puedo jugar con el pelo de Harry, y con mi música me entretengo. En algún momento las chicas vendrán a buscarme. No aguantan mucho sin mí.
-Okey. No hay problema. -Harry fue el primero en hablar. 

La pequeña Payne muy feliz tiró el bolso a su lado antes de sentarse apoyando su espalda contra el frío metal de los casilleros color rojo. El ojiverde no tardó mucho en acostarse apoyando su cabeza sobre las piernas de _______.

-Ponete cómodo. -Dijo irónica la castaña. El chico solo sonrió y se volteó hacia los demás, aún con la cabeza en su falda.

_______ puso su IPod en shuffle, se enchufó los auriculares y antes de que siquiera pudiera pensar en algo, la melodiosa voz de Ed Sheeran invadía su mente. 

Ella siempre tuvo una debilidad secreta por los pelirrojos. Los creía especiales, únicos. Y debe de ser porque no hay muchos de donde escoger. Pero no solo por eso. Su abuela materna era pelirroja. Pero pelirroja onda naranja fuego. Incluso su pelo al sol se le podían ver destellos naranjas. Y el recuerdo que ella tiene de su abuela es asombroso. Su abuelo tenía el pelo color negro y los ojos verdes. Al igual que su abuela. De ahí salió su madre, castaña de ojos verdes. Por parte de su padre, su abuela era rubia de ojos marrones. Y su abuelo era castaño de ojos marrones, también. No cabe recalcar que su padre tiene los ojos castaños, y el cabello muy similar al color de Liam, un poco más oscuro, tal vez. Y ella es una mezcla de todo. Su color de ojos es una mezcla clara de los ojos de su madre y los de su padre. Miel y verdes, aunque suelen variar. A veces más verdes y a veces más mieles. Su pelo es una mezcla de su padre, su madre y sus abuelas. Es castaño claro, con varios reflejos naturales rubios. Y al sol se ve un poco pelirrojo, y todo. Pero hay que mirar con atención. Y eso es lo que le gusta a ella. Ser especial, única. A muchos chicos les gustaría una rubia de ojos azules, pero de esas ya hay varias. Sin embargo, ella era rara, pero en el bueno sentido. Y esa era la razón por la que llamaba tanto la atención de los chicos. 

Aproximadamente quince minutos después, los chicos comenzaron a tratar de llamar la atención de la pequeña -no tan pequeña- hermana de Liam; pero no fue hasta que Harry cinchó violentamente de uno de sus auriculares que la chica tomó conciencia de su recado. 

-¿Auch? -Dijo parando la música y quitándose el potro auricular.
-Lo lamento. No nos escuchabas. -Dijo mirándola desde su falda con una sonrisa que dejaba ver sus hoyuelos. Dato que, vale la pena recordar, le puede a la chica.
-Ajá. -Respondió obvia. -Se suponía que ustedes hablaban de "temas de chicos" y yo escuchaba música. Creí que ese era el acuerdo…
-Si, pero queremos hacerte una pregunta… -Dijo Niall.
-Okey… ¿Qué pregunta? -Preguntó extrañada _______.
-¿Qué quieren las mujeres? -Se apresuró a preguntar Zayn.
-Wow… Eso es una pregunta algo extensa, ¿No les parece?
-Lo que Zayn quiso decir, es que… Es difícil entenderlas. -Comenzó a decir su hermano. -Cuando dicen no, es sí, cuando dicen sí, es no. Cuando dicen que todo está bien, está mal. Y, queremos saber cuál es su causal, así podríamos entenderlas…
-Okey, para empezar, uno no simplemente se "propone" entender a las mujeres. Porque es imposible. -Dijo convencida la pequeña Payne.
-¿Podríamos intentar? -Respondió esperanzado su hermano.
-Aunque quisiera, no puedo. Es como que las mujeres hacemos un pacto al nacer, de no decirle a los hombres cómo entendernos, porque eso les haría el hecho de conquistarnos diez veces más fácil. -Contestó graciosa la chica, mientras aún jugaba con el cabello de su mejor amigo. Pero ante las miradas de los demás demostrándoles que verdaderamente no era gracioso, se rindió. -Es todo cuestión de entender qué ánimo tiene cada chica ese día. Y les digo que todas nos recibimos de bipolares. 
-¿Tenemos cara de adivinos? -Preguntó Louis tratando de hacerla enfadar.
-No, pero me encantaría meterte en una lámpara mágica. -Respondió ella, refiriéndose a dejarlo encerrado ahí para que ya no moleste.
-Y a mí me encantaría cumplirte todos los deseos… -Dijo con una voz ronca muy sexy, mientras le guiñaba un ojo a la castaña.
-Mi deseo es que desaparezcas de mi vista… -Él sonrió ampliamente, suponiendo con la mirada algo tan depravado que su querida lectora no va a poner porque se pasó un poco con las depravaciones hace dos capítulos. - ¡Sos un asco! -Exclamó ella horrorizada por su indecencia. -¿Saben qué? -Dijo parándose y agarrando su bolso del suelo. -Es imposible entender a las mujeres. Solamente regálenles helado. El helado soluciona todo. 

Dicho esto partió pasillo abajo en busca de sus amigas, mientras escuchaba como los chicos le echaban la culpa a Louis por ahuyentar su única oportunidad de entender a las mujeres. Simplemente ella no entendía por qué Louis era así. A veces era lindo, a veces un idiota, y a veces daban ganas de partirle una silla en la nuca. 


Ya habían pasado cinco días desde el Lock In. No había pasado nada más interesante luego de esa charla. Era miércoles, y solo faltaba una hora para poder irnos, y estaba emocionada porque íbamos a comprar los disfraces para el baile del viernes. Y todo lo que tenga que ver con comprar me emociona. Nos tocaba Francés, con Miss Jocelyne. Una francesa exiliada a Inglaterra, baja de estatura, con cabello castaño, siempre recogido en un moño bajo, ojos grandes y marrones, y lentes que solían resbalarse por su pequeña y delicada nariz. Pero por suerte me tocaba la clase con Annie, Harry y Louis. Decía lo de suerte por Annie y Harry… Mala suerte que me toque con Louis. 

Al entrar pude divisar a Miss Jocelyne escribiendo de espaldas en el pizarrón. Llevaba su típico traje imitación Channel de mil novecientos veinte, color azul oscuro con rallas. Tiene de todos los colores creo. Es nueva. Antes estaba Adrianne, pero ella se volvió a Francia antes de que iniciara este año. Así que ahora tenemos a Jocelyn. No hablo en sus clases. Siquiera presto atención. Solo me dedico a dibujar los bordes de mi cuaderno, y escribir frases de canciones estancadas en mi cabeza. Pero por lo poco que presté atención, era algo severa… 

-¿Me estás escuchando? -Me preguntó Annie, mientras nos sentábamos juntas en segunda fila.
-Sip. Me decías que querías aprender otro idioma. ¿Por qué no francés? -Pregunté sacando mi cuaderno y una lapicera de mi bolso, que ya estaba en el piso junto a mi silla.
-Porque es muy difícil. Estaba pensando en español… 
-El español es diez veces más difícil. Creeme.
-Bienvenue, classe. Aujourd'hui, nous pratiquons vocabulaire. Commençons par vous, Miss Fairchild. Proposer un sujet. -Comenzó a hablar, jurando que todos en la clase le entendían, sin saber que realmente solo un par lo hacían. Vanessa, la chica a la que le había hablado la miró confundida. La verdad Vanessa era una chica muy linda, su tez era bronceada naturalmente, y tenía unos hermosos ojos grises, que resaltaban en su cara. -Proponga un tema. -Dijo finalmente Jocelyne con un fuerte acento francés en sus palabras. 
-¿Les hommes? -Dijo algo dudosa, de si lo había dicho bien o no. Está claro por qué propuso el tema. Todos saben a esta altura que Miss Jocelyne es extremadamente feminista, y no hay tema que le interese más que ese. _______ se distrajo dibujando en su cuaderno mientras la profesora de francés no paraba de hablar sobre los hombres, y lo inútiles que eran. Rutinario, se podría decir.
-Miss Payne, pourriez-vous donner votre avis sur le sujet? (Señorita Payne, ¿Le gustaría dar su opinión acerca del tema?) -Le preguntó a la castaña, que inmediatamente abandonó sus dibujos de múltiples corazones en la parte de arriba de su hoja para poder hablarle. 
-Oui? (¿Si?)-Respondió ésta dudosa. 
-J'entends (La escucho)-Era claro que solamente le llamaba la atención porque no estaba prestando atención a su clase… 
-Eh bien ... Les hommes sont simples. Je sais que je dis toujours que les femmes sont le «sexe faible», mais il est clair qu'ils sont. Parce que les femmes peuvent se présenter comme les faibles, pour obtenir ce que nous voulons. Nous sommes manipulatrice, et les hommes sont manipulés. Nous sommes en mesure de leur faire croire ce que nous voulons croire. Ils croient qu'ils ont le contrôle, mais n'en ont pas. (Bueno... Los hombres son sencillos. Sé que siempre dicen que las mujeres somos el "sexo débil", pero claramente son ellos. Porque las mujeres podemos hacernos pasar por las débiles, para conseguir lo que queramos. Somos manipuladoras, y los hombres son manipulables. Somos capaces de hacerles creer a ellos lo que nosotros queramos que crean. Ellos creen tener el control, pero no lo tienen.) -La profesora Jocelyne sonrió abiertamente ante la respuesta. Muy extrañada, también. Nadie se imaginaba que hablara tan bien el idioma… Pero una chica siempre tiene sus secretos. 
-Je suis d'accord avec vous. (Concuerdo con usted) -Y luego se volteó a seguir escribiendo en el pizarrón.
-¿Dónde aprendiste a hablar así francés? -Le preguntó en un susurro Anna.
-Tuve un tutor… -Dijo felizmente mirando hacia el frente. -Planeo viajar a Francia próximamente. Y cuando digo "próximamente" me refiero a cuando consiga convencer a mis padres de ir.
-¿Aprendiste francés voluntariamente? ¿Pero con quién? -Preguntó de la misma manera, pero la respuesta no tuvo que ser respondida…
-Je ne suis pas d'accord. Les hommes sont clairement les pouvoirs en place dans une relation. Les femmes peuvent penser ce qu'ils veulent, mais nous réquisitionner. (Yo no estoy de acuerdo. Los hombres son claramente los que mandan en una relación. Las mujeres pueden pensar lo que quieran, pero nosotros comandamos.)
-¿Harry? ¿Harry fue tu tutor? -Preguntó algo sorprendida. 
-Sip. Tiene familia en Francia, ¿Te acordás? Va todos los años alrededor de abril, o mayo a pasar unos días allá. 
-Puedo enseñarte, si quieres. -Dijo Harry, dándose vuelta en su asiento para quedar enfrentado a Annie, mientras Louis lo imitaba, quedando en frente de la castaña, quien se enojó porque Harry la desobedeció.
-No, gracias. Creo que puedo encontrar a alguien más. -Dijo Annie con una sonrisa. Al menos ella si obedece… A todo esto, Miss Jocelyne estaba enfrascada escribiendo frases útiles en el pizarrón, las que claramente se le caía un huevo copiar. 
-Yo también se cosas que puedo enseñar… -Dijo Louis subiendo ambas cejas hacia la castaña.
-Y estoy segura de que Marcie estaría encantada de aprenderlas. -Habló con la misma sonrisa que tenía Annie en su rostro. 
-¿Celosa? -Preguntó sin quitar su sonrisa.
-Aw, eso quisieras, cariño. -Dicho esto, volvió la concentración a su cuaderno y a sus garabatos infantiles. 

-Fin de la narración.-

-Narras tú.-

La condenada hora de Francés terminó, y por fin nos reuniríamos con las chicas para ir de compras. Pero antes tenía que pasar por mi locker. Annie me acompañó, puesto a que yo la había acompañado hasta el suyo segundos atrás. Cuando deposité todos los libros en él, y saqué los que precisaría para los deberes, cerré el locker, encontrándome con una cara que hace bastantes días no veía…

-Llevo buscándote toda la semana. -Dijo él recostado contra el locker. Estaría de más decir que yo llevo evitándolo durante toda la semana. Pero solo me limité a sonreír cínicamente.
-Sean. -Dije en forma de saludo, lo más cortésmente que pude. 
-Estuve pensando que nunca tuvimos esa cita, y pensé que podíamos ir a tomar algo ahora. -Su sonrisa se ensanchó descaradamente.
-Lo lamento, pero tengo que salir con mis amigas. -Agradecí el hecho de que así fuera. Verdaderamente ya no tenía ganas de salir con él, luego de su pelea con Harry.
-¿Qué tal mañana? 
-Okey. Pongámoslo así. -Me acerqué a él. -Sean, no quiero salir contigo. -Le sonreí y lo rodeé para seguir de largo, con Anna a mi lado. Pero su mano alrededor de mi brazo me lo impidió.
-Si es por lo de Styles, él empezó. -Me sujetaba el brazo tan fuerte que sus dedos se iban tornando blancos, y mi piel bajo ellos roja.
-Yo estaba ahí, no trates de mentirme. -Me defendí tratando de zafarme de su agarre. -Y no, no es por lo de Harry. Es porque estás loco. -Dije resignada, sin conseguir nada más que un agarre más fuerte se ejerciera sobre mi brazo.
-¡Soltala! -Exclamó Anna indignada. Pero la frené. Sean no me asusta. Puedo controlarlo.
-¿Cómo podés decir que estoy loco si ni siquiera saliste conmigo? -Preguntó indignado. Yo se lo que le sucede. Hay una sola cosa que Sean odia más que el hecho de que una chica lo rechace, y es que lo deje en ridículo mientras lo hace. Y es una pelea continua entre Harry y él, en la cual Harry suele ganarse a todas las chicas. Incluyéndome. Y otra cosa que odia Sean es perder. 
-No se, ¿tal vez el hecho de que me estés apretando el brazo? -Pregunté obvia tratando infructuosamente zafarme nuevamente. -Quiero que me sueltes, Sean. Sabés que conmigo no te metés. -En sus grandes ojos azules pude ver un poco de temor, pero aún así no me soltó. Claro, soy yo, contra él… Está claro quien tiene más fuerza. 
-¿No la escuchaste? Dijo que la sueltes. -Dijo alguien a mis espaldas. No tuve que voltear pasa saber de quién se trataba.
-No necesito tu ayuda, Louis. -Respondí sin voltear.
-¿Y vos quién sos? -Preguntó Sean. 
-Vos quien sos, flaco. ¿No entendés que quiere que la sueltes? -Insistió Louis, sin prestar atención a mi comentario.
-Yo hago lo que quiero, y cuando quiero. -¡Hola! ¡Estoy acá!…
-¿En cerio querés empezar una pelea en el colegio? -Esto ya se estaba volviendo una discusión entre Louis y Sean, dejándonos a Annie y a mí en segundo plano. -Creo que sabemos quien va a ganar. Cansada de que me ignoren, decidí actuar por mi cuenta. Subí la rodilla y le pegué en la parte baja a Sean, logrando que me suelte.
-Les dije que podía sola. -Peché a Louis y tomé a Anna de la mano llevándomela corredor abajo hasta la salida, pero me detuve para volver por Louis. Ya Harry había salido lastimado por mi culpa, y no quería que le pase a nadie más. Ni siquiera a Louis.

Caminé los escasos pasos hacia él, quien se miraba de una manera retadora con Sean, lo agarré del cuello de la camisa y lo arrastré de vuelta a donde estaba con Anna, llevándolos a la salida. 

-¿Qué te pasa? Estaba a punto de cagarlo a palos. -Protestó Louis, caminando enfadado a mi lado.
-Te dije que no necesitaba tu ayuda. Yo podía. No tenías por qué meterte. -Respondí orgullosa. No necesito que nadie me defienda. Yo puedo bastante bien sola.

Él, como también buen orgulloso que es, solo rodó los ojos y siguió caminando. Llegamos hasta donde estaban todos los chicos hablando, en el estacionamiento del instituto. 

-¿Vamos? -Pregunté aún molesta. 
-¿Qué pasó? -Preguntó Liam. Quería decir que nada había pasado, de esa manera Liam no se molestaría, pero Anna se me adelantó.
-Un chico la amenazó.
-No me amenazó. -Dije acomodando mi cabello.
-¿Cómo? ¿Qué chico? -Se apresuró a preguntar el protector de mi hermano. Me agrada que sea así, pero puedo manejarme sola. 
-Nadie. No pasó nada. ¿Podemos irnos? -Los demás estaban de espectadores.
-¿Que no pasó nada? El pibe casi te arrastra de los pelos hasta que salgas con él… -Louis aún estaba claramente molesto. Quiero pensar que porque el chico lo había amenazado y menospreciado su fuerza. Pero no estoy segura.
-¡Qué chico! -Gritó Harry, claramente irritado.
-¡Sean! -Grité yo. también irritada. Pude defenderme perfectamente sin su ayuda. Que lo dejen así.
-Ah, no. Yo lo mato. -Dicho esto, Harry salió corriendo hacia donde estaba Sean, que ya había salido del colegio, e iba hacia su auto donde sus amigos lo esperaban. 

Apenas llegó hasta donde estaba, le encajó un puñetazo en el medio de la cara, y si no fuera por uno de sus amigos que lo sostuvo para que no se cayera, ya estaría tendido en el piso. Corrí lo más rápido que pude hasta donde estaban ellos, y más de cerca pude comprobar que a Sean le sangraba la nariz. ¡Otra vez no, por favor!

-Para que aprendas a tratar a las mujeres. -Dijo Harry. Una vez que llegué hacia ellos, pude ver la furia que emanaba de sus brillantes ojos verdes. Su mandíbula estaba tensa y sus puños cerrados a los lados de sus caderas.
-¡Harry! ¡Te dije que no hicieras nada! -Grité enfadada y preocupada. No terminé de decir la frase, que Sean le devolvió el golpe a Harry, logrando que termine en el piso. Una sonrisa cínica se escapó de su boca mientras se limpiaba victoriosamente la sangre que le salía por la nariz gracias al golpe de mi mejor amigo. 

Nuevamente, las cosas pasaron más rápido de lo que me imaginé, y en un pestañeo Louis ya estaba dándole múltiples golpes a Sean. Lo agarró del cuello de la remera, le dio un último golpe en la cara y lo apoyó con rudeza sobre el auto.

-La volvés a tocar y te rompo hasta el alma, ¿escuchaste? -Dijo éste con la voz más furiosa que nunca le había escuchado a Louis. Sus ojos estaban opacos, se notaba la furia a través de ellos. 
-Repito, ¿Y vos quién mierda sos para darme ordenes a mí? -Preguntó Sean, con claro miedo de realizar ningún movimiento brusco. 
-Repito, ¿Entendiste? -Respondió éste, presionando más su mano contra el cuello de su remera, y presionándolo más aún contra el auto. Sean no respondió, solo lo miró extremadamente enojado. Louis respiró bruscamente, y le dio un rodillazo en la parte baja, justo como yo, solo que mucho más fuerte. Y lo dejó retorciéndose en el piso. -Y eso es por lo de Harry. 

Se dio media vuelta y comenzó a caminar de vuelta a donde estábamos antes, solo que ahora todos estaban alrededor mirando la escena. Bufé y me dediqué a seguirlo.

-¿Estás loco? -No lo dije en el sentido de que estaba enojada. Creo que -sorprendiéndome a mí misma- estaba preocupada por él. -¿Cómo vas a hacer algo así?
-¿¡Y si lo hice qué!? -Gritó furioso, como si yo tuviera la culpa de todo.
-¿¡Qué te pasa!? -Grité del mismo modo.
-¡ANDATE! -Me gritó, más fuerte que antes. ¿Quién lo entiende? Lo miré confundida. -¡Andate, _______! -Yo no me iba. Se pasó los dedos por el cabello desordenado, descargando su frustración con tan simple acto. -Okey. Me voy yo.

Estrelló sus manos en los costados de sus piernas, descargando toda aquella frustración y se dio media vuelta para irse.

-¡Louis, pará! ¡Tenemos que hacer la canción! -Gritó Zayn detrás mío. Recién había llegado desde el lugar del incidente. Mirando detrás de él pude detectar como venían los demás, ayudando a Harry a caminar, por más que él insistiera en que estaba bien. Pero el fallo de sus pies al menos tres veces en el corto recorrido demostraba que no estaba tan bien… Louis volteó para caminar de espaldas mientras le respondía a Zayn.
-Nos vemos en lo de Liam. Solo quiero caminar. Solo. -Remarcó la última palabra antes de voltearse y seguir su trayecto. En algún sentido me sentía culpable de que él estuviera así. Zayn solo asintió y volteó a verme. Yo subí mis hombros, indicando que no sabía qué le estaba pasando, y solté un suspiro de cansancio. Pero no cansada de sueño. Cansada de la bipolaridad excesiva de Louis. 
-Creo que Harry debería ir al médico. -Comentó Niall llegando con uno de los brazos de Harry sobre sus hombros. 
-No. Tenemos que hacer la canción. No la empezamos y es para mañana. -Dijo esta vez Liam, quien estaba al otro lado de Harry ayudándolo a caminar. Su ceja estaba partida, y le salía un poco de sangre. 
-¿No empezaron? Es imposible que hagan una canción en un par de horas. -Comentó Micki recargando su cabeza en mi hombro.
-Tenemos que intentar. -Respondió Liam, algo frustrado. 
-De todas maneras estoy bien. -Dijo Harry, pero se arrepintió al segundo, ya que al parecer le vino una punzada en la cabeza, ya que cerró los ojos fuertemente. 
-Se golpeó la cabeza contra el pavimento cuando calló. Puede ser una contusión o algo. -Explicó Angie preocupada. 
-Si no empezamos con la canción ahora, no la terminamos. Acompañen ustedes a Harry al hospital. -Propuso Liam.
-Nosotras tenemos que ir a comprar la ropa para el baile del viernes. -Respondí yo, preocupada. No puedo creer que Harry pueda tener una conpusión por mi culpa. O como sea que se diga. ¿Será grave? Espero que no. 
-No todas… -Dijo Alison, quien miró inmediatamente a Anna. -Annie ya tiene ropa. ¿No dijiste que ibas a usar un viejo traje de tu madre? -Preguntó la ojiverde. Todos los ojos se posaron en la castaña, incluyendo los de Harry.
-Si, bueno… Algo así. -Respondió ella.
-Perfecto. Annie acompaña a Harry al hospital, nosotros comenzamos con la canción, y ustedes van de compras. Todos felices. -Dijo Niall.
-Si. ¿Vamos? -Dijo Zayn buscando las llaves de su auto en su bolsillo. Liam me tiró las llaves del auto, pero yo seguía mirando a Anna buscando su aprobación. 
-Okey. Vamos. -Dijo finalmente ésta, echando a Niall, y poniendo el brazo de Harry sobre sus hombros. 
-¿Los llevamos? -Pregunté refiriéndome a llevarlos al hospital.
-Si, gracias. -Dijo en un suspiro. 

Con la ayuda de Liam, Annie subió a Harry al mi auto en la parte trasera. Los chicos se fueron en el auto de Zayn. 

Dejamos a Harry y a Anna en el hospital y fuimos para Oxford Circus, la calle con más tiendas de Londres. 

-Fin de tu narración.-

-Narra Louis.-

Me encontraba solo caminando por un parque anónimo que quedaba camino a la casa de Liam. Estaba enojado. No, enojado es poco. Estaba furioso. ¿Cómo la va a tratar así? ¿Qué tiene en la cabeza este pibe? 

No aguanté más y descargué mi ira contra un bote de basura, pateándolo con toda mi fuerza, esparciendo basura por toda la acera. Me pasé las manos por el cabello y me tiré al piso. 

Me sentía impotente. Tuve que alejarla de mí, o empezaría a gritarle, y a decirle un montón de cosas que no quería que supiera. Es que verla en esa situación, siendo acosada por un pendejo de mierda, por más que no fuera la gran cosa, yo quería estar ahí para ella. Quería protegerla sin tener razón alguna, quería abrazarla, consolarla, cagar a palo al imbécil de Sean, y que no me juzguen por eso. Bueno, al menos uno de esa lista puede quedar tachado. "¿Y vos quien sos?". Esa pregunta me atormentaba. ¿Quién era yo para defenderla? Nadie. Nadie más que un estúpido que la hizo sufrir el doble que él. Y que se arrepiente, pero aún lo sigo haciendo. ¿Por qué lo sigo haciendo? ¿Por qué la sigo tratando como un estúpido? ¿Qué pasaría si la trato bien, para variar?

-Fin de su narración.-

-Narrador omnisciente.-

-Con Harry y Anna.-

Anna ayudó a Harry a caminar hasta el mostrador de la sala de emergencias. No emitieron palabra alguna en todo el viaje, y tampoco en el corto trayecto hasta el mostrador.

-¿En qué puedo ayudarles? -Dijo la secretaria. Una joven rubia, extra-maquillada, y con un cabello largo y atado en una cola de caballo, sin dejar que ningún cabello se escapara de su lugar. Al ver a Harry, su sonrisa se ensanchó. Era bastante más grande que ellos. Andaría en los veintisiete años, tal vez veintiocho. Harry no notó su presencia, ya que él solamente se dedicaba a sentirse adolorido y mirar a Anna de reojo.
-Mi… Amigo. Se calló y se golpeó la cabeza. -Le explicó la castaña, aún sosteniendo a Harry.
-Pasen por aquí. -Se levantó y rodeó el escritorio. Su falda era diez veces más corta que lo acostumbrado, y pasó rozando a Harry, aunque éste seguía sin notar su presencia. 

Anna la siguió con Harry a cuestas hasta una habitación, donde indicó que el ojiverde se acostara sobre la camilla, no sin antes guiñarle un ojo. Anna se estaba comenzando a enojar, y no se relajó sino hasta que la rubia cruzó la puerta de la habitación. Anna se dejó caer en una silla con un suspiro, captando la atención del chico de rulos. 

-¿Todo bien? -Preguntó este. Annie lo miró, pero antes de que pudiera contestar, entró el doctor. 
-Hola. -Dijo felizmente. Era un señor, de alrededor cincuenta años, que tenía el cabello blanco y corto, y unos hermosos ojos celestes. -¿Qué ocurre acá? -Preguntó mirando una hoja en su planilla, y luego posó la mirada en ambos chicos.
-Él se calló y se golpeó la cabeza. -Explicó Annie, quien ya se había parado y estaba al lado de Harry.
-¿Y qué le sucedió en la ceja? -Preguntó con una peque sonrisa. Harry se llevó la mano a la ceja mientras se sentaba, comprobando que había un poco de sangre que no se había secado en lo absoluto. Con todo el dolor de cabeza se había olvidado por completo de la ceja.
-Antes de caerse se golpeó contra una columna. -Se apresuró a contestar la pequeña Tomlinson. El doctor sonrió y anotó algo en su hoja.
-¿Cómo te llamas? -Le preguntó al chico, evadiendo la inválida excusa de Anna. 
-Harry Styles. -Anotó algo en su tabla, y luego la dejó sobre el escritorio.
-Muy bien, Harry. ¿Dónde te golpeaste exactamente? -Preguntó el doctor acercándose a él. Harry le señaló el lugar exacto en la cabeza donde se había golpeado, señalando un gesto de dolor al hacerlo. Su cabeza daba vueltas, y no se sentía bien en lo absoluto.

Al momento en el que fue a tocar la zona afectada, como un acto de inercia, el chico tomó la mano de Annie, como si de esa manera pudiera apaciguar el dolor. Ella no lo dudó ni un segundo para apretarle la mano en señal de apoyo. Cuando el doctor terminó de tocarle la cabeza a Harry, éste abrió los ojos, aún adolorido. Pero aún así no soltó la mano de la pequeña Tomlinson. 

-Está adolorido, y la zona está hinchada. Está claro que es una contusión leve. -Explicó, volviendo a las anotaciones en su hoja.
-¿Eso es grave? -Preguntó la hermana de Louis preocupada.
-No, en absoluto. Con un poco de hielo está resuelto. -Fue a un frigobar y sacó una bolsa de gel y se la entregó a Annie en la mano. -Ponele algo frío y se le va a pasar. -Anna asintió recibiendo la bolsa de gel helado. -En un rato vuelvo para ver como va todo, y les digo si se pueden ir. 

Les dio una última sonrisa y desapareció por la puerta. Después de una serie de equivocaciones sobre dónde poner la bolsa, Harry agarró la mano que Anna tenía la bolsa y la guió hasta la parte de su cabeza donde iba. Se quedaron en silencio por un par de minutos, hasta que Harry se dedicó a subir su mano hasta la cara de la chica y retirar unos cabellos que se habían atascado en su labio gracias al brillo.

-Gracias. -Dijo ella, dándole al joven una agradable sonrisa. -Odio cuando eso pasa. Es muy incómodo.
-Si, lo se. -Respondió éste sin pensar, pero ante la mirada entre confundida y graciosa de la pequeña Tomlinson se apresuró a contestar. -Me vestí de mujer una vez. -Lo único que hizo Harry fue empeorar las cosas. -No, es que… Me disfracé de mujer una vez. -La chica subió una ceja y miró divertida. -Era una fiesta de disfraces, Ibiza, hacía tres días que no estaba muy consiente… -La chica no cambió la cara, solo ensanchó su sonrisa. -Fue idea de _______.
-Hubieras empezado por ahí. -Respondió ella riendo.  
-¿Qué pasó hace un rato? -Preguntó luego de unos segundos de silencio. Estaban bastante cerca uno del otro, ya que ella aún sostenía la bolsa sobre la cabeza de Harry. -Digo, cuando suspiraste…
-Nada, estaba cansada… Estoy cansada. -Dijo Annie, evadiendo la respuesta.
-Por un momento pensé que estabas celosa de la secretaria.
-¿De esa señora Robinson? -Emitió una carcajada. -Estás equivocado. -La verdad era que no lo estaba, pero ella no iba a admitirlo.
-El hecho de que la llames señora Robinson me demuestra lo contrario. -Contraatacó Harry, levantando una ceja.
-La llamé así porque es tremenda vieja coqueteando con un nene. No porque esté celosa. -Sin darse cuenta separó la bolsa de gel de la cabeza del chico, pero éste delicadamente la volvió a colocar donde iba.
-Bueno, es una pena que no lo estés. -Dijo sonriendo. Él estaba seguro que ella estaba celosa.
-¿Una pena? ¿Por qué una pena? -Preguntó inocentemente la hermanita de Louis.
-¿Cuánto crees que se tarde el doctor? -Cambió de tema él, mirando para la puerta de la habitación. La chica también miró.
-No lo se. Dijo que volvía en un rato. ¿Por? -Dijo aún mirando a la puerta. 
-Para ver cuanto tiempo tango para hacer esto… -Antes de que la chica pudiera procesar la información, Harry ya había volteado su cara con su mano y la había besado.

Anna le siguió el beso al principio. Él sentado en la camilla, y ella maraca entre sus piernas. Él tenía sus manos en sus caderas, y ella había retirado el hielo de su cabeza, y había puesto sus manos en su cuello. Pero Anna no podía. No podía seguir con eso. Así que se separó, logrando que el chico la mirara sorprendido.

-Yo, eh… Voy a tomar aire. -Prácticamente le tiró la bolsa de gel sobre la falda y salió por la puerta al pasillo del hospital.

Mientras veía a gente normal, pacientes en pijama, y doctores vestidos tanto de blanco como de verde agua, no podía aguantar preguntarse si lo que hizo estuvo bien o mal. Pero por más que quisiera, no podía sacarse las palabras de _______. Es Harry Styles. La persona más mujeriega que existe sobre la faz de la tierra. Meterte con él equivale a ser una masoquista. Y es como la mala hierva. Antes de que crezca y arruine a todas las demás flores, hay que arrancarla de raíz, o luego será muy tarde. Anna no quería que nada pase entre ellos, si después sabía que iba a salir perdiendo. Porque ahora la besa a ella, pero mañana tiene a otra acorralada contra los casilleros, y al día siguiente en el armario del conserje. Y Annie no estaba para eso. No era alguien que le gustara compartir sus chicos. Y sabía que estando con Harry, era lo único que podría hacer. Sumándole el hecho de que el chico pronto se aburriría de ella, y terminaría lastimada. 

-Con las demás chicas.-

-¿A dónde estamos yendo? -Preguntó entre risas Angie, mientras las cuatro caminaban hacia abajo por Oxford Street. 
-Shh, cállense. Ya casi llegamos. -Respondió _______.

Estaba mucho más animada ahora, que había tenido tiempo de calmarse, y bromear un poco con sus amigas. Ir de compras le había subido mucho el ánimo.

Doblaron a la izquierda en una de las calles que desembocaba a la principal, y a media cuadra se pararon frente a un local pequeño, repleto de cosas. Desde afuera se veía en la vidriera maniquíes sobrecargados de ropa. Algunos con vestidos antiguos, otros con ropa más de la época de los ochenta, y otros con ropa al estilo hippie.  Habían plumas, y collares esparcidos por todos lados. Algún que otro abanico. Y flores. Muchas flores artificiales. 

-Es la mejor tienda Vintage que van a encontrar en todo Londres. -Dijo emocionada Alison, mientras caminaba hacia la vieja puerta de madera que quedaba a la izquierda. Todas la siguieron emocionadas y entraron al local, junto con un agradable sonido de una campana resonando sobre la puerta.

El lugar era bastante amplio, y tenía mucha ropa desordenada, y muy loca. Como era una tienda de segunda mano, la gente solo depositaba la ropa en cualquier lugar, recibía su dinero, y luego se iba. Obvio que habían ayudantes que ordenaban, pero con la cantidad de ropa que había, era imposible ordenarla toda. 

-¿De qué se van a disfrazar? -La temática era única. O sea, vestimenta antigua, como de principios del mil novecientos. Pero hay que encontrar el vestido perfecto, y mucha gente se inspira en personajes. Tal vez no necesariamente de esa época, pero más o menos. 
-Obviamente voy a ser Julieta. -Dijo _______ feliz mientras recorría los angostos pasillos llenos de ropa. -Quiero interpretarla desde que Marcie me robó el papel de la obra en cuarto grado. -Todas rieron.
-¿Y quién va a ser tu Romeo? -Dijo Micki sonriendo de una manera pícara. _______ abrazó a un maniquí que tenía una vincha con una pluma rosada gigante a un lado, y una boa de plumas alrededor del cuelo, además de varias joyas.
-Él. ¿No es divino? -Se refirió al maniquí, pero accidentalmente se le metió una pluma de la boa en la boca, y las demás comenzaron a reír. 

Estuvieron provándose todo tipo de ropa. Ya que estaban, no les venía mal un poco de diversión. Jugaron a hacer una pasarela desde el vestido, y se ponían los conjuntos más locos y exagerados que encontraban. Fue una tarde de puras risas. 

Luego _______ dejó a todas en su casa, y se fue a la de ella. Quedaron en bañarse y juntarse en lo de Alison para ver los últimos arreglos de la canción. Al entrar se encontró con cinco chicos sentados alrededor de una mesa de café discutiendo algo, pero instintivamente se callaron cuando ella entró a la casa. 

-Hola. -Dijo algo cansada. Había sido un día bastante agotador. 
-Hola. -Respondió únicamente su hermano. -¿Conseguiste vestido? -Ella asintió antes de contestar.
-Sip.
-¿Puedo verlo? -Preguntó.
-Noup. -Tiró las llaves en una mesa que había al lado de la puerta y se despojó del abrigo. -Hazz, ¿Estás bien? -Preguntó al ojiverde, al verlo con una bolsa de arvejas congeladas sobre la cabeza.
-Si, solo es una contusión leve. Ya casi no duele. -Respondió este con media sonrisa, para darle confianza. _______ asintió y se dio media vuelta, no sin antes pasar la vista sobre Louis, quien la miraba atentamente inexpresivo. 
-Me voy a bañar. Hablamos después.

Y sin decir más subió las escaleras hacia su habitación. 

Al llegar dejó las bolsas en el piso y sacó la máscara que había comprado. Era muy linda. Blanca con detalles en plateado. La estaba admirando cuando se abrió la puerta de su cuarto. 

-¿Puedo? -Preguntó Louis aún parado sobre el umbral de la puerta.
-Si, claro. -Ya ni ganas de pelear habían en el aire. El chico dio unos pasos hasta adelante y cerró la puerta detrás de él.
-Venía a pedirte disculpas, por cómo te traté hace rato… -Dijo algo avergonzado.
-No, dejá. Yo te tendría que pedir disculpas. No tuve ha haberte gritado. Solo me estabas ayudando… Supongo que tenía tanta rabia que… Nada. Me desquité con vos. -Él sonrió. 
-No hay problema. -Y ella le devolvió la sonrisa. El chico pasó disimuladamente los ojos por la máscara que _______ sostenía en su mano. -¿Quién nos veía? Disculpándonos uno con el otro.
-Lo se, es muy raro esto. Mejor andate antes de que terminemos en un abrazo, o algo así. -Dijo ella riendo.
-Si, eso sería catastrófico. -Emitieron una última risa y él salió de su habitación. 

_______ se bañó, se vistió así nomás, lo más cómodo que encontró, y se secó el pelo para luego bajar las escaleras. Nuevamente los chicos estaban discutiendo.

-¿Qué les pasa? Están discutiendo desde que llegué. -Dijo la chica, terminando de bajar las escaleras. 
-Oh, créeme que desde hace mucho antes. -Dijo Niall recostándose cansado en el respaldo del sillón.
-Tenemos problemas con la canción. ¿Nos ayudás? -Preguntó su hermano, con una sonrisa. _______ suspiró y avanzó hasta ellos.
-¿Qué tienen hasta ahora? -Preguntó arrebatándole el cuaderno a su hermano, donde únicamente se leía "Canción para la clase de música." como título. -¿Es en cerio? Desde que salieron del colegio están en esto y no progresaron en nada. 
-Es que no sabemos que escribir. -Dijo Niall exhausto. -Y Liam se niega a alimentarme hasta que terminemos.
-¿Estás consciente de que podés caminar a la cocina y alimentarte por ti solo? -Dijo graciosa, tirándole el cuaderno de vuelta a su hermano.
-¿Vos te pensás que yo voy a caminar hasta la cocina? Ingenua… -Louis puso los ojos en blanco y negó divertido.
-Pueden escribir de lo que quieran. Agarren experiencias y háganlas rimar. Puede ser lo que sea. -_______ agarró su abrigo del perchero y se lo empezó a poner.
-¿Me estás diciendo que si quiero ponerle a nuestra canción "La mejor canción de todos los tiempos", puedo? -Dijo Zayn. La pequeña Payne asintió mientras sacaba el cabello de debajo de la chaqueta.
-Si querés… Es su canción. Hagan lo que quieran. -Agarró su bolso, metió las llaves, y abrió la puerta. -Estoy en lo de Ali. Al rato nos vemos. 
-¡Pará! ¡_______! -Gritó Harry antes de que saliera por la puerta. Ésta se volteó inmediatamente. -Necesito un favor. -La chica lo miró esperando a que contestara. -¿Viste que mañana tengo que ir al Country? -Ella asintió lentamente. -Bueno, lo que pasa es que Ali tiene dentista de mañana y no puede ir. Pero yo si tengo que ir, y como odio a todas y cada una de las personas de ese club, no quiero estar solo y aburrirme… -Dejó la idea inconclusa.
-¿Me estás pidiendo que vaya contigo? -Preguntó _______.
-Si no querés, puedo obligarte… -Dijo sonriendo.
-¿Es joda? Siempre quise saber como era esa chota. Obvio que voy. -Dijo felizmente. Harry sonrió.
-Pero nos vamos a tener que ir un poco más temprano del baile, porque así no llegamos tan hechos mierda… -Ella suspiró.
-¿Qué tan temprano?
-Como a las tres. -Largó otro suspiro.
-Okey. Lo que hago por vos, Styles.
-Tuve una contusión por tu causa. Lo merezco.
-Yo no te pedí nada… -Dijo saliendo por la puerta.

Una vez en lo de Alison, estuvieron una hora más todas juntas dándole los últimos toques a la canción y arreglándola. Luego vino el segundo tema a tratar. El nombre de la banda, o lo que sea que sean. _______ agarró la pequeña pizarra que tenía Alison en su cuarto y se puso a dibujar mientras las demás hablaban del nombre.

-Bueno, ¿qué tienen? -Todas propongan un nombre, y nos quedamos con el mejor. -Dijo Angie, ya cansada. Eran como las diez y media de la noche, y no había sido un día que se puede decir "pasivo".
-¿High Note? -Dijo Micki, pero todas negaron. _______ seguía dibujando.
-¿Battle Five? -Dijo Angie, pero nuevamente todas negaron.
-¿The Dolly Rockers? -Preguntó Ali.
-Mi tía abuela se llama Dolly. Y tiene callos en los pies. -Dijo asqueada Annie. Todas rieron.
-¿Y eso que tiene que ver? -Preguntó Micki. Ella solo se encogió de hombros.
-¿Vos, _______? ¿Tenés algo? -Preguntó Angie a la castaña. Ésta sin despegar la vista del pizarrón contestó:
-_______ And The Others. -Ella estaba sentada en la cama, recostada contra la pared, mientras las demás estaban esparcidas por el piso, o en sillas de la habitación. 
-¿Es en cerio? ¿Podés poner un poco de interés en el trabajo? Estamos todas pensando, y vos dibujás. Hoy de mañana te dije que pensaras un nombre, ¿y todo lo que se te ocurrió fue esa verga? -Alison se había enojado. Pero _______ permaneció en calma.
-No. Pensé en otro. -Dijo feliz. Todas la miraron esperando una respuesta, pero en vez de eso, _______ dio vuelta el pizarrón mostrándoles unas letras extra decoradas y de muchos colores, que formaban dos palabras.
-¿Fifth Harmony? -Dijo Anna, mientras se le escapaba una sonrisa. -Me encanta. 
-Si, es genial. -Exclamó feliz Micaella.
-Creo que merezco una disculpa de parte de la señorita Styles… -Dijo _______, mientras hacía equilibrio con la pizarra sobre su cabeza.
-Si, lo lamento. Sabés que te amo. -Alison se paró del piso y abrazó a su amiga. 

Luego terminaron todas en una gran montaña de personas sobre la cama de Alison.

Todas se fueron para sus casas. Cuando _______ llegó a la suya, estaba Liam recién bañado, solo con el pantalón del pijama, comiendo en la mesa. Al llegar, él volteó a verla.

-Hola, Li. -Dijo animada, despojándose de su abrigo y colgándolo en el perchero al lado de la puerta. 
-Hola, ___. -(Cuando lo pongo más corto es un apodo tierno que alguien cercano les pueda llegar a decir). Respondió él volviendo su vista a su plato de comida. 
-¿Lograron terminar con la canción? 
-Si. Después de que te fuiste nos relajamos un poco, y empezamos a intercambiar anécdotas, y llegamos a algo. Bastante bueno, si puedo presumir. -_______ sacó un lápiz de labios rojo que había en su bolso y caminó hacia él.
-¿Y ustedes? ¿Lograron decidirse en un nombre? -Ella asintió. -¿Cuál? -_______ sonrió maquiavélicamente y destapó el labial.

En su brazo derecho escribió "Fifth" y en el izquierdo "Harmony". Y luego en su torso escribió el nombre de cada una de las chicas. Lo que hace el aburrimiento…

-Entiendo. Lindo nombre. ¿Pero había necesidad de escribirlo con labial sobre mi cuerpo? ¿No era más fácil decirlo? -Ella negó divertida.
-Fácil, pero no divertido… 
-¿No querés saber qué nombre elegimos nosotros? -Preguntó divertido, parándose de la mesa.
-Me da miedo preguntar. -Él sin decir nada le arrebató el labial de la mano y le remangó las mangas de la remera. En la derecha escribió "One" y en la izquierda "Direction". Y luego le levantó la remera dejando su panza al descubierto, y, al igual que ella, escribió los nombres de todos los chicos con labial rojo. 

Con el celular de Liam se fotografiaron a cada uno. Están demasiado aburridos, se ve. Luego cada uno se fue a bañar, de vuelta, y se acostaron. 

No pasaron ni cinco minutos que Liam apareció en la habitación de su hermana y se acostó a su lado. 

-Niall acaba de hacer un grupo de Whatsapp. -Dijo mirando su celular. _______ no tenía eso, porque su celular es modelo mil ochocientos. -Le puso "Niall And The Potatoes". -La chica rió. -Creo que quedó resentido porque no le quisimos poner así a la banda. 

Siguieron hablando de pelotudeces, e incluso mandaron las fotos al grupo de Whatsapp en el que estaban todos los chicos, menos _______, que no tenía. Finalmente a eso de la una y media se quedaron dormidos.

El día siguiente se levantaron y fueron al colegio como normalmente hacían. Primero tenían música, así que tocaba exponer las canciones. Luego de un sorteo salió que los chicos iban primero, luego el grupo de las chicas, y luego dos grupos más que se habían formado con los demás alumnos de la clase.

-¿Le pusieron nombre a la banda? -Preguntó la profesora, con libreta en mano para evaluar su presentación.
-One Direction. -Respondió Niall, en lugar de todos.
-¿Y la canción se llama…?
-Best Song Ever. -Respondió Zayn, mirando a _______. Ella solo se empezó a reír. 

Así empezaron a cantar la canción, y hacían todo tipo de idioteces mientras lo hacían (Igual que en el video). Habían traído juguetes infalibles, y se atacaban entre sí mientras los demás cantaban. Como si disfrutaran haciéndolo. Incluso trajeron una máquina de esas que explotan y lanzan papelitos picados, la cual lanzaron cuando Louis comenzó a cantar. Fue una presentación muy divertida. 



Luego iban las chicas. Se pararon en el mini escenario, ahora lleno de papeles picados por todos lados.

-¿Qué nombre le pusieron a la banda? -Preguntó mirándolas.
-Fifth Harmony. -Respondió _______.
-¿O sea que en cerio van a cantar? Esto es un milagro. -Dijo la profesora acomodándose en la silla. Una persona sabe que cae bajo cuando un profesor te descansa. Alison y _______ rodaron los ojos. -¿Cómo se llama su canción?
-Miss Movin' On. -Respondió Micki. 



Cantaron su canción, y la profesora quedó impresionada. Alison y _______ no paraban de presumirle a la profesora que habían cantado, aunque la última convencida de que no lo había hecho bien. Pero había cantado al fin, y eso es lo que cuenta.


Finalmente llegó el tan esperado baile de máscaras. Las chicas se vistieron en la casa de Annie, y los chicos en la de Niall. La gracia es que ellos no vean cómo están vestidas. Ni ellos ni nadie. Es la gracia de un baile de máscaras. Que nadie te reconozca. Ser una persona diferente aunque sea por una noche. Fingir que nadie te conoce, y hacer lo que sea. Ser otra persona. 

Ellas se vistieron:

Micki, Ali, _______, y Angie: (En ese órden)



Y Annie:



Y partieron al colegio. 

Estuvieron bailando toda la noche, con diferente gente, y entre ellas. Era muy entretenido. Faltando quince minutos para las tres de la mañana a _______ le llega un mensaje. Sacó su celular del escote de su vestido, mientras las demás estaban sentadas en una mesa hablando animadamente. El mensaje decía: "Te veo en cinco en la galería". Pero el remitente era anónimo. Al menos ella no lo tenía registrado. Ignoró el mensaje y volvió a guardar su celular. 

Pero de repente un montón de pensamientos la invadieron. ¿Y si no se equivocaba? ¿Y si el mensaje era para ella? ¿Quién se lo había mandado? ¿Era una joda? ¿O no?… Finalmente no lo resistió más y fue a la galería, justo cuando habían pasado los cinco minutos. 

Al llegar no había nadie. Solo un camino lleno de luces de navidad, que se enroscaban en las columnas de la galería tan conocida, la que siempre iban ellos. Seguro era una joda, y ahora se veía como una pajera. O eso pensó ella, hasta que una voz le confirmó que no estaba sola.

-Sabía que no te ibas a aguantar saber quien era. -Dijo alguien a sus espaldas. Se volteó para ver a un joven vestido con un traje negro, y una máscara haciendo juego recostado sobre uno de los palos al costado de los dos pequeños escalones de la galería.
-Y yo sabía que eras vos. -Él levantó una ceja. Por más que tuviera la máscara, ella conocía su cara al hacerlo, y sabía que se estaba burlando. -Bueno, no lo sabía. Pero lo intuía. -Caminó los escasos pasos hasta donde ella estaba. Pero no habló. Solo se la quedó observando. -Bueno, me tenés acá… ¿Para qué me llamaste Louis? 
-¿Alguna vez te dije que me encantan tus ojos? Son como una mezcla de verdes y miel. -Evadió la pregunta el ojiazul. _______ solo se confundió.
-¿Gracias? -Él le sonrió. -¿Esta es la parte en la que me cae un balde de pintura en la cabeza, o algo? -Louis negó divertido.
-¿Qué no te puedo halagar sin que pienses que algo malo va a pasar? 
-No… Es que… Es raro. Nunca lo habías hecho.
-Hay una primera vez para todo, ¿No? -Con su mano corrió un mechón de cabello de ella hacia atrás, dejando ver lo confundida que estaba. Aunque, aunque no lo admitiera, le encantaba la sensación de su piel tocando la de ella. La música resonaba en unos parlantes enchufados en las esquinas de la galería. Había terminado la canción que estaba y empezaba a sonar otra. "A Moment Like This", de Leona Lewis. -¿Bailás? -Preguntó extendiendo la mano. 

Todo lo que _______ pensaba es que era un juego estúpido. Pero también tenía la esperanza de que realmente Louis estuviera siendo amable con ella. Aunque sea aisladamente, como acostumbraba el chico. Luego de un par de segundos ella aceptó su mano. Subió ambas manos a su cuello, y el puso las suyas en sus caderas, y comenzaron a bailar al ritmo de la música. 

-Me encanta cuando sonreís. Hace que tus ojos brilles, y resalta tu cara. Te ves más hermosa aún. -Ella sonrió inconscientemente, y sin querer se sonrojó levemente. 
-A veces tus ojos se ven más verdes, y a veces más celestes. -Dijo la chica concentrada en los ojos del más grande de los Tomlinson. Él sonrió. -Resaltan mucho con esa máscara. 
-Realmente estoy recibiendo un halago tuyo… -Ya Louis no pensaba en lo que decía. Entre su sonrisa, sus hermosos ojos, y el delicioso aroma que desprendía su cabello, él estaba embobado. Ella rió tímidamente. -Tu nariz se ve graciosa cuando la arrugás. -Subió su mano hasta la nariz de la chica y la delineó delicadamente, para luego reposar su mano en su mejilla.


Los ojos de él, al igual que los de ella, vacilaban entre los ojos y la boca. Dejaron de bailar y se quedaron mirando fijo a los ojos. Nuevamente esa sensación de quedes besarlo inundó a _______. Y esta vez no había nadie que los interrumpiera. Louis tragó con fuerza y se fue acercando a su cara, sin perder contacto visual en ningún momento. No solo se veía nervioso, sino que también lo estaba. Al igual que _______, aunque no lo quisiera admitir. A cierto punto, ambos cerraron los ojos, preparándose para el momento. Al roce de sus narices, ambos experimentaron una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo. Y finalmente, luego de un par de segundos que parecieron interminables, él se decidió a acortar el mínimo espacio que quedaba entre ellos, y la besó. 

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Tenía todo un discruso preparado para decirles que odio que me presionen con las escenas, como la del beso que me pasaron insistiendo, y esas cosas, y que no me exigan sexo, porque falta bastante para eso, pero estoy cansada. Así que simplemente les pido que no me exigan todo el tiempo, que yo voy a mi ritmo. De todas maneras, solamente para complacerlas, hice hasta lo imposible para poner el beso en este capítulo, porque las amo. Pero en fin, gracias!

Son todo, mis amores! Las adoro!!!

Juliii :)

Capítulo dieciséis: "Alone".

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Los ojos de él, al igual que los de ella, vacilaban entre los ojos y la boca. Dejaron de bailar y se quedaron mirando fijo a los ojos. Nuevamente esa sensación de quedes besarlo inundó a _______. Y esta vez no había nadie que los interrumpiera. Louis tragó con fuerza y se fue acercando a su cara, sin perder contacto visual en ningún momento. No solo se veía nervioso, sino que también lo estaba. Al igual que _______, aunque no lo quisiera admitir. A cierto punto, ambos cerraron los ojos, preparándose para el momento. Al roce de sus narices, ambos experimentaron una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo. Y finalmente, luego de un par de segundos que parecieron interminables, él se decidió a acortar el mínimo espacio que quedaba entre ellos, y la besó. 

El beso era lento, delicado, pero pasional a la vez. Ella jugaba con su cabello, haciéndolo que se escurriese por entre sus dedos. Ambos sintieron una cadena de choques eléctricos que recorrían sus cuerpos enteros en mili segundos, y lograba que la piel se les erizara. _______ podía sentir el calor desgarrar su ropa en donde las manos de él se deslizaban, marcando con fuego cada caricia. En ese momento no importaba el pasado, ni el futuro. Solo el presente. Solo sus labios moviéndose entre sí como piezas de un puzzle que encajan perfectamente. 

A medida que su respiración se aceleraba, el beso se iba haciendo más y más intenso. Pero como todo en la vida, el momento debía terminar. El reloj macó las tres y diez, y tal como Cenicienta, su toque de queda había llegado, y debía apurarse, o su carruaje se convertiría en calabaza. O, mejor dicho, Harry se pudriría como una calabaza esperándola. Si, tiene más sentido así. 

-¿Pasó algo? -Preguntó Louis cuando ella se separó de él. Su pecho subía y bajaba agitado, y sus labios estaban rojos del beso. Pero nada de eso importaba. Aún así, tenía la sonrisa impregnada en su rostro como un tatuaje permanente.
-Me tengo que ir… Harry me va a matar. -Respondió _______ mirando su reloj, nada más para comprobar que habían pasado diez minutos de la hora que había quedado de encontrarse con Harry en la entrada, además de que aún le quedaba pasar por Alison a recibir un par de consejos para sobrevivir al día siguiente. 

Le dio una última mirada a los hermosos ojos de su acompañante antes de comenzar a bajar las escaleras. Aún así, no pudo completar su acto, ya que Louis la detuvo antes de que terminara.

-¿Esta no es la parte en la que me demás un zapato? -Preguntó divertido. La verdad es que no quería que ella se fuera. Quería seguir besándola, acariciándola, sintiéndola bajo sus brazos. Era la única manera en la que podía pretender que era suya. _______ sonrió. -No tiene por qué ser un zapato. El bra también funciona… 
-No me queda tiempo ni para eso. -Finalmente Louis la soltó contra su voluntad y vio como caminaba a paso apresurado hacia las puertas de vuelta a la cafetería, donde la pista de baile había tomado lugar. 

Sin embargo nuevamente no completó su acción. Sino que a mitad de camino se detuvo en seco y giró hacia donde él la miraba aún parado en donde lo había dejado. Levantándose el vestido para no pisarlo corrió de vuelta hacia la galería y agarró a Louis de las solapas del traje acercándolo a ella, y le dio un beso. No como el anterior. Este fue más corto, casto. Pero suficientemente expresivo para demostrarle al ojiazul que no se arrepentía de lo sucedido. Al separarse sonrió aún sobre sus labios, y él no pudo evitar imitarla. Tal vez no era imitación, sino la genuina felicidad que desbordaba en aquel momento.

-Espero que eso sirva como sustituto del zapato. -Habló ella aún sobre su boca, logrando que el mentolado aliento inundara el aire. Su aire. Ese aire que en ese preciso momento compartían gracias a la proximidad del uno con el otro. 
-Definitivamente. -Respondió sin separarse. 

Era un momento único. Especial. Ninguno de los dos quería separarse. Sin utilizar palabras, se dijeron todo. Pero nuevamente, era hora de partir. Con una última sonrisa, _______ dio media vuelta para volver adentro, ahora definitivamente. 

-Fin de la narración.-

-Narras tu.-

Corrí por entre las personas buscando a Alison con la mirada. Ya debe de hacer rato que me está esperando… Me espera una buena cagada a puteadas. 

Finalmente encontré a Alison sentada en una de las mesas. Corrí rápidamente hasta donde ella estaba, quien al parecer se alegró bastante de verme.

-¡Puta! ¿Dónde estabas? Mi hermano hace como media hora te está esperando. -Alison tiene la tendencia de exagerar las cosas… El tiempo, en este caso. -Dice que te llama al celular y lo manda a la casilla de correo… -Saqué mi celular de mi escote, comprobando que la chota esta se había quedado sin batería. Ni para aguantar unos días con la batería sirve este ladrillo…
-Vamos a ahorrarnos esto. ¡Harry va a asesinarme! -Grité por sobre la música. 
-Okey. Escuchame con atención. -Se acercó a mí para no tener que gritar tanto. -Ahí adentro hay millones de personas completamente falsas e hipócritas, así que no hables con nadie que no conozcas. ¿Entendido? Sobretodo, no te acerques a Nate. 

Nathaniel Styles, primo de Ali y Harry. Por lo que sé, tiene una especie de tensión con Harry, digamos que son iguales. Ambos mujeriegos. Pero según tengo entendido, Nate es el doble de manipulador de lo que Harry alguna vez siquiera pensó en ser. No lo conozco en persona, pero se que siempre compite con Harry sobre quién se liga a la chica más linda… 

-Entendido.
-En caso de que Harry tenga que excusarse, pegate a mi madre, o a Luke. Incluso a mi abuela. -Espero que esté hablando de la loca, porque a la otra no le caigo muy bien que digamos… -Mantenete alejada de Chloe. 
-¿Chloe? ¿Quién es Chloe? 
-La vas a reconocer fácilmente. La que anda con el vestido más apretado de todo el lugar. Desde que éramos chicos, siempre estuvo realmente obsesionada con Harry, y cuando se entere que vas como su novia, te va a odiar sin conocerte… -Wow, wow, wow, wow… Creo que me perdí.
-¿Su qué? Rebobiná. -Dije alterada. -¿Cómo que su novia?
-¿Harry no te dijo? En dónde tendrá la cabeza este chico… -Dijo más para sí misma, aunque pude escucharlo. -No se supone que podamos traer amistades al Country. Lo sabés. Entonces te tenés que hacer pasar por su novia… Pensé que era obvio…
-Pensé que sabías que no era tan lista… -Ella rió a causa de mi comentario.
-Muy bien, ¿Algo más que necesites saber? -Me pregunta a mí, cuando es ella la que se supone me tiene que dar consejos… Se está tomando esto del Country muy en serio. Ni que fuera la boda de la reina, o algo…
-Am… ¿La ropa? -Dije obvia. -No creo que sea adecuado ir en pelotas… 
-Noup. Aunque estoy segura de que Nate disfrutaría el escenario… -Ambas reímos. -Nada ajustado. Ni muy formal. Es al mediodía, así que procurá que no tenga ni brillos ni sea completamente negro. El cabello suelto, y los zapatos no muy formales. En lo posible que sean wedges. Y eso es todo, creo. Cualquier cosa me llamás. ¿Okey? -Yo asentí y besé su mejilla.
-Hablamos después. ¡Bye! -Y me fui corriendo a la entrada, sin siquiera esperar una respuesta de su parte. 

Llegué hasta la ropería, retiré mi campera y pequeño bolso de mano, y corrí hasta el estacionamiento, agarrándome el vestido para no pisármelo en el proceso. Mientras corría por el pasillo vacío y oscuro, me quité la máscara, logrando que casi me tropiece, aunque logré estabilizarme a tiempo impidiendo que mi cara choque contra el piso.

Llegando a la puerta que daba al estacionamiento, logré divisar a Harry parado de espaldas, con las manos en los bolsillos. Corrí hacia él, y sin detenerme tomé su mano y continué corriendo hacia el auto.

-¡Lo lamento! -Grité mientras corría lo más rápido posible en tacones. 
-Y yo lamento haberme quedado toda la puta noche mirando a una cultivadora Julieta con hermosos ojos, y luego descubrir que eras vos… -Dijo siguiéndome el paso. Pero él más bien caminaba rápido, ya que yo no estaba corriendo muy veloz que digamos… Finalmente llegamos a mi auto.
-A la próxima trato de ser menos cautivadora… -Respondí mientras sacaba las llaves de mi diminuto bolso, que era tan inútil como los bolsillos falsos de los jeans. 
-Te lo agradecería. -Se arregló un poco el traje. Ya con las llaves en mis manos, se las lancé. Él me miró confundido.
-No voy a manejar con tacones. -Respondí obvia, mientras me subía al copiloto y él al lado del piloto. 
-No traigo mi permiso… -Dijo ya introduciendo la llave en el agujero. Harry aún no puede tener licencia, porque no llegó a los dieciocho, pero si tiene permiso, que especifica que puede manejar en tanto vaya con un adulto mayor de dieciocho que si tenga licencia… 
-¿Y? -Preguntó colocándome el cinturón de seguridad, acto que imitó.
-Nada, solo te lo recordaba, en caso de que vayamos a la cárcel… Otra vez. -Yo reí ante su comentario. Puso el auto en marcha, dio reversa, y salió del estacionamiento lleno de autos diferentes hacia el frío pavimento de Londres. 
-¿Trajiste tu identificación? -Pregunté mirándolo de perfil. 
-Si, ¿Por? -Preguntó girando hacia mí por un mili segundo, y luego volviendo su vista a la carretera.
-Para que puedan identificar nuestros cadáveres. 

Él no me respondió. En lugar de eso me mostró el dedo del medio aún con la vista fija en la carretera.

El resto del viaje hablamos de cualquier cosa. Una típica conversación entre Harry y yo… Finalmente llegamos a mi casa. Estacionó el auto en mi garaje y yo entré a mi casa, y él se fue a la suya. 

Entré a mi cuarto y me senté en la cama. No se por qué, la verdad. Tal vez quería retrasar mi baño, o tal vez solo quería pensar. ¿Qué pasó esta noche? Fue como si no fuera yo. Como si alguien se hubiera apropiado de mi cuerpo. No, alguien no. Mi inconsciente. 

Yo veo al inconsciente como ese lugar donde la gente manda toda las cosas que quiere olvidar. Es como algo que metés al fondo de la heladera, y lo dejás por mucho tiempo hasta que se pudra, se pone rancio y hay que tirarlo. Esto que sentí esta noche solo lo había sentido una única vez. Y me aseguré de enterrarlo al fondo de mi inconsciente. 

Traté de reprimirlo, de eliminarlo, pero no lo logré. Creí lograrlo, pero ahí estaba, besando a Louis, y olvidando por completo quien era, o quien soy yo. Justo igual que cuando tenía ocho. Fue estar con él apenas quince minutos, y simplemente me olvidé de todo. Todos mis problemas se desvanecieron simplemente mirando sus ojos. Y creo que, aún sabiendo que mañana todo va a volver como antes, y voy a volver a enterrar esto en mi inconsciente, aún así, no me arrepiento. 

De todas maneras, nunca me arrepiento de nada de lo que hice, solo de las cosas que no me animé a hacer, que son prácticamente nulas. 

Bueno, ya está. No pienso estar ni un segundo más pensando en un beso que para mañana va a estar completamente olvidado, como siempre sucede. 

Dándole una última mirada a mis recuerdos, los tiré al fondo a que hibernen por otros once años. O tal vez para siempre. Caminé al baño, dejando mis zapatos en el camino. Me despojé de toda la ropa y accesorios que llevaba y me metí en la bañera, dejando que el agua tibia chocara contra mi cuerpo en forma de millones de pequeñas agujas indoloras. Los baños siempre suelen refrescarme. Me tranquiliza el sonido del agua al caer, el olor a jabón, saber que puedo estar metida ahí todo el tiempo que quiera, sin que nadie me interrumpa, o me moleste. Es el único momento en el que me gusta estar sola

Terminé mi extenso baño y salí envuelta en una toalla. Inmediatamente una brisa se coló por la ventana del balcón, logrando que me estremeciera. No dudé ni tres segundos en correr a cerrarla. Ahora mi cuarto tenía esa extraña sensación de que había un fantasma. Se ve que el otoño estaba llegando antes este año. No es que se pueda notar mucho la transición de estaciones en un lugar como Londres, donde se categoriza el clima como "más" o "menos" frío. Nadie dice "hoy hace calor". Normalmente se escucha "hoy no hace tanto frío". Por lo tanto, notar el cambio de estación solo se debe a pequeños detalles que muchas veces la gente no puede apreciar. 

Me vestí rápidamente con un pijama cómodo que constaba de un par de pantalones a cuadros grises, rosados, blancos y azules. Y una remera blanca básica de manga corta. Me sequé el pelo, y me cepillé los dientes. Una vez lista, solo restaba acostarme en mi cama.

La casa se sentía tan sola. No estaba mamá, como de costumbre, ni papá. Mamá suele trabajar en las noches, y vuelve como a las cinco de la mañana, aunque varía, y es ahí cuando finalmente se acuesta a dormir, y duerme como hasta las dos de la tarde, se levanta para comer, y vuelve al trabajo, justo para la misma rutina. Papá está todo el tiempo trabajando, o de viaje en Seattle. Cuando no está fuera del país, el asegura venir a casa en las noches, e irse muy temprano, pero como nosotros no estamos despiertos en ese horario, no lo vemos. Francamente, esa historia me la creí hasta los trece. Pero nunca me quejé. Papá trabaja más de la cuenta solamente para darnos todo lo que nosotros queramos. Y estoy orgullosa de él, aunque eso signifique no tenerlo cerca como antes. Y bueno, volviendo al tema de la casa silenciosa, Liam tampoco estaba, ya que seguía en el baile. Y eso me dejaba a mí, sola con mis peluches, y mis almohadas, y la estúpida máscara sobre mi mesa de luz que no hacía más que recordarme que me besé con Louis Tomlinson. 

Hablando de eso, debería escribirlo en el libro… Dios, ahora que pienso en eso me falta besar a Niall para completar… Toda una puta, lo se. En fin, justo debajo del de Zayn,escribí su nombre en mi cuaderno, que siempre guardo en una gaveta secreta que hay escondida dentro de la verdadera gaveta de mi mesa de noche, si no es que llevo el cuaderno conmigo. No se por qué, ni quiero pensar en ello, volví a la primera página de mi cuaderno, donde nuevamente su nombre encabezaba la página, escrito con lápiz color rosado, y con una letra tan patética que me gustaría volver en el tiempo solo para abofetearme por permitirme a mí misma escribir en esa caligrafía. Tenía esta rara obsesión con poner corazones en todos lados, e incluso en los puntos de las íes. Era patética, lo se. 

Dicen que una chica no olvida las primeras veces. Primer beso, primer novio, primer amor, primer sexo… ¿Por qué le damos tanta importancia a ese número? ¿Qué tiene de importancia el uno? En mi opinión, el dos es mucho más interesante que el uno, pero aún así el segundo beso no es tan importante como el primero. Supongo que es porque experimentamos cosas nuevas, que nos abren caminos diferentes. Solo somos exploradores encontrando pistas, que nos llevan a otros lugares. No digo que las primeras veces no puedan ser desastrosas. Al contrario, la mayoría de veces lo son. Pero luego terminan como anécdotas graciosas, y finalmente volvemos al principio. Para bien o para mal, una chica nunca olvida sus primeras veces. Yo traté. Traté de olvidarme de eso durante cinco años. Me convencí a mí misma que eso no era verdad. Pensaba que si era creíble para mí, lo era para el resto. Cuando la gente me preguntaba sobre mi primer beso, yo afirmaba que el propietario de ese acontecimiento era Harry. Pero luego de eso, luego de negarme a mí misma la verdad, me puse a pensar y descubrí que por más que yo les dijera a todo el mundo que Harry había sido mi primer beso, yo aún sabría que ese puesto le pertenecía a Louis. Y no le encontré sentido a engañar a los demás, y lo solté. A los trece años les conté a los chicos que mi verdadero primer beso no fue con mi mejor amigo y desde entonces me torturan para saber quién es el dueño de ese beso. ¿Y saben lo peor? Que no me arrepiento de ese beso. Claro que tuve que madurar un par de años más para darme cuenta de eso. Pero luego de que me admití a mí misma todo, el resto del camino fue muy simple. Además, comparado con otros, fue un beso soñado. Es así como las chicas se imaginan su primer beso. Creo que lo que de verdad me afectó fue saber que al otro día, volvía a ser la hermana de Liam. La insufrible hermana de Liam. Pero también me devolvió la razón, y además es uno de los motivos por los que ya sé lo que me espera el lunes en el colegio, o sea, volvemos a ser perro y gato. 

Finalmente, y con todos esos pensamientos mezclándose y haciendo un gran nudo en mi cabeza justo igual que un par de auriculares en un bolsillo, caí profundamente dormida. 

"Harry Styles es el hombre más sexy del mundo, y te ordena que te levantes en este instante. ¡Levantate! ¡Levantate! ¡_______! ¡Arriba! ¡Ahora! ¡La la la la la la la! ¿Ya te levantaste? Planeo hacer que esa grabación dure alrededor de quince minutos, así que…" 

Manoteé el despertador logrando que se caiga al piso y se dejara de escuchar la irritante voz de Harry. ¿Cuándo grabó este maldito despertador? Imbécil… Una vez que el silencio volvió a reinar en la habitación, coloqué mi cabeza boca abajo en mi almohada, aspirando el olor a flores que había quedado impregnado de mi cabello. De repente mi celular empieza a sonar sobre mi mesa de luz. Para ser un celular que un ladrón normalmente te devolvería por ser tan verga, sonaba bastante alto. No necesitaba ni sacar mi cabeza de entre mis almohadas para saber que era Harry quien llamaba. La canción "Something's triggered"llenó mi habitación. Giré mi cabeza al otro lado, y con una de mis tantas almohadas traté de apaciguar la música, poniéndola sobre mi oído descubierto. Por más que no funcionó, la música paró de golpe. Suspiré relajando mis párpados. Pero mi acto fue claramente prematuro, ya que no pasaron tres segundos antes de que la canción volviera a sonar… Sabía que Harry no se iba a cansar, así que sin abrir los ojos, tanteé en mi mesa de noche hasta encontrar mi celular, y abrí la tapa y me llevé el celular al oído. Algo bueno de ese celular es que no tiene mucho brillo en la pantalla…

-¿Estás levantada? -Preguntó mi mejor amigo del otro lado de la línea. Yo seguía boca arriba, con los ojos cerrados, y tratando de hacerme la idea de que pronto me iba a tener que levantar.
-Mjm. -Respondí la única palabra que logró salir de mi boca.
-Entonces salí a la terraza. -¿A la terraza? Está más loco…
-¿A la terraza? ¿Para qué? -Protesté volteándome y acurrucándome en mi cama. 
-Quiero ver que estés levantada. -Se ve que después de todo me voy a tener que levantar. 

Con gran pesadez quité mis mantas de en cima y coloqué mis pies en el piso. Lo primero que sentí fueron los pelos de mi alfombra escurrirse entre los dedos de mis pies. Luego de unos escasos dos pasos con la alfombra rosa bajo mis pies sintiendo el cómico cosquilleo, mis pies pasaron a tocar madera, la cual por suerte estaba caliente gracias a la calefacción. Al abrir la terraza lo primero que sentí fuel choque del calor acogedor de mi habitación con la fría brisa de un verano que se desvanece dando paso al otoño. 

Giré sobre mis talones hacia la derecha, donde vi como Harry estaba apoyado en su balcón con un pantalón de pijama y una remera simple. Me saludó alegremente con una sonrisa, y yo le devolví el gesto levantando mi dedo medio y volviendo a entrar a mi habitación. ¿Cómo es que alguien alguna vez se llega a acostumbrar a despertarse a estas horas un sábado. Es masoquismo. 

-¿Feliz? -Pregunté molesta, ya más despierta, mientras prendía la luz de mi habitación. 
-Mucho. Tenés una hora y media. Más te vale estar lista.
-Qué caballero. A una chica le encanta que le hablen así cuando la van a buscar para una cita…
-Sabés que te amo. -En tanto la conversación avanzaba, yo me dirigí a mi vestido para comenzar a buscar ropa para ponerme. 
-Y vos sabés que te amo a vos. Sino no estaría haciendo esto. Considerando que ni siquiera mencionaste el hecho de que me tenía que hacer pasar por tu novia… -Comencé a rebuscar entre las perchas con centenas de vestidos, descartando los que consideraba inadecuados. Esto iba a ser más difícil de lo que pensé. Mi mayoría de vestidos son ajustados… 
-Pensé que lo sabías. -Ya estaba completamente despierta, pero aún no sabía siquiera la hora.
-Pensaste mal… ¿Qué hora es, por cierto?
-Nueve y media. 
-Te voy a cortar para no cagarte a puteadas. -Luego de escuchar una risa de su parte, colgué el teléfono. 

Estuve literalmente cuarenta minutos decidiendo qué ponerme. Porque o era muy ajustado, o muy negro, o muy brillante, o muy de fiesta… Nada servía… Pero finalmente conseguí algo medianamente adecuado. En fin, comencé a maquillarme, más bien natural. No muy cargada. Es un almuerzo al mediodía… Una vez lista, me dejé el pelo suelto con mis ondas naturales. Solo me lo recogí un poco adelante para que no me cayera pelo en la cara. Una vez lista me puse el vestido: 



Ya iban tres llamadas de Harry que no contestaba, y se escuchaban múltiples gritos desde mi balcón, pero los ignoré y me puse mi abrigo. Bajé corriendo lo más rápido que pude. Ya eran once y cuarto. Cuando salí, él me esperaba algo alterado. Hacía frío afuera, pero no tanto. Llevaba puesto un jean negro ajustado, sus estúpidas botas, que no las deja ni aunque le paguen, y una camisa que cada vez que pestañeaba, tenía un botón menos abrochado. 

-Se te desabrochó la camisa. -Le dije de broma, porque era obvio que lo tenía así intencionalmente. Él rió irónicamente. 
-¿Por qué tardaste tanto? -Preguntó evadiendo mi pregunta mientras daba la vuelta para subirse al auto que su padre le había prestado. 
-No encontraba la ropa para ponerme… -Respondí subiéndome en el lado del copiloto. -Pero esto está bien, ¿no? Porque sino puedo ir a cambiarme… 
-¡No! -Me interrumpió. -Estás perfecta. Un poco corto y escotado para mi gusto…
-¿Cuando corto y escotado no son tu gusto? -Pregunté riendo mientras él avanzaba con el auto.
-Cuando Nate se va a pasar todo el día mirando a mi mejor amiga con cara de violador… -Respondió sin mirarme, pero aún así sonrió. 
-Muero por conocer a Nathaniel. Quiero saber si está tan bueno como se comenta… 
-Por el día de hoy, y por el resto de tus días en el caso de Nate, sos mi novia. Grabatelo. No coquetees con Nate. 
-¿Ni siquiera indirectamente?
-Bueno, indirectamente sí. Pero solo para babosearle que sos mi novia, y no la de él. 

Continuaron hablando todo el camino hacia el Country Club. Al llegar, entraron por un enorme portón blanco, con varios autos lujosos por delante, y fue ahí cuando realmente comencé a sentir el miedo. Nerviosismo, mejor dicho. Ibamos avanzando lentamente por el pavimento de piedras, y ya a lo lejos se alzaba el establecimiento. No podía ver mucho del mismo, ya que teníamos muchos autos delante, pero con solo pensar que estaba a un par de metros, hacía que mis manos temblaran. Comencé a frotarlas una con la otra en señal de nerviosismo.

-¿Estás bien? -Preguntó Harry, claramente notando mi anterior acción.
-Si… Digo, no. O sea, ¿Qué pasa si digo algo que está mal? ¿O si tiro ponche en el vestido de alguien? Ni siquiera se si sirven ponche. Es frustrante… -Respondí mirando hacia el costado. Un par de antorchas se alzaban encendidas con no más de dos metros de diferencia entre cada una al rededor del camino, y más allá se veía pasto cortado a la perfección. Hasta pareciese que cortaran cada pasto con una regla los centímetros exactos, como en una película que vi y ya no recuerdo ni el nombre. Harry rió.
-No puedo creer que estés nerviosa. -Volvió a carcajear. 
-No te rías. 
-Es que… Nada. -Se retractó de lo que iba a decir. -Solo tranquilizate, ¿Si? Todo va a salir bien. Solo no te despegues de mí. 

Asentí justo para el momento en el que llegamos a la puerta del establecimiento. Era gigante y blanco. A la izquierda había lo que parecía, o lo que yo suponía más bien, la cancha de polo, y detrás del lugar había un establo, el cual solo pude ver parte, ya que el Country me tapaba la mayoría. Me quedé maravillada. Por primera vez desde que Harry frenó visualicé a la gente. Había bastante gente fuera hablando entre sí, y me alegró saber que no estaba tan fuera de lugar con mi ropa. Algunos tenían copas con Champagne, supongo, en sus manos y hablaban entretenidos. También vi como meseros vestidos de trajes negros muy pulcros pasaban esquivando a la gente con bandejas de plata que llevaban más y más copas sobre las mismas. 

Harry se bajó del auto y le tiró las llaves a un joven, supongo yo era el valet parking, y dio vuelta el auto para llegar hasta mi puerta. La abrió y me ayudó a salir. Por un momento sentí que muchas miradas se posaban en nosotros, pero al levantar la vista, nadie nos miraba. Tomé la mano de Harry con fuerza y comenzamos a avanzar por entre la gente hasta entrar al lugar.

Por adentro era aún más lindo que por afuera. Bordeando el lugar comenzando por mi derecha había una larga mesa, enorme si puedo presumir, que al llegar al fondo giraba a la izquierda, continuaba hasta el fondo, y volvía a girar para terminar el circuito en una U. Habían muchas sillas blancas a su alrededor. En la pared de la izquierda estaban lo que supuse eran los baños. Y en el centro, además de varias columnas que sostenían el establecimiento, no había nada más que gente parada hablando, igual que afuera, pero en más abundancia. Ver tanta gente solo me puso más nerviosa. Al rededor de toda la sala había unos artefactos parecidos a unos postes de luz, pero en vez de irradiar luz, irradiaban calor, logrando que el ambiente estuviera lo suficientemente cálido como para que las damas pudieran exhibir sus vestidos, o para eso supuse yo que eran.

-Se van a acercar millones de personas a saludarnos. -Susurró Harry en mi oído, mientras aún me tenía sostenida de la mano. -Solo sonreí y contestá las cosas que sepas, el resto dejámelo a mí. 

Justo en ese momento una señora algo mayor, como de cuarenta y largos vestida con un vestido blanco con flores rojas se acercó a nosotros con una sonrisa impregnada en la cara. 

-Harry, cariño. ¿Cómo has estado? -Preguntó la señora portando su mano contra el brazo de Harry. Me tuve que atragantar una risa.
-Bien, Madeline. ¿Y usted? -¡Sí! ¡El momento al fin llegó! Estoy realmente viendo a Harry actuar como una persona civilizada… Alguien tendría que documentar esto. 
-Muy bien, gracias. ¿Qué le pasó a tu hermana? -Preguntó la señora dándole un sorbo a su copa de Champagne. 
-No podía venir, tenía dentista y no pudo cancelar. -Respondió Harry sonriendo.
-Qué lástima, aunque veo que te conseguiste un buen reemplazo… -Dijo mirándome por primera vez en lo que va la conversación. Puse mi mejor sonrisa.
-Si, esta es mi novia, _______. -Le dijo Harry, atrayéndome a su cuerpo mientras ponía su brazo rodeando mi cintura.
-Un placer, señorita. -Dije contiendo en que si le decía "señorita" me ganaría su confianza, lo que al parecer funcionó ya que al estrecharme la mano sonrió más de lo que sonreía antes.
-Señorita… ¡Qué encantadora! El placer es mío, linda. -Soltó mi mano, y yo no paré de sonreír. -Tienes buen ojo, cariño. -Le dijo esta vez a Harry.
-Gracias.
-¿Y hace cuánto que están juntos? -Me preguntó a mí. Hora de improvisar…
-Seis meses. -Respondí alegre. Me pareció adecuado, no era mucho, pero tampoco poco. 
-Wow, bueno. Felicidades, Harry. Tu novia es un encanto. Hablamos más tarde. -Me miró a mí por última vez, sonreí agradecida, y siguió a saludar a más gente.
-No fue tan difícil, ¿O si? -Preguntó en mi oído mientras avanzábamos.
-No, cariño. -Dije en forma de burla mientras apretaba una de sus mejillas. Él quitó su mano mientras reía. Estoy segura que me iba a decir algún comentario como "puta", "trola" o "forra", pero se lo guardó porque eso no es algo que alguien en este lugar quisiera escuchar que un novio le dice a su novia. 

Continuamos saludando gente. Más de lo mismo. Al parecer le caía basta bien a la gente de por aquí. Creo que encajaría bien como cheta… De repente estábamos hablando al lado de una columna con un señor y el agarre de Harry se tensó. El resto de la charla él no habló, solo se quedó mirando al vacío, mientras que yo tuve que hacerme cargo de la conversación, hablando sobre lo poco de política que sabía. Cuando finalmente el señor se fue, me animé a preguntarle a Harry lo que sucedía.

-¿Todo bien? -Me arrimó más aún a su cuerpo.
-¡Primo! -Se escuchó al frente. -¿Cómo has estado? -Al voltear vi a un chico de más o menos nuestra edad, tal vez diecinueve. Era DIVINO. Merece estar en mayúsculas. Era castaño claro, tirando a rubio oscuro, con unos brillantes ojos azules que resaltaban una enormidad. Una hermosa sonrisa era lo único que faltaba, lo que confirmé segundos después cuando pasó su mirada a mí. 
-¡Nate! -Dijo Harry fingiendo alegría. Era más que obvio que ninguno de los dos se aguantaba al otro. -Tanto tiempo. Se te extrañó el mes pasado.
-Si, bueno. Tenía algunos temas que solucionar. -Sacó su mirada de mí para pasarla a Harry y guiñarle un ojo. Supuse que esos "temas que solucionar" eran mujeres… -Pero vos veo que no perdéis el tiempo. ¿Quién es esta bellísima chica? -Preguntó volviendo su mirada hacia mí. La mano de Harry presionó más contra mi cintura, tanto que ya hasta parecía un corsé. 
-Soy _______, su novia. -Respondí al ver que él no lo hacía. Estiré la mano para saludarlo, pero en vez de eso él la tomó y besó el dorso de la misma sin dejar de mirarme con esos penetrantes ojos azules bordeados por sus espesas y largas pestañas. Yo siempre lo dije, no es el color del pelo, sino el largo de las pestañas lo que atrae… Eh aquí la principal razón por la que Zayn me pareció más que atractivo. 
-Un gusto, hermosa. -Dijo sin soltarme la mano. La verdad que ahora entiendo a lo que se referían Ali y Harry. Este pibe te mira con esos ojos y ya te derriba. Apuesto a que consigue lo que quiere solo con mirarte… 
-Igual. -Dije sonriendo. Harry carraspeó a mi lado, logrando que recordara que él era mi "novio". Me solté del agarre te Nate.
-¿Y cómo es que se conocieron? -Preguntó mirándonos a ambos. Era el primero que preguntaba eso. Hasta ahora todo el mundo había preguntado hace cuánto nos conocíamos, y cuánto tiempo llevábamos juntos, pero nadie se reparó a preguntar una historia. Supongo que después de todo El Principito tenía razón. A los adultos solo le importan los números… 
-Nos conocemos desde siempre. -Respondió mi mejor amigo. 
-¿O sea que siempre fueron amigos? -Preguntó sorprendido con un vaso de whisky en la mano izquierda del cual no me había reparado antes, comprobando que tenía más de dieciocho, o que este club le da alcohol a menores… Yo asentí sonriente. -¿Y aún conociendo todo sobre él te sigue gustando? -Me preguntó a mí gracioso, seguramente haciéndole una broma a su primo. Ahora que me doy cuenta, es de la misma altura que Harry, un poco más alto, incluso. 
-Si, bueno. Harry tiene sus defectos, pero es bueno en otras cosas… -Sentí la sonrisa de suficiencia de Harry a mi lado. Creo que acabo de defender su hombría o algo así. No se, no entiendo el vocabulario masculino. De todas maneras eso no pareció molestar mucho a Nate, sino que logró ensanchar su sonrisa aún más, sin despegar la mirada de mí. -Como tejer. Es un fantástico tejedor. -Respondí para romper el hielo. Nate rió sonoramente. 
-Además de linda, graciosa. Tiene el paquete completo… -Dijo a Harry, quien se sintió orgulloso. Pasaron como treinta segundos en los que Harry se dedicaba a mirar a Nate, Nate no sacaba la mirada de mi y mi escote, y yo trataba de mirar a cualquier menos a sus hermosos ojos. Hasta que al fin encontré la mirada de Anne, que entendió al toque mi llamado de apuros, y vino al rescate.
-¡Chicos! Ya llegaron. No me había dado cuenta. -Dijo con una sonrisa arrastrando a Luke de la mano. -_______, te ves bellísima. 
-Gracias, Anne. Tu igual. Me encantan tus zapatos. -Agradecí internamente la intervención de la madre de Harry, o pronto Nate me iba a terminar desvistiendo solo con un pestañeo. 
-Gracias, linda. A las órdenes. -Luego pasó su mirada a Nate. -Nathaniel, cariño. ¿Cómo has estado? -Ahí está otra vez esa palabra. Nuevamente tuve que tragarme la risa, y no encontré mejor manera que mordiéndome el labio, acto que llamó la atención de Nate. 
-Muy bien, tía. Hablaba con Harry y su novia, quien es encantadora. -Respondió este, llevándose las manos a su espalda.
-Si, es un amor. -Respondió Anne acariciándome el brazo en forma de apoyo.
-¿Hace cuanto que la conocés? -Le preguntó Nate a Anne. Me parece que éste está empezando a sospechar… Anne hizo un gesto con la mano.
-La vi nacer. -Yo sonreí victoriosa, e igual Harry. -Su madre y yo nos conocimos cuando ella estaba embarazada de _______ y su hermano, y yo de Harry. 
-¿O sea que tenés un mellizo? -Preguntó mirándome intrigado. -Tu vida cada vez me parece más interesante. -Dijo seductivamente. 
-_______, ¿Ya saludaste a la abuela de Harry? -Preguntó Luke de repente. Agradecí enormemente su intervención, ya me estaba empezando a poner nerviosa. Negué lentamente. -Vamos. Te acompaño. -Dijo tendiéndome la mano, la cual acepté gustosa. Una vez lejos solté el aire que no me había dado cuenta que había estado conteniendo.
-Gracias, Luke. Casi muero. ¿Viste lo bueno que está Nate? -Le pregunté exhausta. Él rió. La verdad tengo bastante confianza con él. Es como mi padre sustituto, ya que el mío trabaja todo el tiempo. 
-Soy un chico, _______, por si no te diste cuenta. -Respondió caminando a mi lado.
-Eso explica la barba… -Dije graciosa mientras el negaba. Llegamos hasta donde estaba la abuela de Harry. Pasamos de mal en peor, te juro. Al verme sonrió forzosamente. 
-_______, qué sorpresa verte aquí. -Dijo algo disgustada. -Y Lucian… Siempre es un placer verte. -Al parecer esto fue una mala idea, porque no solo me odia a mí, sino que también a Luke. 
-Dorothea, siempre es un placer hablar contigo. -La abuela de Harry siempre iba vestida con elegantes vestidos o trajes clásicos.Era delgada y alta, y llevaba el pelo corto con rulos y de un color pelirrojo. No cabe recalcar que tenía millones de cirugías, y siempre iba extramaquillada. A ella no le caía bien Luke, porque aunque de por sí nunca le cayó bien Anne, tampoco le agradaba que haya cambiado a su hijo por alguien tan "inferior" como Luke. 

Luego de un par de miradas incómodas, sentí como Harry me llamaba. Me disculpé lo más cortésmente que pude y caminé hacia mi supuesto "novio". En el último mes había fingido ser novia de dos personas… Debería trabajar de esto. Se me da muy bien. 

-Gracias. No se que era peor, si Nate o tu abuela… -Dije en un suspiro llegando a donde él estaba. 
-Si supieras las cosas que Nate dijo en tu ausencia, preferirías mil veces a mi abuela. -Respondió ofreciéndome una copa que había tomado de una bandeja llevada por un mozo. -Tenía unas ganas de plantarle una piña… Imbécil. Lo agarro solo y le rompo la vida. -Dijo furioso mientras tomaba un poco de whisky. Esto me hace dudar la edad de Nate nuevamente… 
-No necesito que sigas peliando con hombres por mí. Creo que ya tuve suficiente con Sean… -Dije riendo.
-Bueno, para eso sos mi novia, ¿No? -Dijo acercándome con la mano que no sostenía el vaso. 
-Sip… Me sorprende que sepas actuar como un novio, considerando que soy lo más cerca a una relación que has tenido…
-Yo tuve relaciones con otras chicas… -Dijo algo indignado, pero de broma.
-Si, relaciones sexuales, Hazz. -Él rió, contagiándome a su paso. 
-Es lo mismo… -Me acercó más aún pegando su pecho con el mío.
-¿Cuánto pudiste tomar en tres segundos que yo estuve hablando con tu abuela? -Se terminó el vaso de whisky en dos tragos y lo despistó en la bandeja de un mozo que pasaba caminando al momento que agarraba otro que ya tenía más. 
-¿_______ Payne controlándome mis consumos alcohólicos? Esto es nuevo… -Dijo gracioso, mientras daba un sorbo, pero le saqué el vaso. -¡Oye! 
-Tenés un partido de polo, y la obligación de devolverme a mi casa viva. -Puse su vaso y mi copa sobre una bandeja de otro mozo que circulaba por la sala. -No quiero terminar estrellada contra un árbol como la última vez…
-¿Desde cuando te volviste Liam? -Dijo gracioso aún presionando mi cuerpo para que esté pegado al suyo. Su aliento de whisky mezclado con menta invadía mis fosas nasales.
-Desde que decidí que quiero vivir un poco más de dieciocho años… 
-Dicen que el sexo ayuda a mantenerse joven… -Enarcó una ceja mientras sonreía de lado.
-Si, tenés razón. ¿Decís que Nate esté dispuesto? 
-¿Me cambiás por Nate? -Yo sonreí inocentemente. -Yo beso mucho mejor que Nate. 
-¿A sí?… Estoy dudando. -¿Por qué chota estoy coqueteando con Harry? O, una mejor pregunta. ¿Por qué acabo de pensar en Louis?
-¿Querés que te lo demuestre? -Justo cuando me estaba por besar, un carraspeo nos interrumpió, logrando que nos separáramos.
-Hola Harry. -Dijo una chica. Al voltear a verla noté que era muy linda. Tenía el cabello negro azabache largo y lacio, y unos hermosos ojos celestes. Su vestido era ajustado, lo que me comprobó mi teoría de que esa chica era la que estaba "obsesionada" con Harry. ¿Cómo era que se llamaba?…
-Chloe. -Respondió Harry a forma de saludo. Ese era el nombre…  
-¿No me vas a presentar? -Preguntó ella irritantemente, mirándome.
-Claro. -Dijo mi mejor amigo en un suspiro. -_______ ella es Chloe, Chloe, ella es _______. Mi novia. -La cara de la chica cambió drásticamente. Parecía sorprendida, y nada complacida con la noticia, pero aún así sonrió forzosamente. 
-Un gusto. -Dije descaradamente estirando mi mano. 
-Igualmente. -Respondió mientras me estrechaba la mano. -Nunca me habías dicho que tenías novia…
-Nunca me habías preguntado… -Respondió éste algo aburrido con la conversación. El silencio reinó la conversación, justo cuando la otra abuela de Harry llegó a salvar. Gracias a Dios, cada persona que le hablo es una complicación diferente… 
-¡Harold! -Dijo interrumpiendo. -Mi niño. ¿Cómo has estado? -El sonrió complacido.
-Hola abuela. 
-¡Y Alison! Wow, ¿Te achicaste? -Preguntó mirándome de arriba a abajo. Siempre me daba gracia esta señora. ¿Les comenté que estaba loca? Imagínense en Navidad luego de tomar más de la cuenta… 
-No, soy _______… -Ella se quedó mirándome sin entender aún quién era. En la mirada de Chloe vi satisfacción. -_______ Payne… La hija de Karen y Geoff… -Ahí pareció caerle la ficha.
-¡Claro! ¡_______! ¿Cómo olvidarme? La última vez que te vi fue en Pascuas, y estabas besándote con mi nieto en el baño. -Dijo con una sonrisa.
-Aún lo recuerdo. -Dijo Harry sonriendo, probablemente recordando la situación. Imagínense, yo sentada en la cisterna del baño besándome eufóricamente con Harry cuando de repente aparece su abuela y se empieza a reír como loca… 
-Harry, tenés que ir a cambiarte. -Dijo Nate, uniéndose a la ya de por sí muy incómoda conversación.
-¿Ya? -Dijo él mirando su reloj. 
-Si. -Harry me miró buscando más que nada la aprobación para dejarme sola, cosa que no creo que le agrade tanto…
-Por mí no hay problema. -Dije sonriendo. 
-Mamá te quería decir algo. -Se apresuró a decir, antes de que me quedara sola con Nate y Chloe, ya que la abuela de Harry se había ido. Yo asentí, y él me dio un beso en la mejilla. -Bye, Haze. 
-Esperá, Hazz. -Dije antes de que se volteara. -¿Dónde está tu madre? 
-Con Luke. -Respondió volteando y caminando hacia afuera del establecimiento, dejándome sola con Chloe y Nate.
-Cuánta ayuda… -Dije para mí misma, aunque mis dos acompañantes fueron perfectamente capaces de entenderlo.

Antes de que pudieran decir cualquier cosa me fui de ahí, en busca de mi padrino y de mi supuesta "suegra". Al fin los encontré, y fuimos juntos hasta la parte de afuera donde se iba a llevar a cabo el partido de polo. 

Nunca creí que el polo fuera así. O sea, nunca había visto un partido, pero es rarísimo. Es como una mezcla entre fútbol, cricket y equitación. Son dos equipos de cuatro jugadores cada uno que intentan anotar una pequeña pelota de madera en la portería del otro equipo, subidos a caballo, y guiando la pelota con palos de cricket. Pero era más entretenido de lo que me imaginé. En todo el partido no me separé de Anne y de Luke. Nate no paraba de observarme en todo el partido. Un poco más y me perforaba con la mirada… Hasta me sentí cohibida, y eso que no me suele pasar con los chicos… Es algo raro que tiene Nate. 

Al terminar el partido, todos llevaron los caballos al estadio. Creo que el equipo de Harry ganó. CREO. No estoy segura. Todavía no entiendo del todo el polo. Caminé decidida hasta los establos, y al entrar vi a Harry cepillando a un caballo, que si la memoria no me falla, era el mismo que montaba en el partido. 

-Fin de tu narración.-

-Narrador omnisciente.-

-Buen juego. -Dijo la chica entrando al establo, captando la atención de Harry, quien volteó inmediatamente a verla. Lo que no sabían es que había una tercera persona escuchándolos detrás de las puertas. Sí, Chloe había seguido a _______ hasta entrar al establo.
-¿En cerio lo creés? -Preguntó el ojiverde aún cepillando su caballo.
-No. Si te soy sincera no se si ganaron ni perdieron… -Respondió _______ llegando hacia donde estaba, pero manteniendo distancia, ya que le tenía miedo al caballo.
-Ganamos, Miss Inteligencia. -Dijo gracioso el más grande de los Styles. 
-No me insultes. -Dijo haciendo puchero. Él se acercó a ella.
-Aw, perdón, Hazel. -Lo empujó levemente.
-Imbécil. -Respondió la chica mientras reía.
-Me amás, Payne. -Dijo el chico sonriendo. _______ no pudo evitar pensar en Louis, quien le había dicho lo mismo un tiempo atrás. 
-Desgraciadamente. -Respondió graciosa… No había pasado ni la mitad del día, y ya había pensado dos veces en el más grande de los Tomlinson, aunque se había propuesto no hacerlo. 
-Pasame mi ropa. Te voy a llevar a un lugar. -Dijo él comenzando a sacar las botas largas.
-¿En esa cosa? -Preguntó ella refiriéndose al caballo.
-Se llama Walker… -Ya había terminado con una bota, y estaba luchando con la otra.
-Y adivino, ¿El primer nombre es Johnnie? -Preguntó graciosa yendo por su ropa, que descansaba en una percha a un metro del caballo. Él rió.
-Me conocés muy bien… -Se sacó la remera dejando a la vista su torso desnudo, en el cual la chica divisó algo que no había visto antes…
-¿Te hiciste otro tatuaje y no me dijiste nada? -Preguntó incrédula alcanzándole su ropa. Era una gran mariposa sobre su estómago.
-Estabas con todo lo del baile y eso y ni me dio tiempo de avisarte… Ayudame con el pantalón mientras me pongo la camisa. -La chica obedeció mientras comenzaba a desabrochar el cinturón torpemente. -¿Ahora te servirían esas clases de desabrochar cinturones de las que hablábamos seriamente?
-Callate Styles… 
-Callame. -_______ terminó con el cinturón y rió divertida. 
-Muy masculino tu tatuaje. -Dijo irónicamente tratando de cambiar de tema. Ella sabía que no resistiría a Harry pidiéndole un beso. 
-Es por Alison. Es tu animal favorito, y eso… -<"Y eso…"> Pensó la chica negando con la cabeza.
-Claro, por Alison te hacés un tatuaje pero por mí no… -Dijo indignada terminando con el botón y el cierre de su pantalón blanco, ensuciado por tierra. 
-Vos todavía me debés la hache en la panza… -Dijo bajándose los pantalones y sacándoselos para reemplazarlos por sus jeans.
-Yo me hago la hache en la panza si vos te tatuás la __ (tu inicial). -Dijo decidida abrochándole la camisa. Nunca creyó que él diría que sí. 

-Hecho, el lunes después de clase vamos. 

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Capítulo super largo que compensa el hecho de que no voy a estar por una semana completa :):) Espero que les guste a todas!!! Y gracias por entender lo de que no me gusta que me presionen y eso. He recibido pila de apoyo estos últimos días por eso y se los agradezco. Son asombrosas, todas!!

Por cierto, este es Nate: 
Pero lamento comunicarles que es mi novio, así que ya tiene dueña... Eso nada más :)
Las adoro a todas!

Beso grande, lindas!
Ly :)
Juliii :)

Capítulo diecisiete: "Memories".

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-Yo me hago la hache en la panza si vos te tatuás la __ (tu inicial). -Dijo decidida abrochándole la camisa. Nunca creyó que él diría que sí.
-Hecho, el lunes después de clase vamos. -Ella, confiada en que era una broma y que luego él se olvidaría, aceptó en medio de una carcajada. -Vamos.
-¿Era en cerio? -Preguntó ella refiriéndose al caballo. Harry solo sonrió divertido mientras palmeaba la espalda del animal. -Yo no me pienso subir en eso, Harry. Ya vi como hacen hace un rato. Se paraban en dos patas y todo… -Asustada la chica retrocedió un par de pasos hasta dar con una pared de madera.
-Y bueno, pararse en una pata está complicado… El pato se queda viudo. -_______ rió, pero no porque le había resultado gracioso, sino porque le había resultado tan mala la broma que daba risa de lo horrible que era. -Dale, pancha. -Insistió a un lado de Walker.
-Tengo vestido. No puedo montar con vestido. -Fingió estar apenada mientras se sentaba sobre una caja y sonreía tiernamente.
-Montás a la inglesa.
-¿Ahora hay formas de montar? -Vio como el chico sonrió pervertidamente y ella comenzó a reír. -El caballo, degenerado. Montar el caballo.
-Ahora le dicen así… -Comentó divertido comprobando la montura del animal.
-Dejá de pensar en sexo por un segundo en tu vida. -Dijo ella negando levemente aún con expresión divertida en el rostro.
-Listo. Ahora arriba. Vamos a dar un paseo. -Ella negó divertida aún sobre la caja.

Harry caminó hacia la pequeña Payne y la agarró de la cintura hasta depositarla al lado del caballo, ignorando sus gritos y múltiples súplicas para que la bajara. _______ dio un paso para atrás asustada cuando el animal golpeó el suelo con una pata. La sujetó de la cintura.

-¿Lista? -Preguntó tomando impulso para levantarla, que no era mucho, ya que no pesaba tanto.
-No. -Respondió ella sosteniéndose en sus hombros.

Hizo presión sobre su cintura y la levantó del piso del establo hasta ponerla sobre el caballo de manera que sus dos piernas quedaran colgando del mismo lado. _______ se sujetó de todo lugar posible. Analizó el panorama y se decidió finalmente por poner una mano en el hombro de su mejor amigo y la otra sobre la montura del caballo, quedando sostenida de esa manera en ambos lugares. El caballo se removió mientras saltaba un bufido logrando que la chica pegara un pequeño grito de terror. Harry rió ante su reacción sin poder evitar pensar que pasaría si el caballo se para en dos patas.

-¿Me vas a soltar? -Ella negó temerosa. -Tengo que subirme al caballo, _______.
-¿Y si no te subís? ¿Y si yo me bajo? ¿Y si volvemos adentro a donde tengo la seguridad de tu madre y de Luke? -Preguntó ella aún sin soltarlo. Toda su musculatura estaba tensa, aferrada tanto al hombro del más grande de los Styles como al caballo repitiéndose una y otra vez que no iba a caerse. Harry sonrió y bajó la mirada, logrando que sus hoyuelos se vieran extremadamente tiernos.
-No. -Respondió y con un movimiento brusco logró que ella se soltara de su agarre. Rápidamente su mano voló hasta la montura del animal apretando con tal fuerza que sus dedos ya estaban de color blanco.

Harry con un ágil movimiento enganchó un pie en el estribo y con un impulso saltó hasta pasar su pierna hasta el otro lado, quedando detrás de ella y poniendo su pie restante en el estribo del otro lado. _______ tembló al notar la montura flaquear cuando él se subió.

-Parecés gelatina. -Se burló el ojiverde pasando su mano derecha por su lado y tomando las riendas que descansaban sobre el cuello de Walker.
-¿Y si nos caemos? -Preguntó temblorosa la chica con miedo de voltear hacia él y fracasar en el intento.
-Y… Más del piso no vamos a ir… -<¿Cómo se puede tomar mi desgracia tan burlonamente?> Pensó _______, enojándose levemente. -Tranquila. La montura está bien ajustada. Si la ajusto más, se asfixia el caballo. -La tranquilizó posando su brazo restante al rededor de su cintura y pegando aún más la espalda de ella sobre su pecho, acto que le hizo soltar el aire que nuevamente no notó que contenía.
-Deberíamos intentarlo. -Respondió ella, ahora si volteando a verlo. Una vez rodeada por sus brazos, se sentía más segura. Harry lanzó otra risita burlona. Sin duda se estaba burlando de su fervor a los caballos. -En cerio te digo. Si las mujeres de antes aguantaban con los corsé, este caballo puede aguantar un poco más ajustado. Solo para comprobar no morir.
-Pero este caballo es hombre. Y por cierto, no son "hombres" o "mujeres". Son "caballos" o "yeguas". -La chica no pudo reprimir un golpe en su hombro, pero luego se volvió inmediatamente a aferrarse a la montura de Walker. De un momento a otro le agarró una inmensa curiosidad por comprobar si Walker era verdaderamente un hombre.
-Podré no saber mucho de caballos. Pero en historia te rompo el culo. -Dijo orgullosa cruzando sus pies para que no quedaran colgando tan inertes como estaban.
-Una vez que se algo, deberías dejarme alardear. -_______ prácticamente lo sintió sonreír. Era eso, o que realmente lo conocía para saber que estaba curvando sus labios en una sonrisa.

Harry se acomodó en la montura de una manera en que quedara cómodo, y logrando que nuevamente la montura del caballo se moviera. _______ se aferró aún más fuerte a esta, sin considerar la opción que si la montura falla, y ella está aferrada a la misma, termina en el piso. Cuando se le pasó por la cabeza esa teoría, buscó con la mirada otros lugares para agarrarse, pero considerando que era la montura o el cabello del cuello de Walker, decidió permanecer como estaba. Pensando en mil maneras de morir no se dio cuenta sino hasta el último momento de la cercanía del chico, que podía sentir su respiración detrás de su oreja.

Vagamente divisó como Harry separaba sus pies aún enganchados en los estribos y volvía a dejarlos caer golpeando el estómago de la criatura y ocasionando que comenzara a moverse. Ese acto claro está le puso los pelos de gallina a la chica, quien reprimió un grito para ahorrarse más burlas por parte de su mejor amigo.

Salieron del establo en silencio y anduvieron a paso tranquilo. _______ quiso creer que era porque Harry se había aburrido de su desgracia, y se había compadecido de su miedo a una muerte prematura. Una vez que posó su mente en otra cosa, como el hermoso paisaje que los rodeaba, se tranquilizó. Se estaban alejando del establo, y por ende del Country. A paso lento pero seguro avanzaron entre el verde césped de lo que parecía un campo de golf, y la chica recordó que Harry también practicaba ese deporte. Pero solo por diversión, no competía como lo hacía con el polo, o el rugby. El golf… Qué deporte más aburrido. Ver como unos viejos menean el culo a lo Shakira y golpean una pelotita con un palo hasta terminar en una pose completamente gay… No era lo de ella.

En silencio atravesaron el campo de golf entero, y al terminar ya no se veía siquiera el hoyo seis. Unos cinco minutos después _______ divisó un hermoso lago lleno de patos. Al fondo se iniciaba un bosque frondoso, al cual le invadieron terribles ganas de investigarlo. Más que investigarlo, de jugar a las escondidas ahí. No podía ver con exactitud la extensión de dicho bosque, pero calculaba que no era tan pequeño. Tal vez era el mismo bosque que había visto en el medio de su ataque de nervios antes de llegar al Country. Pero claramente estaba demasiado distraída como para calcular más o menos la distancia.

Una vez cerca del lago, Harry soltó las riendas para dejar que el caballo pasteara y descansara, más aún así no se bajaron de él. _______ se quedó maravillada con la belleza del lugar. Para una ciudad como Londres, habitualmente gris y sin color más que los ómnibus y las cabinas de teléfono, que de hecho las pintaron de ese rojo para poder divisarlos entre la niebla -lo que lo hace realmente lamentable-, esto era la octava maravilla del mundo.

-Suelo venir con Ali acá por lo menos una vez en el día. Cuando estamos completamente sofocados de tanta gente falsa e hipócrita. -Explicó el chico mirando a un par de patos que peleaban por una migaja de pan, que hacía cuestionar a _______ de dónde había salido. -Es un buen lugar para pensar. -<Lo último que necesito ahora es pensar>, habló una voz en la mente de la pequeña Payne.
-Si, acepto. -Dijo ésta, tratando de cambiar de tema.
-¿Qué aceptás? -Preguntó el chico confundido, mirándola con unos expresivos ojos verdes.
-¿Qué no me trajiste acá para proponerme matrimonio? -Contestó graciosa mientras hacía resaltar sus pecas con una genuina sonrisa, la cual contagió a su mejor amigo.
-Ahora te traigo al galope, vas a ver. Por turra. -Comentó aún riendo el ojiverde.
-Lamento haber olvidado que "Harry" y "casamiento" no pueden ir en una misma oración sin ser negativa… -Comentó graciosa, mientras él asentía dándole la razón. -Son como el agua y el aceite. O como perro y gato. O como Spiderman y El Wasón.
-El Wasón es el villano de Batman, burra. -Dijo gracioso.
-Perdón, friki.
-Yo me caso el día que vos te lleves bien con Louis. -Harry y su manó a de hacer apuestas.

La chica se tensó de inmediato al escuchar el nombre del chico que, sin querer, había ocupado sus pensamientos todo el día. Escucharlo en voz alta solo empeoraba la situación. Se había propuesto la noche anterior no pensar en él, pero le había resultado imposible. En cada esquina, cada rincón, cada objeto, le recordaba al ojiazul, y no podía evitar que él invadiera su mente. Pero, al final del día, da igual. Para el lunes, vuelven a ser los Louis y _______ de siempre. Todo solucionado. Problema resuelto.

Decidió no pensar más en el tema y se dispuso a mirar el paisaje.

-Creo que es hora de volver. Ya van a servir la comida. –Dijo Harry comprobando su reloj.
-¿Ya? –Preguntó decepcionada. -¿No nos podemos quedar un rato más?
-Se van a empezar a preguntar dónde estamos… Además tengo hambre.
-Okey. –Dijo desanimada mientras el caballo se ponía en marcha de vuelta y ella volvía a tensar todos los músculos de su cuerpo.

-Fin de su narración.-

-Narras tu.-

Al llegar nos sentamos en la mesa justo al momento en que los camareros comenzaban a traer los platos para comer. No vale la pena recalcar que eran extremadamente lujosos. Creo que la vajilla era de plata y todo…

Cuando ya nos habían retirado la vajilla sucia del postre comenzó a sonar música, y las luces del establecimiento se bajaron dando paso en su lugar a luces multicolores que vagaban de un lado al otro del lugar.

-¿En cerio? ¿Música de los ochenta? –Pregunté mientras reía a mi acompañante.
-La mayoría de gente acá es vieja. –Explicó riendo. –¿Me concede el baile que no me concediste anoche? –Preguntó parándose de la silla y haciendo una reverencia, logrando que riera.
-¿Hablás del baile que no me pediste? –Él asintió divertido aún haciendo la reverencia. Acepté su mano para ayudarme a parar y avanzar al centro del lugar, donde muchas parejas de gente, y otras simplemente en grupos o solas, bailaban animadamente.

Una vez en el centro comenzamos a bailar al ritmo de “Footloose” animadamente mientras Harry no paraba de hacerme reír. Al finalizar comenzó a sonar otra canción que a leguas se daban cuenta que era de la misma época, solo que ésta era lenta.

Estábamos bailando juntos animadamente cuando la canción que estábamos escuchando se corta de repente y comienza a sonar “Temperature”, de Sean Kingston. Miré a Harry para preguntar con la mirada si eso era normal, a lo cual negó al instante. Volteamos monocromáticamente hacia el lugar donde se suponía estaban poniendo la lista, y Chloe avanzaba animada saliendo de la mesa improvisada con una computadora simulando ser un dj. Era tan obvio. Era ella quien había cambiado la canción para que Harry y yo dejemos de bailar…

-Esta mina me cae muy mal. –Le comenté a Harry mientras la multitud se acostumbraba al cambio repentino y seguía bailando. –Lo hizo de gusto.
-Obvio que lo hizo de gusto. Es como una Marcie personal. –Dijo él, claramente irritado. –Solo que más obsesiva.
-Si, no creo que eso suceda nunca… -Solté una carcajada seca y sin sentimientos. –Solo me gustaría poder vengarme de ella… Tengo que dejar de odiar a la gente que acabo de conocer. –Dije en voz alta como un recordatorio a mí misma.
-Y podés… -Dijo levantando una ceja y mirándome divertido. Creo que se a lo que se refiere.
-¿Te estás aprovechando de mí? –Pregunté graciosa mientras me acercaba a él.
-No desperdicio una oportunidad como esta. Nunca.

Antes de que pudiera pestañar, Harry me agarró del cuello y acercó mi cara a la suya para en menos de tres milisegundos juntar nuestras bocas en un beso, de esos que solo nosotros, dementes como somos, sabemos dar.

A lo que me refiero es que besar a Harry en la boca para mí ya es como besarlo en la mejilla. Está incorporado a mi ser. Aunque me prometí a mí misma que la despedida de Grecia era la última. Pero esto era una necesidad. Más bien una obligación. Ya a estas alturas se debieron de dar cuenta lo vengativa y orgullosa que soy, ¿no? Bueno, si no lo sabían, ahora lo saben. Nunca entendí esas películas en las que al final, la buena termina perdonando a la mala y todas terminan amigas… Como siempre en todas las películas chotas de mujeres terminan en un baile de graduación y la buena gana la corona de reina del baile, y la comparte con la gente… Yo me burlaría de todas, admitiría ser la mejor, y se la restregaría a mi enemiga en la cara, después de partirle una silla en la nuca. ¡Es mi corona, flaca! ¡Jodete por ser una pajera!

En fin, me fui re de tema. Lo que pasa es que soy vengativa. Y si no te sirve, mejor. Ese es el punto…

No podía ver la cara de Chloe, pero estaba más que segura de que estaba verde de la envidia. Nos separamos cuando cambió la canción y continuamos bailando como si nada. Bueno, tengo que admitir que le di una miradita a Chloe para ver su cara, y tengo que decir que era aún mejor de lo que esperaba.

-Hazz, tenés que prometerme que esto no va a volver a pasar, ¿si? –Pregunté una vez que estábamos solos en el auto de camino a casa.
-¿Qué? ¿Traerte al Country? –Mi miró con una sonrisa pícara. -¿Tan mal estuvo?
-Ya sabés a lo que me refiero. Es por bien.
-No entiendo por qué…
-Es nuestro último año, Hazza. El año entrante vamos a ir a la universidad. Somos prácticamente adultos. –Expliqué temiendo de mí misma.
-Sabés que nunca vamos a ser adultos. –Comentó riendo aún mirando a la carretera.
-No, ya se que no. Somos demasiado pajeros para eso. Pero a lo que me refiero es que tenemos que dejar de actuar como si nada más importara. -¿Y por qué ahora pienso así? Andá a saber.
-No se por qué presiento que esto tiene que ver con la llegada de los chicos… -¿La tenía? Tal vez…
-No… O sea, no lo se. Solo digo que no quiero que me tachen de puta. Sabés que nunca me importó lo que la gente dijera…
-Excepto que venga de tus amigos. Lo se. –Terminó mi frase. –No lo hacen, igual.
-Por las dudas.
-Espero que no sea porque quieras tirarte a Tomlinson, o voy a estar muy ofendido. –OKEY. ¿Qué onda? Largué una carcajada seca.
-¿Yo? ¿Con Louis? –Volví a reírme. -¿Qué te hace pensar eso? ¿Acaso no ves que nos odiamos?
-Lo único que veo es tensión sexual. -¿Cómo pasamos de hablar de no besarme más con Harry a Louis? Incluso cuando trato de alejarlo de mi mente, vuelve solo como un boomerang.
-Y yo veo tu ojo morado.
-Qué ruda. –Yo sonreí victoriosa. –Entonces, ¿no más besos? –Yo negué. –Okey. Creo que tal vez pueda soportarlo.
-Por primera vez en mi vida voy a actuar con mi mejor amigo como una mejor amiga. –Dije feliz.
-¿Cómo se hace eso? –Rió y le golpeé de broma el brazo.

Llegué a casa y al entrar descubrí a Liam tirado mirando televisión, quien volteó al escuchar el sonido de la puerta.

-¿Cómo estuvo el Country? –Preguntó aún desde el sillón.
-Sobreviví. –Comenté graciosa dejando mi abrigo en el perchero de la entrada.
-Okey, Mrs. Sarcástica, ¿qué te parece un entretenido domingo con el mejor hermano del mundo?
-¿Qué tiene en mente el mejor hermano del mundo? –Pregunté sentándome a su lado y agarrando un par de sus palomitas.
-No se. Pensé que podríamos caminar por la vida, tal vez ir a Nelson’s Ice por un helado… -Me miró indeciso.
-Sabes que no me gusta ir ahí sin… -Me interrumpió.
-Sin papá. –Suspiró dándome la razón.

Antes de que papá obtuviera su trabajo nos llevaba cada domingo a pasear. Recuerdo que nos tomábamos un ómnibus hasta Oxford Street y bajábamos por Regency Street en uno de esos carros tirados por bicicletas. Seguíamos de largo pasando Picadilly Circus y Trafalgar Square, y nos bajábamos justo después. Caminábamos por St. James Park, y parábamos en un pequeño carrito de helados llamado Nelson’s Ice, justo debajo de la estatua del almirante Nelson, quien mi padre nos hizo creer que era Napoleón, por la forma de su brazo posicionado sobre su pecho, pero éramos unos niños. Luego seguíamos paseando por el parque, asustando ardillas, y a veces gente, hasta llegar al parlamento. Nos quedábamos aproximadamente cinco minutos admirando el Big Ben, y al cruzar el puente a veces íbamos al acuario, otras veces íbamos al London Eye, luego de que abriera, o simplemente volvíamos a casa. No era especial por el estúpido recorrido. Lo era porque lo hacíamos con papá. Y desde que empezó con el trabajo, lo fuimos haciendo cada vez menos, hasta que llegó un día que no lo hicimos más. Memorias... 

-Solo pensé que ya que papá no nos llevaba, podríamos hacerlo por nuestra cuenta. –Le puso mute a la televisión para hablar mejor. -¿Qué dices? De verdad tengo antojo de uno de esos helados.
-¡Aww! –Exclamé enternecida. -¡Estás embarazado! –Él comenzó a reír, y yo también. –Okey. Si significa tanto para ti, supongo que podremos hacerlo. –Traté de sonar como si a mí ya no me importara, pero no puedo esconder esos sentimientos con Liam. Me conoce demasiado bien.

Antes de poder recibir un enorme sermón sobre que dejara de actuar como si lo que está sucediendo no me afectara, la puerta de la entrada se abrió, dando paso a un hombre de unos cuarenta años, con ojeras bajo los ojos, que ya eran más bien un accesorio común en él, y una maleta en la mano derecha.

-¡Papi! –Grité emocionada mientras corría a abrazarlo. Podría sonar como una nena, pero cuando no ves a tus padres por tanto tiempo, verlos, aunque sea un segundo, hace la diferencia.
-¡Pa! –Gritó mi hermano, tal vez no tan emocionado como yo, pero lo suficiente como para pararse y abrazarlo también. –Creí que llegabas a mediados de la semana. –Dijo confundido. A mi me da igual, si él está acá, no me importa nada más.
-Si, bueno. Volví antes para pasar un tiempo con mi familia, ¿qué no puedo? –Mencionó gracioso. -_______, cariño, ¿me dejarías entrar? –Preguntó al ver que lo tenía inmovilizado con mi abrazo. Yo me separé y lo ayudé con la maleta. -¿Por qué vestida tan elegante? –Me preguntó examinándome de arriba abajo. -¿Ya con novio? Liam, ¿no te olvidaste de nuestro acuerdo, o si? –Preguntó hacia mi hermano.
-¿Acuerdo? ¿Qué acuerdo? –Pregunté confundida.
-Papá me hizo prometer que si alguna vez traías un novio a casa y él no estaba, yo lo iba a recibir en ropa interior. –Yo estallé en una carcajada.
-¿Y eso por qué? –Pregunté aún riendo.
-Porqué así se da cuenta de que nuestra familia está demente, se asusta, y no te vuelve a llamar. –Respondió él, dejando su abrigo en el perchero junto al mío. –Pero no me cambies de tema, jovencita. ¿A dónde fuiste tan arreglada?
-Salí con Harry. –Respondí inocentemente.
-Si, me lo tuve que haber imaginado. No son novios, ¿o si? –Preguntó enarcando una ceja. Amo el olor que emana mi padre. Es como de limón con aire contaminado de Londres y menta. Es el olor que hay en su oficina. Me encanta.
-No. Aunque toda una sociedad de gente cheta cree que sí. –Respondí pensativa.
-Esas son las cosas que me gusta escuchar cuando llego a casa. –Comentó irónico empezando a subir las escaleras.
-¡Esperá, pá! –Gritó Liam, y luego se refirió a mí en voz baja. –Preguntale si quiere venir con nosotros mañana.
-¿Qué? ¿Por qué yo? –Pregunté de la misma manera. Luego de una guerra de miradas y múltiples golpes, mi padre decidió hablar.
-Niños, estoy cansado. ¿Qué sucede?
-Nos preguntábamos si… -Comencé a decir mientras jugaba con mis manos nerviosas. –Si quisieras ir con nosotros mañana a dar un paseo. Como los que dábamos cuando éramos chicos… -Él nos dio una sonrisa triste. Ya se lo que se viene.
-Lo lamento, pero tengo una reunión mañana y mucho trabajo para hacer en la oficina.
-Pero antes no trabajabas los domingos. –Protestó Liam. –Sos el jefe. ¿No podés autodeclararte enfermo? O mejor, no le tenés que dar explicaciones a nadie. Simplemente borrate y ya. –Yo asentí dándole la razón a mi mellizo. Nuestro padre bajó los pocos escalones que había subido hace un par de segundos hasta llegar a nosotros.
-Saben que los amo. Pero no puedo simplemente dejarlo todo. ¿Se acuerdan lo que les decía cuando eran chicos? –Ambos asentimos desganados. –Mi empresa es como un barco pirata, y yo soy el capitán. Si simplemente me tiro al mar por un día para nadar con un delfín un rato, la gente se descontrolaría. –Nos besó la frente a los dos. –Ahora me voy a descansar un rato. Llámenme cuando esté lista la comida. –Y dicho esto volvió a subir las escaleras.

-Dime que no acabamos de ser rechazados con una historia infantil. –Dijo mi hermano, pero yo ya no pude contestar. Simplemente comencé a subir las escaleras con rumbo a mi cuarto.

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Maratón parte 1/2

Capítulo dieciocho: "Need You Now".

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-Dime que no acabamos de ser rechazados con una historia infantil. –Dijo mi hermano, pero yo ya no pude contestar. Simplemente comencé a subir las escaleras con rumbo a mi cuarto.

Al llegar me quité los zapatos y los tiré en el piso y luego fui hasta mi buró para peinarme el cabello.

-¿Estás bien? –Preguntó mi hermano al entrar en mi habitación cerrando la puerta a su paso.
-Si. –Asentí. –Ya es costumbre. –La verdad es que no lo estaba, y Liam lo sabía. Pero no me iba a forzar a hablar, porque íbamos a terminar los dos llorando, y no era la forma en la que planeaba pasar mi sábado de noche.
-¿Qué te parece si cambiamos el paseo de mañana por una ida de compras? –Preguntó aún desde la puerta. –De todas maneras hay que comprar el regalo de Niall. -¿Niall? ¡Mierda! ¡Su cumpleaños es el miércoles! ¿Cómo siquiera olvidé eso? –La idea era hacerte acordar, así que le voy a prestar caso omiso a tu cara de sorpresa. –No era necesariamente gracioso, pero me hizo reír. Así que funcionó en algo.
-Claro. Por qué no. –Sonreí tratando de olvidar todo. –De todas maneras voy a tomar ventaja de esto. Lo sabes, ¿no? –El asintió lentamente.

Caminé hasta la puerta y esquivando a Liam caminé fuera de esta hasta la habitación que mis padres compartían.

-Papi… -Dije tímidamente entrando al cuarto para encontrarlo tirado en la cama, con la televisión prendida, y su atención fija en su IPad, seguramente mirando la página de deportes.
-Si, amor. –Preguntó sin quitar la vista del electrónico.
-Necesito un nuevo teléfono… -comencé a decir. Apartó la vista de su IPad y sacó de su bolsillo su billetera, y retiró de la misma una tarjeta negra con varias inscripciones en ella de color dorado.
-Toda tuya. –Dijo sonriendo, resaltando sus ojeras.
-Y tal vez necesite algo de ropa. El fin de semana vamos a festejar el cumpleaños de Niall, y necesito algo para ponerme. –Él soltó una carcajada.
-¿Qué tal si a la hora de comer discutimos el hecho de que tengas una tarjeta de crédito? –Mis ojos se salieron de órbita. –Creo que Liam y vos están lo suficientemente grandes como para poder manejar una… -Luego se quedó pensando un par de segundos. –Al menos Liam lo está. –Yo sonreí agradecida y fui a abrazarlo. –El lunes mando a Edwin a que haga los trámites y supongo que para el miércoles ya tendrán todo listo.
-¡Gracias! –Dije mientras salía de su habitación felizmente. Volví a mi habitación donde Liam me esperaba mirando televisión.
-¿Qué conseguiste esta vez? –Me preguntó cómodamente desde mi cama.
-Un teléfono nuevo y un par de tarjetas de crédito. –Guardé la de él en mi billetera. –De nada.
-¿Me estás jodiendo, no? –Preguntó sentándose sorprendido y feliz. Yo negué con una sonrisa. –Solo vos podés lograr que ese hombre haga esas cosas.
-Epa, que lo propuso él. –Yo reí. –Me voy a bañar. Harry me hizo andar en caballo y apesto a esa cosa. –Él rió.

Al día siguiente aproveché para dormir hasta tarde. Me había quedado mirando una película con Liam hasta las tres de la mañana, y nos quedamos dormidos en mi cuarto. Me desperté cuando verdaderamente ya no podía dormir más. Al mirar el reloj descubrí que eran las tres de la tarde. Doce horas completas de sueño ininterrumpido. Esto sí que me hizo bien. Comencé a patear a Liam mientras me hacía la cabeza de que iba a estar caminando y comprado todo el día, que por más que sea de mis actividades favoritas, era agotador.

-Muero de hambre. –Confesé con voz adormilada aún acostada al lado de mi hermano.
-¿Qué hora es? –Preguntó aún sin abrir los ojos.
-Las tres y cuarto. –Respondí sentándome en la cama, mientras mis ojos se acostumbraban a la oscuridad. -¿Vamos? –El se sentó en el medio de un bostezo. –Podemos comer afuera…
-Por favor no digas Bella Italia. –Dijo mirándome en la oscuridad, deduciendo lo que estaba pensando.
-¿Por? La comida ahí es estupenda. –Reclamé estirándome.
-Solo vas por el mesero. –Me recriminó mi hermano mientras se paraba y corría las cortinas, logrando dañar mi vista.
-Lorenzo tal vez influya en mi decisión de restaurantes, pero no niegues que te encanta el pollo e spinaci. –Hice mi mejor intento de un acento italiano. Una vez que me acostumbré a la luz pude ver como sonreía mientras se rascaba la cabeza.
-No puedo creer que te guste un mesero italiano. –Comentó riendo.
-Para tu información, es de Sicilia. –Dije yendo hacia mi armario par buscar algo para ponerme.
-¿Y qué? Sigue siendo Italia.
-Pero es una isla. –Dije obvia.
-Italiana. –Yo rodé los ojos y lo bombardeé con el primer buzo que tenía a la mano, y solo se retiró de la habitación riendo.

Me vestí así:




Y salimos rumbo a la estación de autobuses. No es conveniente ir en auto a Oxford Street. No hay donde estacionar. Es mejor ir en bondi. Más cómodo. Al llegar caminamos los escasos pasos hasta el restaurante Italiano.

-Mirá. –Llamó mi atención Liam. –Están dando Billy Elliot en el teatro. –Dijo en lo que entrábamos en el restaurante, pero todos sus comentarios sobre qué tanto amaba esa obra fueron sustituidos por la canción “Santa Lucía” que inundaba mis oídos y unos penetrantes ojos celestes que me miraban desde una de las mesas. Lorenzo.
-Chicos. –Dijo con un adorable y sexy acento. –Hace rato no venían. ¿Cómo han estado?
-Bien, gracias Lorenzo. Es que nos fuimos de viaje y después de eso las cosas enloquecieron, en el buen sentido. –Dije sonriendo y coqueteando al mismo tiempo. Él me devolvió la sonrisa.
-Pasan hacia la parte de atrás, ¿cierto? –Refiriéndose a otra parte del restaurante al fondo luego de un par de escalones.

Siempre elegíamos la misma mesa contra la ventana, que tenía vista a Top Shop, una de mis tiendas favoritas. Me daba la oportunidad de revisar la vidriera, y además a los chicos lindos que pasaban por ahí.

-¿No tiene los ojos de un color casi idénticos a los de Louis? –Preguntó mi hermano una vez que tomó la orden. De repente las palabras de Mary se vinieron a mi mente “…Solo digo que te gustan los chicos como él. Castaños, de ojos celestes, linda sonrisa…” Definitivamente definía tanto a Lorenzo como a Louis. De todas maneras me propuse no tener a Louis en mi mente este día. Así que simplemente me encogí de hombros y me puse a mirar por la ventana.

Pasamos el día comprando. Ahora, gracias a Dios, tengo un celular nuevo y decente. Solo tenía que llegar a casa y enchufarlo en mi computadora para que se conecte a ITunes y poder empezarlo a usar. Finalmente. No pudimos ponernos de acuerdo sobre el regalo de Niall, así que solo decidimos ver mañana con los chicos si le comprábamos algo en conjunto, o que nos orientaran más o menos en que comprar.

Al llegar a casa ya era tarde, y no tenía mucha hambre, así que me bañé y me acosté a dormir. Claro, no sin antes configurar mi celular. En cerio que había extrañado esto de tener un buen celular. Aunque voy a extrañar el dramatismo de terminar una llamada cerrando la tapa. Le daba un sentido de misterio que no voy a conseguir con otro teléfono…

A la mañana siguiente un mensaje me despertó. Olvidé poner mi celular en “No molestar”. Pesadamente abrí el mensaje sin siquiera ver de quién era. Todavía no me acostumbraba al brillo del mismo, y no tenía muchas ganas de hacerlo tampoco. “Morning, ugly. Hope you have a awful day. XO, Lou (:”  (Buenos días, fea. Ojalá tengas un día horrible. XO, Lou (:) No pude evitar soltar una pequeña risa con ese mensaje. Todas desean a un chico tierno que les mande “Buenos días hermosa, que tengas un día hermoso”, y yo tengo a Louis. Es lamentable. Ya que estaba me fijé en la hora. Probablemente Liam recién se había ido. Aún podría haber dormido un poco más si no fuera por Louis.

Me bañé y me vestí:



Me disculpé con Mary, pero prefería ir a desayunar algo afuera, ya que tenía tanto tiempo libre. Caminé hasta un Starbucks que había a cinco cuadras de mi casa y me pedí un capuchino con chocolate rayado por arriba, y un cinnamon roll. Una vez con mi pedido en la mano fui hasta una mesa vacía y me senté a terminar de leer el libro que me había dado Luke, y a tomar mi desayuno. De repente me llega otro mensaje. “Don’t pretend you didn’t read my message, sneaky bitch.” (No finjas que no leíste mi mensaje, perra. –No encontré una manera de que la palabra “sneaky” sonara bien en español. Solo suena bien en inglés.-) Volví a reír. Aún así no le respondí. Se ve que estaba muy aburrido en clase.

Una vez que terminé mi desayuno, guardé mi libro en la mochila y salí caminando hacia el colegio. Me puse los auriculares y caminé al ritmo de Emeli Sande con la canción “Next To Me”.

Al llegar aún faltaban diez minutos para que sonara el timbre, así que me dediqué a agendar a mis amigos en mi celular. No se por qué, a Louis lo terminé agendando como “Will”. Solo que si alguien revisa mi celular, no quiero que sepan que me mando mensajes con él. Aunque muchos mensajes no le mandé. Pero bueno, se entiende el punto.

Cuando terminé de agendar a los que recordaba sonó el timbre, así que fui hasta mi casillero a sacar mis cosas para mi siguiente clase. Al cerrar el casillero veo a Louis recostado en los casilleros mirándome con una sonrisa.

-¿No recibiste mis mensajes? –Preguntó divertido.
-Sip. –Respondí con una sonrisa.
-Y no los respondiste porque…
-No tenía ganas. –Él sonrió aún más ampliamente.
-Olvidé que eras histérica. –Respondió dejando de apoyarse en los lockers y caminando a mi par hasta mi siguiente clase. Yo solté una carcajada seca.
-No, querido. Que una chica no caiga a tus pies al toque no quiere decir que sea histérica.
-Pero vos sos histérica igual. Caigas o no a mis pies.
-Y vos un tarado.
-Un tarado al que te encantó besar… -Miré hacia varios lados para comprobar que nadie nos hubiera escuchado, pero entre que todos estaban en sus asuntos, y hablando muy alto, nadie nos escuchó.

-Ni voy a tratar de explicarte por qué lo hice, porque conociéndote, no me vas a prestar atención y vas a salir con un comentario depravado que me va a dar asco escuchar. –Dije sin dejar de caminar hacia mi destino.
-No lo habría dicho mejor. –Rió.
-Adiós Louis.

Todo salió justo como lo predije. Louis volvia a ser el pelotudo de siempre. vino.
vado que me va a dar asco escuchar. tre que todos estaban en sus asuntos, y hablando muy ííía a ser el pelotudo de siempre. Un poco más hincha pelotas que antes por el tema del beso. Pero seguía siendo Louis. Y ahora, a esperar otros once años…

El resto del día pasó normal. No más mensajes de Louis. Lo habré cruzado un par de veces, pero se pasó el día entero con Melody, lo cual la verdad no me interesó. Es más, lo prefiero así que en mi mente. Las clases terminaron y teníamos entrenamiento con las porristas, lo que quiere decir bancarme a Marcie dándome órdenes como si fuera a cumplirlas. Por suerte ahora Micki había entrado en el escuadrón y ya no estaba tan sola. Alison y yo contra todo el escuadrón no funcionaba…

Fuimos a los vestuarios y nos cambiamos, junto con el resto de chicas que forman parte del escuadrón, y las que no, pero aún así tienen que cumplir con las horas obligatorias de gimnasia. Naturalmente hacen algún deporte variado, o atletismo, o cosas así.

Cuando terminé de cambiarme fui frente al espejo para poder peinarme.

-¿Vamos? –Me preguntó Alison. Pude notar como el vestuario de mujeres estaba casi vacío, y cada vez se iban más chicas.
-Ya voy. Esperá a que me peine y voy. –Ella asintió y salió con el resto de las chicas dejándome sola en el vestuario. La verdad es que no tenía ganas de ir con Marcie.

Me hice una cola alta en el cabello, y me lavé la cara. Cuando levanté la mirada vi a un chico recostado contra la pared mirándome detenidamente. Tuve que pestañear varias veces para confirmar que no estuviera teniendo una alucinación. Lo que me faltaba era alucinar con Louis Tomlinson.

-Es el vestuario de mujeres. –Dije volteándome. Yo ya había visto esa mirada. Es exactamente la misma mirada que tenía en mi sueño.
-Qué mal. Me debí de haber equivocado. –Dijo sonriendo, sin cambiar la mirada.
-Y entonces podés retirarte. –Hablé con nerviosismo. Si esa es la misma mirada que en mi sueño, y a continuación va a ser lo mismo que en mi sueño, esto no va a terminar bien…
-¿Te pongo nerviosa? –Es una buena señal que esté hablando, ¿no? En mi sueño no hablaba. Bueno, si voy a comparar la vida real con un sueño, no creo que las cosas salgan como espero… Caminó hacia mí lentamente, sin sacarme la mirada de en sima.
-¡Pff! ¿A mi? –Largué una falsa carcajada. –No. Ni ahí. –Llegó hasta donde estaba y puso sus manos a cada lado de mi cuerpo, acorralándome contra el lavamanos. ¿Y si esto es un sueño? No, no creo. Porque la gente no piensa en sueño cuando sueña. Además, Louis se ve bastante real para ser un sueño.

Llevaba ya su uniforme de rugby, porque claro está que había logrado entrar en el equipo. Y traía el cabello levemente desordenado. Olía a jabón, One Million, y Louis. Miré fijo a sus ojos. Estaban diferentes. Mas brillantes. Lujuriosos.

-¿A no? –Su aliento mentolado chocó en mi cara, logrando que me ponga más nerviosa todavía. Pero lo ocultaba. O al menos traté.

O sea, esto no estaba en mi plan. Se suponía que Louis no iba a volver a besarme. Se iba a seguir burlando de mí como de costumbre. Y todo iba a ser como antes. Pero acá estábamos, los dos, solos, y él a punto de besarme.

-Mirá. El agua se escapa por aquella pared. –Dijo señalando hacia su espalda, sin dejar de mirarme. Me deberían de colgar el cartel de “Estúpida” en la frente, porque miré hacia donde decía y al volver su mirada hacia él para recriminarle que era mentira, sentí sus labios sobre los míos.

Los primeros cinco segundos batallé con mi mente para separarlo, pero al ver que no lo lograba, me rendí. Cinco segundos. Toda una heroína, lo sé. Sarcasmo…

Devoraba mi boca con tal ferocidad que me costó un poco seguirle el ritmo al principio, pero no tardé más de diez segundos en estar a la par. Si, cinco segundos más que lo que me tardó asumir que me encanta besarlo. Mis manos subieron a su cuello y comenzaron a jugar con su cabello intensificando el beso, mientras que sus manos vagaban por mi espalda. Bajó ambas manos hasta mi culo y me incentivó a hacer un impulso para sentarme en el lavamanos, orden que claramente no desobedecí. Enrollé mis piernas alrededor de su cintura e hice presión para acercarlo más aún hacia mí, mientras sus manos recorrían mis muslos desenfrenadamente. Mis manos comenzaron a bajar por su pecho y se metieron debajo de su remera de rugby.

-¡_______! ¡¿_______, estás acá?! –Se escuchó desde la entrada del vestuario. Para entrar había que recorrer un pasillo, lo que me dio el tiempo suficiente para bajarme del lavamanos y meterme junto con Louis a uno de los baños minúsculos que habían justo al lado de los espejos antes de que Alison entrara oficialmente al vestuario.
-Si. Estoy en el baño. –Respondí tratando de disimular mi respiración agitada. Louis no perdió el tiempo, y comenzó a dejar pequeños recorridos de besos desde mi oreja hasta mi escote, logrando que estuviera todo menos tranquila.
-Marcie está recontra hister﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽histños recorridos de besos desde mi oreja hasta mi escote, logrando que estuviera todo menos tranquila. a uno de los érica hoy, y nadie sabe por qué. Apurate que te espero.
-No. –Me apresuré a decir. Louis no dejaba de recorrer mi cuerpo con sus manos y besarme el cuello y yo ya no se cuánto más voy a aguantar. –Es decir, ya voy. Decile a Marcie que en un toque estoy allá.
-Okey. –Dijo para luego escuchar sus pasos fuera del vestuario.

Solté un suspiro que no sabía que estaba conteniendo, y Louis volvió a atacar mis labios mientras me aprisionaba contra la pared. Pero lo separé al instante.

-Tengo que irme. –Dije sin tratar de disimular mi respiración.
-No. Te quedás. –Me exigió tratando de besarme una vez más. Lo que me sorprende es la cantidad de fuerza de voluntad que tuve que usar. ¿Tanto me quería quedar con Louis? Negué volviéndolo a separar.
-Tengo entrenamiento. Y vos también.
-En este momento lo que menos me importa es el entrenamiento. –Miré a sus ojos y parecían que se estuvieran prendiendo fuego, posta.

Suspiré. Realmente consideré faltar al entrenamiento y tener una sesión de besos con Louis, pero eso implicaría no solo explicarle a Marcie por qué falté, sino también a mis amigas, y no tenía ganas de decirle que me quedé para comerme a Louis. Aunque sería satisfactorio ver la cara de Marcie al decirle que estuve con su nueva conquista. Pero no.

-Ya vámonos, Louis. –Dije tratando de autocontrolarme. Me hizo una cara suplicante muy rendidora, pero aún así me negué y permanecí fuerte.

Él suspiró y finalmente aceptó a irse. Caminamos por el vestuario, y luego de fijarnos que no hubiera nadie, salimos del mismo y fuimos a las canchas, por separado, claro.

Alison tenía razón. Marcie estaba imbancable, y andá a saber por qué. Nos hizo trabajar bastante duro. Al salir nos encontramos todos en la puerta.

-Muero por dormir una siesta hasta el dos mil treinta. –Comenté exagerada mientras me recostaba en mi auto. Ya ni sabía cómo mirar a Louis a la cara, así que simplemente ignoraba sus miradas. Siempre que nuestras miradas se cruzaban, no dudaba en alejarla.

-Si, bueno, cuando volvamos. –Dijo Harry con una sonrisa. ¿Volvamos? ¿De dónde? –No te hagas la desentendida, turra. Vos y yo teníamos un trato, ¿te acordás?
-Pensé que jodías, Harry. –Dije recordando nuestro trato.
-Ahora sabés que no. –Sonrió con las mejillas llenas de lodo. –Ahora vamos. –Negué. –Tengo maneras de arrastrarte…
-No me vas a obligar, Haroldo. –Dije negando como una nena chica.
-Ahora por decirme así la cosa empeoró. –Avanzó hacia mí y me cargó en su hombro hasta alejarse de los demás, mientras yo utilizaba mis últimas gotas de energía para gritar y pedir ayuda, la cual claro no llegó.

-Te odio. –Dije entrando a mi casa, donde estaban Liam y Alison rojos como un tomate. ¿Y estos qué?
-No es tan malo.. –Comentó riendo.
-Díganme que no fueron a un telo. –Preguntó Liam yendo hacia nosotros.
-Hubiera preferido diez veces ir a un telo que esto. –Respondí molesta. No puedo creer que de verdad me obligara.
-¿En cerio? –Preguntó Harry esperanzado, a lo que lo golpeé fuertemente con mi cartera.
-¿Qué te hizo hacer ahora? –Preguntó Alison, ignorando el hecho de que le estaba haciendo bullying a su hermano. Dejé de golpearlo para levantarme la remera y mostrarle tanto a mi hermano como a mi mejor amiga la hache tatuada en mi estómago, más bien en mi pelvis. Ambos estallaron en risa. –Esto es muy genial.
-No, no lo es. –Dije yo enfadada.
-Oh, vamos. Yo también tengo tu inicial tatuada. –Dijo mostrando su muñeca, donde efectivamente había una __ plasmada bajo una fina capa de nylon.

La semana pasó rápidamente, y decidimos que para el cumpleaños de Niall iríamos a bailar para festejar. De regalo contribuimos entre todos y le compramos un auto. Claro que sus padres pusieron la mayor cantidad de dinero. Pero al menos él estaba feliz.

En toda la semana esquivé a Louis. Cuando estábamos todos juntos lo ignoraba, y cada vez que trataba de hablar conmigo le traía una escusa diferente. No sabía que hacer, ni que decir. Por primera vez, yo, que siempre tengo lo indicado para decir en el momento indicado, me había quedado sin palabras. No debería de ser así. Louis debería tratarme como siempre lo hizo, no volver a besarme. Y eso me estaba volviendo loca. ¿Por qué lo hizo? O sea, cuando éramos chicos no lo volvió a hacer. ¿Qué lo lleva a hacerlo ahora?

Simplemente estaba asustada. Tardé bastante en admitirlo, igual. Pero lo estaba. Tenía miedo de que las cosas no fueran como yo lo planeé. ¿Qué iba después? Yo soy la que nunca piensa en las consecuencias y actúa sin medir las acciones, pero ahora finalmente eso me trae mal. O sea, es Louis. El mismo Louis que me molestó toda la vida. Y cada vez que siquiera se me acerca… ¡Agh! Solo me hace cuestionarme todo mi razonamiento.

El sábado iríamos a una discoteca a festejar el cumpleaños de Niall, y hoy, jueves de noche, no tenía nada más que hacer que acostarme en mi cama con un pote de pop y mirar un maratón de Gossip Girl hasta que me quede aburrida.

Ya tenía el pop listo, y me estaba cambiando a mi pijama. Al terminar me comencé a peinar. De repente siento un ruido en mi balcón y al voltear la cabeza hacia el mismo, veo como algo entra en mi habitación. Algo no, alguien.

-¿Te das cuenta de lo fácil que es que un ladrón venga a robarte? –Preguntó mientras cerraba las puertas detrás de él. Respiré hondo para no tirarle el peine por la cabeza.
-¿Estás en pedo? –Susurré levantándome de mi buró. -¿Hace cuánto que estás ahí? –Temía que pudiera haberme visto en bolas…
-No lo suficiente, al parecer. –Dijo mirándome de arriba abajo. Eso quitaba mis dudas de que me hubiera visto cambiándome, pero aclaraba mis pensamientos de que es un completo idiota.
-¿Querés callarte? Si Liam se entera que estás acá te mata… -Lo reconsideré. –Mejor dicho, hacé todo el ruido que quieras. Hay una batería y varios instrumentos un par de habitaciones hacia la derecha, andá y tocá todo hasta que Liam venga a matarte. –El largó una carcajada susurrante.
-Por más que me deleite la idea de ser asesinado por Liam, me temo que antes tengo que hacer otra cosa.
-Acá no tenés que hacer nada, así que te agradezco que te retires. –Estaba muy enfadada, pero simplemente porque no quería hablar con él bajo ninguna circunstancia.
-Antes tenemos que aclarar un par de cosas.
-Vos y yo no tenemos nada que aclarar, Louis. Y no podés andar metiéndote en las habitaciones ajenas cuando se te de la gana. ¿Qué pasaba si me estaba cambiando? –Pregunté molestándome más con cada palabra que salía de mi boca.
-Esa era la idea, pero sos rápida cambiándote. –Le golpeé el pecho enviándolo hacia las puertas ya cerradas de mi balcón.
-Andate, Louis. –Exigí por última vez.
-No hasta que me dejes de ignorar. –Se paró firme en el piso e impidió que siguiera echándolo.
-No te ignoro, ¿okey? No sos el centro del universo. Ni que fueras tan importante para perder mi tiempo ignorándote. –Mentí descaradamente. La verdad es que no había parado de dar vueltas con el asunto.
-¿Sabés lo que yo pienso? –Negué, pero tenía el presentimiento de que lo iba a averiguar de todas maneras. –Pienso que me ignorás porque cuando te besé en la fiesta de máscaras pensaste que no iba a pasar más. Pero luego te besé en el vestuario. Y te pusiste histérica porque te gustó, y no querías que te guste. –Cada palabra que decía sentía que se acercaba más hasta el punto de acorralarme contra la cama. –Entonces ahora te pusiste en plan de evitarme porque sabés que si te acercás a mí, así de cerca como estamos ahora, no te vas a poder resistir a ningún atentado que pueda venir de mi parte. Y tampoco querés que eso pase, porque odiás perder. Incluso si es contra vos misma. –Estábamos tan cerca que respirábamos el mismo aire.
-¿Y que pierdo conmigo misma? –Pregunté distraída por sus hermosos ojos. Mary tiene razón. Amo los ojos celestes.
-Perdés el hecho de que te prometiste no volver a besarme nunca.
-¿Y quién dice que prometí eso? –Pregunté cerrando los ojos para dejar de perderme en los suyos.
-Yo lo se. –Siento que me agarra de la cintura y me acerca más a él. Ya me había rendido. Aceptado que todo lo que decía era cierto. Estaba lista para recibir el atentado cuando… -Entonces, ¿maratón de Gossip Girl y pop? –Preguntó sonriendo sobre mi boca. Se separó abruptamente sin besarme hasta el pote de pop, tomó un par y se los llevó a la boca mientras me miraba con autosuficiencia. De seguro yo estaba roja. Pero no de vergüenza. De furia. –Suerte en tu noche. –Me lazó una guiñada y se acercó a la puerta del balcón, pero lo detuve antes de que saliera.
-No podés irrumpir mi noche, hacerme admitir que tu retorcida historia es cierta, y después irte como si nada. –Protesté molesta.
-Decilo y me quedo. –Se cruzó de brazos más cerca de mí de lo que hubiera deseado, considerando de que no pienso claramente cuando lo tengo tan cerca.
-Decime que me necesitás, y me quedo. –Insistió sonriendo.
-Sabés que eso no va a pasar. –Aún sin pensar claramente, no iba a ceder ante eso. Era caer bajo. Demostrarle que soy más débil que él. Y no lo soy. Definitivamente no lo soy.
-Tenés una última chance. Sino me voy.
-A Chuck le acaban de disparar, y Dan está por tener un bebé con Georgina. –Dije sonriendo refiriéndome a Gossip Girl mientras daba vuelta el juego. Sonreí y me volteé alejándome de él. No me iba a dejar controlar. –Cuidado al bajar. –Dije mirándolo desde la cama con una sonrisa.

-Estoy seguro que podrás averiguar si Chuck murió o no más tarde… lo hice. tratar de explicarte por que nadie nos hubiera escuchado, pero entre que todos estaban en sus asuntos, y hablando muy é lo

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Y este es el final. Se que esperaban más, pero estoy enferma desde el miércoles, y estoy tipo re mal, les juro. Viste cuando no tenés ganas de hacer nada? Bueno... Entonces me re boludeé y no escribí sino hasta ahora. De todas maneras me gustaría avisarles desde ya que los capítulos se van a acortar de ahora en más. Quiero que la novela dure más tiempo, además de esta manera puedo subirles más seguido :) Las adoro a todas, si? Sepan eso! Ojalá les guste el minimaratón. Espero algún día hacer uno más grande para agradecerles todo el apoyo que me dan! 

Ly!

XOXO

Juliii :)

¡AYUDA! ¡ME ROBAN LA NOVELA!

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Buenos días, tardes, noches. Se las voy a hacer corta porque no quiero aburrirlas. ALGUIEN ME COPIÓ LA NOVELA y sería de gran ayuda si me ayudaran a que la mina confiese. El tema es que es en una página media rara, y hay que hacerse una cuenta para comentar. Si hay alguien que ya la tiene, por favor comente. Y la que quiera está libre de hacerse una cuenta para ayudarme. sino me serviría unicamente que denuncien la novela, al fondo de la página a la derecha, y cuando les pregunten por qué, digan que por plagio. Y en el comentario agreguen en link de mi blog. Sería de mucha ayuda, porque esta mina está robándome todos los derechos. No cambia nombres, no cambia lugares, no cambia ni una coma. Lo que me parece extremadamente raro, porque mi novela está protegida. Pero en fin, si fueran tan amables de ayudarme, lo agradecería. Y a la mina que copió mi novela, una que se llama Alba, se que hay muchas pero le hablo a esa en específico, nada. Sos una basura. Ya te dije todo por el comentario que te dejé. Ojalá tomes conciencia y te vayas a la mismísima mierda y dejes de copiarme las cosas. "Me alegro que te guste mi novela" Metete los comentarios por el orto, hija de puta. Por favor, un poco de dignidad no te queda? Comprate una vida en vez de robar mi trabajo.

http://onlywn.activoforo.com/t59342-mi-dilemalouis-y-tu
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 (Como pueden notar ni el nombre le cambió. Y no solo eso, sino que lo escribió mal. Detalle que acabo de notar. Dilemma se escribe con doble m en inglés.)

Y a la chica que me pasó el dato, gracias. Tranquila que no rebelo quien sos, pero fuiste de mucha ayuda. Avisame si necesitás cualquier cosa. Estoy para lo que precises. Te adoro, linda!!!

Con mucha apreciación y amor por todas aquellas que me ayuden,

Juliii :)

PD: Voy a ver si en la semana subo otro cap. :)
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